jueves, 23 de abril de 2020

LOS VIRUS NO SE "PESCAN"




Virus 



Artículos de Patrick Quanten,  Doctor en Medicina



¿Cómo se puede contagiar  un virus,  si no es una cosa viva? 

No se puede





Empecemos por un hecho bien conocido a nivel médico: los virus no tienen vida. Son más pequeños y simples que las bacterias, y por sí mismos son inertes e inofensivos.  Por tanto, la pregunta inmediata ha de ser: ¿Cómo se puede “pescar” un virus, si no es una cosa viva? La respuesta es: No se puede. 


Los experimentadores han incubado los virus del resfrío común, los han colocado directamente en el revestimiento mucoso de la nariz, y se han encontrado con que los sujetos sólo acababan con un resfrío en un 12% de las ocasiones. Estas probabilidades no podían incrementarse exponiendo a las personas a corrientes de aire frío, ni poniendo sus pies en agua helada para provocarles escalofríos, ni por cualquier otra cosa que fuese puramente física.

La gripe porcina (una infección viral) surgió como una gripe normal, no mortal, en la primavera de 1918, pero de alguna manera en los meses siguientes mutó convirtiéndose en algo más grave. En un intento por elaborar una vacuna, las autoridades médicas dirigieron experimentos con voluntarios en una prisión militar de Deer Island, en el puerto de Boston. 
A los prisioneros se les prometió el perdón si sobrevivían a una batería de pruebas. Esas pruebas eran severas, por no decir otra cosa. Primero se inyectó a los sujetos con tejido pulmonar infectado extraído de los muertos. Luego se les vaporizó en ojos, nariz y boca con aerosoles infecciosos. 
Si todavía no sucumbían, se aplicaba a sus gargantas descargas tomadas de los enfermos y moribundos. 
Si todo eso fallaba, se les sentaba con la boca abierta frente a una víctima gravemente enferma para que ésta tosiera en sus caras. Los médicos escogieron a sesenta y dos voluntarios para las pruebas. Ni uno solo contrajo la gripe
El único que cayó enfermo, muriendo rápidamente, fue el médico  del pabellón...





Uno de los misterios de las epidemias de virus es cómo pueden surgir de repente por todas partes, en lugares separados por océanos, cadenas montañosas y otras barreras terrestres. Aunque un virus no esté vivo por sí mismo, también pierde su potencial de apropiarse del material genético de un anfitrión vivo al cabo de pocas horas de hallarse fuera del cuerpo que le hospeda. 
La respuesta más común ofrecida, de que viaja a través de “portadores” (personas que no manifiestan síntomas pero que transportan y distribuyen el virus) no ha podido ser demostrada, y tras décadas de utilizarla como “la” explicación, sigue siendo tan sólo una teoría desesperada e inestable.  


No se puede "pescar" una infección viral como ha quedado demostrado en innumerables experimientos, por lo que incluso aunque se desplazasen de tal forma, ¿cómo podrían “saltar” desde el portador a la víctima? Además, ¿cómo se las arregla un virus para mantenerse escondido (inactivo) durante varios meses -en el caso del VIH, o de la variante enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, hemos de creer que puede estar ahí hasta 20 años!- antes de surgir de forma explosiva más o menos a la vez por todos lados? 

Algunas de esas pandemias han sido conocidas por ser más devastadoras para las personas en la flor de la vida, que para los niños pequeños y ancianos que tienen más probabilidades de tener un sistema inmunitario más vulnerable. 

Extraño, por no decir otra cosa. De vez en cuando regresan ciertas cepas de virus. En 1933 un desagradable virus ruso conocido como el  H1N1 ocasionó graves brotes sobre amplias zonas, luego repitió en los años 1950, y de nuevo en los años 1970. A donde se fue en esos intervalos es un misterio. ¿Pudo haber sobrevivido, yaciendo “durmiente” en humanos o animales, durante todo ese tiempo? 


Esto plantea las mismas dos antiguas preguntas: 

- ¿Por qué no causó ningún síntoma, donde fuera que estuviera escondido?.
Y si estuvo escondido en algún lugar, 
-¿Cómo se extendió tan rápidamente cuando lo hizo, si no se puede atrapar ni de un humano ni de un animal?

