martes, 10 de marzo de 2020

LAS MENTIRAS Y LOS MITOS DE LA SOJA








SOJA, INFORMACIÓN Y ALERTA.
 RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA (www.renace.net)

Respetable Jñâpika Satya Gurú Dr. Pablo Elías Gómez Posse

La soya como la leche de vaca solo se debe consumir cultivada por bacterias u hongos
y eso debe ser hecho por un experto.
 
         RENACE – RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA, lanza su campaña: EVITEMOS QUE FORMOSA CAIGA EN LA TRAMPA DE LA SOJA
          Desde RENACE estamos iniciando una campaña para que la provincia de Formosa no se vea arrasada por las plantaciones de soja y el uso del glifosato. Estamos a tiempo de evitar una catástrofe ambiental en vuestra provincia. Nuestro objetivo es que los agricultores, los legisladores, los medios de prensa, los docentes. Tengan información y herramientas para asumir las decisiones apropiadas y evitar un futuro desastre.

         CONSUMIDORES ENGAÑADOS: El consumo de soja tiene mucha prensa. Se presenta como la solución al hambre. Se promociona como el alimento perfecto. La dura realidad la revela como una trampa: los niños pequeños alimentados a soja no podrán asimilar hierro, calcio o zinc, y su sistema hormonal será desequilibrado. Su desarrollo intelectual será menor que el resto de los niños. Las embarazadas que consumen soja como dieta base, tendrán serios problemas en el sistema hormonal de su bebé y de ellas mismas. Y los adultos, que creímos en el espejismo de la soja (transgénica o no) incorporamos dosis hormonales fortísimas y nos exponemos a baja de defensas y a complicaciones de alergias. En verdad: somos las víctimas de la necesidad de las multinacionales de ubicar la soja con la que alimenta al ganado el primer mundo.  La soja crea una deficiencia de la vitamina B1. El ácido fítico se une a los minerales impidiendo su absorción especialmente zinc, calcio y magnesio.
         Los que consumen muchos productos con soja, tienen riesgo de sufrir deficiencias de estos minerales. La soja es una fuente de proteínas incompleta y desequilibrada.
         Los porotos de soja tienen propiedades antitiroides. Las isoflavonas estrogénicas presentes en la soja tienen fama de ser beneficiosas para la salud. La dura verdad es que las personas que consumen productos de soja regularmente pueden sufrir diversos desequilibrios de la tiroides. Los estudios con animales vinculan a las isoflavonas de la soja con el bocio. Otros estudios vinculan el consumo de soja no solamente con el hipotiroidismo, sino también con bajos niveles de energía, deficiente absorción de minerales, e infertilidad. La proteína de soja texturizada es utilizada como relleno a pesar de que contiene anti-nutrientes. Tanto el de soja como otros aislados de proteínas pueden causar un balance de calcio negativo en los seres humanos y contribuir a causar osteoporosis.
         LECHE QUE NO ES LECHE  El jugo de soja se usa como reemplazo de la leche de vaca y se la promociona para el consumo masivo en las fórmulas para bebés. La leche de soja no es equivalente a la leche humana ni a la vacuna. Y no solo eso: el JUGO DE SOJA (así debe llamarse) posee características negativas como alimento para bebés o niños: puede modificar su desarrollo hormonal. Le incorpora al bebé sustancias que actúan como hormonas en tal grado, que el organismo siente estar recibiendo el equivalente a varias pastillas anticonceptivas al día, concentraciones de compuestos estrogénicos 22.000 mayores que los de la leche humana o de la leche en polvo de vaca, podría causar un desarrollo prematuro de los pechos y de características sexuales en jovencitas, y la posibilidad de que los órganos masculinos no se desarrollen normalmente en la pubertad del varón. Además, carece de colesterol, una sustancia esencial para el adecuado desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central de los niños.
         El lobby de la soja. ¿POR QUÉ NOS DAN SOJA HASTA POR LAS OREJAS?
         La Argentina, como país agrícola ganadero de cosechas récord, no puede alimentar a sus pobladores. Esto es posible gracias un perverso modelo agroalimentario implantado en la última década y media en el que las grandes empresas transnacionales y la industria semillera dependiente de agrotóxicos llevó al país a producir para exportar sin valor agregado, operación que no se traduce en alimentos de calidad suficientes para alimentar a nuestra población. Un esquema de producción que achica mano de obra y degrada el ambiente hasta el límite de dejarlo estéril. En resumen: una agricultura sin agricultores, deforestadora de bosques y de selvas nativas, con expulsión de comunidades campesinas, en el afán de extender la frontera sojera hacia regiones que no resisten muchos ciclos de cultivo sin degradarse. Casi la totalidad de los cultivos de soja son transgénicos, bajo firmas que venden la  semilla y el paquete tecnológico al campesino cada vez más pobre, a precio dólar. Hoy, se promociona la soja transgénica para paliar el hambre. Esa soja en el primer mundo es la comida del ganado.
Es una simple maniobra para abrir nuevos mercados para los productores multinacionales
.        El Foro de Nutricionistas (Foro para un Plan de Alimentación y Nutrición, con el auspicio de UNICEF) en Julio de 2002, alertó al gobierno nacional (que los había consultado junto a especialistas de distintas instituciones como la FAO; UNICEF; Universidades Nacionales; Ministerios; INTA, Sociedad Argentina de Pediatría, Caritas, otros) que "En cuanto al uso de la Soja, se recomienda puntualizar cuál es su real valor nutricional, su uso adecuado como complementación en el marco de una alimentación variada y completa, y la recomendación de no denominar a la bebida obtenida de la soja (jugo) como "leche" [leche de soja], pues no la sustituye de ninguna manera. (...) es deficitaria en muchos nutrientes, y por su alto contenido de fitatos interfiere en la absorción del hierro y del zinc; tampoco es una buena fuente de calcio. (...) La utilización de soja debe contemplar el impacto ambiental y social, los requerimientos de capacitación para su adecuada utilización. Este fue el consejo que recibió el gobierno nacional antes de permitir la "soja solidaria", ocultándose estas realidades y sometiendo a la gente a una dieta empobrecida y riesgosa. Antes de doblegar al país ante el poder de las multinacionales. Antes de legitimar que la gente coma alimento para ganado. Desde el punto de vista del agro, el  Glifosato (herbicida asociado a la soja) es un BIOCIDA: deja el campo yermo, matando TODO ELEMENTO VIVO  El INTA, recien en diciembre del recien terminado 2003, ha advertido sobre la degradación irreversible de los suelos y la caída de la producción agrícola a mediano plazo, agregando que la siembra directa y el uso de variedades modificadas tolerantes al glifosato "no constituyen una alternativa sustentable", y que, si se consideraran sus costos ambientales, la conclusión, sobre la rentabilidad del cultivo, sería muy distinta.

         OFRECEMOS MATERIAL AMPLIATORIO: SOBRE LA SOJA COMO ALIMENTO INFANTIL DOCUMENTO OFICIAL DEL MINISTERIO DE SALUD FOLLETO DEL MINISTERIO DE SALUD MATERIAL DE ANALISIS SOBRE EL MODELO POLITICO DE LA SOJA EFECTOS DE LOS HERBICIDAS SOBRE LA SALUD TRANSGENICOS Y SALUD HUMANA Más…
BIOS ARGENTINA, Coordinación operativa RENACE, Sres periodistas: les agradeceremos dar la debida difusión a esta información generada en la RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA. Gracias.
         Consultas: ecosil@speedy.com.ar
 
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SOJA, PEDIATRÍA, ¿ESQUIZOFRENIA?
Por Luis E. Sabini Fernández.- 19/04/04

         Los dictámenes de unos trescientos pediatras y nutricionistas establecieron que la ingestión de soja no era aconsejable para niños y absolutamente desechable para menores de dos años, por la abundancia de estrógenos que en organismos muy jóvenes pueden alterar los sistemas endócrinos
         En setiembre, la Sociedad Argentina de Pediatría albergó a dos expertos en nutrición infantil, James Anderson y Ekhard Ziegler, estadounidenses (aunque presentados como "internacionales") que desmintieron -sin señalarlo expresamente- las conclusiones a que arribara el "Plan Nacional de Alimentación y Nutrición" convocado a mediados de 2002 por el gobierno de Duhalde y presidido por su cónyuge, cuando la crisis de diciembre de 2001 estaba aún fresca, el hambre también y una serie de organizaciones del complejo sojero habían inundado el país con el plan "Soja solidaria".
         Los dictámenes de unos trescientos pediatras y nutricionistas establecieron que no se debía designar leche al jugo extraído mediante cocción de la soja por carecer de calcio, que la ingestión de soja no era aconsejable para niños y absolutamente desechable para menores de dos años, por la abundancia de estrógenos que en organismos muy jóvenes pueden alterar los sistemas endócrinos y, más en general porque los déficit alimentarios ahora presentes en el país no se "arreglan" con soja sino con alimentos conocidos, "tradicionales".
         Los especialistas visitantes, a su vez, presentaron resultados de investigaciones que no sólo permiten sino aconsejan la presencia de soja en la alimentación infantil y particularmente en la de bebes, por las "excelentes propiedades nutricionales" de la soja.
         ¿Qué tenemos que hacer los habitantes del país? ¿Aceptar la esquizofrenia? Porque a "títulos", nadie parece ceder la derecha a nadie. Tanto es así, que Clarín Rural hizo la crónica de la presentación de los doctores norteamericanos con la consigna "Porotos para grandes y chicos" (6/9/03).
         Hay dos elementos claves para "entender" el aparente pandemonium, que no es tal.
         1. Los apuradísimos representantes norteamericanos, que se despidieron, casi sin responder preguntas porque literalmente perdían el avión, fueron contactados y auspiciados por una organización cuyo nombre no apareció en "los créditos", al menos directamente: provienen de las universidades de Kentucky y Iowa respectivamente, los auspicia la Fundación Bioquímica Argentina, los alberga la S. A. de Pediatría pero el verdadero eje de esta aparición fue Monsanto.
         El consorcio que ostenta ese nombre debe sufrir arrebatos de modestia para preferir lucir diversos rótulos en sus frentes de actuación. En este caso, el anfitrión fue el International Life Sciences Institute, que con ese mismo nombre, sin traducirlo siquiera, tiene una oficina en Argentina. Y el Instituto de Ciencias de la Vida es un órgano de RR.PP. de Monsanto.
         Con lo cual, el tratamiento de la soja ya no resulta hecho desde la investigación objetiva, sino desde una determinada finalidad extracientífica, ya sea filantrópica (afianzar la "soja solidaria"), geopolítica o empresarial.
         2. El apuro de Anderson y Ziegler tal vez no les permitió observar el marco en el cual presentaron sus consejos elaborados a lo largo de una actividad suponemos que sería en EE.UU.: insistieron una y otra vez que la soja es perfectamente compatible con otros alimentos; que es altamente recomendable junto a otros alimentos. Que "utilizada dentro de una dieta balanceada, lo más variada posible" es absolutamente recomendable con sus mejoras en colesterol, etcétera.
         Pero para mejorar el colesterol hay que ingerirlo primero. En carne, por ejemplo. Y el problema en Argentina, con el hambre, es que la gente no come, o no come lo suficiente. Y que la "soja solidaria" ha sido presentada como el sustituto de otros alimentos y no como su complemento.
         Se ha generado una falsa oposición. Ziegler y Anderson han golpeado en puertas abiertas.
         Una jugada maestra. Porque estos profesionales vienen con un mensaje, tal vez válido en EE.UU., absolutamente improcedente en Argentina, y mediante una prestidigitación mediática, aparecen aquí avalando la sojitis criolla con una realidad ajena.

         Luis E. Sabini Fernández
         Periodista, editor de Futuros, coordinador del seminario de Ecología y DD.HH. de la cátedra de DD.HH. de la Fac. de Filosofía y Letras de la UBA.

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SOJA Y SALUD HUMANA. MITOS Y MENTIRAS POR DOQUIER
19/07/12

         Más allá de las cuestiones sociales, toxicológicas, económicas, políticas y ambientales que surgen del cultivo de soja transgénica (99% de la producción nacional), el poroto de soja en sí mismo, aún si fuese orgánico y no transgénico, representa un grave problema para la salud humana, por la combinación de varios factores que trataremos de resumir.
         Más allá de las cuestiones sociales, toxicológicas (1), económicas, políticas y ambientales (2) que surgen del cultivo de soja transgénica (99% de la producción nacional), el poroto de soja en sí mismo, aún si fuese orgánico y no transgénico, representa un grave problema para la salud humana, por la combinación de varios factores que trataremos de resumir.
         Existe profusa y sólida evidencia científica de los problemas que ocasiona su consumo regular, por lo cual se invita a consultar la información y a verificar la sólida bibliografía disponible en la web (3), que no podemos reproducir por cuestión de espacio.

         Nunca fue alimento base
         En la China antigua apreciaban esta planta por su efecto fertilizante del suelo (fija nitrógeno). Recién durante la dinastía Chou (1134-246 AC), con el dominio de la técnica de fermentación, comenzó a consumirse el poroto, en forma de fermentados (tempeh, natto, miso, shoyu) que aseguran la completa inactivación de sus antinutrientes. Luego (siglo II AC) se comenzó a cuajar el puré de porotos cocidos (tofu), proceso que inactiva antinutrientes, aunque no totalmente.
         En 1930 la soja representaba apenas el 1,5% de las calorías en la dieta china. En 1998 se precisó que los japoneses consumían 8g diarios de proteína de soja (dos cucharaditas), en forma de fermentados y condimentos. Un dato no menor: la soja utilizada antiguamente en Oriente era glicina, diferente a la que se cultiva actualmente (glicina max), que ha sido mejorada para obtener más proteína (y también más isoflavonas).

         Virtudes ilusorias
         A fines del siglo XX, una avalancha publicitaria, basada en “serios estudios científicos”, la aconsejaba como una panacea nutricional y terapéutica. A tal punto que propulsó la adopción del término “nutracéutico” (nutriente y fármaco a la vez) por parte de la industria. El consumo de soja era esencial para resolver los desordenes menopáusicos, bajar el colesterol, proteger el sistema cardiovascular, combatir el cáncer, paliar el hambre en el mundo y asistir a los carenciados.
         Al mismo tiempo, la industria le encontró miles de aplicaciones, aprovechando su riqueza proteica, sus grasas saludables, su plasticidad industrial y su bajísimo costo. Hasta los idealistas bienintencionados pensaron que era la forma de reducir el consumo de proteína animal (vegetarianos) y evitar daños al medio ambiente (ecologistas). Pero rápidamente el mito se fue derrumbando.

         Desorden nutricional
         Si bien la soja posee alto tenor proteico, su valor biológico (49 frente al índice 100 del huevo) se ve limitado por deficiencia en aminoácidos esenciales azufrados (metionina, cisteína) y por la presencia de inhibidores de las proteasas (enzimas como la tripsina, necesarias para degradar su proteína). El factor inhibidor no se inactiva completamente con la cocción y los procesos industriales; sólo con lentos procesos de fermentación que van desde varios meses a 3 años. Las consecuencias: mala digestión, déficit de crecimiento, trastornos gástricos, agotamiento pancreático, carencia de vitamina B12…
         Otro peligroso antinutriente es el ácido fítico, presente en otros granos pero de mayor concentración en la soja. Esta sustancia bloquea la asimilación de minerales claves (calcio, magnesio, hierro y especialmente el cinc). La cocción prolongada lo inactiva parcialmente, sólo la fermentación lenta lo inactiva totalmente. Con el tofu (queso de soja), los orientales consumen también pescados o carne, lo cual contrarresta al ácido fítico; esto no ocurre en dietas vegetarianas con soja.
         Las hemoaglutininas, que aglutinan los glóbulos rojos y reducen la absorción de oxígeno, son otros antinutrientes de la soja. Estas lectinas deprimen el crecimiento, generan coágulos sanguíneos y reacciones alérgicas, afectando también a los enterocitos (células de la mucosa intestinal) y por tanto disminuyen la absorción de nutrientes.
         A nivel de minerales, la soja posee elevadas y problemáticas concentraciones de manganeso y fósforo. El manganeso es 80 veces más abundante que en la leche materna, y su exceso disminuye los niveles de dopamina, genera hiperactividad y falta de concentración (características del DDA infantil), espasmos, temblores y comportamiento violento.
         El fósforo, mineral que en exceso también está asociado al déficit de atención infantil y a la fibromialgia, es un antagonista del calcio y por tanto un promotor de la osteoporosis. Recordemos que nuestro organismo necesita una relación ideal entre calcio/fósforo de 2,5:1 (índice presente en la leche materna), lejano al índice de la leche vacuna (1:1), pero totalmente desequilibrado respecto al índice de la leche de soja (0,4:1) o la harina de soja (0,35:1).

         Otro factor de desorden nutricional en la soja, son sus azúcares indigeribles. Se trata de oligosacáridos (estaquiosa y rafinosa) que no pueden ser degradados por nuestras enzimas, generando las características flatulencias intestinales tras su consumo.

         Las nefastas isoflavonas
         Podemos decir que el mayor problema de la soja son sus publicitadas y abundantes isoflavonas (genisteína, daidzeína). Convertidas en una panacea terapéutica para las mujeres en menopausia, son en realidad uno de los aspectos más peligrosos del consumo de la soja y sus derivados.
         Estos fitoestrógenos (mecanismos defensivos naturales de la planta en respuesta a plagas) ya habían sido identificados como problemáticos en animales, allá por los años 50, cuando todavía no se utilizaba en alimentación humana. Los estudios del Dr. Mike Fitzpatrick en Nueva Zelandia mostraban evidencias de trastornos endocrinos, infertilidad, leucemia y cáncer al incorporar soja en alimento de mascotas y animales.
         Más tarde se demostró en Japón que apenas dos cucharadas diarias de poroto de soja, durante un mes, bastaban para generar hipertrofia tiroidea (bocio) y pancreática, reducción del timo (glándula comando del sistema inmune), hipotiroidismo, constipación, fatiga y letargo.
         Esto fue refrendado luego por estudios ingleses y americanos. Una investigación del Kings College of London, mostró que la genisteína bloquea el paso de espermatozoides al útero, dificultando la concepción, por lo cual la profesora Lynn Fraser aconsejó no consumir soja a quienes desearan el embarazo. Otro estudio inglés demostró que consumir durante un mes 60g diarios de proteína de soja, afectaba el ciclo menstrual, efecto persistente hasta 3 meses después de abandonar la ingesta de la leguminosa.
         La Escuela de Salud Pública de Harvard en Boston puso en evidencia el negativo efecto estrogénico de la soja en hombres: disminución del conteo de espermatozoides, infertilidad, aumento de peso, dificultades perceptivas y baja de la libido. Esto confirma el uso de la soja en monasterios orientales, donde la consideraban útil para aplacar el deseo sexual.
         La abundante investigación mundial dio sobradas pruebas de los efectos de las isoflavonas de la soja: inhibición de las hormonas esteroides (estradiol) y las hormonas tiroideas (T3/T4), desordenes del aparato reproductor, infertilidad, hipotiroidismo, tiroiditis autoinmune, cáncer tiroideo, daño hepático (cirrosis), problemas de conducta, deficiencia inmune, insuficiencia pituitaria, colon irritable, déficit de percepción y memoria, cáncer de mama…
         Sin embargo la industria de la soja se las ingenió para ignorar esta fuerte evidencia basada en las consecuencias del consumo de bajas cantidades diarias de soja (dosis de riesgo: 0,5mg de isoflavonas por kg de peso). Por el contrario, florecieron campañas promoviendo el “saludable” uso de soja para bajar el colesterol (25g diarios de proteína aislada) o resolver problemas de menopausia (el doble de la dosis de riesgo).
         Pero lo más grotesco tiene que ver con el gran desarrollo de fórmulas para lactantes, destinadas a bebés alérgicos a la leche vacuna, o vegetarianos. En pequeños organismos, estas raciones de soja (isoflavonas) equivalen a 16 veces la dosis de riesgo antes citada, ó 5 píldoras anticonceptivas diarias para un adulto, ó 1.000 veces más efecto estrogénico que la lactancia materna.
         El Ministerio de Salud de Israel prohibió la fórmula para bebes a base de soja, tras 3 muertes de bebes y 7 daños cerebrales en pocos días. En Inglaterra la leche de soja ha sido desaconsejada en menores de 2 años y embarazadas. La Comisión de Alimentos del Reino Unido recomendó no exceder el consumo diario de 40mg de isoflavonas de soja en adultos; estos valores se alcanzan con apenas 20g de poroto ó harina de soja, ó 70g de tofu, ó 200cc de leche de soja ó 100g de brotes de soja.

         Daños de procesamiento
         Los agresivos métodos industriales necesarios para obtener derivados del poroto de soja, generan ulteriores problemas nutricionales. La obtención del aislado de proteína (SPI por sus siglas en inglés), ingrediente clave en muchos alimentos, es un ejemplo ilustrativo.
         El poroto es atacado con una solución alcalina para quitar la cáscara; luego es precipitada mediante un lavado ácido y finalmente es neutralizada en una solución alcalina. El lavado ácido en tanques de aluminio, transfiere (lixivia) gran cantidad de este mineral al producto. La cuajada resultante se seca por aspersión a alta temperatura para generar un polvo de alto contenido proteico. Mediante extrusión a alta temperatura y elevada presión, se obtiene la proteína vegetal texturizada (TVP).
         Pese a la alta temperatura, estos procesamientos no alcanzan a eliminar completamente el inhibidor de tripsina; en cambio, desnaturalizan la proteína (reduce los aminoácidos lisina y cisteína) y generan nitritos carcinógenos. El procesamiento alcalino también genera lisinoalanina, una toxina cancerígena.
         Dado el fuerte sabor a poroto, se deben añadir saborizantes artificiales (glutamato monosódico en imitaciones cárnicas) y/o endulzantes. Por ejemplo, los ingredientes declarados de una leche de soja en polvo, son, en orden cuantitativo: jarabe de maíz, aislado de proteína de soja, aceite de soja parcialmente hidrogenado, azúcar, mezcla de vitaminas y minerales, maltodextrina, sal, sabores artificiales, mono y diglicéridos.
         En experimentos alimentarios, el uso de SPI incrementa la demanda de vitaminas E, K, D, y B12, y crea síntomas de deficiencia de calcio, magnesio, manganeso, molibdeno, cobre, hierro, y zinc. El ácido fítico remanente en estos productos de soja inhibe fuertemente la absorción de zinc e hierro; los animales de laboratorio alimentados con SPI muestran órganos agrandados (páncreas y tiroides) y una mayor generación de ácidos grasos en el hígado (4).

El problema de estos derivados de la soja (SPI, TVP) es su omnipresencia en los más variados e insospechados alimentos, lo cual impide evitarlos. Encontramos aislado de proteína de soja y proteína vegetal texturizada en: bebidas, panificados, alimentos dietéticos, leches de soja, fórmulas infantiles, comedores escolares, golosinas, bebidas dietéticas, productos para deportistas, fiambres, imitaciones cárnicas, helados, productos lácteos, barritas de cereales, mayonesas, productos de comida rápida…

Además, estos derivados del poroto están forzosamente presentes en toda la cadena alimentaria, al ser la base de balanceados para cría animal intensiva (feed lot, estabulación, jaulas, piscinas). Por cierto que los animales alimentados con proteína de soja muestran los mismos problemas de salud que los humanos: déficit de crecimiento, hipertrofia de órganos, hígado graso, tumores...

En materia de aceites, los benéficos ácidos grasos esenciales de la soja (omegas 3 y 6) son desnaturalizados por presión, solventes y temperatura (hasta 270ºC en atmósfera controlada) de los eficientes procesos industriales, que requieren agresivos procesos de refinación para eliminar indeseables texturas y olores (neutralizado, desgomado, blanqueado, desodorizado) (5). Los AGE sólo se encuentran en aceites obtenidos de presión en frío, método “ineficiente” que extrae apenas el 20% de la materia grasa del grano.

El aceite de soja refinado se destina principalmente a la hidrogenación industrial (margarinas), proceso que permite modular texturas (de líquido a sólido) adecuadas a las más diversas exigencias de la moderna ingeniería de alimentos, con bajo costo y gran conservación (resultan estables grasas transaturadas).