¿Qué sabemos sobre virus? Ya hemos mencionado que son muy pequeños; y que no fueron detectados hasta 1943 con la invención del microscopio electrónico. 
Muchos virus, incluyendo al HIV, tienen diez o incluso menos genes, mientras que la bacteria más sencilla requiere varios miles. Para crear una cosa viviente necesitamos un ADN adecuadamente organizado con una cantidad sustancial, cosa que el virus no tiene. Definimos como “organismo viviente” a algo que puede llevar a cabo tres tareas sucesivas:


           • incorporar materia (comer, respirar), 

           • metabolizar materia (digerir, asimilar), y 

           • excretar el residuo. 


Una cuarta tarea que necesita llevar a cabo es la de reproducirse. Un virus no hace nada de todo eso. Ningún virus lo hace. Dentro de la cápsula viral no hay ninguna otra estructura de las que se necesitan para mantener un proceso metabólico. No existe ningún tipo de actividad en el interior de la cápsula viral. 

Estructuralmente no sólo no parece que esté vivo, sino que tampoco está vivo en términos fisiológicos. Entonces, ¿qué es lo que pasa? 

Como sabemos, los virus pueden tener efectos devastadores en la salud de plantas, animales (grandes y pequeños, bacterias incluidas), y humanos. 
¿Cómo produce esos efectos, si no está vivo, no puede ser atrapado y no se reproduce?

Los hechos científicos que se conocen acerca de los virus y de la forma en que funcionan han sido obtenidos a través de análisis químicos, y de observar imágenes fijas de los microscopios electrónicos. La historia ha sido reconstruida a base de ir juntando las piezas, ¡pero no ha sido realmente observada! 

Eso significa que, en el mejor de los casos, lo que nos han dicho que sucede es en realidad una teoría, y en el peor de los casos, una fantasía. Para ser exactos y en palabras sencillas, ¿qué es lo que se ha descubierto? 

              . Que los virus contienen ARN o ADN, en pequeña cantidad y mayoritariamente o uno u otro, aunque hay excepciones. Realmente porciones de material genético de la clase que sea; pero sólo porciones. 

              . Que los virus son especies marcadas y específicas para órganos, y que en suma, los virus que infectan a las plantas, insectos,  ricketsias 1, bacterias y otros animales son diferentes de aquellos que infectan a los humanos, aunque ahora se piensa que no es totalmente así. Son específicos, pero luego de nuevo no lo son. 

              Los virus pueden estar desnudos, con el genoma protegido sólo por una cápside proteínica, o pueden tener una envoltura lipídica que rodea la cápside. Porciones de material genético dentro de una sencilla y delgada bolsa, y en ocasiones colocados en una burbuja grasa. 

              .  Se ha visto como los virus son “encapsulados” por las células corporales que disponen de receptores específicos para virus. Una vez en el interior de la célula, parece que la cápsula del virus es extraída, la porción expuesta de ADN o ARN es “leída”, y la célula hospedadora parece duplicarla. Esas porciones de material genético son encapsuladas de nuevo, y la célula anfitriona, abarrotada de virus completos, explotará desparramando los virus por el entorno celular. 
Por tanto primero vemos un montón de porciones genéticas dentro de la célula; luego esas porciones son encapsuladas, y finalmente la célula estalla y libera al entorno celular el material genético que ahora está embolsado. 

               .  Los virus en el entorno intercelular son ahora tragados por las células del sistema inmunitario (macrófagos y linfocitos), que los recogen y los destruyen. Esas bolsas que contenían las porciones de material genético son recogidas dentro de células del sistema inmunitario. 
  
               .  Los virus son difíciles de demostrar (son extremadamente pequeños). El diagnóstico de infección viral se hace mayoritariamente sólo a través de síntomas clínicos, y suponiendo que encaja con el patrón de alguna enfermedad conocida para la cual no existe un factor causativo conocido. Virtualmente, cada vez que se pronuncia un diagnóstico de infección viral no se ofrece prueba alguna de ese diagnóstico. 