En el procesamiento doméstico o artesanal, el tiempo necesario y el alto costo energético (horas de remojo y cocción), induce a buscar soluciones más “convenientes”. Por ello las pequeñas elaboraciones (milanesas de soja, tofu) hacen uso de la harina de soja cruda. En el caso de las milanesas, el poroto molido es apenas sometido a pocos minutos de hervor (confección) y un ligero dorado (consumo). Obvio que así se evitan las altas temperaturas y las nitrosaminas cancerígenas, pero los antinutrientes quedan intactos e indigeribles los nutrientes.

Como corolario, y más allá de esta realidad apabullante que puede sonar obsesiva, creemos necesario compartir un testimonio desgarrador, del cual fuimos involuntarios testigos años atrás. Un bienintencionado matrimonio de Córdoba que por entonces se proveía de nuestros porotos de soja orgánicos y no transgénicos, decidió criar a su bebé recién nacido, evitando alimentarlo con la problemática leche vacuna. Con paciencia, hacían caseramente su propia leche de soja para el niño. A los dos años nos cuentan desesperados, sobre el diagnóstico del bebé alimentado con leche de soja casera: cirrosis hepática y leucemia. ¿Hace falta más evidencia? www.ecoportal.net

Extraído del libro "Nutrición Depurativa"

Referencias:

1. http://www.espaciodepurativo.com.ar...

2. http://www.espaciodepurativo.com.ar...

3. Ver “Por qué debe evitarse la soja” de Sally Fallon y Mary G. Enig, en http://www.axel.org.ar...

4. Rackis, Joseph, J., "Biological and Physiological Factors in Soybeans", Journal of the American Oil Chemists' Society 51:161A-170A, January 1974 - Rackis, Joseph J. et al., "The USDA trypsin inhibitor study", ibid.

5. Ver apartado “Los aceites procesados”.
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EE.UU. ESTUDIA APROBAR LAS PROPIEDADES
ANTICANCERÍGENAS DE LA SOJA

         Redacción - Madrid.-
         Las autoridades alimentarias de Estados Unidos están estudiando una petición para aprobar las propiedades sanitarias de los alimentos basados en la proteína de soja. The Solae Company (www.solae.com), empresa que ha presentado la petición, ha sugerido que su consumo puede reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como los de mama, próstata y colon.
          La petición se basa en 58 estudios que apoyan la relación entre el consumo de alimentos basados en la proteína de soja y la reducción del riesgo de desarrollar esos tipos de cáncer.
          La compañía recopiló los estudios científicos y las investigaciones realizadas hasta la fecha sobre alimentos basados en proteína de soja y la  reducción del riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Los investigadores de los equipos de salud y nutrición de Solae, junto con otros científicos externos, evaluaron la bibliografía científica existente. Como resultado de este proceso, obtuvieron la documentación, con pruebas científicas de peso, que presentaron a la agencia alimentaria estadounidense para apoyar su petición.
          La aprobación de las propiedades sanitarias supone, según la legislación de ese país, que éstas se pueden utilizar en el etiquetado y envasado del producto. Existen, además, otros muchos estudios que indican que una dieta rica en proteína de soja es beneficiosa para el corazón. Dichos estudios se utilizaron como prueba para conseguir que, en 1999, las autoridades estadounidenses aprobaran sus propiedades sanitarias alegando que « 25 gramos de proteína de soja diarios, como parte de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol, puede reducir el riesgo de enfermedades coronarias».
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Internacional 06.09.2006
THE SOLAE COMPANY SE CONSOLIDA EN ARGENTINA
La empresa espera crecer un 20% este año

         The Solae Company, innovador global en desarrollo tecnológico, investigación y aplicación de la proteína de soja y otros ingredientes característicos de la industria alimenticia, anunció un crecimiento en su cartera de clientes. Actualmente provee de proteínas saludables de soja a las principales marcas de productos alimenticios del país. Entre ellas se destacan fórmulas infantiles, salchichas y hamburguesas 100% vegetal, premezclas para milanesas de soja, jugos, barras de cereal y suplementos deportivos.
         En la Argentina, la empresa ha tenido un crecimiento sostenido durante los últimos años y para este año proyectamos un crecimiento del 20% en relación a 2005.
         “Desde nuestra llegada a la Argentina hemos tenido como objetivo proveer a las empresas alimenticias con nuestros productos, elaborados en base a estrictos sistemas de calidad y profundas investigaciones internacionales. Esto nos permite suministrar soluciones a la industria cárnica, desarrollar el segmento de bebidas y barras de cereal fortificadas con proteínas de soja, siendo este último el segmento de mayor crecimiento dentro de la gama de alimentos funcionales - comentó Jordan Rizetto, Director de Marketing para América Latina. “Somos conscientes de las mejoras nutricionales que proporciona la soja y por eso, esperamos continuar creciendo junto con el país.
         The Solae Company opera en cuatro segmentos primarios de la industria de la alimentación: cárnicos, productos de consumo masivo, alternativos a productos lácteos y productos nutricionales. Entre los mismos, se destacan: Proteína Aislada de Soja (ISP).  Proteína Concentrada de Soja.      Proteína Texturizada de Soja (TSP).   Lecitina de Soja.   Fibra de Soja. Harina de Soja Desgrasada.
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LOS PELIGROS DE LA SOJA (SOYA)
¿Cuánta soja se puede consumir sin peligro?
¿Es perjudicial para nuestra salud?
Aquí algunos alcances al respecto

         RESEÑA HISTÓRICA
         En julio de 1996 el Departarnento de Salud del Reino Unido advirtió que los fitoestrógenos encontrados en las fórmulas de leche de soja para lactantes podrían afectar la salud de éstos. Al advertir a los profesionales de la salud, el Médico en Jefe, Sir Kenneth Calman, dijo que las fórmulas con soja sólo se les deben administrar a los bebés siguiendo las recomendaciones de un profesional de salud. Hizo énfasis en que la leche materna es el mejor alimento para proteger a los bebés de cualquier alergia y comentó que existen alternativas a la soja para recetarles a los bebés con alergias y que no pueden tomar leche materna. Las fórmulas para lactantes basadas en la soja y la mayoría de los productos derivados de la soja contienen una clase de componentes naturales conocidos como fitoestrógenos, los cuales producen una actividad biológica en los seres humanos y en otros mamiferos. Como lo sugiere el nombre, los fitoestrógenos tienen la capacidad de imitar algunas de las acciones del estrógeno, la hormona femenina; sin embargo, los fitoestrógenos también causan un amplio rango de otros efectos en el sistema endocrino. Existe la preocupación de que ciertas clases de fitoestrógenos presentes en la soja (Isoflavonas) tienen un potencial toxico importante en el sistema reproductor y en el desarrollo, si les son suministradas a los lactantes. En 1996 el Comité Gubernamental de Asesoramiento Alimentario del Reino Unido les pidió a las compañías que investigaran la eliminación de las Isoflavonas de la soja en la leche administrada a los lactantes, pero a pesar de la evidencia de que esto es posible (ver a continuación) las compañías aun no han llevado a cabo dicha investigación.

         PREOCUPACION POR LA SALUD DE LOS LACTANTES
         Los efectos biológicos potenciales en los lactantes debido a lasIsoflavonas de la soja han sido claramente identificados, e incluyen cambios en las funciones de las glándulas sexuales, el sistema nervioso central, la glándula tiroides y los patrones de comportamiento (1-6).La exposición de los lactantes a las fórmulas a base de soja, y por ende a las Isoflavonas es bastante alta, 1000 veces mayor que la encontrada en los lactantes alimentados con leche matema o con fórmulas a base de leche de vaca (7-9).

Las Isoflavonas son absorbidas por los lactantes (7) y los niveles de éstas en el plasma sanguíneo de los lactantes a los que se les han administrado fórmulas a base de soja son comparables a los niveles que tienen efectos estrogénicos significativos en los experimentos con animales (10). Al igual que muchos factores que afectan negativamente el sistema endócrino, las Isoflavonas de la soja pueden afectar el buen funcionamiento de la glándula tiroides en los seres humanos. Según diversos documentos de los años ´60, los lactantes alimentados con leche de soja desarrollaron bocio aunque los factoresbociogénicos no fueron identificados en ese momento (11-15). Otros informes más recientes han identificado la real y potencial toxicidad de la soja en la glándula tiroides (16-19), identificandose como el factor activo en la soja, a las Isoflavonas. En pruebas in vitro, estos compuestos inhiben las reacciones catalizadoras de la peroxidasatiroidea, en concentraciones que son comparables a aquellas presentes en el plasma de los lactantes humanos (20). Se ha encontrado bocio maligno en los animales experimentales alimentados con soja (21) y existe el potencial de que las Isoflavonas de la soja causen cáncer en la glándula tiroides de los seres humanos. Existen informes de otros efectos biológicos de las Isoflavonas en los lactantes (22-23).

También existen informes sobre los efectos biológicos en los adultos. En un estudio sobre la alimentación realizado en el Reino Unido a mujeres premenopáusicas, se comprobó que 60 gr de proteína de soja por día durante un mes, afectaba el ciclo menstrual, y los efectos de lasIsoflavonas continuaron durante tres meses después de terminada la dieta con soja. Estos efectos se presentaron en niveles de dosificación de acuerdo con el peso corporal, lo cual significa que las dosis estuvieron en un orden de magnitud más bajas que los niveles a los cuales están expuestos los lactantes. Para estos últimos, los altos niveles de exposición, junto con una alimentación regular y frecuente durante el día, dieron como resultado que los lactantes alimentados con leche de soja presentaban mayores niveles de Isoflavonas en el plasma que cualquier otro grupo. Por lo tanto, los lactantes alimentados con leche de soja están expuestos a grandes dosis deIsoflavonas por mucho más tiempo, en comparación con las mujeres premenopáusicas afectadas por la ingestión de soja, de los estudios mencionados.

Dc hecho, los lactantes que son alimentados con leche de soja desde su nacimiento pueden experinientar estas altas exposiciones hasta por 12 meses o más tiempo, incluyendo los períodos criticos de la diferenciación sexual después del nacimiento.

Hasta la fecha los efectos de las Isoflavonas en las mujeres se presentan como cambios en el status de las hormonas esteroides sexuales y en la secreción de los pezones (25-25). En las mujeres premenopáusicas, existe un claro potencial para que las Isoflavonasmodifiquen la fertilidad. Aunque el estudio no fue concluyente, se identificó una asociación positiva importante entre el consumo de formulas a base de soja y la creciente aparición de telarquía prematura en Puerto Rico (26).

In vitro, las Isoflavonas de la sojya son inhibidores potentes de laoxidoreductasa 17-b-hidroxiesteroide (27-28) y por lo tanto pueden modular la síntesis y el metabolismo del estradiol y de otras hormonas esteroides (29). Se ha demostrado la toxicidad de lasIsoflavonas en la reproducción y en el desarrollo de diferentes especies de animales (30-34). Fue la toxicidad de los niveles dietarios de las Isoflavonas en los animales lo que causó la primera alarma en la comunidad científica y atrajo la atención al hecho de que las Isoflavonas de la soja afectaban el sistema endocrino (35). En diversos animales, como los leopardos (34), los ratones (33), las ratas (21), las codornices (32), los esturiones (36) y las ovejas (37) se han observado efectos sobre la reproducción, infertilidad, enfermedades de la glándula tiroides o enfermedades en elhigado causadas por la ingestión de Isoflavonas.

ELIMINACIÓN DE LAS ISOFLAVONAS DE LAS FÓRMULAS INFANTILES

En 1996, el Comité Asesor de Alimentos del gobierno Británico le pidió a las compañías fabricantes de fórmulas a base de soja que investigaran la posibilidad de reducir los niveles de fitoestrógenos en sus productos. El procesamiento stándard hace muy poco por reducir los niveles relativos de Isoflavonas en las fórmulas infantiles a base de soja (38-39). Sin embargo las Isoflavonas se pueden eliminar mediante la extracciónetanólica y esto ha sido demostrado en diversos documentos que detallan los métodos para analizar las Isoflavonas en los productos de la soja (38-40). También se puede conseguir proteína de soja libre de Isoflavonas como es el caso de la Arcon F, un producto de la proteína de soja producida por la Compañía Daniels Midland, usada como control en los estudios clinicos (24). Los laboratoriosAbbott-Ross (fabricantes de la fórmula con base de soja, isomil) han desarrollado una fórmula baja en fitoestrógenos e informan de pruebas exitosas del producto (41).

A pesar de todas estas evidencias de que es posible eliminar losfitoestrógenos a nivel comercial, los fabricantes de las fórmulas a base de soja para los lactantes se resisten a hacerlo. En el Reino Unido, su gremio comercial, la Asociación de Fabricantes deAlirnentos Infantiles y Dietéticos (IDFA en inglés) le ha comunicado a la Comisión de Alimentos que el procesamiento para eliminar los fitoestrógenospodría afectar la calidad de la proteína (42) - una afirmación que parece ir en contra de la evidencia presentada anteriormente.

Está bien demostrado que los lactantes son especialmente sensibles a los factores que afectan el sistema endócrino y por esta razón son un grupo de alto riesgo en términos de exposición. Por lo tanto, cualquier exposición de los lactantes a estos factores, incluyendo losfitoestrógenos, se debe mantener en el mínimo nivel posible. Sin embargo, en la actualidad, los lactantes alimentados con leche de soja están sometidos a una exposición más alta que cualquier otro grupo de la población; una situación que ha llevado al Doctor Daniel Sheehan, Director del Departamento de Investigaciones sobre el Desarrollo y la Reproducción en el Centro Nacional de Investigaciones Toxicólogas de la FDA (Food and Drugs Administration, EE.UU.) a observar que los lactantes alimentados con fórmula a base de soa han sido puestos en riesgo, en un gran experimento humano de niños, sin control y sin ninguna norma (43).

Los riesgos asociados con la exposición a los fitoestrógenos por parte de los lactantes están bien determinados y las primeras sospechas surgieron hace una década (44). Posteriormente, han sido identificados los efectos nocivos de los fitoestrógenos en los lactantes alimentados con soja: en particular es evidente que los lactantes alimentados con fórmulas con soja están en un verdadero riesgo de sufrir dafioscrónicos en la tiroides y de hecho los lactantes que sufran de un mal funcionamiento de la tiroides deben evitar fórmulas con soja y la leche de soja. Puede que pase cierto tiempo antes de que se cuantifiquen totalmente otros riesgos, pero se pueden evitar todos los riesgos, ya que está disponible la tecnologia para que los fabricantes reduzcan en gran parte el contenido de fitoestrógenos en las fórmulas con soja.

La Comisión de Alimentos considera que es irresponsable por parte de los fabricantes de las fórmulas de soja continuar poniendo a los lactantes en un riesgo innecesario por la exposición a los fitoestrógenosy por lo tanto ha solicitado la eliminación inmediata de losfitoestrógenos en las fórmulas de soja para los lactantes.

¿QUE HAY ACERCA DEL USO TRADICTONAL DE LA SOJA EN LA ALIMENTACIÓN DE LOS LACTANTES?

En Asia la soja no fue utilizada en la alimentación de los lactantes. En 1930 el DoctorRa Guy del Departamento de Salud Pública del PeipingUnion Medical College encontró: “pertinente observar que nunca se ha observado que las mujeres de Peiping usen leche de soja natural para alimentar a sus hijos. Esta bebida no se hace en las casas en Peiping, sino que es vendida por vendedores ambulantes como una solución muy débil y caliente de la proteína de soja y generalmente es consumida por los ancianos como reemplazo del té. La leche de soja, como complemento de la dieta de los lactantes, es bastante tediosa ydificil de preparar. Su demanda se basa en que ha sido ofrecida recientemente en los diferentes centros de salud, pero es tan ajena a esta comunidad como la leche de vaca” (45). En publicaciones posteriores, el doctor Guy informó del uso de la leche de soja como alimento para los lactantes. El objetivo de este informe fue el de comentar sobre los posibles usos de la leche de soja para solucionar el problema de alimentar los lactantes que no recibian suficiente lechematema en un paisdonde no se consume la leche de vaca. De nuevoGuy observó que aunque se “venda caliente una leche de soja diluida o TOU FU CHIANG en las calles de Pekin y ésta era ingerida por los ancianos en lugar de té, al contrario de las naciones occidentales, no se usaba la leche de soja para alimentar a los lactantes” (46).

¿PUEDE LA SOJA CAUSAR TRASTORNOS DE LA GLANDULA TIROIDES EN LOS SERES HUMANOS?

Se ha demostrado que la soja afecta las funciones de la glándula tiroides en los seres humanos. Un estudio realizado por investigadores japoneses concluyó que la ingestión de una cantidad moderada de soja por parte de pacientes adultos podría causar el agrandamiento de la glándula tiroides y suprimir la función de ésta (17).

Estos investigadores estudiaron los efectos de suministrar 30 gr diarios de soja en encurtido sobre la función de la glándula tiroides. Durante la investigación, se informó que la ingestión de iodo (en algas marinas) fue normal en todos los pacientes.

Los consumidores de grandes cantidades de Soja pueden presentar los síntomas de hipotiroidismo sin sospechar una conexión con la dieta
Los investigadores observaron un aumento significativo en los niveles de TSH en un grupo de 20 adultos alimentados con soja durante I mes (grupo I) y en un grupo de 17 adultos alimentados con soja durante 3 meses (grupo 2). En dos de los pacientes, los niveles de TSH aumentaron dramáticamente, de aproximadamente 1 micro-U/mL hasta 6.5 o 7.5 micro-U/mL. No se presentaron cambios significativos en los niveles de iodo inorgánico, T3 o T4 en ninguno de los grupos, pero hubo un aumento significativo en el F T3 y en el F T4 de los pacientes del grupo 2 después de dejar de consumir soja.

Se apreció un bocio no bien definido e hipotiroidismo en tres de los pacientes del grupo 1 y en ocho de los pacientes del grupo 2. Los pacientes del grupo 2 también presentaron sintomas asociados con el hipotiroidismo: estreñimiento (53% de los pacientes), fatiga (53% de los pacientes) y letargo (41% de los pacientes).

El bocio en los 11 pacientes era un bocio no bien definido que se encontraba entre los rangos I y 11 de agrandamiento. Uno de los pacientes del grupo 1 desarrolló tiroiditissubaguda. El tamaño del bocio se redujo en nueve de los pacientes después de 1 mes sin consumir soja pero persistió en dos de los pacientes. Se necesitaron 6 meses de tratamiento con T4 para que se redujera el tamaño del bocio en estos paclentes.

El hipotiroidismo subclinico se define como la combinación de un TSH moderadamente elevado con un T4 libre normal , una condición que se esta volviendo común y que eventualmente puede evolucionar hacia un evidente hipotiroidismo, especialmente en aquellas personas con anticuerpos antitiroides. El hipotiroidismo subclinico se define como un estado asintomatico en el cual la reducción de la secreción de las hormonas de la tiroides se compensa mediante un aumento en la producción de TSH para mantener un status clinicamente eutiroideo.Esta condición es de la mayor importancia y su prevalencia parece estar aumentando. Factores de la dietas pueden jugar un papel importante en el desarrollo de esta condición. Una alta ingestión de un compuesto bociógeno puede aumentar la secreción de TSH y el aumento de la secreción de TSH está también relacionado con el creciente riesgo de cáncer en la tiroides. Vale la pena notar que en los Estados Unidos de América la frecuencia del mal funcionamiento de la tiroides en las personas menores de 45 años se ha duplicado desde 1985.

LA SOJA Y EL CÁNCER DE MAMA

Las personas que estén consumiendo soja o suplementos de isoflavonacon la esperanza de reducir el riesgo de contraer cáncer deben pensarlo dos veces. Mientras los consumidores y los profesionales de la salud están siendo bombardeados con publicidad de la industria, que exalta las propiedades anticancerígenas de lasIsoflavonas de la soja, muchos investigadores del cáncer están diciendo justo lo opuesto; que el consumo de las Isoflavonas de la soja puede aumentar el riesgo de contraer cáncer. Por ejemplo, las mujeres posmenopáusicas que consuman Isoflavonasde la soja como Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) natural, tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. En 1996 el Doctor Nicholas Petrakis de la Universidad de California en San Francisco, informó que “el consumo prolongado de proteína aislada de soja tiene un efecto estimulante en los senos de las mujeres premenopáusicas, caracterizado por un aumento en la secreción de los fluidos del pecho, la aparición de células epitelialeshiperfísticas y niveles elevados de estradiol. Estos hallazgos sugieren un estimulo estrógenico desde las Isoflavonas genistein y la daidzeincontenidas en el aislado de la proteína de soja”. (25). El doctor CraigDees del Laboratorio Nacional deOak Ridge ha encontrado que lasIsoflavonas de la soja hacen que se reproduzcan las células cancerosas del pecho. Informó que: “bajas concentraciones de genisteinpueden estimular a que las células MC-7 entren en el ciclo celular” (47). El Dr.DeesConcluyó “que las mujeres no deben consumir ciertos alimentos (por ejemplo productos derivados de la soja) para prevenir el cáncer de mama”. El Doctor William Helferich de la Universidad de Illinois apoya la tesis de tomar precauciones acerca del consumo de soja para prevenir el cáncer de mama. Recientemente declaró que; “existe la probabilidad de que el genistein en la dieta estimule el crecimiento de tumores dependientes del estrógeno en los humanos con bajos niveles de estrógeno endógeno circulando, tales como los encontrados en las mujeres que posmenopáusicas” (48).

¿CUANTA SOJA SE PUEDE CONSUMIR SIN PELIGRO?

Las observaciones realizadas por el estudio de la Clínica de TiroidesIshizuki indican efectos bociógenicos importantes en pacientes alimentados con 30 gr de soja al día. Basándonos en las concentraciones de Isoflavonas encontradas en la soja japonesa (38), 30 gr de soja pueden contribuir hasta con un total de 23 mg delgenistein y 10mg del daidzein. Para un adulto que pese 70 kg. estosería igual a la ingestión de 0.33mg/kg de peso corporal de genistein y 0.14 mg/kg de peso corporal de daidzein por día. Esta cantidad de consumo de isoflavona es aproximadamente tres veces más alta que la cantidad consumida en el Japón, la cual es de 0.08 a 0.13 mg/kg de peso corporal del genistein total por día para un adulto que pese 70kgs (49).

Para los lactantes alimentados con fórmulas a base de soja, la exposición a lasIsoflavonas es mucho mayor que la de cualquier otro grupo de la población. Los lactantes menores de 6 meses que sean alimentados iniciamente con fórmulas de soja tienen una ingestión de hasta 5.4 mg/kg de peso corporal de genistein y 2.3 mg/kg de peso corporal de daidzein por día (7). Por esta razón, los lactantes alimentados con fórmulas de soja estan expuestos a niveles aproximadamente 16 veces mas altos deIsoflavonas que los pacientes del estudio Ishizuki.

Las concentraciones de Isoflavonas encontradas en productos disponibles en NuevaZelandia (33) indican que una dieta de 500 g de leche de soja más 200 g de queso de soja por día, podría dar como resultado la ingestión de hasta un total de 135 mg degenistein y de 80 g de daidzein. Para un adulto que pese 70 kg., esto equivale a la ingestión de 1.9 mg/kg de peso corporal de genistein y de 1.1 mg/kg de peso corporal de daidzein por día. Este grado de exposición a lasIsoflavonas es más de cinco veces la exposición de los pacientes en la investigación de Ishizuki y otros.

Los usuarios de los suplementos de isoflavona pueden consumir hasta 40 mg degenistein por día. Para un adulto que pese 70 kg. esto es equivalente a 0.57 mg/kg de peso corporal de genistein por día lo cual es 1.7 veces más que la cantidad que se ha comprobado que causa efectos bociógenicos.

Por lo tanto los lactantes alimentados con fórmulas de soja, los consumidores de grandes cantidades de soja y los usuarios de suplementos de isoflavona pueden presentar los sintomas de hipotiroidismo sin sospechar una conexión con la dieta. Desafortunadamente existen pocos datos acerca de qué constituye un nivel apropiado de ingestión de soja, aunque parece ser que los consumidores en los paisesoccidentales ahora pueden estar consumiendo mayores cantidades de soja que la consumida como parte de una dieta tradicional asiatica. Los consumidores de soja deben ser cautelosos y no exceder el consumo de más de 40 g deIsoflavonas de soja por día. Se han observado desordenes de la tiroides y otros efectos biológicos en dosis iguales o por encima de este nivel.Aproximadamente, se pueden encontrar 40 mg deIsoflavonas en:

Poroto de soja y harina de soja 12-25 g (0.4-0.9 oz)
Soja molida 20 g (0.7 oz)
Queso de soja (tofu) 70-130 g (2.5-4.6 oz)
Leche de soja 200-300 g (7.1-10.6 oz)
Brotes de soja 100 g (3.5 oz)

¿POR QUÉ NO SE DIFUNDE ESTA INFORMACIÓN?

La gente tiene el derecho a saber exactamente qué está comiendo y como está alimentando a sus hijos. ¿,Por qué las agencias gubernamentales se resisten informar al público? En junio de 1998, el Doctor Mike Fitzpatrick se reunió con el personal del DHS de California para expresar su preocupación acerca de la soja y en particular las fórmulas a base de soja. Recibió una respuesta por escrito de la toxicóloga del DHS, Doctora Susan Loscutoff, quienaflrmó:

“Estoy de acuerdo en que los altos niveles de isoflavonas en las fórmulas para alimentar a los lactantes son motivo de preocupación.”“No estoy de acuerdo en que los padres tengan el derecho a saber que las fórmulas a base de soja contienenIsoflavonas y la clase de toxicidad que las Isoflavonas puedan causar en los lactantes, ya que los padres no sabrian como interpretar esa información.” Esta es latipicarespuesta de las agencias que temen represalias de las industrias de la soja si Ilegarana alertar al público acerca de los peligros potenciales para la salud con relación a lasIsoflavonas de la soja.

¿QUE PUEDO HACER?

Envíe esta información a los profesionales de la salud y a sus amigos.Escríbale al Departamento de Salud Estatal solicitando información acerca de los riesgos asociados con el consumo de Isoflavonas de soja, especialmente por los lactantes. Escríbale a políticos que simpaticen con la causa y exprese su preocupación acerca de la presencia deIsoflavonas en las fórmulas a base de soja. Pida información a las empresas fabricantes de productos de soja y a los organismos gubernamentales responsables de la legislación y control de calidad de alimentos y medicamentos, pida una explicación sobre las fórrnulas a base dc soja y los suplementos de Isoflavonas de soja. Esté preparado para respuestas como “NO HAY EVIDENCIA DE QUE HAYA RIESGO”. Sin embargo, los hechos prueban lo contrario.

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CINCO ARTÍCULOS DEDICADOS A DESENMASCARAR LAS MENTIRAS
DETRÁS DE LOS SUPUESTOS BENEFICIOS DE CONSUMIR SOJA.
.- La soja: demasiado bueno para ser cierto.
.- Soja: ¡no crea en la propaganda!
.- Soja: el lado oscuro de "La Cenicienta"
.- La soja y el cáncer.
.- Soja: Controles inexistentes en un sistema esencialmente corrupto.

Signs of the Times ("Señales de los Tiempos")
LA SOJA: DEMASIADO BUENO PARA SER CIERTO.
Brandon Finucan y Charlotte Gerson.
soyonlineservice.co.nz
mar, 06 sep 2011 06:16 CDT
Traducción de Román Quirós M.

         Comentario: Este artículo expone con claridad sólo algunos aspectos de los tantos vinculados al consumo del "veneno llamado soja". SOTT comparte esta visión y se esfuerza día a día por difundir este tipo de información. De todos modos notamos que el artículo sugiere en algunos pasajes que las grasas animales no son beneficiosas para la salud y en este punto diferimos (como también difiere el Dr. Mercola citado en el último párrafo).
         Hoy día hay muchísima buena ciencia que ha dado a luz valiosas pruebas de que las grasas y proteínas de origen animal no solo son beneficiosas para la salud sino que son esencialmente necesarias.
         Para más información sugerimos la lectura del artículo: "Los alimentos prohibidos que nunca debe dejar de comer". http://espanol.mercola.com/boletin-de-salud/disfrute-las-grasas-saturadas-son-buenas-para-usted.aspx

         Aunque ya en 1966 había considerables investigaciones sobre las substancias perjudiciales en el frijol soja, hoy día tendríamos grandes dificultades para encontrar artículos que afirmen que la soja es cualquier cosa menos un alimento milagroso. Al hacerse la soja más y más popular a través de la industria y la propaganda, nos sentimos impulsados nuevamente a alzar nuestras preocupadas voces.

         La Industria de la Soja en los Estados Unidos
         En 1924, la producción de frijol soja en los Estados Unidos era sólo de 1.8 millones de acres cosechados, pero, para 1954, el número de acres cosechados había aumentado a 18.9 millones. En la actualidad, en los Estados Unidos la producción de frijol soja es la tercera mayor (en 1998 se cosecharon 72 millones de acres), proporcionando más de 50 por ciento de la demanda mundial de frijol soja.
         La mayor parte de esta producción se utiliza como alimento para animales y para la fabricación de aceite de soja que ha de ser usado como aceite vegetal, margarina, y manteca. De los usos tradicionales de la soja como alimento, sólo la salsa de soja goza de amplio consumo en la dieta de los norteamericanos. El tofú, que representa el 90 por ciento del uso del frijol soja en Asia, se ha vuelto más popular en los Estados Unidos, pero la soja todavía no está ni cerca de ser un componente medible de la dieta del norteamericano promedio. ¿O sí?
         Durante más de 20 años, la industria de la soja se ha concentrado en encontrar usos alternos y nuevos mercados para el frijol soja y los subproductos de soja. En el supermercado local, ahora la soja puede encontrarse disfrazada de cualquier cosa, desde queso, leche, hamburguesas y "hot dogs", hasta conos, yogurt, aceite vegetal, fórmula para lactantes, y harina (para mencionar sólo algunos productos). Éstos son a menudo comercializados como bajos en grasa y libres de productos animales, o como sustitutos de la carne, de alto contenido proteínico, para vegetarianos. Pero la soja no siempre se menciona en la tapa de la caja. En la actualidad, un alarmante 60% de los alimentos en las estanterías de los supermercados en los Estados Unidos contienen derivados de soja (es decir, harina de soja, proteína vegetal texturizada, aceite de frijol soja hidrogenado, aislado de proteína de soja). Cuando uno examina la lista de los ingredientes, y mira realmente el contenido de la "Dieta Promedio Norteamericana", desde bocadillos y comida rápida hasta comidas congeladas pre-empacadas, la soja juega un papel principal.

         ¿Dónde se Equivoca el Frijol Soja?
         Aquí en el Instituto Gerson, pensamos que los aspectos positivos del frijol soja son eclipsados por su potencial para hacer daño. En realidad, el frijol soja contiene gran número de sustancias peligrosas. Uno entre ellos es el ácido fítico, llamado también fitatos. Este ácido orgánico está presente en el salvado o la cáscara de todas las semillas y legumbres, pero ninguno tiene el alto contenido de fitatos que tiene el frijol soja. Estos ácidos bloquean la absorción de minerales esenciales, como el calcio, el magnesio, el hierro, y especialmente el zinc. Además del problema del alto contenido de fitatos, el frijol soja es muy resistente a las técnicas de reducción, como el cocimiento prolongado a fuego lento.
         El frijol soja también contiene potentes inhibidores enzimáticos. Estos inhibidores bloquean la absorción de la tripsina y otras enzimas que el cuerpo necesita para la digestión de las proteínas. El cocimiento normal no desactiva estos "antinutrientes" perjudiciales, que pueden causar serios malestares gástricos y una reducida digestión de las proteínas, y puede conducir a deficiencias crónicas en la absorción de los aminoácidos.
         Aparte de éstos, el frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que favorece los coágulos y hace que los hematíes se arracimen. Estos hematíes arracimados no pueden absorber correctamente el oxígeno para su distribución a los tejidos del cuerpo, ni mantener el corazón en buena salud. Tanto la hemaglutinina como los inhibidores de la tripsina son substancias "depresoras del crecimiento". Aunque la acción de fermentar los frijoles soja sí desactiva tanto los inhibidores de la tripsina como la hemaglutinina, la precipitación y el cocimiento no lo hacen. Aunque el nivel de estos inhibidores enzimáticos se reduce dentro de los productos de soja precipitados como el tofú, no son eliminados por completo.
         Sólo después de un largo período de fermentación (como en la formación de miso o tempeh) se reducen los niveles de fitatos y "antinutrientes", haciendo que su valor nutritivo quede disponible para el sistema digestivo humano. Los altos niveles de substancias perjudiciales que quedan en los productos de soja precipitados dejan su valor nutritivo a un nivel cuestionable en el mejor de los casos, y por lo menos, en un nivel potencialmente perjudicial.

         ¿Y los Estudios?

         En años recientes, se han llevado a cabo varios estudios relacionados con el efecto del frijol soja en la salud humana. Los resultados de estos estudios, mayormente patrocinados por varios grupos de la industria de la soja, por supuesto que estaban abrumadoramente a favor de la soja. Las principales afirmaciones acerca de los beneficios saludables de la soja se basan puramente en la ciencia errónea. Aunque los principales argumentos en favor de que los pacientes de cáncer usen soja se enfocan en estadísticas que muestran bajas tasas de cáncer de mama, colon, y próstata entre los asiáticos, algunos hechos obvios han sido ignorados por completo. Aunque los estudios se ufanan de que las mujeres asiáticas tienen menos casos de cáncer del seno que las mujeres norteamericanas, la propaganda deja de señalar que estas mujeres asiáticas ingieren una dieta que es dramáticamente diferente de la de sus contrapartes norteamericanas.
         La dieta normal asiática consiste de productos más naturales, carne mucho menos grasa, mayor cantidad de vegetales, y más pescado. Sus dietas son también más bajas en substancias químicas y toxinas, pues comen muchos menos alimentos procesados (enlatados, envasados en tarros, en salmuera, congelados). Es probable que estos estudios hayan sido influidos por el hecho de que la tasa de cáncer aumenta entre los asiáticos que se mudan a los Estados Unidos y adoptan dietas americanizadas. Por supuesto, este cambio de dieta va de la mano con un cambio dramático en el estilo de vida. Pasando por alto los notables cambios en la dieta y el estilo de vida, suponer sólo que los reducidos niveles de soja de estas dietas asiáticas americanizadas son un factor principal en las más altas tasas de cáncer revela un juicio deficiente y, como se dijo más arriba, una ciencia errónea. Los cambios en la dieta y el estilo de vida deben ser tomados en cuenta para llegar a la conclusión correcta.
         Un artículo que se ha difundido ampliamente, escrito por Jane E. Aller, autora de artículos científicos para AP, y titulado: "Los Científicos Sugieren Más Soja en la Dieta", cita a numerosos oradores que, durante un simposio, discutieron las probables ventajas de la soja bajo el título "Impacto de la Proteína de Soja en la Salud". Sin embargo, el artículo afirma que el simposio, que costó $50,000, "¡fue patrocinado por Protein Technologies International, de St. Louis, una subsidiaria de DuPont que fabrica proteína de soja!" Durante el mismo simposio, Thomas Clarkson, profesor de medicina comparativa de la Universidad de Wake Forest, dice: "La actual terapia de reemplazo de hormonas ha sido un fracaso triste desde el punto de vista de la salud pública", no porque se sabe que Premarina causa cáncer en el útero u otros órganos femeninos, sino "porque sólo el 20 por ciento de las mujeres que podrían beneficiarse de ella están recibiéndola".
         Otros argumentos populares en apoyo de la soja afirman que los productos fermentados, como el tempeh o el natto, contienen altos niveles de vitamina B-12. Sin embargo, estos argumentos de apoyo dejan de mencionar que la B-12 de la soja es un análogo B-12 inactivo, que no se utiliza como vitamina en el cuerpo humano. Algunos investigadores especulan que este análogo puede servir en realidad para impedir que el cuerpo absorba la B-12. También se ha descubierto que las reacciones alérgicas al frijol soja son mucho más comunes que a todas las otras legumbres. Hasta la Academia Americana de Pediatría admite que la exposición a la soja a temprana edad por medio de fórmulas infantiles comerciales puede ser una de las causas principales de la alergia a la soja entre niños de mayor edad y adultos.
         En su libro clásico, "Una Terapia Contra el Cáncer - Resultados de 50 Casos" (p. 237), la Dra. Gerson puso "Soja y Productos de Soja" en la lista de alimentos "prohibidos" para los pacientes de la terapia Gerson. En ese tiempo, sus mayores preocupaciones eran dos items: el alto contenido de aceite de la soja y los productos de soja, y la tasa más bien alta de las reacciones alérgicas a la soja. El frijol soja puede añadir hasta 9 gramos de grasa por porción, añadiendo típicamente un promedio de 5 gramos de grasa por porción cuando es parte de la dieta de un norteamericano promedio.

         El Proceso de Extracción
         Los procesos que hacen "comestible" al frijol de soja son también los procesos que lo vuelven "no comestible". Al fermentar el frijol soja, el proceso implica que los frijoles se hacen puré y se saturan de una solución alcalina. La mezcla hecha puré se calienta luego aproximadamente a 115ºC (239ºF) en una olla a presión. Este proceso de calentamiento y saturación destruye la mayoría de los antinutrientes, pero no todos. Al mismo tiempo, tiene el grave inconveniente de desnaturalizar las proteínas de los frijoles, de manera que se hace muy difícil digerirlos, y su efectividad se reduce grandemente.
         Desafortunadamente, la solución alcalina también produce un carcinógeno, la lisinealina, mientras reduce el contenido de cistina en el frijol soja, ya bajo de por sí. La cistina juega un papel esencial en la destoxificación del hígado, permitiendo que nuestros cuerpos filtren y eliminen las toxinas. Sin las cantidades adecuadas de cistina, las proteínas complejas del frijol soja se vuelven inútiles, a menos que la dieta sea fortificada con carne rica en cistina, huevos, o productos animales - lo cual no es una opción para los pacientes de Gerson.
         En abono del frijol soja, hay que decir que éste sí contiene grandes cantidades de ácidos grasos omega-3 beneficiosos, pero éstos son particularmente susceptibles de volverse rancios cuando son sometidos a altas presiones y temperaturas. Desafortunadamente, se necesitan alta presión y alta temperatura para extraer el aceite del frijol soja.
         Antes de que los frijoles soja sean enviados a su mesa, pasan por un riguroso proceso para despojarlos de su aceite. Primero, se aplican hexano y otros solventes para ayudar a separar el aceite de los frijoles, dejando vestigios de estas toxinas en el producto comercial. Por definición, hexano es "cualquiera de cinco hidrocarbonos incoloros, volátiles, líquidos (C6H14) de la serie de las parafinas", y no puede ser beneficioso en lo más mínimo para la dieta de nadie. Después de que se extrae el aceite, las hojuelas desgrasadas se usan para formar los tres productos proteínicos básicos. Con excepción de la harina de soja que conserva todas las grasas, todos los productos de soja contienen vestigios de solventes carcinógenos.

         Experiencias Personales
         La siguiente carta se recibió en noviembre de 1998:
         "He usado leche de soja durante 12 años sin ningún problema. Hace como 9 meses, comencé a tener palpitaciones del corazón. Pensé que había llegado a la menopausia, pero no era así. Añadí a mi dieta más potasio, así como magnesio y vitamina E. Pero no hubo ningún cambio. Ya estaba tomando café descafeinado, pero ahora también eliminé todo el azúcar de mi dieta. Perdí 25 libras y me sentía magníficamente bien, excepto por las palpitaciones. Probé con espino y ajo, pero nada me ayudaba. Hace poco, caí en cama con bronquitis aguda y sólo podía beber agua porque hasta la leche de soja me provocaba horrendos ataques de tos. Me di cuenta de que, después de algunos días, las palpitaciones del corazón habían cesado. No le di mayor importancia porque nunca se me ocurrió que la soja fuera el culpable. Tan pronto comencé a tomarla nuevamente, el corazón se me volvió loco. La suspendí durante una semana, y luego cambié de marca. A los 30 minutos de beber sólo 4 onzas [de leche de soja], mi corazón estaba desbocado. He notado que se necesitan de 24 a 36 horas para que mi corazón se estabilice. Me pregunté si vuestra investigación había producido algo como esto en relación con la soja. Sé que no está dentro de la definición de alergia, pero algo definidamente está sucediendo. Llamé al fabricante de la leche de soja, pero no me ayudaron para nada. Me siento muy molesto porque sólo bebo leche de soja y agua. También uso la leche de soja para hacer batidos de proteína (con qué otra cosa sino con proteína de soja)".
         En el número de Noviembre/Diciembre de 1996 de nuestro Boletín Gerson Sobre Curación, describimos otro caso: una señora embarazada que parecía muy enferma y sufría de gran retraso mental. Ella también describió a su hijo de cinco años de edad, que sufría de muchas alergias e infecciones - ambos estaban usando una considerable canttidad de soja en su dieta. Les recomendé que dejaran de usar todos los productos de soja. En ese momento, sólo yo me acababa de encontrar con esa situación. Sin embargo, un año más tarde, llegué a la misma área para dictar una conferencia, y la señora me invitó a comer. Había eliminado de su dieta todos los productos de soja: su piel era ahora rosada, sus mejillas estaban rellenas, sus ojos, que antes estaban hundidos, ahora eran normales, las ojeras habían desaparecido, y la salud de su pequeño hijo, que ahora tenía seis años, había mejorado mucho.
         Sólo la semana pasada, nos llamó la atención otra historia interesante. Una paciente del Hospital Gerson Certificado de la ciudad de México nos habló de su hijo, ahora de 25 años, que sufría de una total ausencia de cabello (alopecia), con excepción de las cejas y las pestañas. Ella añadió que esto comenzó cuando sólo tenía tres años. Puesto que la madre me preguntó acerca de esta situación, pensé en el problema por un momento. Luego, mirando a ambos padres, que tienen cabello normal, pensé que el problema del muchacho probablemente no era genético. Así que le pregunté a la madre si usaba mucha soja. Ella dijo que no. Pero luego, después de pensar en la pregunta por un momento, dijo que, cuando el muchacho tenía como un año, tenía muchas alergias, ¡así que ella lo alimentaba regularmente con leche de soja! Le expliqué la capacidad de la soja para bloquear las enzimas y los nutrientes, y la probabilidad de que la leche de soja fuese la causa de que la alopecia hubiese comenzado a los tres años. Como acabábamos de presenciar el caso de un paciente cuyo cabello había vuelto a crecer sobre su cráneo desnudo después de ser calvo como por 20 años, cautamente le sugerí que un completo cambio de dieta, acompañado por una intensa desintoxicación, podría corregir el problema.

         Comentario del Dr. Mercola:
         Este es un excelente resumen de algunas de las principales razones de por qué la soja no es el alimento saludable que usted cree que es. Hay literalmente miles de millones de dólares de influencia en la industria de aceite comestible, que están promocionando el uso de la soja en círculos de medicina natural para que de este modo su uso pueda ser promocionado entre el público médico en general. Hasta pueden engañar a doctores en medicina natural que son conocedores. Yo soy un columnista mensual en la publicación Townsend Letters, y otro columnista, el Dr. Hudson, que fue declarado por votación médico naturópata del año, publicó un artículo este mes alabando los valores de la soja. No hay que decir que rápidamente escribí una carta a Townsend solicitándoles que publicaran el otro lado de la historia de la soja. Mientras tanto, usted puede evitarse y evitarle a su familia algunos problemas potenciales limitando todo uso de la soja a productos fermentados solamente, como el tempeh o el miso.

         Comentario: Este artículo es el primero de una serie de cinco artículos dedicados a desenmascarar las mentiras detrás de los supuestos beneficios de consumir soja.

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SOJA: ¡NO CREA EN LA PROPAGANDA!
Susan DeSimone y Brandon Finucan
soyonlineservice.co.nz
mar, 06 sep 2011 06:59 EDT
Traducido por Román Quirós M.

         Comentario: Aunque en lo que respecta a la soja SOTT coincide con el artículo, nos vemos obligados a apartarnos respecto a las afirmaciones hechas al final del mismo. No compartimos en absoluto la idea general de que las dietas vegetarianas son más saludables. Por el contrario hemos expuesto en innumerables artículos e investigaciones lo que parece ser claramente un hecho: el ser humano es esencialmente carnívoro y su dieta debe basarse en alimentos de origen animal.

         Para más información sugerimos la lectura de los siguientes artículos:
         - Los alimentos prohibidos que nunca debe dejar de comer
         - Un error grande y gordo
         - La hipótesis de los lípidos: El mito desmitificado

         Archer Daniels Midland Company (ADM) es uno de los principales fabricantes de productos de soja. Está tratando de conseguir que la Food and Drug Administration (FDA) reconozca la categoría de generalmente reconocidas como seguras (GRAS, por sus siglas en inglés) para las isoflavonas, los compuestos semejantes al estrógeno que se encuentran en los productos de soja. La compañía presentó un documento titulado "Documento informativo que examina la seguridad de las isoflavonas de soja usadas en aplicaciones dietéticas específicas".
         El Dr. Mike Fitzpatrick, un bioquímico y ex-profesor de la Universidad de Auckland, analizó cuidadosamente este material y presentó sus conclusiones en un artículo titulado "Las Isoflavonas de Soja: Panacea o Veneno", que se publicó en el Journal of the Price-Pottinger Nutrition Foundation (vol. 22, no. 3). El Dr. Fitzpatrick llegó a la conclusión de que el documento de apoyo de ADM contiene "errores de hecho, falsea a los autores citados, y no presenta la totalidad de la evidencia científica".
         ADM afirma que "estas isoflavonas han sido consumidas por millones de seres humanos por más de dos mil años". En realidad, aunque han sido usadas en Asia por cientos de años, "no formaban parte importante de la dieta [de los asiáticos]". Además, observa Fitzpatrick, "el frijol soja tradicional era bastante diferente del que conocemos hoy día". El frijol soja silvestre, el soja glicina, "es la especie que se consumía tradicionalmente, y es el antepasado del moderno cultivo, glicina max", explica Fitzpatrick. La especie moderna ha sido cultivada para que produzca mucha más proteína que el frijol soja tradicional.
         Las isoflavonas sirven como "mecanismo defensivo como respuesta a las plagas. Una meta consistente de los cultivadores de frijol soja ha sido una mayor resistencia a las enfermedades, y es bastante concebible que esta meta haya servido para aumentar los niveles de isoflavonas y otras toxinas que ocurren de modo natural en el glicina max". Los niveles de isoflavonas en el glicina max varían considerablemente. "Si esto es así, entonces no es inverosímil que el frijol soja asiático tradicional, el glicina, contenga niveles bastante bajos de isoflavonas o quizás ninguno en absoluto", dice Fitzpatrick. Por lo tanto, el aserto de ADM de que el frijol soja ha sido consumido durante más de dos mil años no se puede justificar.