              .  Los materiales para aislar un virus deben obtenerse tan pronto como es posible durante la enfermedad. Es en los primeros estadios de la enfermedad cuando se encuentran los valores más elevados, y cuando es más probable que un test pueda arrojar un resultado positivo. Existen más virus presentes justo al inicio de la enfermedad que en cualquier otro estadio del proceso de enfermedad. Si los virus se estuvieran multiplicando, lo que sería de esperar es que el número fuera creciendo a medida que la enfermedad se desarrolla. 

                La identificación de los virus se realiza en los laboratorios, midiendo el nivel de anticuerpos existentes contra virus específicos, no midiendo ni demostrando al propio virus. ¡La medición de un nivel de protección más elevado se diagnostica como la propia enfermedad! 



Resumiendo ese conocimiento científico podemos decir que las infecciones virales no son diagnosticadas porque se encuentre al virus específico, sino suponiendo que un virus es el causante de los síntomas. 

En la práctica, eso sucede cuando el médico no sabe realmente cuál es la causa. En lo que concierne a la historia de la infección viral, sabemos ahora que tan pronto como empiezan los síntomas, el número de virus será muy rápidamente reducido de forma radical. No existe evidencia de una rápida proliferación del número, una vez que la propia enfermedad se manifiesta. 

Antes de seguir para explicar la verdadera historia del virus, nos será útil el recordatorio de lo que ya sabemos: 

1. Un virus no está vivo. 

2. No se puede pescar un virus. 

3. Fuera del anfitrión un virus se desintegra rápidamente. 

4. Un virus consiste en pequeñas porciones de material genético, que varían de virus a virus, rodeadas por una delgada envoltura, bien sea de proteínas (solubles en agua) o de grasa. 

5. Los materiales virales pueden verse en gran número dentro de la célula anfitriona. 

6. Una célula anfitriona completa se abre, rompiéndose, y los virus son expulsados al entorno. 

7. En el entorno, los virus son embolsados por las células del sistema inmunitario 2





La historia del virus 






Si los virus no son cosas “con vida”... ...tampoco pueden multiplicarse, ni necesitan un entorno específico para “sobrevivir”. 
No pueden aparecer de la nada, ni tampoco propagarse e infectar otras células. 
Cuando una célula enferma, y su función empieza a flaquear, puede empezar a hacerse trizas. Parte de su estructura esencial, ADN y ARN, pueden separarse a medida que la célula se desintegra. 

La célula hará un esfuerzo por limpiar esos pedazos, preparándolos para el tacho de la basura. Las pequeñas piezas de material genético que ahora flotan por todo el fluido intracelular, serán aisladas encapsulándolas. 
A medida que prosigue la desintegración celular, se pueden ver más y más de esos pedazos dentro de la célula, y aparecerán más y más pequeñas “bolsitas” de material genético inservible. Cuando la célula ya es totalmente disfuncional, y está llena de basura, la propia pared celular estalla y el contenido es expulsado hacia el entorno celular. Ahí la limpieza continua, empaquetando esas pequeñas bolsitas todavía más en lo que ha sido denominado los linfocitos y los macrófagos del sistema inmunitario. Esas grandes vesículas ahora se distancian hacia el fluido linfático y el torrente sanguíneo, desde donde serán clasificadas en las apropiadas estaciones de drenaje, como el bazo y los nódulos linfáticos. Este proceso continúa hasta que todo el lote ha sido despejado. 




Esto explica porqué el número de “virus” es más elevado justo al principio de la enfermedad y va declinando ininterrumpidamente durante todo el proceso de la enfermedad, incluso sin tratamiento alguno. 
Esta es también la causa de los miles y miles de “virus” diferentes que han sido identificados, y de la “mutación” de los virus. El comportamiento viral es en esencia totalmente impredecible, no porque sea un animal que cambia su comportamiento tan rápida e inteligentemente que nada puede seguirle el ritmo, sino porque las células y las formas en que se desintegran nunca son las mismas. Eso también barre la idea de que los “virus” puedan yacer latentes durante un período de tiempo indefinido, y activarse sin que haya nada ni se haya identificado ninguna razón que los detone.