         La Soja y las Fórmulas Infantiles
         Lo que es particularmente preocupante es la presencia de la soja en las fórmulas infantiles. Es interesante observar que muchos niños no toleran las fórmulas de soja, que parecen ser "alérgicos" a la soja.
         Quizás el cuerpo rechaza instintivamente los inhibidores enzimáticos que se encuentran en la soja. En una carta dirigida a Linda Kahl en la división de Políticas de Productos de la FDA, y fechada el 22 de abril de 1998, Daniel Sheehan, Ph.D. y director del Programa de Estrógeno Base del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica, escribió: "Hay abundante evidencia de que algunas isoflavonas, incluyendo la genisteína, son tóxicas. Además, las isoflavonas son inhibidoras de la peroxidasa tiroidea, que fabrica las [hormonas] T3 y T4. Puede esperarse que la inhibición genere anormalidades tiroideas, incluyendo el bocio y la tiroiditis autoinmune. En realidad, los niños que consumen fórmulas de soja ricas en isoflavonas tienen más o menos el doble de riesgo de contraer estas enfermedades... Aunque puede que las isoflavonas tengan efectos benéficos a algunas edades o en ciertas circunstancias, no puede suponerse que esto sea cierto a todas las edades. Las isoflavonas son como otros estrógenos en que son espadas de dos filos, pues confieren tanto beneficios como riesgos".
         El Dr. Sheehan cree que: "La adición de isoflavonas a los alimentos debe ser considerada del mismo modo que la adición de estrógeno a los alimentos, lo cual es una mala idea". El Dr. Sheehan está muy preocupado por el alto contenido de estrógeno en las fórmulas basadas en soja. Piensa que los niños alimentados con estas fórmulas han sido puestos en riesgo en un "experimento con niños, que es a gran escala, incontrolado, y básicamente no monitoreado". El Dr. Fitzpatrick trae a colación otro punto en disputa: él cree que la soja puede combinarse con otros xenoestrógenos (como los plaguicidas). Fitzpatrick escribe que "a causa del potencial para causar efectos sinérgicos, la exposición de seres humanos a todos los disruptores endocrinos, como la soja, se requiere con urgencia que las isoflavonas sean reducidas".

         La Soja y la Dieta Occidental
         En un artículo anterior (N del E: ver "La soja: demasiado bueno para ser cierto"), mencionamos que se han hecho suposiciones conectando la ingesta de soja con la baja incidencia de ciertos cánceres en Asia. "Sin embargo, un estudio epidemiológico en China ha demostrado que una alta ingesta de soja no protege contra el cáncer del seno".[1]
         Convenientemente, los proponentes de la soja han pasado por alto un estudio que demuestra que los altos niveles de genisteína "pueden estimular las células del seno para que entren en el ciclo celular".[2] Estos descubrimientos son "consistentes con un informe anterior de Petrakis et al, que expresa la preocupación de que las mujeres alimentadas con aislado de proteína de soja tengan una mayor incidencia de hiperplasia epitelial". [3]
         Recientemente, el gobierno de Gran Bretaña publicó su descubrimiento de los efectos de la soja en la dieta, llegando a la conclusión de que "casi no había evidencia que ligara los beneficios para la salud de los alimentos que contuvieran isoflavonas con las isoflavonas mismas". [4]
         Otro estudio llegó a la conclusión de que "cualesquiera beneficios de los productos de soja no se deben específicamente a las isoflavonas ... [y] la combinación de una alta ingesta de fitoestrógenos con una dieta occidental posiblemente no sea benéficiosa". [5]
         Además de los naturales problemas con el frijol soja, nos enfrentamos a un nuevo fenómeno occidental: la soja genéticamente alterada. Entre otros alimentos genéticamente alterados, o transgénicos, como el maíz, las manzanas, los tomates, las calabazas, las fresas, la lechuga, las papas, el trigo, y hasta las nueces (para mencionar sólo unos pocos), la soja es uno de los más controvertidos. Monsanto, el multimillonario líder biotecnológico que nos trajo rBGH (la hormona del crecimiento bovino), ha estado luchando por varios años para poner en la mesa de usted alimentos genéticamente alterados. Hasta ahora, va ganando. La verdad es que, a menos que usted haya estado comiendo sólo alimentos orgánicos, es probable que haya estado probando la obra de Monsanto.
         Monsanto ha obtenido millones en ganancias de las ventas de su popular herbicida, RoundupÆ, y a su vez ha producido varios cultivos transgénicos que lo resisten. Por supuesto, la soja se encuentra entre esos cultivos resistentes al Roundup-ReadyÆ. Siendo resistentes a este potente herbicida, los agricultores pueden rociar más de él sobre sus cultivos, lo cual resulta en niveles más altos de toxinas en el producto cosechado. Recientes estudios han mostrado que los cultivos de frijol soja tienen un elevado nivel de estrógeno (mucho más alto que los niveles ya elevados del frijol soja). Como mencionamos antes, el efecto sinérgico de estos estrógenos - especialmente en niños que ingierenn fórmulas con base de soja - es desconocido, pero hizo enarcar algunas cejas en un estudio reciente publicado en la revista Pediatrics.
         Los investigadores descubrieron que uno por ciento de todas las muchachas ahora muestran señales de pubertad, tales como el desarrollo de los senos o vello púbico, antes de los tres años; para la edad de ocho años, el 14.7 de las muchachas caucásicas y un enorme 48.3 por ciento de las muchachas afroamericanas tenían una de estas características o ambas", dice Sally Fallon en el artículo sobre la soja publicado por Price-Pottinger.

Se ha demostrado que estos niveles más elevados de estrógeno aumentan la cantidad de grasa producida en la leche de vacas alimentadas con los frijoles alterados y rociados. Junto con el uso de rBGH, los elevados niveles de estrógeno arrojan dudas sobre si la leche de vacas puede en realidad llamarse leche.

La Unión Europea ha luchado desesperadamente para evitar que los cultivos genéticamente alterados entren en la cadena alimenticia europea, pero este junio, tanto Francia como Irlanda estarán plantando los primeros cultivos alteradosen suelo europeo. En los Estados Unidos, hay muy pocas leyes (si es que las hay) sobre la industria biotecnológica.

         La Soja y la Ingesta de Proteína
         El frijol soja no es la base para medir si su dieta vegetariana proporciona o no la proteína y los nutrientes que su cuerpo necesita. En realidad, una dieta completamente desprovista de soja o productos cárnicos, pero variada en vegetales y frutas, proporciona a su cuerpo todos la proteína y los nutrientes que necesita. El factor importante para establecer si su dieta vegetariana libre de soja es lo bastante buena para usted o no, no es una cuidadosa combinación alimenticia. Son las calorías. Mientras usted coma suficientes hojas verdes, frutas, y vegetales, su cuerpo recibirá todo lo que necesita. Esta es la razón por la cual la Terapia Gerson, con su bien balanceada dieta basada en plantas (libre de soja), y rica en vitaminas y enzimas, puede efectivamente curar hasta los más difíciles malestares.





         Referencias
         Gerson Institute Newsletter Volume 14 #4
         1. Yuan JM et al. Diet and breast cancer in Shanghai and Yianjin. Br J Cancer 71:1353-1358 (1995).
         2. Dees C et al. Dietary estrogens stimulate breast cells to enter the cell cycle. Eviron Health Perspect 105 (Suppl 3): 633-636 (1997).
         3. Petrakis NL et al. Stimulatory influence of soy protein isolate on breast secretion in pre- and post-menopausal women. Cancer Epid Bio Prev 5: 785-794 (1996).
         4. Assessment on phytoestrogens in the human diet. Institute for Environmental Health, Ministry of Agriculture, Fisheries and Food (1997).
         5. Adlecruetz H and Mazur W. Phytoestrogens and western diseases. Annals of Medicine 29: 95-120 (1997).

         Comentario: Este artículo es el segundo de una serie de cinco artículos dedicados a desenmascarar las mentiras detrás de los supuestos beneficios de consumir soja.
         Anterior: La soja: demasiado bueno para ser cierto        
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Comentarios del Lector
Me ha sorprendido esta afirmación
Por: valentinux
"el ser humano es esencialmente carnívoro y su dieta debe basarse en alimentos de origen animal"

Siempre he pensado todo lo contrario, que nos obligan a comer carne con algún oscuro propósito. Leí una idea venida de supuestas "dimensiones superiores" que me impactó bastante, "Tenéis que dejar de comer cadáveres". Estamos comiendo animales que tienen cerebro, sistema nervioso, y que sienten, he visto un cerdo durante su sacrificio, y es muy penoso, no puede ser cierta esta afirmación.

Wed, 07 Sep 2011 15:13 EDT
Bienvenido y un comentario...
Por: msante

valentinux, en primer lugar bienvenido a SOTT!
Respecto a tu comentario es entendible que con toda la confusión, dichos y entredichos, mala ciencia, intereses políticos/económicos, etc, no esté claro qué cosas son saludables y qué cosas no.
En SOTT le damos muchísima importancia a la alimentación, y llevamos muchos años investigando al respecto. Somos conciente de que circula mucha información falsa y sin fundamento; entre ella se encuentran muchas afirmaciones estilo New Age como la que insinuas en tu comentario.
Durante muchos años se ha hecho marketing mundial de la idea de que el vegetarianismo "es el camino" y ha sido asociado a la elevación espiritual. Afirmaciones como esta se basan comunmente en argumentos como los que vos señalás:

[...] idea venida de supuestas "dimensiones superiores" que me impactó bastante,"Tenéis que dejar de comer cadáveres". Estamos comiendo animales que tienen cerebro, sistema nervioso, y que sienten, he visto un cerdo durante su sacrificio, y es muy penoso, [...]

En SOTT no descartamos ninguna fuente, de hecho, hemos obtenidos muy buenas pistas de, llamémoslas también, "fuentes superiores". Pero la idea fundamental a la hora de aprender o adquirir conocimiento es que se debe ser riguroso, apoyarse en los hechos, buscar la objetividad, y practicar "buena" ciencia, es decir ciencia interesada en la verdad.
Creer o afirmar algo porque alguien más lo dijo no es suficiente para nosotros.
En este contexto hemos investigado y aprendido (hay clarísimas evidencias) que el cuadro genético del ser humano fue gestándose despacio a través de hábitos alimentarios y factores ambientales, y poco ha cambiado en los últimos, digamos 100.000 años. Estas adaptaciones dieron como resultado un cuerpo adaptado para nutrirse saludablemente de todo lo que el hombre podía cazar y recolectar. La revolución agrícola del neolítico introdujo los cereales en la dieta humana, y esta es la base de la alimentación del hombre moderno. Hay evidencias muy concretas que señalan que una dieta basada en carbohidratos no es saludable. Hemos publicado mucha información a este respecto en SOTT. Te invito a que la recorras y compartas con nosotros tu opinión al respecto. Para comenzar te sugiero la lectura de:

- ¿Qué es la Dieta Paleolítica? [Enlace]
- Volver a la dieta paleolítica... [Enlace]
- La dieta paleolítica: fundamentos [Enlace]
- Más personas podrían beneficiarse de los alimentos sin gluten [Enlace]
- Los alimentos prohibidos que nunca debe dejar de comer [Enlace]

         Estos son solo algunos. Hay mucho más...

Wed, 07 Sep 2011 17:32 EDT

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SOJA: EL LADO OSCURO DE "LA CENICIENTA"
Sally Fallon y Mary G. Enig
soyonlineservice.co.nz
mar, 06 sep 2011 15:29 EDT
Traducido por Román Quirós M.

         La propaganda que ha creado el milagro de las ventas de soja es tanto más notable cuanto que, hace sólo algunas décadas, el frijol soja era considerado no apto como alimento, ni siquiera en Asia. Durante la dinastía Chou (1134-246 AC), al frijol soja era designado uno de los cinco granos sagrados, junto con la cebada, el trigo, el mijo, y el arroz.
         Sin embargo, la pictografía del frijol soja, que data de épocas anteriores, indica que al principio no se usaba como alimento; porque, mientras las pictografías de los otros cuatro granos muestran la semilla y la estructura del tallo de la planta, la pictografía del frijol soja enfatiza la estructura de la raíz. La literatura sobre agricultura de la época habla frecuentemente del frijol soja y su uso en la rotación de las cosechas. Aparentemente, la planta de soja se usaba al principio como método para fijar el nitrógeno. [13]
         El frijol soja no sirvió como alimento sino hasta el descubrimiento de las técnicas de fermentación, en algún momento durante la dinastía Chou. Los primeros alimentos de soja eran productos fermentados, como el tempeh [alimento asiático que se prepara fermentando frijoles soja con rizópodos], natto, miso, y salsa de soja.
         En fecha posterior, posiblemente en el siglo II a. C., los científicos chinos descubrieron que un puré de frijoles soja cocidos podía ser precipitado con sulfato de calcio o sulfato de magnesio (yeso o sales de Epsom) para hacer una cuajada suave y pálida - tofú o cuajada de frijol. El uso de productos de soja fermentados y precipitados pronto se extendió a otras partes del Oriente, notablemente Japón e Indonesia.
         Los chinos no comían frijol soja fermentado como las otras legumbres, como lentejas, porque el frijol soja contiene grandes cantidades de toxinas naturales, o "antinutrientes". Primero entre ellos están los potentes inhibidores de enzimas que bloquean la acción de la tripsina y otras enzimas que se necesitan para digerir las proteínas.
         Estos inhibidores son proteínas grandes, dobladas apretadamente, que no son desactivadas por completo durante el cocimiento normal. Pueden producir serias molestias gástricas, una reducida digestión de las proteínas, y deficiencias crónicas en la absorción de los aminoácidos. En animales de laboratorio, las dietas altas en inhibidores de la tripsina causan agrandamiento y condiciones patológicas del páncreas, incluyendo cáncer. [14]
         El frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que promueve la formación de coágulos y hace que las células rojas de la sangre formen grumos.
         Los inhibidores de la tripsina y la hemaglutinina son inhibidores del crecimiento. Las ratas en destete alimentadas con soja que contiene estos antinutrientes dejan de crecer normalmente. Los compuestos que debilitan el crecimiento son desactivados durante el proceso de fermentación, así que, una vez que los chinos descubrieron cómo fermentar el frijol soja, comenzaron a incorporar en su dieta alimentos a base de soja.
         En productos precipitados, los inhibidores de enzimas se concentran en el líquido que remoja más bien que en la cuajada. Por eso, en el tofú y la cuajada de frijol, los debilitadores del crecimiento se reducen en cantidad, pero no son eliminados por completo.
         La soja también contiene bociógenos - sustancias que debilitan la función de la tiroides.
         Además, el 99 por ciento de un gran porcentaje de soja es modificada genéticamente, y tiene uno de los más altos por cientos de contaminación por pesticidas en cualquiera de nuestros alimentos.
         El frijol soja tiene un alto contenido de ácido fítico, que está presente en el salvado o la cáscara de todas las semillas. Es una sustancia que puede bloquear la asimilación de minerales esenciales - calcio, magnesio, cobre, hierro, y especialmente zinc - en el tracto intestinal.
         Aunque no es un nombre común, el ácido fítico ha sido estudiado extensamente; en la literatura científica contemporánea hay literalmente cientos de artículos sobre los efectos del ácido fítico. En general, los científicos concuerdan en que las dietas basadas en granos y legumbres altas en contenido de fitatos contribuyen a deficiencias minerales muy difundidas en países del tercer mundo. [15]
         Los análisis muestran que el calcio, el magnesio, el hierro, y el zinc están presentes en las plantas que se comen como alimento en estas áreas, pero el alto contenido de fitatos en las dietas a base de soja y granos evita que estos minerales sean absorbidos.

         El frijol soja tiene uno de los niveles más altos de fitatos de cualquier grano o legumbre que se haya estudiado [16], y los fitatos de la soja son muy resistentes a las técnicas normales para reducirlos, como el cocimiento lento y prolongado. [17] Sólo un largo período de fermentación reducirá significativamente el contenido de fitatos del frijol soja.
         Cuando productos precipitados de soja, como el tofú, son consumidos con carne, se reducen los efectos del bloqueamiento mineral de los fitatos. [18] Los japoneses comen tradicionalmente una pequeña cantidad de tofú o miso como parte de un caldo de pescado rico en minerales, seguido por un plato de carne o pescado.
         Los vegetarianos que consumen tofú y cuajada de frijol como sustituto de la carne y productos lácteos corren el riesgo de sufrir severas deficiencias minerales. Los resultados de la deficiencia de calcio, magnesio, y hierro son bien conocidos; los de la deficiencia de zinc no tanto.
         Al zinc se le llama el mineral de la inteligencia porque se necesita para el óptimo desarrollo y funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso. Juega un papel importante en la síntesis de la proteína y la formación de colágeno; participa en el mecanismo de control del azúcar en la sangre, protegiendo así contra la diabetes; es necesario para un sistema reproductivo saludable.
         El zinc es un componente clave de numerosas enzimas vitales, y juega un papel en el sistema inmunológico. Los fitatos que se encuentran en los productos de soja interfieren con la absorción de zinc más completamente que con la de otros minerales. [19] La deficiencia de zinc puede causar una sensación de estar en el "espacio", que algunos vegetarianos confunden con una "alta" iluminación espiritual.
         El beber leche se menciona como la razón de por qué los japoneses de segunda generación en los Estados Unidos crecen más que sus antepasados nativos. Algunos investigadores proponen que el menor contenido de fitatos en la dieta estadounidense - cualesquiera que sean sus otras deficiencias - es la verdadera explicación, pues señalan que los niños tanto asiáticos como occidentales que no reciben suficientes productos de carne y pescado para contrarrestar los efectos de una dieta alta en fitatos, con frecuencia sufren de raquitismo, atrofias, y otros problemas de crecimiento. [20]

         El Aislado de Proteína de Soja: No Tan Amigable
         Los procesadores de soja han trabajado duro para sacar estos antinutrientes de los productos terminados, en particular el aislado de proteína de soja (SPI) [por sus siglas en inglés], que es el ingrediente clave en la mayoría de alimentos de soja que imitan productos de carne y lácteos, incluyendo fórmulas para bebés y algunas marcas de leche de soja.
         El SPI no es algo que usted puede fabricar en su propia cocina. La producción tiene lugar en fábricas industriales, donde una mezcla acuosa de frijol soja se mezcla primero con una solución alcalina para quitar la fibra, luego es precipitada y separada usando un lavado ácido, y finalmente, es neutralizada en una solución alcalina.
         El lavado ácido en tanques de aluminio lixivia gran cantidad de aluminio al producto final. Las cuajadas resultantes son secadas por aspersión a alta temperatura para producir un polvo de alto contenido proteínico. Una humillación final contra el frijol soja original es el procesamiento por extrusión del aislado de proteína a alta temperatura y alta presión para producir proteína vegetal texturizada (TVP) [por sus siglas en inglés].
         Gran parte del contenido de inhibidor de tripsina puede ser eliminado mediante el procesamiento a alta temperatura, pero no todo. El contenido de inhibidor de tripsina del aislado de proteína de soja puede variar hasta cinco veces. [21] (En ratas, aún la alimentación con inhibidor de tripsina de bajo nivel en el SPI resulta en un reducido aumento de peso en comparación con los controles. [22]).
         Pero el procesamiento a alta temperatura tiene el desafortunado efecto secundario de desnaturalizar las otras proteínas en la soja hasta el punto de que las dejan virtualmente ineficaces. [23] Por esta razón, los animales alimentados con soja necesitan suplementos de lisina para el crecimiento normal.
         Los nitritos, que son potentes carcinógenos, se forman durante el secado por aspersión, y una toxina llamada lisinoalanina se forma durante el procesamiento alcalino. [24] Numerosos sabores artificiales, en particular el MSG, se añaden al aislado de proteína de soja y a los productos de proteína vegetal texturizada, para disfrazar su fuerte sabor a frijol e impartir el sabor a carne. [25]
         En experimentos alimentarios, el uso de SPI aumentó las demandas de vitaminas E, K, D, y B12, y creó síntomas de deficiencia de calcio, magnesio, manganeso, molibdeno, cobre, hierro, y zinc. [26] El ácido fítico que queda en estos productos de soja inhibe grandemente la absorción de zinc y hierro; los animales de laboratorio alimentados con SPI les aparecen órganos agrandados, en particular el páncreas y la glándula tiroides, y ocurre una mayor deposición de ácidos grasos en el hígado. [27]
         Sin embargo, el aislado de proteína de soja y la proteína vegetal texturizada se usan extensamente en programas de almuerzos escolares, alimentos horneados comerciales, bebidas de dieta, y alimentos de comida rápida. Estos alimentos son promovidos fuertemente en países del tercer mundo y forman la base de muchos programas de alimentos donados.
         A pesar de los resultados deficientes en pruebas de alimentación animal, la industria de la soja ha patrocinado cierto número de estudios diseñados para mostrar que los productos de proteína de soja pueden usarse en dietas humanas como reemplazo para alimentos tradicionales.
         Un ejemplo es "La Calidad Nutricional de los Aislados de Proteína del Frijol Soja: Estudios en Niños de Edad Pre-Escolar" [Nutritional Quality of Soy Bean Protein Isolates: Studies in Children of Preschool Age] patrocinado por Ralston Purina Company. [28] Un grupo de niños centroamericanos que sufrían de desnutrición fue estabilizado primero y su salud mejorada dándoles alimentos nativos, incluyendo carne y productos lácteos. Luego, durante dos semanas, estos alimentos tradicionales fueron reemplazados con una bebida hecha de aislado de proteína de soja y azúcar.
         Todo el nitrógeno ingerido y todo el nitrógeno excretado fue medido con estilo verdaderamente orwelliano: los niños eran pesados desnudos cada mañana, y todo el excremento y el vómito era recogido para ser analizado. Los investigadores descubrieron que los niños retenían el nitrógeno y que su crecimiento era "adecuado", así que el experimento fue declarado un éxito.
         Que los niños estuviesen o no realmente saludables con esa dieta o si podrían permanecer así durante un largo período, es cosa aparte. Los investigadores observaron que los niños vomitaban "a veces", por lo general después de terminar de comer; que más de la mitad sufrían de períodos de diarrea moderada; que algunos tenían infecciones de las vías respiratorias superiores; y que otros sufrían de sarpullido y fiebre.
         Debe observarse que los investigadores no se atrevieron a usar productos de soja para ayudar a los niños a recuperarse de la desnutrición, y que fueron obligados a suplementar la mezcla de soja y azúcar con nutrientes en su mayoría ausentes de los productos de soja - notablemente, vitaminas A, D, y B12, hierro, yodo, y zinc.


         Comercializando el Producto Perfecto
         "Imagínese que usted pudiese cultivar el alimento perfecto. Este alimento no sólo proporcionaría nutrición costeable, sino que debería ser delicioso y fácil de preparar de varias maneras. Sería un alimento saludable, sin grasas saturadas. En realidad, usted estaría cultivando casi una fuente de la juventud en su patio trasero."
         El autor es Dean Houghton, escribiendo para The Furrow [28], una revista que John Deere publica en 12 idiomas. "Este alimento ideal ayudaría a evitar, y quizás revertir, algunas de las enfermedades más temidas en el mundo. Usted podría cultivar este alimento milagroso en varios tipos de suelos y climas. Su cultivo reforzaría, no agotaría, la tierra ... este alimento milagroso ya existe. Se llama soja".
         Imagínese. Los agricultores han estado imaginando - y plantando - más soja. Lo que una vez fue un producto agrícola de menor importancia, listado en el manual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para el año 1913, no como alimento, sino como producto industrial, cubre ahora 72 millones de acres de tierras labrantías estadounidenses. Gran parte de esta cosecha se usará para alimentar pollos, pavos, cerdos, vacas, y salmones. Otra gran porción será prensada para producir aceite para margarina, grasa para repostería, y aderezos para ensaladas.

         Derivados de soja
         Los progresos en tecnología hacen posible producir proteína aislada de soja de lo que una vez se consideró producto de desecho - lascas de soja sin grasa, de alto contenido proteínico - y luego transformar algo que se ve y huele horrible en productos que pueden ser consumidos por seres humanos. Sabores, preservativos, edulcorantes, emulsificantes, y nutrientes sintéticos han convertido el aislado de proteína de soja, el patito feo de los procesadores de alimentos, en la Cenicienta de la Nueva Era.
         El nuevo alimento de cuento de hadas ha sido comercializado tanto por su belleza como por sus virtudes. Desde el principio, los productos basados en aislados de proteína de soja se vendieron como extensores y substitutos de la carne - una estrategia que no produjo la requerida demanda de los consumidores. La industria cambió su técnica.
         “La manera más rápida de obtener aceptabilidad de un producto en la sociedad menos acaudalada”, dijo un vocero de la industria, “es hacer que el producto sea consumido por su propios méritos en una sociedad más acaudalada”. [3] Así que la soja se vende ahora a consumidores más pudientes, no como alimento barato, de pobres, sino como substancia milagrosa que evita enfermedades del corazón, así como el cáncer, ahuyenta los acaloramientos, produce huesos fuertes, y nos mantiene jóvenes por siempre.
         La competencia – la carne, la leche, el queso, la mantequilla, y los huevos – ha sido debidamente demolida por las correspondientes instituciones gubernamentales. La soja sirve como la carne y la leche para una nueva generación de virtuosos vegetarianos.
         La Comercialización Cuesta Dinero
         Esto es especialmente cierto cuando necesita ser reforzada con la “investigación”, pero hay abundancia de fondos disponibles. Todos los productores de frijol soja pagan un gravamen obligatorio de entre un medio a uno por ciento del precio del frijol soja en el mercado. El total – algo así como $80 millones anuales [4] – sostiene el programa de United Soybean para “reforzar la posición del frijol soja en el mercado y mantener y expandir los mercados domésticos y extranjeros para el frijol soja y productos de soja”.

         Los consejos estatales del frijol soja de Maryland, Nebraska, Delaware, Arkansas, Virginia, North Dakota, y Michigan proporcionan otros $2.5 millones para “investigación”. [5] Compañías privadas como Archer Daniels Midland también contribuyen con su parte. ADM gastó $4.7 millones en anuncios en Meet the Press, y $4.3 millones en Face the Nation en el curso de un año. [6]
         Las firmas de relaciones públicas ayudan a convertir proyectos de investigación en artículos de periódico y anuncios, y firmas de abogados hacen campaña a favor de leyes gubernamentales favorables. Dinero del Fondo Monetario Internacional financia plantas de procesamiento de soja en países extranjeros, y políticas de libre comercio mantienen la abundancia de frijol soja fluyendo hacia destinos en ultramar.
         La campaña a favor de la soja ha sido implacable y mundial en su alcance. La proteína de soja se encuentra ahora en la mayoría de las marcas de pan que se venden en supermercados. Se está usando para transformar “la humilde tortilla, el alimento básico mexicano basado en el maíz, en una ‘super tortilla’ fortificada con proteína, que reforzaría la nutrición de los casi 20 millones de mexicanos que viven en extrema pobreza”. [7] La publicidad a favor de un nuevo pan fabricado por Allied Bakeries, de Gran Bretaña, está dirigida a las mujeres menopáusicas que buscan alivio de los accesos de calor. Las ventas alcanzan al cuarto de millón de hogazas por semana. [8]
         La industria de la soja contrató los servicios de Norman Roberts Associates, una firma de relaciones públicas, para “poner más productos de soja en los menús escolares”. [9] La USDA respondió con una propuesta para desechar el límite de 30 por ciento de soja en los almuerzos escolares. El programa NuMenu permitiría el uso ilimitado de soja en estos almuerzos. Con la adición de soja a las hamburguesas, los tacos, y la lasagna, los dietistas pueden rebajar el contenido total de grasa por debajo del 30 por ciento de las calorías, cumpliendo así los dictados del gobierno. “Con los artículos alimenticios reforzados con soja, los estudiantes reciben más nutrientes y menos colesterol y grasa”.
         La leche de soja ha declarado las mayores ganancias, que subieron de $2 millones en 1980 a $300 millones en los Estados Unidos el año pasado. [10] Los progresos recientes en el procesamiento de la leche de soja han transformado esta bebida asiática de color gris, delgada, amarga, que sabe a frijol, en un producto que los consumidores occidentales aceptan, una bebida que sabe a batido de leche, pero que no lleva ninguna culpa aparejada.
         Los milagros en el procesamiento, buen empaque, publicidad en masa, y una estrategia de mercadeo que subraya los posibles beneficios de estos productos para la salud son los responsables del aumento de las ventas a los grupos de todas las edades. Por ejemplo, los informes de que la soja ayuda a evitar el cáncer de próstata han hecho la soja aceptable a hombres de mediana edad. “No es necesario torcer el brazo de un hombre de entre 55 y 60 años de edad para que pruebe la leche de soja”, dice Mark Messina. Michael Milken, antiguo financista de bonos descartados, ha ayudado a la industria a deshacerse de su imagen de “hippie” con esfuerzos bien publicitados para consumir 40 gramos diarios de proteína de soja.
         Norteamérica hoy, mañana el mundo. Las ventas de leche de soja están aumentando en Canadá, aunque la leche de soja cuesta allí el doble que la leche de vaca. Están brotando plantas procesadoras de leche de soja en lugares como Kenya. [11] Hasta China, donde la soja es realmente un alimento de pobres y cuya población quiere más carne, no tofú, ha optado por construir fábricas de soja al estilo occidental, antes que desarrollar pastizales occidentales para criar animales. [12]


         La Afirmación de la FDA Puesta en Tela de Duda
         El 25 de octubre de 1999, la US Food and Drug Administration [Administración de Alimentos y Drogas, FDA por sus siglas en inglés] decidió admitir una declaración a favor de productos “bajos en grasa saturada y colesterol” que contienen 6.25 gramos de proteína de soja por porción. Cereales para el desayuno, alimentos horneados, comidas rápidas, licuados o batidos, y substitutos de carne pueden venderse ahora con etiquetas que pregonan sus beneficios para la salud del sistema cardiovascular, con tal de que estos productos contengan una cucharada colmada de proteína de soja por cada porción de 100 gramos.
         La mejor estrategia de mercadeo para un producto que es de por sí malo para la salud es, por supuesto, una afirmación de que es bueno para la salud.
         “El camino a la aprobación de la FDA”, escribe un apólogo de la soja, “fue largo y exigente, y consistió de una detallada revisión de datos clínicos humanos recogidos de más de 40 estudios científicos llevados a cabo en los últimos 20 años. Se averiguó que la proteína de soja es uno de los raros alimentos con suficiente evidencia científica, no sólo para calificar para una propuesta de declaración de salud por parte de la FDA, sino también para en definitiva pasar el riguroso proceso de aprobación”. [29]
         El “largo y exigente” camino hacia la aprobación de la FDA en realidad tomó algunos giros inesperados. La inesperada solicitud, presentada por Protein Technology International [PTI], hacía una declaración de salud a favor de las isoflavonas, los compuestos semejantes a estrógeno que se encuentran en abundancia en el frijol soja, basándose en afirmaciones de que “sólo la proteína de soja que ha sido procesada de modo que las isoflavonas sean retenidas resultará en una reducción del colesterol”.
         En 1998, la FDA tomó la decisión sin precedentes de reescribir la solicitud de PTI, eliminando cualquier referencia a los fitoestrógenos y poniendo en su lugar una declaración a favor de la proteína de soja, una decisión que contradecía directamente el reglamento de la agencia. La FDA está autorizada para establecer reglas sólo en relación con substancias presentadas por medio de una solicitud.
         El cambio abrupto de dirección se debía sin duda al hecho de que cierto número de investigadores, incluyendo científicos empleados por el gobierno de los Estados Unidos, habían presentado documentos que indicaban que las isoflavonas son tóxicas.
         Al principio de 1998, la FDA también recibió el informe final del gobierno británico sobre los fitoestrógenos. El informe no encontraba mucha evidencia de beneficio, y advertía de efectos adversos potenciales. [30]
         Aún con el cambio a aislados de proteína de soja, los burócratas de la FDA embarcados en el “riguroso proceso de aprobación” se vieron obligados a ocuparse rápidamente de los efectos del bloqueo de minerales, inhibidores enzimáticos, bociogenicidad, alteraciones del sistema endocrino, problemas del sistema reproductor, y mayores reacciones alérgicas al consumo de productos de soja. [31]
         Una de las más enérgicas cartas de protesta llegó de los Drs. Dan Sheehan y Daniel Doerge, investigadores del gobierno en el Centro Nacional Para la Investigación Toxicológica. [32] Sus ruegos a favor de etiquetas de advertencia en los envases fueron desestimadas por considerárselas injustificadas.
         “La suficiente evidencia científica” de las propiedades de la soja para reducir el colesterol fue tomada mayormente de un meta-análisis en 1995 llevado a cabo por el Dr. James Anderson, patrocinado por Protein Technologies International y publicado en el New England Journal of Medicine. [33]

         Un meta-análisis es una revisión y un resumen de los resultados de muchos estudios clínicos sobre el mismo tema. El uso de los meta-análisis para sacar conclusiones generales ha sido criticado severamente por los miembros de la comunidad científica.
         “Los investigadores que reemplazan pruebas más rigurosas con meta-análisis corren el riesgo de hacer falsas suposiciones y embarcarse en una contabilidad creativa”, dice Sir John Scott, presidente de la Royal Society of New Zealand. “Lo semejante no está siendo puesto junto con lo semejante. Varios grupos están poniendo juntos montones pequeños y grandes de datos”. [34]
         Hay la tentación adicional de que los investigadores, en particular los que son financiados por compañías como PTI, dejen fuera estudios que evitarían las conclusiones deseadas. El Dr. Anderson descartó ocho estudios por varias razones, dejando un resto de veintinueve.
         El informe publicado indicaba que los individuos con niveles de colesterol superiores a 250 mg/dl experimentarían una “significativa” reducción de entre 7 y 20 por ciento en los niveles de colesterol sérico si reemplazaban la proteína animal con proteína de soja. La reducción de colesterol fue insignificante en los individuos cuyo colesterol era inferior a 250 mg/dl.

En otras palabras, para la mayoría de nosotros, si renunciamos a los biftecs y en su lugar comemos hamburguesas vegetales no reduciremos los niveles de colesterol en la sangre. La declaración de salud que la FDA aprobó “después de una detallada revisión de datos clínicos de seres humanos” no informa al consumidor estos importantes detalles.

La investigación que enlaza la soja con los efectos positivos sobre los niveles de colesterol es “increíblemente inmadura”, dijo Ronald M. Krauss, MD, director del Molecular Medical Research Program [Programa de Investigación de Medicina Molecular], y del Lawrence Berkeley National Laboratory [Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley]. [35] Podría haber añadido que los estudios según los cuales los niveles de colesterol fueron reducidos por medio de dietas o drogas han resultado consistentemente en un número de muertes en los grupos en tratamiento mayor que en los grupos de control – muertes causadas por ataques, cáncer, desórdenes intestinales, accidentes, y suicidios. [36]

Las medidas para reducir el colesterol en los Estados Unidos han estimulado una industria para la reducción del colesterol por valor de $60 mil millones anuales, pero no nos han salvado de la destrucción causada por las enfermedades del corazón.


         Referencias
3. Coleman, Richard J., “Vegetable Protein – A Delayed Birth?” Journal of the American Oil Chemists’ Society 52:238A, April 1975.
4. See www.unitedsoybean.org
5. These are listed in www.soyonlineservice.co.nz
6. Wall Street Journal, October 27, 1995.
7. Smith, James F., “Healthier tortillas could lead to healthier Mexico”, Denver Post, August 22, 1999, p. 26A.
8. “Bakery says new loaf can help reduce hot flushes”, Reuters, September 15, 1997.
9. “Beefing Up Burgers with Soy Products at School”, Nutrition Week, Community Nutrition Institute, Washington, DC, June 5, 1998, p. 2.
10. Urquhart, John, “A Health Food Hits Big Time”, Wall Street Journal, August 3, 1999, p. B1
11. “Soyabean Milk Plant in Kenya”, Africa News Service, September 1998.
12. Simoons, Frederick J., Food in China: A Cultural and Historical Inquiry, CRC Press, Boca Raton, 1991, p. 64.
13. Katz, Solomon H., “Food and Biocultural Evolution: A Model for the Investigation of Modern Nutritional Problems”, Nutritional Anthropology, Alan R. Liss Inc., 1987, p. 50.
14. Rackis, Joseph J. et al., “The USDA trypsin inhibitor study. I. Background, objectives and procedural details”, Qualification of Plant Foods in Human Nutrition, vol. 35, 1985.
15. Van Rensburg et al., “Nutritional status of African populations predisposed to esophageal cancer”, Nutrition and Cancer, vol. 4, 1983, pp. 206-216; Moser, P.B. et al., “Copper, iron, zinc and selenium dietary intake and status of Nepalese lactating women and their breastfed infants”, American Journal of Clinical Nutrition 47:729-734, April 1988; Harland, B.F. et al., “Nutritional status and phytate: zinc and phytate X calcium: zinc dietary molar ratios of lacto-ovovegetarian Trappist monks: 10 years later”, Journal of the American Dietetic Association 88:1562-1566, December 1988.
16. El Tiney, A.H., “Proximate Composition and Mineral and Phytate Contents of Legumes Grown in Sudan”, Journal of Food Composition and Analysis (1989) 2:6778.
17. Ologhobo, A.D. et al., “Distribution of phosphorus and phytate in some Nigerian varieties of legumes and some effects of processing”, Journal of Food Science 49(1):199-201, January/February 1984.
18. Sandstrom, B. et al., “Effect of protein level and protein source on zinc absorption in humans”, Journal of Nutrition 119(1):48-53, January 1989; Tait, Susan et al., “The availability of minerals in food, with particular reference to iron”, Journal of Research in Society and Health 103(2):74-77, April 1983.
19. Phytate reduction of zinc absorption has been demonstrated in numerous studies. These results are cáncerzed in Leviton, Richard, Tofu, Tempeh, Miso and Other Soyfoods: The ‘Food of the Future’ – How to Enjoy Its Spectacular Health Benefits, Keats Publishing, Inc., New Canaan, CT, USA, 1982, p. 1415.
20. Mellanby, Edward, “Experimental rickets: The effect of cereals and their interaction with other factors of diet and environment in producing rickets”, Journal of the Medical Research Council 93:265, March 1925; Wills, M.R. et al., “Phytic Acid and Nutritional Rickets in Immigrants”, The Lancet, April 8,1972, pp. 771-773.
21. Rackis et al., ibid.
22. Rackis et al., ibid., p. 232.

23. Wallace, G.M., “Studies on the Processing and Properties of Soymilk”, Journal of Science and Food Agriculture 22:526-535, October 1971.
24. Rackis, et al., ibid., p. 22; “Evaluation of the Health Aspects of Soy Protein Isolates as Food Ingredients”, prepared for FDA by Life Sciences Research Office, Federation of American Societies for Experimental Biology (9650 Rockville Pike, Bethesda, MD 20014), USA, Contract No. FDA 223-75-2004, 1979.
25. See www.truthinlabeling.org
26. Rackis, Joseph, J., “Biological and Physiological Factors in Soybeans”, Journal of the American Oil Chemists’ Society 51:161A-170A, January 1974.
27. Rackis, Joseph J. et al., “The USDA trypsin inhibitor study”, ibid.
28. Torum, Benjamin, “Nutritional Quality of Soybean Protein Isolates: Studies in Children of Preschool Age”, in Soy Protein and Human Nutrition, Harold L Wilcke et al. (eds), Academic Press, New York, 1979.
29. Zreik, Marwin, CCN, “The Great Soy Protein Awakening”, Total Health 32(1), February 2000.
30. IEH Assessment on Phytoestrogens in the Human Diet, Final Report to the Ministry of Agriculture, Fisheries and Food, UK, November 1997, p. 11.
31. Food Labeling: Health Claims: Soy Protein and Coronary Heart Disease, Food and Drug Administration 21 CFR, Part 101 (Docket No. 98P-0683).
32. Sheegan, Daniel M. and Daniel R Doerge, Letter to Dockets Management Branch (HFA-305), February 18, 1999.
33. Anderson, James W. et al., “Meta-analysis of the Effects of Soy Protein Intake on Serum Lipids”, New England Journal of Medicine (1995) 333L5):276-282.
34. Guy, Camille, “Doctors warned against magic, quackery”, New Zealand Herald, September 9, 1995, section 8, p. 5.
35. Sander, Kate and Hilary Wilson, “FDA approves new health claim for soy, but litte fallout expected for dairy”, Cheese Market News, October 22, 1999, p. 24.
36. Enig, Mary G. and Sally Fallon, “The Oiling of America”, NEXUS Magazine, December 1998-January 1999 and February-March 1999; also available at www.westonaprice.org

Comentario: Este artículo es el tercero de una serie de cinco artículos dedicados a desenmascarar las mentiras detrás de los supuestos beneficios de consumir soja.

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LA SOJA Y EL CÁNCER
Sally Fallon y Mary G. Enig
soyonlineservice.co.nz
mie, 07 sep 2011 06:09 EDT
Traducido por Román Quirós M.

         La nueva ordenanza de la FDA no permite poner ninguna declaración sobre prevención del cáncer en las etiquetas de los envases de alimentos, pero eso no ha impedido que la industria y sus especialistas en mercadeo las hagan en su literatura de propaganda.

         ¿La soja produce cáncer? ¿es mala para el tiroides?
         "Además de proteger el corazón", dice el folleto de un fabricante de vitaminas, "la soja ha demostrado poseer poderosos beneficios contra el cáncer ... los japoneses, que comen 30 veces más soja que los norteamericanos, tienen una menor incidencia de cáncer del seno, del útero, y de la próstata". [37]
         Ciertamente. Pero los japoneses, y los asiáticos en general, tienen tasas mucho mayores de otros tipos de cáncer, en particular cáncer del esófago, el estómago, el páncreas, y el hígado. [38] En todo el mundo, los asiáticos también tienen una alta tasa de cáncer de la tiroides. [39] La lógica que enlaza la baja tasa de cánceres del aparato reproductor con el consumo de soja requiere que se atribuyan las altas tasas de cáncer de la tiroides y del tracto digestivo a los mismos alimentos, en particular porque la soja causa estos tipos de cáncer en ratas de laboratorio.
         ¿Exactamente cuánta soja comen los asiáticos? Una encuesta de 1998 descubrió que la cantidad diaria promedio de proteína de soja consumida en Japón era como de ocho gramos para los hombres y siete para las mujeres - menos de dos cucharaditas. [40] El famoso Estudio Cornell de China, dirigido por Colin T. Campbell, descubrió que el consumo de legumbres en China variaba desde 0 hasta 58 gramos por día, con una media de aproximadamente doce. [41].

Suponiendo que dos tercios del consumo de legumbres sea soja, entonces el consumo máximo es de como 40 gramos, es decir, menos de tres cucharadas por día, con un consumo promedio de como nueve gramos, o menos de dos cucharaditas. Una encuesta llevada a cabo en la década de 1930 reveló que los alimentos de soja representaban sólo 1.5 por ciento de las calorías en la dieta de los chinos, en comparación con el 65 por ciento de las calorías procedentes de la carne de cerdo. [42] (¡Tradicionalmente, los asiáticos cocinaban con manteca, no con aceite vegetal!)

Los alimentos de soja tradicionalmente fermentados producen una sazón deliciosa y natural que puede proporcionar importantes factores nutritivos en la dieta de los asiáticos. Pero, excepto en tiempos de hambruna, los asiáticos consumen productos de soja sólo en pequeñas cantidades, como condimento, y no como reemplazo de alimentos animales - con una excepción. Los monjes célibes que viven en monasterios y que llevan una vida vegetariana encuentran los alimentos a base de soja bastante útiles porque aplacan la líbido.

Fue un meta-análisis de 1994, efectuado por Mark Messina, y publicado en Nutrición y Cáncer, lo que avivó la especulación sobre las propiedades anticarcinógenas de la soja. [43] Messina observó que, de 26 estudios sobre animales, 65 por ciento informaron efectos protectores de la soja. Convenientemente, se olvidó de incluir por lo menos un estudio en el cual la alimentación con soja causó cáncer del páncreas, a saber, el estudio que llevó a cabo Rackis en 1985. [44] En los estudios humanos que él listó, los resultados fueron mixtos.

Algunos de estos estudios mostraban algún efecto protector, pero la mayoría no mostraron en absoluto ninguna correlación entre el consumo de soja y la tasa de cáncer. Rackis llegó a la conclusión de que "los datos en esta revisión no pueden usarse como base para afirmar que la ingesta de soja disminuye el riesgo de cáncer". Pero, en su libro subsiguiente, The Simple Soybean and Your Health [El Sencillo Frijol Soja y Su Salud], Messina hace justamente esta afirmación, recomendando una taza de 230 gramos de productos de soja por día en su dieta "óptima" como medio de evitar el cáncer.

Miles de mujeres están ahora consumiendo soja en la creencia de que ésta les protege contra el cáncer del seno. Pero, en 1996, los investigadores descubrieron que las mujeres que consumían aislado de proteína de soja tenían una tasa mayor de hiperplasia epitelial, una condición que presagia el cáncer maligno. [45] Un año más tarde, se encontró que la genisteína de dieta estimulaba las células mamarias para entrar al ciclo celular - un descubrimiento que llevó a los autores del estudio a llegar a la conclusión de que las mujeres no deben consumir productos de soja para evitar el cáncer del seno. [46]

         Fitoestrógenos: ¿Panacea o Veneno?
         El macho de las aves tropicales tiene, cuando nace, el plumaje pardo de la hembra, y se "colorean" a la madurez, lo cual ocurre entre los nueve y los 24 meses.
         En 1991, Richard y Valerie James, criadores de aves de Whangerai, Nueva Zelanda, compraron una nueva clase de alpiste para sus aves - basado mayormente en proteína de soja. [47] Cuando se usó alpiste con base de soya, el plumaje de las aves se "coloreó" después de sólo unos meses. En realidad, un fabricante de alpiste afirmó que este desarrollo adelantado era una ventaja impartida por el alpiste.
         Un anuncio de 1992 de la fórmula del alpiste Roudybush mostraba a un rosela carmesí macho, un loro australiano que adquiere su hermoso plumaje rojo entre los 18 y los 24 meses, y que ya aparece coloreado a las 11 semanas.

         Desafortunadamente, en los años subsiguientes, hubo una menor fertilidad en las aves, con madurez precoz, y pichones deformes, atrofiados, y prematuros, y muertes prematuras, especialmente entre las hembras, con el resultado de que la población total en los aviarios entró en franca declinación.
         Las aves sufrían de deformidades del pico y de los huesos, bocio, desórdenes del sistema inmunológico, y conducta patológica, agresiva. La autopsia reveló que los órganos digestivos estaban en estado de desintegración. La lista de problemas correspondía a muchos de los que los James habían encontrado en sus dos hijos, a los cuales se les había dado fórmula para bebés con base de soja.
         Alarmados, horrorizados, furiosos, los James contrataron al toxicólogo Mike Fitzpatrick, Ph. D., para que investigara más. La literatura del Dr. Fitzpatrick en forma de una revista reveló evidencia de que el consumo de soja está ligado a numerosos desórdenes, que incluyen infertilidad, mayor tasa de cáncer y leucemia infantil; y, en estudios que databan de la década de 1950, 48 que la genisteína en la soja causa trastornos endocrinos en animales.
         El Dr. Fitzpatrick también analizó el alpiste y descubrió que contenía altos niveles de fitoestrógenos, especialmente genisteína. Cuando los James dejaron de usar el alpiste con base de soja, la bandada regresó gradualmente a sus hábitos y su conducta normales.
         Los James se embarcaron en una cruzada privada para advertir al público y a los funcionarios gubernamentales acerca de las toxinas en alimentos de soja, en particular las isoflavonas, que causan trastornos endocrinos, la genisteína, y el diadzén. Protein Technology International recibió su material en 1994.

En 1991, unos investigadores japoneses informaron que el consumo de apenas 30 gramos o dos cucharadas de frijol soja por día durante sólo un mes había dado como resultado un significativo aumento de la hormona que estimula la tiroides. [49] En algunos sujetos apareció bocio difuso e hipertiroidismo, y muchos se quejaron de constipación, fatiga y letargo, aunque la ingesta de yodo había sido adecuada.