¿Cómo explicamos las “epidemias de virus”? ¿Por qué nos resfriamos el día después de que alguien en la oficina empieza a toser y a estornudar? La profesión médica sabe que los virus tienen períodos de incubación. Se dice que éstos varían de virus a virus, yendo desde unos pocos días hasta varios años, y que un virus de resfrío tiene un período de incubación medio de aproximadamente una semana. Ahora bien, − en primer lugar, no se puede pescar un virus; y − en segundo lugar, si se pudiera “pescar” el virus de la gripe, le llevaría una semana establecerse dentro de tu cuerpo y empezar a mostrar síntomas. En consecuencia, ¡tu resfrío NO podría haber sido ocasionado por el resfrío de otra persona en la oficina el día anterior! Lo que se ve y se ha denominado “virus” se encuentra después de que la estructura celular ha empezado a desintegrarse. 
¿Por qué una célula empieza a desarmarse? Porque está enferma. La enfermedad ya está presente mucho antes de que cualquier partícula viral se muestre en cualquier imagen. Así pues, la pregunta que debemos plantear es ¿por qué la célula ha enfermado? 
La respuesta a esto radica en la acumulación de material tóxico en el interior de la estructura celular. A medida que la célula va cargándose de material inapropiado, con el tiempo no será capaz de sobrellevarlo, y empezará a desmoronarse. Son exactamente esas piezas las que el microscopio electrónico fotografía, y que se han denominado “virus”. Las influencias que pueden conducir al incremento de presión del sistema son muchas y variadas. Van desde el tiempo, el entorno en que se vive y trabaja, el estilo de vida y dieta, el equilibrio entre actividad y descanso, el equilibrio mental, el estrés y las preocupaciones. Dado que ese montón de influencias, como las condiciones de trabajo y el clima, son circunstancias generales que nos afectan a todos, es muy probable que un gran número de nosotros, en el mismo entorno, enfermemos al mismo tiempo, o más o menos en la misma época, sucumbiendo a las influencias medioambientales. Añade a esto que las personas que están trabajando en el mismo ambiente es muy probable que tengan estilos de vida similares, y ya tenemos identificado otro factor que explica el porqué un patrón de enfermedad similar se da dentro de ciertos grupos de personas en ciertos momentos. 

Encima de esto, ahora sabemos que la preocupación reduce nuestra capacidad inmunitaria e incrementa la probabilidad de enfermedad. La creencia de que “si una persona cercana a tiene un resfrío, también vas a "pescarlo”, incrementa radicalmente la probabilidad de que esto ocurra, puesto que nos volvemos más vulnerables mediante el efecto inmunoreductor de la propia preocupación
Las epidemias se dan por que la gente que está en circunstancias, entornos de vida y condiciones similares, presentan similares desequilibrios en sus sistemas, conduciendo directamente a patrones de enfermedad similares. Esto causa miedo y aprensión a su alrededor, haciendo que otros sean más vulnerables y empiecen a mostrar en ellos mismos la crisis de salud. La enfermedad se extiende. O lo que es más exacto, primero se extiende el miedo a la enfermedad, dando como resultado una resistencia disminuida, lo que permite que los desequilibrios de cada individuo se muestren a través de la incapacidad de lidiar con los problemas que el sistema ya lleva enfrentando desde hace tiempo. Cada vez más y más personas se enferman y dan señales de que sus cuerpos han estado sometidos a gran presión durante bastante tiempo para mantenerse sanos. Una enfermedad que se muestra es el resultado final de un largo proceso (incluso una enfermedad “aguda”) de lento deterioro del funcionamiento normal del sistema.

La enfermedad es un proceso, no un estado del ser.

 Llegó el momento de aprender los hechos de la vida. Llegó el momento de salir de la ignorancia y del miedo que de ella resulta. Llegó el momento de enfocarse en la salud individual y colectiva; y en los factores que la influyen. Los virus están muertos, pero las enfermedades están mucho más que vivas. 

Concentrémonos en lo viviente, no en lo muerto, si queremos estar sanos.

1 Las ricketsias son bacterias intracelulares


2  (Ver "El proceso inflamatorio". En inglés, en:  www.activehealthcare.co.uk).

miércoles, 8 de abril de 2020

PERÓN Y LA CURIOSA "EPIDEMIA DE SALUD" PROMOVIDA POR EL DR. RAMÓN CARRILLO





La Brillante Idea que Perón y el Dr. Ramón Carrillo promovieron, su corta implementación y los intereses de siempre...