En 1997, unos investigadores del Centro Nacional para Investigación Toxicológica de la FDA hicieron el embarazoso descubrimiento de que los componentes bociogénicos de la soja eran las isoflavonas mismas. [50]

Veinticinco gramos de aislado de proteína de soja, la cantidad mínima que PTI afirmaba que tenía efectos reductores del colesterol, contiene entre 50 y 70 mg de isoflavonas. Sólo se necesitaron 45 mg de isoflavonas en mujeres premenstruales para obtener significativos efectos biológicos, incluyendo una reducción de las hormonas necesarias para la adecuada función de la tiroides. Estos efectos permanecieron durante tres meses después de haberse descontinuado el consumo de soja. [51]

Cien gramos de proteína de soja - la dosis máxima indicada para reducir el colesterol, y la cantidad recomendada por PTI - pueden contener casi 600 mg de isoflavonas, [52] una cantidad que es indiscutiblemente tóxica. En 1992, el servicio de salud suizo calculó que 100 gramos de proteína de soja proporcionaban el equivalente estrogénico de la píldora. [53]

Los estudios in vitro indican que las isoflavonas inhiben la síntesis del estradiol y otras hormonas esteroides. [54] Se han observado desórdenes en el aparato reproductor, infertilidad, y enfermedades en la tiroides y el hígado debidas a la ingestión de isoflavonas en la dieta de varias especies animales, incluyendo ratones, guepardos, codornices, cerdos, ratas, esturiones, y ovejas. [55]

Son las isoflavonas en la soja las que se dice que tienen un efecto favorable sobre los síntomas post-menopáusicos, incluyendo acaloramientos, y protección contra la osteoporosis. La cuantificación de la incomodidad debida al acaloramiento es en extremo subjetiva, y la mayor parte de los estudios muestra que los sujetos de control informan una reducción en la incomodidad en cantidad igual a la de los sujetos que recibían soja. [56] La afirmación de que la soja evita la osteoporosis es extraordinaria, dado el hecho de que los alimentos a base de soja bloquean el calcio y causan deficiencia de vitamina D.

Si los asiáticos tienen realmente tasas más bajas de osteoporosis que los occidentales, es porque su dieta proporciona abundancia de vitamina D procedente de camarones, manteca, y mariscos, y mucho calcio de caldo de hueso. La razón de que los occidentales tengan tasas tan altas de osteoporosis es que han reemplazado, con soja, la mantequilla, que es una fuente tradicional de vitamina D y otros activadores solubles en grasa que se necesitan para la absorción del calcio.

Píldoras Anticonceptivas Para Bebés

Pero fueron las isoflavonas en los biberones lo que más preocupó a los James. En 1998, los investigadores informaron que la exposición diaria de bebés a las isoflavonas en los biberones a base de soja es de 6 a 11 más alta, por peso, que la dosis que tiene efectos hormonales en adultos que consumen alimentos de soja. Las concentraciones circulantes de isoflavonas en bebés alimentados con preparaciones a base de soja eran entre 13,000 y 22,000 veces más altas que las concentraciones de plasma estradiol en bebés alimentados con fórmulas a base de leche de vaca. [57]

Aproximadamente el 25 por ciento de los niños alimentados con biberón en los Estados Unidos reciben una fórmula a base de soja, un por ciento mucho mayor que en otras partes del mundo occidental. Fitzpatrick calculó que un bebé alimentado exclusivamente con una fórmula a base de soja recibe el equivalente estrogénico, por peso, de por lo menos cinco píldoras anticonceptivas por día. [58] Por contraste, no se han detectado casi estrógenos en fórmulas para bebés a base de productos lácteos o de leche humana, aunque la madre consuma productos de soja.

Por años, los científicos han sabido que la fórmula a base de soja puede causar problemas con la tiroides en bebés. Pero, ¿cuáles son los efectos de los productos de soja en el desarrollo hormonal de los bebés, tanto varones como niñas?

Los bebés varones experimentan una "oleada de testosterona" durante los primeros meses de vida, cuando los niveles de testosterona pueden llegar a ser tan altos como los de un varón adulto. Durante este período, el bebé es programado para expresar características masculinas después de la pubertad, no sólo en el desarrollo de sus órganos sexuales y otros rasgos físicos masculinos, sino también en el establecimiento de patrones cerebrales característicos de la conducta masculina.

En los monos, la deficiencia de hormonas masculinas perjudica el desarrollo de la percepción espacial (que, en los humanos, normalmente es más aguda en los hombres que en las mujeres), de la capacidad para aprender, y de las tareas de discriminación visual (como las que se requieren para leer). [59] No es necesario decir que los futuros patrones de orientación sexual pueden también ser influídos por el ambiente hormonal inicial.

Los bebés varones expuestos durante la gestación al dietilstilbestrol (DES), un estrógeno sintético que tiene sobre los animales efectos similares a los de los fitoestrógenos de la soja, tenían testículos más pequeños que lo normal al llegar a la madurez. [60]

La discapacidades para el aprendizaje, especialmente en niños varones, han alcanzado proporciones epidémicas. La alimentación de bebés con productos a base de soja - que comenzó en firme a principios de la década de 1970 - no puede ser pasada por alto como causa de estos trágicos sucesos.
         Alimentos para bebés a base de soja son culpables de desarrollo prematuro de las criaturas y afecciones diversas en la vida adulta
         En cuanto a las niñas, un alarmante número de ellas está entrando en la pubertad mucho más temprano de lo normal, según un reciente estudio reportado en la revista Pediatrics. [61] Los investigadores descubrieron que uno por ciento de todas las niñas ahora muestran señales de pubertad, tales como desarrollo de los senos o de vello púbico, antes de los tres años; a la edad de ocho años, el 14.7 por ciento de las niñas blancas y casi el 50 por ciento de de las niñas afroamericanas muestran una o más de estas características.
         Nuevos datos indican que los estrógenos ambientales, como los PCB y el DDE (que resultan de la descomposición del DDT) pueden causar desarrollo sexual prematuro en las niñas. [62] En el estudio sobre el Desarrollo Prematuro de los Senos, llevado a cabo en 1986 en Puerto Rico, la más significativa asociación dietaria con el desarrollo prematuro sexual no fueron los pollos - como informó la prensa - sino las preparaciones de biberones a base de soja. [63]
         Las consecuencias de esta niñez truncada son trágicas. Niñas con cuerpos maduros tienen que entendérselas con sentimientos e impulsos que la mayoría de los niños no están preparados para manejar. Una maduración muy temprana de las niñas es con frecuencia una señal de problemas con el sistema reproductor más tarde en la vida, incluyendo el no poder menstruar, infertilidad, y cáncer de los senos.
         Los padres que se han puesto en contacto con los James dan cuenta de otros problemas asociados con niños de uno y otro sexo alimentados con fórmulas a base de soja, problemas que incluyen conducta emocional extrema, asma, problemas del sistema inmunológico, insuficiencia pituitaria, desórdenes de la tiroides, y síndrome del intestino irritable - los mismos estragos endocrinos y digestivos que afligieron a los loros de los James.

Disensión en las Filas

Los organizadores del Tercer Simposio Internacional Sobre la Soja se verían en apuros para llamar a la conferencia un éxito sin reservas. En el segundo día del simposio, la empresa Food Commission, de Londres, y la Weston A. Price Foundation, de Washington, D.C., tuvieron una conferencia de prensa conjunta en el mismo hotel que el simposio, para presentar sus preocupaciones relativas a las fórmulas para bebés a base de soja.

Los delegados permanecieron sentados, impasibles, durante la recitación de los peligros potenciales, y una apelación de preocupados científicos y padres para que se retiraran del mercado las preparaciones para bebés a base soja. Bajo la presión de los James, el gobierno neozelandés había emitido, en 1998, una advertencia sobre la fórmula a base de soja; era tiempo que el gobierno de los Estados Unidos hiciera lo mismo.

En el último día del simposio, las presentaciones de nuevos descubrimientos relacionados con la toxicidad enviaron un bien escalofrío oxigenado a través de la vertiginosa propaganda. El Dr. Lon White informó sobre un estudio llevado a cabo por japoneses-americanos que viven en Hawaii, que mostraba una significativa relación estadística entre dos o más servidas de tofú por semana y el "envejecimiento acelerado del cerebro". [64]

Los participantes que consumían tofú en su mediana edad tenían una menor función perceptiva más tarde en la vida, y una tasa mayor de la enfermedad de Alzheimer y demencia. "Es más", dijo el Dr. White, los que comían mucho tofú, parecían cinco años más viejos cuando tenían 75 u 80 años". [65] White y sus colegas culparon a las isoflavonas de los efectos negativos - un descubrimiento que apoya un estudio anterior según el cual las mujeres post-menopáusicas con niveles mayores de estrógeno circulante experimentaron una mayor declinación perceptiva. [66]

Los científicos Daniel Sheehan y Daniel Doerge, del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica, le arruinaron el día a PTI al presentar descubrimientos hechos en estudios sobre alimentación de ratas, los cuales indicaban que la genisteína en alimentos de soja causa daño irreversible a las enzimas que sintetizan las hormonas de la tiroides. [67]

"La asociación entre el consumo de frijol soja y el bocio en animales y seres humanos tiene una larga historia", escribió Doerge. "La evidencia actual en favor de los efectos beneficiosos de la soja requiere también la plena comprensión de los efectos adversos potenciales".

El Dr. Claude Hughes informó que las ratas nacidas de madres alimentadas con genisteína pesaban menos al nacer en comparación con los controles, y la aparición de la pubertad ocurría más temprano en las crías macho. [68] Su investigación indica que los efectos observados en ratas "... por lo menos predirán lo que ocurre en seres humanos".

"No hay razón para suponer que habrá malformaciones manifiestas en fetos, pero habrá cambios sutiles, tales como en atributos neuroconductuales, funciones inmunológicas, y niveles de hormonas sexuales". Los resultados, dijo, "podrían ser nada, o podrían ser algo que cause gran preocupación ... si la mamá está comiendo algo que puede actuar como las hormonas sexuales, es lógico preguntarse si eso podría cambiar el desarrollo del bebé". [69]

Un estudio de bebés nacidos de madres vegetarianas, publicado en enero de 2000, indicaba precisamente lo que podrían ser esos cambios en el desarrollo del bebé. Las madres que tenían una dieta vegetariana durante el embarazo tenían un riesgo cinco veces mayor de dar a luz un bebé con hipospadias, un defecto de nacimiento en el pene. [70] Los autores del estudio indicaron que la causa era una mayor exposición a los fitoestrógenos en alimentos de soja que son populares entre los vegetarianos.
         Es más probable que los problemas con la descendencia femenina de madres vegetarianas aparezcan más tarde en la vida. Aunque el efecto estrogénico de la soja es menor que el del dietilstilbestrol (DES), es probable que la dosis sea mayor porque es consumida como alimento, no tomada como droga. Las hijas de mujeres que tomaron DES durante el embarazo sufrieron de infertilidad y cáncer cuando llegaron a los veinte años o más.

         Referencias
         37. Natural Medicine News (L & H Vitamins, 32-33 47th Avenue, Long Island City, NY 11101), USA, January/February 2000, p. 8.
         38. Harras, Angela (ed.), Cancer Rates and Risks, National Institutes of Health, National Cancer Institute, 1996, 4th edition.
         39. Searle, Charles E. (ed.), Chemical Carcinogens, ACS Monograph 173, American Chemical Society, Washington, DC, 1976.
         40. Nagata, C. et al., Journal of Nutrition (1998) 128:209-213.
         41. Campbell, Colin T. et al., The Cornell Project in China.
         42. Chang, K.C. (ed.), Food in Chinese Culture: Anthropological and Historical Perspectives, New Haven, 1977.
         43. Messina, Mark J. et al., "Soy Intake and Cancer Risk: A Review of the In Vitro and In Vivo Data", Nutrition and Cancer (1994) 21(2):113-131.
         44. Rackis et al, "The USDA trypsin inhibitor study", ibid.
         45. Petrakis, N.L. et al., "Stimulatory influence of soy protein isolate on breast secretion in pre- and post-menopausal women", Cancer Epid. Bio. Prev. (1996) 5:785-794.
         46. Dees, C. et al., "Dietary estrogens stimulate human breast cells to enter the cell cycle", Environmental Health Perspectives (1997) 105(Suppl. 3):633-636.
         47. Woodhams, D.J., "Phytoestrogens and parrots: The anatomy of an investigation", Proceedings of the Nutrition Society of New Zealand (1995) 20:22-30.
         48. Matrone, G. et al., "Effect of Genistin on Growth and Development of the Male Mouse", Journal of Nutrition (1956) 235-240.
         49. Ishizuki, Y. et al., "The effects on the thyroid gland of soybeans administered experimentally in healthy subjects", Nippon Naibunpi Gakkai Zasshi (1991) 767:622-629.
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         51. Cassidy, A. et al., "Biological Effects of a Diet of Soy Protein Rich in Isoflavones on the Menstrual Cycle of Premenopausal Women", American Journal of Clinical Nutrition (1994) 60:333-340.
         52. Murphy, P.A., "Phytoestrogen Content of Processed Soybean Foods", Food Technology, January 1982, pp. 60-64.
         53. Bulletin de L'Office Fédéral de la Santé Publique, no. 28, July 20, 1992.

         54. Keung, W.M., "Dietary oestrogenic isoflavones are potent inhibitors of B-hydroxysteroid dehydrogenase of P. testosteronii", Biochemical and Biophysical Research Committee (1995) 215:1137-1144; Makela, S.I. et al., "Estrogen-specific 12 B-hydroxysteroid oxidoreductase type 1 (E.C. 1.1.1.62) as a possible target for the action of phytoestrogens", PSEBM (1995) 208:51-59.
         55. Setchell, K.D.R. et al., "Dietary oestrogens - a probable cause of infertility and liver disease in captive cheetahs", Gastroenterology (1987) 93:225-233; Leopald, A.S., "Phytoestrogens: Adverse effects on reproduction in California Quail," Science (1976) 191:98-100; Drane, H.M. et al., "Oestrogenic activity of soya-bean products", Food, Cosmetics and Technology (1980) 18:425-427; Kimura, S. et al., "Development of malignant goiter by defatted soybean with iodine-free diet in rats", Gann. (1976) 67:763-765; Pelissero, C. et al., "Oestrogenic effect of dietary soybean meal on vitellogenesis in cultured Siberian Sturgeon Acipenser baeri", Gen. Comp. End. (1991) 83:447-457; Braden et al., "The oestrogenic activity and metabolism of certain isoflavones in sheep", Australian J. Agricultural Research (1967) 18:335-348.
         56. Ginsburg, Jean and Giordana M. Prelevic, "Is there a proven place for phytoestrogens in the menopause?", Climacteric (1999) 2:75-78.
         57. Setchell, K.D. et al., "Isoflavone content of infant formulas and the metabolic fate of these early phytoestrogens in early life", American Journal of Clinical Nutrition, December 1998 Supplement, 1453S-1461S.
         58. Irvine, C. et al., "The Potential Adverse Effects of Soybean Phytoestrogens in Infant Feeding", New Zealand Medical Journal May 24, 1995, p. 318.
         59. Hagger, C. and J. Bachevalier, "Visual habit formation in 3-month-old monkeys (Macaca mulatta): reversal of sex difference following neonatal manipulations of androgen", Behavior and Brain Research (1991) 45:57-63.
         60. Ross, R.K. et al., "Effect of in-utero exposure to diethylstilbestrol on age at onset of puberty and on post-pubertal hormone levels in boys", Canadian Medical Association Journal 128(10):1197-8, May 15, 1983.
         61. Herman-Giddens, Marcia E. et al., "Secondary Sexual Characteristics and Menses in Young Girls Seen in Office Practice: A Study from the Pediatric Research in Office Settings Network", Pediatrics 99(4):505-512, April 1997.
         62. Rachel's Environment & Health Weekly 263, "The Wingspread Statement", Part 1, December 11, 1991; Colborn, Theo, Dianne Dumanoski and John Peterson Myers, Our Stolen Future, Little, Brown & Company, London, 1996.
         63. Freni-Titulaer, L.W., "Premature Thelarch in Puerto Rico: A search for environmental factors", American Journal of Diseases of Children 140(12):1263-1267, December 1986.
         64. White, Lon, "Association of High Midlife Tofu Consumption with Accelerated Brain Aging", Plenary Session #8: Cognitive Function, The Third International Soy Symposium, November 1999, Program, p. 26.
         65. Altonn, Helen, "Too much tofu induces 'brain aging', study shows", Honolulu Star-Bulletin, November 19, 1999.
         66. Journal of the American Geriatric Society (1998) 46:816-21.
         67. Doerge, Daniel R., "Inactivation of Thyroid Peroxidase by Genistein and Daidzein in Vitro and in Vivo; Mechanism for Anti-Thyroid Activity of Soy", presented at the November 1999 Soy Symposium in Washington, DC, National Center for Toxicological Research, Jefferson, AR 72029, USA.
         68. Hughes, Claude, Center for Women's Health and Department of Obstetrics & Gynecology, Cedars-Sinai Medical Center, Los Angeles, CA.
         69. Soy Intake May Affect Fetus", Reuters News Service, November 5, 1999.
         70. "Vegetarian diet in pregnancy linked to birth defect", BJU International 85:107-113, January 2000.

         Comentario: Este artículo es el cuarto de una serie de cinco artículos dedicados a desenmascarar las mentiras detrás de los supuestos beneficios de consumir soja.
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SOJA: CONTROLES INEXISTENTES
EN UN SISTEMA ESENCIALMENTE CORRUPTO
Sally Fallon y Mary G. Enig
soyonlineservice.co.nz
Mie, 07 sep 2011 09:21 CDT
Traducido por Román Quirós M.

         La FDA es responsable de permitir el envenenamiento de la población durante décadas
Acechando en el trasfondo de la propaganda de la industria está la persistente pregunta de si es siquiera legal añadir aislado de proteína de soja a los alimentos. Todos los aditivos para alimentos que no eran de uso común antes de 1958, incluyendo proteína de caseína de leche, deben tener la condición GRAS: [del inglés Generally Recognized As Safe] Generalmente Reconocido Como Seguro. En 1972, la administración Nixon ordenó que se re-examinaran substancias que se creían GRAS, a la luz de cualquier información científica disponible en ese tiempo.
         Este re-examen incluía proteína de caseína que había sido codificada como GRAS en 1978. En 1974, la FDA obtuvo una revisión de la literatura sobre la proteína de soja porque, como esta proteína no se había usado en los alimentos antes de 1959 y ni siquiera era de uso común a principios de la década de 1970, no era elegible para ser exceptuada del requisito GRAS bajo las provisiones de la Ley de Alimentos, Drogas, y Cosméticos. [71]
         Hasta 1974, la literatura científica reconocía muchos antinutrientes en la proteína de soja fabricada, incluyendo los inhibidores de tripsina, el ácido fítico, y la genisteína. Pero la revisión de literatura de la FDA desestimó una discusión de los impactos adversos, con la afirmación de que era importante eliminarlos para un "adecuado procesamiento".
         La genisteína podía ser eliminada mediante un lavado con alcohol, pero era un procedimiento costoso, que los procesadores evitaban. Estudios posteriores establecieron que el contenido de inhibidor de tripsina podía ser eliminado sólo mediante largos períodos de calor y presión, pero la FDA no ha impuesto ninguna exigencia de que los fabricantes hagan esto.
         La FDA estaba más preocupada por las toxinas que se formaban durante el procesamiento, específicamente los nitritos y la lisinoalanina. [72] Siempre a bajos niveles de consumo - en promedio, un tercio de gramo por día en ese tiempo - la presencia de estos carcinógenos era considerada una amenaza demasiado grande contra la salud pública como para permitir la condición GRAS.
         La proteína de soja sí fue aprobada para ser usada como empastadura en cajas de cartón, y a esta aprobación se le permitió continuar, pues los investigadores consideraron que la emigración de nitritos desde la caja hasta el alimento contenido en ella sería demasiado pequeña para constituir un riesgo de cáncer. Los funcionarios de la FDA requirieron especificaciones de seguridad y procedimientos de monitoreo antes de conceder la condición GRAS para estos alimentos.
         Estos procedimientos nunca se llevaron a cabo. Hasta la fecha, el uso de la proteína de soja está codificada como GRAS sólo para este limitado uso industrial como empastadura para cartón. Esto significa que la proteína de soja debe sujetarse a procedimientos de aprobación previos al mercadeo cada vez que los fabricantes se propongan usarla como alimento o añadirla a los alimentos.
         La proteína de soja fue introducida en las fórmulas para bebés a principios de la década de 1960. Era un producto nuevo, absolutamente sin ningún historial de uso. Puesto que la proteína de soja no tenía condición GRAS, se requería la aprobación de pre-mercadeo. Esta condición no había sido concedida, y todavía no lo ha sido. El ingrediente clave en la fórmula de soja para bebés no está reconocido como seguro.

        
         ¿El Próximo Asbestos?
         "Contra el trasfondo de una amplia alabanza... existe la creciente sospecha de que la soja - a pesar de sus indiscutibles beneficios - puede representar algunos riesgos para la salud", escribe Marian Burros, una de las principales escritoras del New York Times. Más que el de ninguna otra escritora, el patrocinio, por parte de la Srta. Burros, de una dieta baja en grasa y mayormente vegetariana ha llevado a los norteamericanos a los pasillos de los supermercados que ofrecen alimentos a base de soja.
         Sin embargo, su artículo "Las Dudas Ensombrecen Las Alegres Noticias Sobre la Soja", del 26 de enero del 2000, contiene la siguiente afirmación alarmante: "Ni uno solo de los 18 científicos entrevistados para esta columna estuvo dispuesto a decir que el ingerir isoflavonas estaba libre de riesgo". La Srta Burros no enumeró los riesgos, ni mencionó que los 25 gramos de soja diarios recomendados contienen suficientes isoflavonas para causar problemas en individuos sensibles, pero era evidente que la industria había reconocido le necesidad de cubrirse.
         Debido a que la industria está extremadamente expuesta... los abogados de contingencias pronto descubrirán que el número de demandantes potenciales puede contarse por millones, y que los bolsillos son muy, muy hondos. Los jurados escucharán algo así: "La industria ha sabido por años que la soja contiene muchas toxinas".
         "Al principio, le dijeron al público que las toxinas eran eliminadas mediante el procesamiento. Cuando fue evidente que el procesamiento no las eliminaba, afirmaron que estas substancias eran beneficiosas. Su gobierno concedió un reclamo de salud a una substancia que es venenosa, y la industria le mintió al público para poder vender más soja".
         La "industria" incluye a los comerciantes, fabricantes, científicos, publicistas, burócratas, ex-financistas de bonos, escritores sobre alimentos, compañías fabricantes de vitaminas, y tiendas al menudeo. Los granjeros probablemente se escaparán porque fueron engañados como el resto de nosotros. Pero necesitan encontrar alguna otra cosa que cultivar antes de que la burbuja de la soja estalle y el mercado se venga abajo: ganado alimentado con pasto, vegetales de diseño... o cáñamo para fabricar papel para miles y miles de sumarios legales.

         Referencias
         71. FDA ref 72/104, Report FDABF GRAS - 258.
         72. "Evaluation of the Health Aspects of Soy Protein Isolates as Food Ingredients", prepared for FDA by Life Sciences Research Office, Federation of American Societies for Experimental Biology (FASEB) (9650 Rockville Pike, Bethesda, MD 20014, USA), Contract No, FDA 223-75-2004, 1979.

         Comentario: Este artículo es el último de una serie de cinco artículos dedicados a desenmascarar las mentiras detrás de los supuestos beneficios de consumir soja.

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SOJA Y SUS PROBLEMAS.- POR QUÉ EVITAR LA SOJA
Dra. Mary G. Enig y a Sally Fallon.

         Reproducimos uno de los informes pioneros y fundamentados respecto a la problemática de la soja en el consumo humano. El trabajo pertenece a la Dra. Mary G. Enig y a Sally Fallon, nutricionistas estadounidenses cuyos antecedentes figuran al pie del informe, junto a la profusa bibliografía en que se fundamenta la investigación.

         El Lado Oscuro de la Cenicienta
         La propaganda que ha creado el milagro de las ventas de soja es tanto más notable cuanto que, hace sólo algunas décadas, el poroto de soja era considerado no apto como alimento, ni siquiera en Asia. Durante la dinastía Chou (1134-246 AC), al poroto de soja era designado uno de los cinco granos sagrados, junto con la cebada, el trigo, el mijo, y el arroz. Sin embargo, la pictografía del poroto de soja, que data de épocas anteriores, indica que al principio no se usaba como alimento; porque, mientras las pictografías de los otros cuatro granos muestran la semilla y la estructura del tallo de la planta, la pictografía del poroto de soja enfatiza la estructura de la raíz. La literatura sobre agricultura de la época habla frecuentemente del poroto de soja y su uso en la rotación de las cosechas. Aparentemente, la planta de soja se usaba al principio como método para fijar el nitrógeno. 13

El poroto de soja no sirvió como alimento sino hasta el descubrimiento de las técnicas de fermentación, en algún momento durante la dinastía Chou. Los primeros alimentos de soja eran productos fermentados, como el tempeh (alimento asiático que se prepara fermentando porotos soja con rizópodos), natto, miso y salsa de soja.

En fecha posterior, posiblemente en el siglo II a. C., los científicos chinos descubrieron que un puré de porotos soja cocidos podía ser precipitado con sulfato de calcio o sulfato de magnesio (yeso o sales de Epsom) para hacer una cuajada suave y pálida (tofú o cuajada de poroto). El uso de productos de soja fermentados y precipitados pronto se extendió a otras partes del Oriente, principalmente Japón e Indonesia.

Los chinos no comían poroto de soja fermentado, como las otras legumbres (lentejas), porque el poroto de soja contiene grandes cantidades de toxinas naturales, o "antinutrientes". Primero entre ellos están los potentes inhibidores de enzimas que bloquean la acción de la tripsina y otras enzimas que se necesitan para digerir las proteínas.

Estos inhibidores son proteínas grandes, dobladas apretadamente, que no son desactivadas por completo durante el cocimiento normal. Pueden producir serias molestias gástricas, una reducida digestión de las proteínas, y deficiencias crónicas en la absorción de los aminoácidos. En animales de laboratorio, las dietas altas en inhibidores de la tripsina causan agrandamiento y condiciones patológicas del páncreas, incluyendo cáncer. 14

El poroto de soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que promueve la formación de coágulos y hace que las células rojas de la sangre formen grumos.

Los inhibidores de la tripsina y la hemaglutinina son inhibidores del crecimiento. Las ratas en destete alimentadas con soja que contiene estos antinutrientes dejan de crecer normalmente. Los compuestos que debilitan el crecimiento son desactivados durante el proceso de fermentación, así que, una vez que los chinos descubrieron cómo fermentar el poroto de soja, comenzaron a incorporar en su dieta alimentos a base de soja.

En productos precipitados, los inhibidores de enzimas se concentran en el líquido que remoja más bien que en la cuajada. Por eso, en el tofú y la cuajada de poroto, los debilitadores del crecimiento se reducen en cantidad, pero no son eliminados por completo.

La soja también contiene bociógenos - sustancias que debilitan la función de la tiroides.

Además, el 99% de la soja es modificada genéticamente, y tiene uno de los más altos índices de contaminación por pesticidas de nuestros alimentos.

El poroto de soja tiene un alto contenido de ácido fítico, que está presente en el salvado o la cáscara de todas las semillas. Es una sustancia que puede bloquear la asimilación de minerales esenciales (calcio, magnesio, cobre, hierro y especialmente zinc) en el tracto intestinal.

Aunque no es un nombre común, el ácido fítico ha sido estudiado extensamente; en la literatura científica contemporánea hay literalmente cientos de artículos sobre los efectos del ácido fítico. En general, los científicos concuerdan en que las dietas basadas en granos y legumbres altas en contenido de fitatos contribuyen a deficiencias minerales muy difundidas en países del tercer mundo. 15

Los análisis muestran que el calcio, el magnesio, el hierro y el zinc están presentes en las plantas que se comen como alimento en estas áreas, pero el alto contenido de fitatos en las dietas a base de soja y granos evita que estos minerales sean absorbidos.

El poroto de soja tiene uno de los niveles más altos de fitatos de cualquier grano o legumbre que se haya estudiado, 16, y los fitatos de la soja son muy resistentes a las técnicas normales para reducirlos, como el cocimiento lento y prolongado. 17 Sólo un largo período de fermentación reducirá significativamente el contenido de fitatos del poroto de soja.

Cuando productos precipitados de soja, como el tofú, son consumidos con carne, se reducen los efectos de la inhibición mineral de los fitatos. 18 Los japoneses comen tradicionalmente una pequeña cantidad de tofú o miso como parte de un caldo de pescado rico en minerales, seguido por un plato de carne o pescado.

Los vegetarianos que consumen tofú y cuajada de poroto como sustituto de la carne y productos lácteos, corren el riesgo de sufrir severas deficiencias minerales. Los resultados de la deficiencia de calcio, magnesio, y hierro son bien conocidos; los de la deficiencia de zinc no tanto.

Al zinc se le llama el mineral de la inteligencia porque se necesita para el óptimo desarrollo y funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso. Juega un papel importante en la síntesis de la proteína y la formación de colágeno; participa en el mecanismo de control del azúcar en la sangre, protegiendo así contra la diabetes; es necesario para un sistema reproductivo saludable.

El zinc es un componente clave de numerosas enzimas vitales, y juega un papel en el sistema inmunológico. Los fitatos que se encuentran en los productos de soja interfieren con la absorción de zinc más completamente que con la de otros minerales. 19 La deficiencia de zinc puede causar una sensación de estar en el "espacio", que algunos vegetarianos confunden con una "alta" iluminación espiritual.

El beber leche se menciona como la razón de por qué los japoneses de segunda generación en los Estados Unidos crecen más que sus antepasados nativos. Algunos investigadores proponen que el menor contenido de fitatos en la dieta estadounidense - cualesquiera que sean sus otras deficiencias - es la verdadera explicación, pues señalan que los niños tanto asiáticos como occidentales que no reciben suficientes productos de carne y pescado para contrarrestar los efectos de una dieta alta en fitatos, con frecuencia sufren de raquitismo, atrofias, y otros problemas de crecimiento. 20

El Aislado de Proteína de Soja: No Tan Amigable

Los procesadores de soja han trabajado duro para sacar estos antinutrientes de los productos terminados, en particular el aislado de proteína de soja (SPI) [por sus siglas en inglés], que es el ingrediente clave en la mayoría de alimentos de soja que imitan productos de carne y lácteos, incluyendo fórmulas para bebés y algunas marcas de leche de soja.

El SPI no es algo que usted puede fabricar en su propia cocina. La producción tiene lugar en fábricas industriales, donde una mezcla acuosa de poroto de soja se mezcla primero con una solución alcalina para quitar la fibra, luego es precipitada y separada usando un lavado ácido, y finalmente, es neutralizada en una solución alcalina. El lavado ácido en tanques de aluminio lixivia gran cantidad de aluminio al producto final.

Las cuajadas resultantes son secadas por aspersión a alta temperatura para producir un polvo de alto contenido proteínico. Una humillación final contra el poroto de soja original es el procesamiento por extrusión del aislado de proteína a alta temperatura y alta presión para producir proteína vegetal texturizada (TVP, por sus siglas en inglés).

Gran parte del contenido de inhibidor de tripsina puede ser eliminado mediante el procesamiento a alta temperatura, pero no todo. El contenido de inhibidor de tripsina del aislado de proteína de soja puede variar hasta cinco veces. 21 En ratas, aún la alimentación con inhibidor de tripsina de bajo nivel en el SPI resulta en un reducido aumento de peso en comparación con los controles. 22

Pero el procesamiento a alta temperatura tiene el desafortunado efecto secundario de desnaturalizar las otras proteínas en la soja hasta el punto de que las dejan virtualmente ineficaces. 23 Por esta razón, los animales alimentados con soja necesitan suplementos de lisina para el crecimiento normal.

Los nitritos, que son potentes carcinógenos, se forman durante el secado por aspersión, y una toxina llamada lisinoalanina se forma durante el procesamiento alcalino. 24 Numerosos sabores artificiales, en particular el MSG, se añaden al aislado de proteína de soja y a los productos de proteína vegetal texturizada, para disfrazar su fuerte sabor a poroto e impartir el sabor a carne. 25

En experimentos alimentarios, el uso de SPI aumentó las demandas de vitaminas E, K, D, y B12, y creó síntomas de deficiencia de calcio, magnesio, manganeso, molibdeno, cobre, hierro, y zinc. 26 El ácido fítico que queda en estos productos de soja inhibe grandemente la absorción de zinc y hierro; los animales de laboratorio alimentados con SPI les aparecen órganos agrandados, en particular el páncreas y la glándula tiroides, y ocurre una mayor deposición de ácidos grasos en el hígado. 27

Sin embargo, el aislado de proteína de soja y la proteína vegetal texturizada se usan extensamente en programas de almuerzos escolares, alimentos horneados comerciales, bebidas de dieta, y alimentos de comida rápida. Estos alimentos son promovidos fuertemente en países del tercer mundo y forman la base de muchos programas de alimentos donados.

A pesar de los resultados deficientes en pruebas de alimentación animal, la industria de la soja ha patrocinado cierto número de estudios diseñados para mostrar que los productos de proteína de soja pueden usarse en dietas humanas como reemplazo para alimentos tradicionales. Un ejemplo es "La Calidad Nutricional de los Aislados de Proteína del Poroto de soja: Estudios en Niños de Edad Pre-Escolar" (Nutritional Quality of Soy Bean Protein Isolates: Studies in Children of Preschool Age) patrocinado por Ralston Purina Company. 28

Un grupo de niños centroamericanos que sufrían de desnutrición fue estabilizado primero y su salud mejorada, dándoles alimentos nativos. Luego, durante dos semanas, estos alimentos tradicionales fueron reemplazados con una bebida hecha de aislado de proteína de soja y azúcar. Todo el nitrógeno ingerido y todo el nitrógeno excretado fue medido con estilo verdaderamente orwelliano: los niños eran pesados desnudos cada mañana, y todo el excremento y el vómito era recogido para ser analizado. Los investigadores descubrieron que los niños retenían el nitrógeno y que su crecimiento era "adecuado", así que el experimento fue declarado un éxito. Que los niños estuviesen o no realmente saludables con esa dieta o si podrían permanecer así durante un largo período, es cosa aparte. Los investigadores observaron que los niños vomitaban "a veces", por lo general después de terminar de comer; que más de la mitad sufrían de períodos de diarrea moderada; que algunos tenían infecciones de las vías respiratorias superiores; y que otros sufrían de sarpullido y fiebre.

Debe observarse que los investigadores no se atrevieron a usar productos de soja para ayudar a los niños a recuperarse de la desnutrición, y que fueron obligados a suplementar la mezcla de soja y azúcar con nutrientes en su mayoría ausentes de los productos de soja, principalmente, vitaminas A, D, y B12, hierro, yodo y zinc.

Comercializando el Producto Perfecto

"Imagínese que usted pudiese cultivar el alimento perfecto. Este alimento no sólo proporcionaría nutrición costeable, sino que debería ser delicioso y fácil de preparar de varias maneras. Sería un alimento saludable, sin grasas saturadas. En realidad, usted estaría cultivando casi una fuente de la juventud en su patio trasero."

El autor es Dean Houghton, escribiendo para The Furrow 28, una revista que John Deere publica en 12 idiomas. "Este alimento ideal ayudaría a evitar, y quizás revertir, algunas de las enfermedades más temidas en el mundo. Usted podría cultivar este alimento milagroso en varios tipos de suelos y climas. Su cultivo reforzaría, no agotaría, la tierra... este alimento milagroso ya existe. Se llama soja".

Imagínese. Los agricultores han estado imaginando - y plantando - más soja. Lo que una vez fue un producto agrícola de menor importancia, listado en el manual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para el año 1913, no como alimento, sino como producto industrial, cubre ahora 72 millones de acres de tierras labrantías estadounidenses. Gran parte de esta cosecha se usará para alimentar pollos, pavos, cerdos, vacas, y salmones. Otra gran porción será prensada para producir aceite para margarina, grasa para repostería, y aderezos para ensaladas.

Los progresos en tecnología hacen posible producir proteína aislada de soja de lo que una vez se consideró producto de desecho - residuos de soja desgrasados, de alto contenido proteínico - y luego transformar algo que se ve y huele horrible en productos que pueden ser consumidos por seres humanos. Sabores, preservativos, edulcorantes, emulsionantes y nutrientes sintéticos han convertido el aislado de proteína de soja, el patito feo de los procesadores de alimentos, en la Cenicienta de la Nueva Era.

El nuevo alimento de cuento de hadas ha sido comercializado tanto por su belleza como por sus virtudes. Desde el principio, los productos basados en aislados de proteína de soja se vendieron como extensores y substitutos de la carne, una estrategia que no produjo la requerida demanda de los consumidores. La industria cambió su técnica.

"La manera más rápida de obtener aceptabilidad de un producto en la sociedad menos acaudalada", dijo un vocero de la industria, "es hacer que el producto sea consumido por su propios méritos en una sociedad más acaudalada". 3 Así que la soja se vende ahora a consumidores más pudientes, no como alimento barato, de pobres, sino como substancia milagrosa que evita enfermedades del corazón, así como el cáncer, ahuyenta los acaloramientos, produce huesos fuertes, y nos mantiene jóvenes por siempre.

La competencia - la carne, la leche, el queso, la mantequilla, y los huevos - ha sido debidamente demolida por las correspondientes instituciones gubernamentales. La soja sirve como la carne y la leche para una nueva generación de virtuosos vegetarianos.

La Comercialización Cuesta Dinero

Esto es especialmente cierto cuando necesita ser reforzada con la "investigación", pero hay abundancia de fondos disponibles. Todos los productores de poroto de soja pagan un gravamen obligatorio de entre 0,5 y 1% del precio del poroto de soja en el mercado. El total - algo así como $80 millones anuales 4 - sostiene el programa de United Soybean para "reforzar la posición del poroto de soja en el mercado y mantener y expandir los mercados domésticos y extranjeros para el poroto y productos de soja".

Los consejos estatales del poroto de soja de Maryland, Nebraska, Delaware, Arkansas, Virginia, North Dakota, y Michigan proporcionan otros $2.5 millones para "investigación". 5 Compañías privadas como Archer Daniels Midland también contribuyen con su parte. ADM gastó $4.7 millones en anuncios en Meet the Press, y $4.3 millones en Face the Nation en el curso de un año. 6

Las firmas de relaciones públicas ayudan a convertir proyectos de investigación en artículos de periódicos y anuncios, y firmas de abogados hacen campaña a favor de leyes gubernamentales favorables. Dinero del Fondo Monetario Internacional financia plantas de procesamiento de soja en países extranjeros, y políticas de libre comercio mantienen la abundancia de poroto de soja fluyendo hacia destinos en ultramar.

La campaña a favor de la soja ha sido implacable y mundial en su alcance. La proteína de soja se encuentra ahora en la mayoría de las marcas de pan que se venden en supermercados. Se está usando para transformar "la humilde tortilla, el alimento básico mexicano basado en el maíz, en una 'super tortilla' fortificada con proteína, que reforzaría la nutrición de los casi 20 millones de mexicanos que viven en extrema pobreza". 7 La publicidad a favor de un nuevo pan fabricado por Allied Bakeries, de Gran Bretaña, está dirigida a las mujeres menopáusicas que buscan alivio de los accesos de calor. Las ventas alcanzan al cuarto de millón de hogazas por semana. 8

La industria de la soja contrató los servicios de Norman Roberts Associates, una firma de relaciones públicas, para "poner más productos de soja en los menús escolares". 9 La USDA respondió con una propuesta para desechar el límite de 30 % de soja en los almuerzos escolares. El programa NuMenu permitiría el uso ilimitado de soja en estos almuerzos. Con la adición de soja a las hamburguesas, los tacos, y la lasaña, los dietistas pueden rebajar el contenido total de grasa por debajo del 30 % de las calorías, cumpliendo así los dictados del gobierno. "Con los artículos alimenticios reforzados con soja, los estudiantes reciben más nutrientes y menos colesterol y grasa".

La leche de soja ha declarado las mayores ganancias, que subieron de $2 millones en 1980 a $300 millones en los Estados Unidos el año pasado. 10 Los progresos recientes en el procesamiento de la leche de soja han transformado esta bebida asiática de color gris, delgada, amarga, que sabe a poroto, en un producto que los consumidores occidentales aceptan, una bebida que sabe a batido de leche, pero que no lleva ninguna culpa aparejada.

Los milagros en el procesamiento, buen empaque, publicidad en masa, y una estrategia de mercadeo que subraya los posibles beneficios de estos productos para la salud son los responsables del aumento de las ventas a los grupos de todas las edades. Por ejemplo, los informes de que la soja ayuda a evitar el cáncer de próstata han hecho la soja aceptable a hombres de mediana edad. "No es necesario torcer el brazo de un hombre de entre 55 y 60 años de edad para que pruebe la leche de soja", dice Mark Messina. Michael Milken, antiguo financista de bonos descartados, ha ayudado a la industria a deshacerse de su imagen de "hippie" con esfuerzos bien publicitados para consumir 40 gramos diarios de proteína de soja.

Norteamérica hoy, mañana el mundo. Las ventas de leche de soja están aumentando en Canadá, aunque la leche de soja cuesta allí el doble que la leche de vaca. Están brotando plantas procesadoras de leche de soja en lugares como Kenia. 11 Hasta China, donde la soja es realmente un alimento de pobres y cuya población quiere más carne, no tofú, ha optado por construir fábricas de soja al estilo occidental, antes que desarrollar pastizales occidentales para criar animales. 12

La Afirmación de la FDA Puesta en Tela de Duda

El 25 de octubre de 1999, la US Food and Drug Administration [Administración de Alimentos y Drogas, FDA por sus siglas en inglés] decidió admitir una declaración a favor de productos "bajos en grasa saturada y colesterol" que contienen 6,25 gramos de proteína de soja por porción. Cereales para el desayuno, alimentos horneados, comidas rápidas, licuados o batidos, y substitutos de carne pueden venderse ahora con etiquetas que pregonan sus beneficios para la salud del sistema cardiovascular, con tal de que estos productos contengan una cucharada colmada de proteína de soja por cada porción de 100 gramos.

La mejor estrategia de mercadeo para un producto que es de por sí malo para la salud es, por supuesto, una afirmación de que es bueno para la salud.

"El camino a la aprobación de la FDA", escribe un apólogo de la soja, "fue largo y exigente, y consistió de una detallada revisión de datos clínicos humanos recogidos de más de 40 estudios científicos llevados a cabo en los últimos 20 años. Se averiguó que la proteína de soja es uno de los raros alimentos con suficiente evidencia científica, no sólo para calificar para una propuesta de declaración de salud por parte de la FDA, sino también para en definitiva pasar el riguroso proceso de aprobación". 29

El "largo y exigente" camino hacia la aprobación de la FDA en realidad tomó algunos giros inesperados. La inesperada solicitud, presentada por Protein Technology International (PTI), hacía una declaración de salud a favor de las isoflavonas, los compuestos semejantes a estrógeno que se encuentran en abundancia en el poroto de soja, basándose en afirmaciones de que "sólo la proteína de soja que ha sido procesada de modo que las isoflavonas sean retenidas resultará en una reducción del colesterol".

En 1998, la FDA tomó la decisión sin precedentes de reescribir la solicitud de PTI, eliminando cualquier referencia a los fitoestrógenos y poniendo en su lugar una declaración a favor de la proteína de soja, una decisión que contradecía directamente el reglamento de la agencia. La FDA está autorizada para establecer reglas sólo en relación con substancias presentadas por medio de una solicitud.

El cambio abrupto de dirección se debía sin duda al hecho de que cierto número de investigadores, incluyendo científicos empleados por el gobierno de los Estados Unidos, habían presentado documentos que indicaban que las isoflavonas son tóxicas.

Al principio de 1998, la FDA también recibió el informe final del gobierno británico sobre los fitoestrógenos. El informe no encontraba mucha evidencia de beneficio, y advertía de efectos adversos potenciales. 30

Aún con el cambio a aislados de proteína de soja, los burócratas de la FDA embarcados en el "riguroso proceso de aprobación" se vieron obligados a ocuparse rápidamente de los efectos del bloqueo de minerales, inhibidores enzimáticos, bociogenicidad, alteraciones del sistema endocrino, problemas del sistema reproductor, y mayores reacciones alérgicas al consumo de productos de soja. 31

Una de las más enérgicas cartas de protesta llegó de los Drs. Dan Sheehan y Daniel Doerge, investigadores del gobierno en el Centro Nacional Para la Investigación Toxicológica. 32 Sus ruegos a favor de etiquetas de advertencia en los envases fueron desestimadas por considerárselas injustificadas.

"La suficiente evidencia científica" de las propiedades de la soja para reducir el colesterol fue tomada mayormente de un meta-análisis en 1995 llevado a cabo por el Dr. James Anderson, patrocinado por Protein Technologies International y publicado en el New England Journal of Medicine. 33

Un meta-análisis es una revisión y un resumen de los resultados de muchos estudios clínicos sobre el mismo tema. El uso de los meta-análisis para sacar conclusiones generales ha sido criticado severamente por los miembros de la comunidad científica.

"Los investigadores que reemplazan pruebas más rigurosas con meta-análisis corren el riesgo de hacer falsas suposiciones y embarcarse en una contabilidad creativa", dice Sir John Scott, presidente de la Royal Society of New Zealand. "Lo semejante no está siendo puesto junto con lo semejante. Varios grupos están poniendo juntos montones pequeños y grandes de datos". 34

Hay la tentación adicional de que los investigadores, en particular los que son financiados por compañías como PTI, dejen fuera estudios que evitarían las conclusiones deseadas. El Dr. Anderson descartó ocho estudios por varias razones, dejando un resto de veintinueve.

El informe publicado indicaba que los individuos con niveles de colesterol superiores a 250 mg/dl experimentarían una "significativa" reducción de entre 7 y 20 % en los niveles de colesterol sérico si reemplazaban la proteína animal con proteína de soja. La reducción de colesterol fue insignificante en los individuos cuyo colesterol era inferior a 250 mg/dl.

En otras palabras, para la mayoría de nosotros, si renunciamos a los bistecs y en su lugar comemos hamburguesas vegetales no reduciremos los niveles de colesterol en la sangre. La declaración de salud que la FDA aprobó "después de una detallada revisión de datos clínicos de seres humanos" no informa al consumidor estos importantes detalles.

La investigación que enlaza la soja con los efectos positivos sobre los niveles de colesterol es "increíblemente inmadura", dijo Ronald M. Krauss, MD, director del Molecular Medical Research Program [Programa de Investigación de Medicina Molecular], y del Lawrence Berkeley National Laboratory [Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley]. 35 Podría haber añadido que los estudios según los cuales los niveles de colesterol fueron reducidos por medio de dietas o drogas han resultado consistentemente en un número de muertes en los grupos en tratamiento mayor que en los grupos de control - muertes causadas por ataques, cáncer, desórdenes intestinales, accidentes, y suicidios. 36

Las medidas para reducir el colesterol en los Estados Unidos han estimulado una industria para la reducción del colesterol por valor de $60 mil millones anuales, pero no nos han salvado de la destrucción causada por las enfermedades del corazón.

La Soja y el Cáncer

La nueva ordenanza de la FDA no permite poner ninguna declaración sobre prevención del cáncer en las etiquetas de los envases de alimentos, pero eso no ha impedido que la industria y sus especialistas en mercadeo las hagan en su literatura de propaganda.

"Además de proteger el corazón", dice el folleto de un fabricante de vitaminas, "la soja ha demostrado poseer poderosos beneficios contra el cáncer... los japoneses, que comen 30 veces más soja que los norteamericanos, tienen una menor incidencia de cáncer del seno, del útero, y de la próstata". 37

Ciertamente. Pero los japoneses, y los asiáticos en general, tienen tasas mucho mayores de otros tipos de cáncer, en particular cáncer del esófago, el estómago, el páncreas, y el hígado. 38 En todo el mundo, los asiáticos también tienen una alta tasa de cáncer de la tiroides. 39 La lógica que enlaza la baja tasa de cánceres del aparato reproductor con el consumo de soja requiere que se atribuyan las altas tasas de cáncer de la tiroides y del tracto digestivo a los mismos alimentos, en particular porque la soja causa estos tipos de cáncer en ratas de laboratorio.