A continuación reproducimos una entrevista realizada por Manuel Martí -periodista y referente de la UVA Unión Vegetariana Argentina- al Dr. Delio Esteve.
Esta nota refleja un eposidio completamente olvidado y ocultado, ocurrido en la década del 50 durante la Presidencia de Juan Domingo Perón.



EPIDEMIA DE SALUD
En el contexto actual imaginar una epidemia de este tipo sería algo impensado, más bien podría ser un excelente título para una novela de ciencia ficción…
¿O será tal vez queridos amigos, que pueda ser algo real y posible ?… 
Resulta que un día charlando por teléfono con el Dr. Delio Esteve, él me comentó algo que había sucedido durante una presidencia del general Perón, y en lo que su padre el siempre querido y bien recordado Prof. Esteve Dulín, había tenido mucho que ver, algo realmente de avanzada, lo más cercano a una utopía que se pueda imaginar, un plan de salud revolucionario y exitoso que se creo y sostuvo sobre las bases del naturismo y el vegetarianismo, esto me motivo profundamente para realizar una nota para la revista y el portal web, así que fijamos un día y fui para su casa con todo el entusiasmo que esto me producía.
Era un día especial, no lo podía creer, iba a entrevistar a uno de los mayores referentes del naturismo de Argentina y alrededores, era un momento especial y sabía que muchas personas se asombrarían al leer la historia sobre este hecho increíble…
El Dr. Delio me recibió con su habitual entusiasmo lleno de energía y simpatía, como siempre dispuesto a charlar sobre calidad de vida, me convidó unas frutas y nos ubicamos en su consultorio, preparé el grabador y lance la primera pregunta…


M.- Siempre se cuestiona a la medicina naturista como poco efectiva y algo lenta, usted que dice sobre esto?

Dr.- Siempre es bueno recordar que la medicina naturista no cura los síntomas, sino que su principal objetivo es formar un ser sano que nunca esté enfermo. Y para esto recurre a la naturaleza, el agua, el sol, la montaña, el aire puro, los elementos naturales.
La cura con el naturismo es siempre más rápida que con cualquier otra terapia, y más completa.
Recuerdo cuando a mi papá lo vino a ver el Sr. Pamies que luego tuvo la Posada Naturista de la Cumbre, en la provincia de Córdoba, tenía tres grandes cavernas en los pulmones debido a una tuberculosis, ya estaba desahuciado pero mi papá para mas seguridad lo mandó a ver a su amigo el Dr. Arendar, jefe de tisiología del hospital Muñiz, él lo revisó, le sacó radiografías y le pasó a mi padre, un informe escrito donde le daba tres meses de vida (estaba esputando sangre continuamente), tenía una tuberculosis muy avanzada. 
Y mi papá le dijo, aquí en la ciudad de Buenos Aires le quedan de tres a seis meses de vida, pero si usted se va la montaña a 1000 metros de altura y hace un buen régimen vegetariano de verduras y frutas, cultivadas en lo posible por usted mismo, recuperará rápidamente su salud y vivirá sano muchos años más como si nunca hubiera tenido tuberculosis. 

Enseguida Pamies, convencido por el consejo del Prof. Esteve Dulín, vendió todo y se fue a La Cumbre, en la provincia de Córdoba en la zona central de Argentina, al mes ya no esputaba sangre y a los pocos meses ya se encargaba de cultivar sus propias verduras en su hectárea y media de terreno, en la entrada de La Cumbre, donde hizo una posada vegetariana, cuando se mudo a la montaña el tenía 42 años, y le habían decretado tres meses de vida, pero con el cambio de hábitos, sanó y murió de viejo a los 88 años y sano. Por eso la medicina naturista es tan recomendable y efectiva.

M.- Tiene registros de curaciones realizadas a través de la medicina naturista?
Dr.- Claro, los médicos siempre llevamos registro de nuestros pacientes, mi padre tuvo 140.000 historias clínicas de pacientes sanos los que en su mayoría llegaban desahuciados, y al tiempo recuperaban la salud, yo tengo 160.000, así que entre los dos llegamos a las 300.000 personas sanas gracias al naturismo y a la alimentación vegetariana, lo que es una demostración concreta de lo beneficioso de esta medicina.

M.- Que tiene que ver Hipócrates con todo esto?
Dr.- Tiene mucho que ver, fue quien inició la medicina en occidente, Hipócrates fue el primer naturista llamado el padre de la medicina, quien decía: «No hay enfermedades sino enfermos» y «Las llamadas enfermedades son crisis de eliminación de miasmas acumulados», son lo que hoy llamamos metabolitos, o sea, productos de deshechos que el organismo elimina; si son sólidos se eliminan por los intestinos, si son líquidos por los riñones y la transpiración, si son gaseosos por la respiración y por los poros, si son eléctricos, el roce de los líquidos en las paredes de los espacios intersticiales produce electricidad estática, electrones positivos, que cuando se acumulan mucho dificultan el paso de la corriente por los nervios y es necesario ayudar a eliminarlos por medio de los cambios térmicos que producen por ejemplo, los baños de Kuhne o Kneipp.

M.- Por favor Doctor cuéntenos qué fue ese "flagelo" que azotó a nuestro país, allá por mediados del siglo pasado y que se llamó La epidemia de salud?
Dr.- La denominación «epidemia de salud» nace de mi padre, recuerdo aquella época cuando esa "epidemia azotó" nuestro país allá por el año 1952, en aquel entonces el Dr. Asiain Crespo era jefe de cátedra de Clínica Médica del Hospital de Clínicas y fue nombrado jefe del servicio médico de la Presidencia de la Nación, vivía en Vicente López pero pasaba casi todo el día en la Quinta Presidencial de Olivos donde por las mañanas solía pasear y conversar por los jardines con el entonces presidente Juan Domingo Perón («el león herbívoro» como gustaba llamarse), de quien además de amigo era su médico personal.


M.- Entonces esto fue algo que sucedió realmente?
Dr.- Tan real como que estamos hablando ahora, resulta que una mañana caminando por los jardines de la quinta presidencial de Olivos, el presidente le comenta al Dr. Asiain Crespo su médico de confianza: la salud está en crisis, debo disponer más dinero para hacer más hospitales, porque los enfermos están hasta en los pasillos y me da muchas lastima ver a todos así, además Evita también estaba muy preocupada con eso y agregó, no queda otra que hacer más hospitales.
Fue entonces que el Dr. Asiain Crespo -médico vegetariano, naturista- le dijo: estimado amigo no se preocupe, es muy simple, no se necesita ni más dinero para el presupuesto ni construir más hospitales, ni nada de recursos de ese tipo, lo que se necesita es simplemente menos enfermos !!!
Dejando en claro el prestigioso profesional su profunda convicción en el método que él propiciaba, del que destacaba en particular su carácter preventivo sobre cualquier otra opción.

M.- Y que dijo el general Perón ante esta inesperada respuesta?
Dr.- Y claro no era para menos, la cara de asombro del presidente Juan Domingo Perón fue acompañada con una rápida pregunta: ¿qué hay que hacer, cómo hacemos? A lo que el Dr. Crespo respondió: ordénele a su Ministro de Salud, al Dr. Carrillo que se entreviste con los naturistas en la Asociación Naturista de Bs. As, y les pida que organicen un plan nacional de salud.

                                                       El Dr. Ramón Carrillo dirige la desratización del depósito de la calle Cabrera al 5000 donde 
                                                                                 se inició el brote de peste bubónica.  Foto Archivo General de la Nación


M.- Cual fue la reacción del presidente?
Dr.- Perón no dudó ni un instante e instruyó sin perder tiempo al Dr. Carrillo, en aquella época ministro de salud, para que siguiera el consejo del Dr. Crespo y se comunicara con el profesor Esteve Dulín y la Asociación Naturista de Bs. As. para solicitar una reunión y un plan como recomendaba el médico personal del presidente.
Y fue así como el Dr. Carrillo se vino para la Asociación, estábamos con mi padre en la puerta esperándolo cuando llegó con sus guardaespaldas, todavía recuerdo aquella anécdota cuando el Ministro iba a entrar a la Asociación, y mi padre de repente le dice: ¡Un momento Ministro, usted puede entrar pero el habano no!, el cigarro se queda afuera aquí no se puede fumar…