¿Exactamente cuánta soja comen los asiáticos? Una encuesta de 1998 descubrió que la cantidad diaria promedio de proteína de soja consumida en Japón era como de ocho gramos para los hombres y siete para las mujeres - menos de dos cucharaditas. 40 El famoso Estudio Cornell de China, dirigido por Colin T. Campbell, descubrió que el consumo de legumbres en China variaba desde 0 hasta 58 gramos por día, con una media de aproximadamente doce. 41.

Suponiendo que dos tercios del consumo de legumbres sea soja, entonces el consumo máximo es de como 40 gramos, es decir, menos de tres cucharadas por día, con un consumo promedio de como nueve gramos, o menos de dos cucharaditas. Una encuesta llevada a cabo en la década de 1930 reveló que los alimentos de soja representaban sólo 1,5% de las calorías en la dieta de los chinos, en comparación con el 65 % de las calorías procedentes de la carne de cerdo. 42 (¡Tradicionalmente, los asiáticos cocinaban con manteca, no con aceite vegetal!)

Los alimentos de soja tradicionalmente fermentados producen una sazón deliciosa y natural que puede proporcionar importantes factores nutritivos en la dieta de los asiáticos. Pero, excepto en tiempos de hambruna, los asiáticos consumen productos de soja sólo en pequeñas cantidades, como condimento, y no como reemplazo de alimentos animales - con una excepción. Los monjes célibes que viven en monasterios y que llevan una vida vegetariana encuentran los alimentos a base de soja bastante útiles porque aplacan la libido.

Fue un meta-análisis de 1994, efectuado por Mark Messina, y publicado en Nutrición y Cáncer, lo que avivó la especulación sobre las propiedades anticarcinógenas de la soja. 43 Messina observó que, de 26 estudios sobre animales, 65 % informaron efectos protectores de la soja. Convenientemente, se olvidó de incluir por lo menos un estudio en el cual la alimentación con soja causó cáncer del páncreas, a saber, el estudio que llevó a cabo Rackis en 1985. 44 En los estudios humanos que él listó, los resultados fueron mixtos.

Algunos de estos estudios mostraban algún efecto protector, pero la mayoría no mostraron en absoluto ninguna correlación entre el consumo de soja y la tasa de cáncer. Rackis llegó a la conclusión de que "los datos en esta revisión no pueden usarse como base para afirmar que la ingesta de soja disminuye el riesgo de cáncer". Pero, en su libro subsiguiente, The Simple Soybean and Your Health [El Sencillo Poroto de soja y Su Salud], Messina hace justamente esta afirmación, recomendando una taza de 230 gramos de productos de soja por día en su dieta "óptima" como medio de evitar el cáncer.

Miles de mujeres están ahora consumiendo soja en la creencia de que ésta les protege contra el cáncer del seno. Pero, en 1996, los investigadores descubrieron que las mujeres que consumían aislado de proteína de soja tenían una tasa mayor de hiperplasia epitelial, una condición que presagia el cáncer maligno. 45 Un año más tarde, se encontró que la genisteína de dieta estimulaba las células mamarias para entrar al ciclo celular - un descubrimiento que llevó a los autores del estudio a llegar a la conclusión de que las mujeres no deben consumir productos de soja para evitar el cáncer del seno. 46

         Fitoestrógenos: ¿Panacea o Veneno?
         El macho de las aves tropicales tiene, cuando nace, el plumaje pardo de la hembra, y se "colorean" a la madurez, lo cual ocurre entre los nueve y los 24 meses. En 1991, Richard y Valerie James, criadores de aves de Whangerai, Nueva Zelanda, compraron una nueva clase de alpiste para sus aves - basado mayormente en proteína de soja. 47 Cuando se usó alpiste con base de soya, el plumaje de las aves se "coloreó" después de sólo unos meses. En realidad, un fabricante de alpiste afirmó que este desarrollo adelantado era una ventaja impartida por el alpiste.
         Un anuncio de 1992 de la fórmula del alpiste Roudybush mostraba a un rosela carmesí macho, un loro australiano que adquiere su hermoso plumaje rojo entre los 18 y los 24 meses, y que ya aparece coloreado a las 11 semanas. Desafortunadamente, en los años subsiguientes, hubo una menor fertilidad en las aves, con madurez precoz, y pichones deformes, atrofiados, y prematuros, y muertes prematuras, especialmente entre las hembras, con el resultado de que la población total en los aviarios entró en franca declinación.
         Las aves sufrían de deformidades del pico y de los huesos, bocio, desórdenes del sistema inmunológico, y conducta patológica, agresiva. La autopsia reveló que los órganos digestivos estaban en estado de desintegración. La lista de problemas correspondía a muchos de los que los James habían encontrado en sus dos hijos, a los cuales se les había dado fórmula para bebés con base de soja.
         Alarmados, horrorizados, furiosos, los James contrataron al toxicólogo Mike Fitzpatrick, Ph. D., para que investigara más. La literatura del Dr. Fitzpatrick en forma de una revista, reveló evidencia de que el consumo de soja está ligado a numerosos desórdenes, que incluyen infertilidad, mayor tasa de cáncer y leucemia infantil; y, en estudios que databan de la década de 1950, 48 que la genisteína en la soja causa trastornos endocrinos en animales.
         El Dr. Fitzpatrick también analizó el alpiste y descubrió que contenía altos niveles de fitoestrógenos, especialmente genisteína. Cuando los James dejaron de usar el alpiste con base de soja, la bandada regresó gradualmente a sus hábitos y su conducta normales.
         Los James se embarcaron en una cruzada privada para advertir al público y a los funcionarios gubernamentales acerca de las toxinas en alimentos de soja, en particular las isoflavonas, que causan trastornos endocrinos, la genisteína, y el diadzén. Protein Technology International recibió su material en 1994.
         En 1991, unos investigadores japoneses informaron que el consumo de apenas 30 gramos o dos cucharadas de poroto de soja por día durante sólo un mes había dado como resultado un significativo aumento de la hormona que estimula la tiroides. 49 En algunos sujetos apareció bocio difuso e hipertiroidismo, y muchos se quejaron de constipación, fatiga y letargo, aunque la ingesta de yodo había sido adecuada.

En 1997, unos investigadores del Centro Nacional para Investigación Toxicológica de la FDA hicieron el embarazoso descubrimiento de que los componentes bociogénicos de la soja eran las isoflavonas mismas. 50

Veinticinco gramos de aislado de proteína de soja, la cantidad mínima que PTI afirmaba que tenía efectos reductores del colesterol, contiene entre 50 y 70 mg de isoflavonas. Sólo se necesitaron 45 mg de isoflavonas en mujeres premenstruales para obtener significativos efectos biológicos, incluyendo una reducción de las hormonas necesarias para la adecuada función de la tiroides. Estos efectos permanecieron durante tres meses después de haberse descontinuado el consumo de soja. 51

Cien gramos de proteína de soja - la dosis máxima indicada para reducir el colesterol, y la cantidad recomendada por PTI - pueden contener casi 600 mg de isoflavonas, 52 una cantidad que es indiscutiblemente tóxica. En 1992, el servicio de salud suizo calculó que 100 gramos de proteína de soja proporcionaban el equivalente estrogénico de la píldora. 53

Los estudios in vitro indican que las isoflavonas inhiben la síntesis del estradiol y otras hormonas esteroides. 54 Se han observado desórdenes en el aparato reproductor, infertilidad, y enfermedades en la tiroides y el hígado debidas a la ingestión de isoflavonas en la dieta de varias especies animales, incluyendo ratones, guepardos, codornices, cerdos, ratas, esturiones, y ovejas. 55

Son las isoflavonas en la soja las que se dice que tienen un efecto favorable sobre los síntomas post-menopáusicos, incluyendo acaloramientos, y protección contra la osteoporosis. La cuantificación de la incomodidad debida al acaloramiento es en extremo subjetiva, y la mayor parte de los estudios muestra que los sujetos de control informan una reducción en la incomodidad en cantidad igual a la de los sujetos que recibían soja. 56 La afirmación de que la soja evita la osteoporosis es pasmosa, dado el hecho de que los alimentos a base de soja bloquean el calcio y causan deficiencia de vitamina D.

Si los asiáticos tienen realmente tasas más bajas de osteoporosis que los occidentales, es porque su dieta proporciona abundancia de vitamina D procedente de camarones, manteca, y mariscos, y mucho calcio de caldo de hueso. La razón de que los occidentales tengan tasas tan altas de osteoporosis es que han reemplazado, con soja, la mantequilla, que es una fuente tradicional de vitamina D y otros activadores solubles en grasa que se necesitan para la absorción del calcio.

Píldoras Anticonceptivas Para Bebés

Pero fueron las isoflavonas en los biberones lo que más preocupó a los James. En 1998, los investigadores informaron que la exposición diaria de bebés a las isoflavonas en los biberones a base de soja es de 6 a 11 más alta, por peso, que la dosis que tiene efectos hormonales en adultos que consumen alimentos de soja. Las concentraciones circulantes de isoflavonas en bebés alimentados con preparaciones a base de soja eran entre 13,000 y 22,000 veces más altas que las concentraciones de plasma estradiol en bebés alimentados con fórmulas a base de leche de vaca. 57

Aproximadamente el 25% de los niños alimentados con biberón en los Estados Unidos reciben una fórmula a base de soja, un % mucho mayor que en otras partes del mundo occidental. Fitzpatrick calculó que un bebé alimentado exclusivamente con una fórmula a base de soja recibe el equivalente estrogénico, por peso, de por lo menos cinco píldoras anticonceptivas por día. 58 Por contraste, no se han detectado casi estrógenos en fórmulas para bebés a base de productos lácteos o de leche humana, aunque la madre consuma productos de soja.

Por años, los científicos han sabido que la fórmula a base de soja puede causar problemas con la tiroides en bebés. Pero, ¿cuáles son los efectos de los productos de soja en el desarrollo hormonal de los bebés, tanto varones como niñas?

Los bebés varones experimentan una "oleada de testosterona" durante los primeros meses de vida, cuando los niveles de testosterona pueden llegar a ser tan altos como los de un varón adulto. Durante este período, el bebé es programado para expresar características masculinas después de la pubertad, no sólo en el desarrollo de sus órganos sexuales y otros rasgos físicos masculinos, sino también en el establecimiento de patrones cerebrales característicos de la conducta masculina.

En los monos, la deficiencia de hormonas masculinas perjudica el desarrollo de la percepción espacial (que, en los humanos, normalmente es más aguda en los hombres que en las mujeres), de la capacidad para aprender, y de las tareas de discriminación visual (como las que se requieren para leer). 59 No es necesario decir que los futuros patrones de orientación sexual pueden también ser influidos por el ambiente hormonal inicial.

Los bebés varones expuestos durante la gestación al dietilstilbestrol (DES), un estrógeno sintético que tiene sobre los animales efectos similares a los de los fitoestrógenos de la soja, tenían testículos más pequeños que lo normal al llegar a la madurez. 60

La discapacidades para el aprendizaje, especialmente en niños varones, han alcanzado proporciones epidémicas. La alimentación de bebés con productos a base de soja - que comenzó en firme a principios de la década de 1970 - no puede ser pasada por alto como causa de estos trágicos sucesos.

En cuanto a las niñas, un alarmante número de ellas está entrando en la pubertad mucho más temprano de lo normal, según un reciente estudio reportado en la revista Pediatrics. 61 Los investigadores descubrieron que uno % de todas las niñas ahora muestran señales de pubertad, tales como desarrollo de los senos o de vello púbico, antes de los tres años; a la edad de ocho años, el 14.7 % de las niñas blancas y casi el 50 % de de las niñas afroamericanas muestran una o más de estas características.

Nuevos datos indican que los estrógenos ambientales, como los PCB y el DDE (que resultan de la descomposición del DDT) pueden causar desarrollo sexual prematuro en las niñas. 62 En el estudio sobre el Desarrollo Prematuro de los Senos, llevado a cabo en 1986 en Puerto Rico, la más significativa asociación dietaria con el desarrollo prematuro sexual no fueron los pollos - como informó la prensa - sino las preparaciones de biberones a base de soja. 63

Las consecuencias de esta niñez truncada son trágicas. Niñas con cuerpos maduros tienen que entendérselas con sentimientos e impulsos que la mayoría de los niños no están preparados para manejar. Una maduración muy temprana de las niñas es con frecuencia una señal de problemas con el sistema reproductor más tarde en la vida, incluyendo el no poder menstruar, infertilidad, y cáncer de los senos.

Los padres que se han puesto en contacto con los James dan cuenta de otros problemas asociados con niños de uno y otro sexo alimentados con fórmulas a base de soja, problemas que incluyen conducta emocional extrema, asma, problemas del sistema inmunológico, insuficiencia pituitaria, desórdenes de la tiroides, y síndrome del intestino irritable - los mismos estragos endocrinos y digestivos que afligieron a los loros de los James.

Disensión en las Filas

Los organizadores del Tercer Simposio Internacional Sobre la Soja se verían en apuros para llamar a la conferencia un éxito sin reservas. En el segundo día del simposio, la empresa Food Commission, de Londres, y la Weston A. Price Foundation, de Washington, D.C., tuvieron una conferencia de prensa conjunta en el mismo hotel que el simposio, para presentar sus preocupaciones relativas a las fórmulas para bebés a base de soja.

Los delegados permanecieron sentados, impasibles, durante la recitación de los peligros potenciales, y una apelación de preocupados científicos y padres para que se retiraran del mercado las preparaciones para bebés a base soja. Bajo la presión de los James, el gobierno neozelandés había emitido, en 1998, una advertencia sobre la fórmula a base de soja; era tiempo que el gobierno de los Estados Unidos hiciera lo mismo.

En el último día del simposio, las presentaciones de nuevos descubrimientos relacionados con la toxicidad enviaron un bien escalofrío oxigenado a través de la vertiginosa propaganda. El Dr. Lon White informó sobre un estudio llevado a cabo por japoneses-americanos que viven en Hawái, que mostraba una significativa relación estadística entre dos o más servidas de tofú por semana y el "envejecimiento acelerado del cerebro". 64

Los participantes que consumían tofú en su mediana edad tenían una menor función perceptiva más tarde en la vida, y una tasa mayor de la enfermedad de Alzheimer y demencia. "Es más", dijo el Dr. White, los que comían mucho tofú, parecían cinco años más viejos cuando tenían 75 u 80 años". 65 White y sus colegas culparon a las isoflavonas de los efectos negativos - un descubrimiento que apoya un estudio anterior según el cual las mujeres post-menopáusicas con niveles mayores de estrógeno circulante experimentaron una mayor declinación perceptiva. 66

Los científicos Daniel Sheehan y Daniel Doerge, del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica, le arruinaron el día a PTI al presentar descubrimientos hechos en estudios sobre alimentación de ratas, los cuales indicaban que la genisteina en alimentos de soja causa daño irreversible a las enzimas que sintetizan las hormonas de la tiroides. 67

"La asociación entre el consumo de poroto de soja y el bocio en animales y seres humanos tiene una larga historia", escribió Doerge. "La evidencia actual en favor de los efectos beneficiosos de la soja requiere también la plena comprensión de los efectos adversos potenciales".

El Dr. Claude Hughes informó que las ratas nacidas de madres alimentadas con genisteina pesaban menos al nacer en comparación con los controles, y la aparición de la pubertad ocurría más temprano en las crías macho. 68 Su investigación indica que los efectos observados en ratas "... por lo menos predecirían lo que ocurre en seres humanos".

"No hay razón para suponer que habrá malformaciones manifiestas en fetos, pero habrá cambios sutiles, tales como en atributos neuroconductuales, funciones inmunológicas, y niveles de hormonas sexuales". Los resultados, dijo, "podrían ser nada, o podrían ser algo que cause gran preocupación... si la mamá está comiendo algo que puede actuar como las hormonas sexuales, es lógico preguntarse si eso podría cambiar el desarrollo del bebé". 69

Un estudio de bebés nacidos de madres vegetarianas, publicado en enero de 2000, indicaba precisamente lo que podrían ser esos cambios en el desarrollo del bebé. Las madres que tenían una dieta vegetariana durante el embarazo tenían un riesgo cinco veces mayor de dar a luz un bebé con hipospadias, un defecto de nacimiento en el pene. 70 Los autores del estudio indicaron que la causa era una mayor exposición a los fitoestrógenos en alimentos de soja que son populares entre los vegetarianos.

Es más probable que los problemas con la descendencia femenina de madres vegetarianas aparezcan más tarde en la vida. Aunque el efecto estrogénico de la soja es menor que el del dietilstilbestrol (DES), es probable que la dosis sea mayor porque es consumida como alimento, no tomada como droga. Las hijas de mujeres que tomaron DES durante el embarazo sufrieron de infertilidad y cáncer cuando llegaron a los veinte años o más.

Signos de Interrogación Sobre la Condición GRAS

Acechando en el trasfondo de la propaganda de la industria está la persistente pregunta de si es siquiera legal añadir aislado de proteína de soja a los alimentos. Todos los aditivos para alimentos que no eran de uso común antes de 1958, incluyendo proteína de caseína de leche, deben tener la condición GRAS [Generally Recognized As Safe] Generalmente Reconocido Como Seguro. En 1972, la administración Nixon ordenó que se re-examinaran substancias que se creían GRAS, a la luz de cualquier información científica disponible en ese tiempo.

Este re-examen incluía proteína de caseína que había sido codificada como GRAS en 1978. En 1974, la FDA obtuvo una revisión de la literatura sobre la proteína de soja porque, como esta proteína no se había usado en los alimentos antes de 1959 y ni siquiera era de uso común a principios de la década de 1970, no era elegible para ser exceptuada del requisito GRAS bajo las provisiones de la Ley de Alimentos, Drogas, y Cosméticos. 71

Hasta 1974, la literatura científica reconocía muchos antinutrientes en la proteína de soja fabricada, incluyendo los inhibidores de tripsina, el ácido fítico, y la genisteina. Pero la revisión de literatura de la FDA desestimó una discusión de los impactos adversos, con la afirmación de que era importante eliminarlos para un "adecuado procesamiento".

La genisteina podía ser eliminada mediante un lavado con alcohol, pero era un procedimiento costoso, que los procesadores evitaban. Estudios posteriores establecieron que el contenido de inhibidor de tripsina podía ser eliminado sólo mediante largos períodos de calor y presión, pero la FDA no ha impuesto ninguna exigencia de que los fabricantes hagan esto.

La FDA estaba más preocupada por las toxinas que se formaban durante el procesamiento, específicamente los nitritos y la lisinoalanina. 72 Siempre a bajos niveles de consumo - en promedio, un tercio de gramo por día en ese tiempo - la presencia de estos carcinógenos era considerada una amenaza demasiado grande contra la salud pública como para permitir la condición GRAS.

La proteína de soja sí fue aprobada para ser usada como empastadura en cajas de cartón, y a esta aprobación se le permitió continuar, pues los investigadores consideraron que la emigración de nitritos desde la caja hasta el alimento contenido en ella sería demasiado pequeña para constituir un riesgo de cáncer. Los funcionarios de la FDA requirieron especificaciones de seguridad y procedimientos de monitoreo antes de conceder la condición GRAS para estos alimentos.

Estos procedimientos nunca se llevaron a cabo. Hasta la fecha, el uso de la proteína de soja está codificada como GRAS sólo para este limitado uso industrial como empastadura para cartón. Esto significa que la proteína de soja debe sujetarse a procedimientos de aprobación previos al mercadeo cada vez que los fabricantes se propongan usarla como alimento o añadirla a los alimentos.

La proteína de soja fue introducida en las fórmulas para bebés a principios de la década de 1960. Era un producto nuevo, absolutamente sin ningún historial de uso. Puesto que la proteína de soja no tenía condición GRAS, se requería la aprobación de pre-mercadeo. Esta condición no había sido concedida, y todavía no lo ha sido. El ingrediente clave en la fórmula de soja para bebés no está reconocido como seguro.

¿El Próximo Asbestos?

"Contra el trasfondo de una amplia alabanza...existe la creciente sospecha de que la soja - a pesar de sus indiscutibles beneficios - puede representar algunos riesgos para la salud", escribe Marian Burros, una de las principales escritoras del New York Times. Más que el de ninguna otra escritora, el patrocinio, por parte de la Srta. Burros, de una dieta baja en grasa y mayormente vegetariana ha llevado a los norteamericanos a los pasillos de los supermercados que ofrecen alimentos a base de soja.

Sin embargo, su artículo "Las dudas ensombrecen las alegres noticias sobre la soja", del 26 de enero del 2000, contiene la siguiente afirmación alarmante: "Ni uno solo de los 18 científicos entrevistados para esta columna estuvo dispuesto a decir que el ingerir isoflavonas estaba libre de riesgo". La Srta Burros no enumeró los riesgos, ni mencionó que los 25 gramos de soja diarios recomendados contienen suficientes isoflavonas para causar problemas en individuos sensibles, pero era evidente que la industria había reconocido le necesidad de cubrirse.

Debido a que la industria está extremadamente expuesta... los abogados de contingencias pronto descubrirán que el número de demandantes potenciales puede contarse por millones, y que los bolsillos son muy, muy hondos. Los jurados escucharán algo así: "La industria ha sabido por años que la soja contiene muchas toxinas".

"Al principio, le dijeron al público que las toxinas eran eliminadas mediante el procesamiento. Cuando fue evidente que el procesamiento no las eliminaba, afirmaron que estas substancias eran beneficiosas. Su gobierno concedió un reclamo de salud a una sustancia que es venenosa, y la industria le mintió al público para poder vender más soja".

La "industria" incluye a los comerciantes, fabricantes, científicos, publicistas, burócratas, ex-financistas de bonos, escritores sobre alimentos, compañías fabricantes de vitaminas, y tiendas al menudeo. Los granjeros probablemente se escaparán porque fueron engañados como el resto de nosotros. Pero necesitan encontrar alguna otra cosa que cultivar antes de que la burbuja de la soja estalle y el mercado se venga abajo: ganado alimentado con pasto, vegetales de diseño... o cáñamo para fabricar papel para miles y miles de sumarios legales.

Acerca de las Autoras

Sally Fallon es autora de "Nourishing Traditions: The Cookbook That Challenges Politically Correct Nutrition and the Diet Dictocrats" (1999, 2da. Edición, New Trends Publishing, y presidente de la Weston A. Price Foundation, de Washington, D. C.

Mary G. Enig, Ph.D., una nutricionista ampliamente conocida por sus investigaciones sobre los aspectos nutricionales de las grases y los aceites, es consultora, doctora, y directora de la División de Ciencias Nutricionales de Enig Associates, Inc., de Silver Spring, Maryland. Recibió su grado de Doctora en Filosofía en Ciencias Nutricionales en la Universidad de Maryland, College Park, en 1984, dictó un curso de postgrado sobre la interacción entre nutrientes y drogas para el Programa de Postgrado en Ciencias Nutricionales, y fue Asociada de Investigación en la Facultad desde 1984 hasta 1991 con el Grupo de Investigación de Lípidos en el Departamento de Química y Bioquímica.

La Dra. Mary G. Enig es Fellow del American College of Nutrition, y miembro del American Institute of Nutrition. Sus muchos años de experiencia como "nutricionista de laboratorio" en el análisis de grasas y aceites en alimentos, proporciona fundamento para los papeles activos en los puntos en disputa sobre la etiquetación y la composición de alimentos a niveles federal y estatal.

La Dra. Enig es Editora Consultiva para el Journal of the American College of Nutrition, y anteriormente sirvió como Editora Colaboradora para Nutrición Clínica. Ha publicado 14 trabajos científicos sobre el tema de las grasas y los aceites en los alimentos, varios capítulos sobre nutrición para varios libros, y presentado más de 35 trabajos científicos sobre temas de alimentos y nutrición. Es presidenta de la Maryland Nutritionists Association, anterior presidenta de la Coalition of Nutritionists of Maryland, en 1986 fue nombrada por el gobernador para Maryland State Advisory Council of Nutrition, y fungió como Presidenta del Subcomité de Salud hasta que el Consejo fue disuelto en 1988.

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