  Chapadmalal, en particular, ha sido el bautismo de mar para generaciones 
enteras de niñas y niños hijos de trabajadores


Y bueno… el habano se quedó afuera y estuvimos ahí conversando, mi padre le detalló los planes posibles a desarrollar y el gobierno facilitó la casa de Mendoza y la radio para que se pudieran transmitir todos los conocimientos, acto seguido y rápidamente se crearon las colonias de vacaciones, las huertas familiares, todo el mundo tenía que comer su lechuga, sus rabanitos, sus tomates, cultivados donde pudiera, hasta en las azoteas y aunque parezca mentira en aquella época «todo era orgánico» pues no se usaban químicos.

                                      Todas las comodidades y bienestares posibles de la Colonia de Vacaciones en la 
                                                       Ciudad Infantil Amanda Allen


M.- Como lograron difundir este método masivo de salud?
Dr.- Se contó con el apoyo oficial sin él cual no hubiera sido posible realizarlo, se hizo una gran campaña por radio y diarios, el cambio fue muy importante y a la vez muy efectivo, se pudo enseñar que toda comida tenia que tener alimentos crudos pues ya se conocía la ley de Kouchakoff, que hablaba de la leucocitosis digestiva.
Fue Virchov quien en el siglo 19 descubrió eso, él había notado que después de comer se incrementaban los glóbulos blancos en sangre, a lo que denominó leucocitosis digestiva fisiológica, él creyó que esto sucedía para favorecer la digestión -estaba equivocado- pero la verdad era que cada vez que alguien comía le subían los glóbulos blancos. 
Después, ya en el siglo 20 el ucraniano Kouchakoff trabajando en París descubrió que había gente que después de comer no tenía aumento de glóbulos blancos, e investigando sobre que tipo de alimentos habían ingerido, encontró que todos habían comido alimentos crudos, ensaladas y frutas, entonces lanzó la teoría de que la comida cocida representaba una agresión para el organismo, igual que una infección microbiana pero de corta duración. 
También descubrió que cuanto mayor temperatura había recibido la comida mayor cantidad de leucocitosis se presentaba sobre todo en materias grasas, los glóbulos blancos subían de 6000 a 12000 o 14000 en media hora o en una hora en una comida muy pesada, y luego de 2, 3 o 4 horas volvían los valores normales. Esto prueba definitivamente la importancia en la dieta de la comida cruda y vegetariana.

                                                             La Ciudad estudiantil construída por la Fundación Eva Perón. Un proyecto educativo 
                                                                            inclusivo que ocupaba cuatro manzanas en el barrio porteño de Belgrano.

M.- Cuanto duró este revolucionario plan de salud?
Dr.- Duró alrededor de 6 u 8 meses y tuvo en ese lapso un gran éxito ya que se emplearon métodos naturistas, como todos saben estos son métodos de rápida y gran efectividad, ya que por el contrario de lo que se afirma engañosamente por ahí la medicina naturista actúa más rápido y eficazmente que cualquier otra.

                                                          Confort y “lujo” para los abuelos en el hogar de ancianos “Coronel Perón” 
                                                                               de Burzaco, Pcia. de Buenos Aires. Inaceptable para la oligarquía.


M.- Este gran éxito que nos comenta, no tuvo la resonancia que se supone, que sucedió?

Dr.- A raíz del gran triunfo de la campaña se produjo una epidemia de salud, el hospital Santojani cerró sus puertas debido a la falta de enfermos y el hospital Muñiz cerró una sala por medio y las que quedaron habilitadas tenían a lo sumo 3, 4 o 5 enfermos.
Pero como ya algunos se imaginarán, la Epidemia de Salud se terminó convirtiendo en un desastre terrible para quienes comerciaban con la enfermedad.
Tal vez valga la pena preguntarse qué intereses tan poderosos habrán sido los que lanzaron una campaña de defenestración del Dr. Ramón Carrillo cuya recordada gestión solo es comparable a la del Dr. Oñativia, también ministro de Salud Publica del ex presidente Arturo Illia, quien tuvo similar destino…
Cabe recordar tristemente que el plan quedo desarticulado y ahí se acabó…; al año nomás los enfermos llenaban nuevamente los pasillos de los hospitales.
                                                     Evita rodeada de estudiantes de la Escuela de Enfermería, obra de la Fundación


M.- Pero como puede ser que haya terminado de este modo?
Dr.- En realidad no se comprendió la magnitud de la obra que se estaba realizando ya que se deberían haber hecho cambios en el sistema de atención en la salud, pues los médicos y las instituciones no deben vivir lucrando con la enfermedad sino que deben obtener el beneficio económico fomentando la salud, o sea manteniendo la salud.
En las grandes ciudades no hay gente con salud la mayoría están enfermos, todos son asiduos visitantes de hospitales y clínicas y esto se debe al comercio con la enfermedad y los fármacos.
En la antigua China, los médicos tenían un determinado número de familias a su cargo y ellos recibían el aporte económico, el dinero, el sueldo, solo si la familia se mantenía sana, cuando la familia se enfermaba ellos no cobraban nada entonces tenían que preocuparse por mantener la salud de la población.
Partiendo de esas base se deberían instrumentar nuevas normas que regulen el sistema de salud nacional.

                                                                Evita visita el dormitorio de una colonia de vacaciones infantil


M.- Sería hoy viable hacer un nuevo intento para instaurar una epidemia de salud?
Dr.- Hoy en día una epidemia de salud, como están las cosas, sería una excelente forma de dar solución a la problemática de la salud pública y achicar el gasto del presupuesto nacional, pero lamentablemente lo que pasa es que el Ministerio de Salud así como está organizado, debería llamarse Ministerio de Enfermedad.

M.- Querido Dr. Delio, que le parecería ofrecer nuevamente esta epidemia de salud al actual Presidente de la Nación?
Dr.- Muy buena idea, como siempre estamos y estaremos dispuestos a ayudar a todos a recuperar el equilibrio del vigor natural, sin lugar a dudas este es un método efectivo para dar un vuelco rápido y global en la salud de la población, quizás a través de la Unión Vegetariana Argentina de la cual soy miembro de honor, se pueda lanzar una propuesta similar.

Por favor, recuerden que el naturismo es salud.

  La Ciudad de los Niños fue fundada con un doble propósito: el de 
 esparcimiento creativo en un mundo de sueños y cuentos ligados a la infancia

                     


El Dr. Delio Esteve, Médico Naturista, es un importante referente de la medicina naturista, tercera generación de vegetarianos, hijo del memorable Prof. Esteve Dulín, quien fundara a comienzos del siglo pasado la Asociación Naturista de Buenos Aires, miembro honorario de la Unión Vegetariana Argentina, permanente colaborador e integrante del staff académico de la revista El Vegetariano. Gran activista y promotor de una alimentación libre de crueldad, reconocido deportista ganador de decenas de competencias en todo el mundo en la especialidad remo y dueño de una vitalidad que siempre ha reflejado la fortaleza del estilo de vida vegetariano.(Nota del editor).
Entrevista realizada por Manuel Alfredo Martí

lunes, 6 de abril de 2020

EL ORIGEN DE LOS GÉRMENES

                       



¿Quién necesita más pruebas?

                                                             por Patrick Quanten M.D.




La prueba del tiempo


El propio Pasteur, padre de la “teoría del germen”, proclamó:

“¡el único juez soberano será la historia!”



¿Quién puede cuestionarlo?

Veamos, por tanto, lo que el tiempo puede enseñarnos.

Ya conocemos la diferencia abismal que separa a Pasteur de Béchamp. Y en las Mémoirs de la Academia de Ciencias hemos visto las diferencias en sus trabajos de experimentación, tanto en tiempo como en ejecución.

Recordemos ahora los principios sobre los que descansa la teoría del germen, y sus implicaciones en el tratamiento de las enfermedades que siguen a una infección.

Cada una de las especies bacterianas está invariable y rigurosamente determinada. Existe como organismo estable, sin probabilidad alguna de que el bacilo del tifus se transforme en la bacteria vibrio del cólera. 


¡El tiempo ha demostrado que esto es falso!


Cada enfermedad específica está ocasionada por la invasión de una bacteria aeróbica específica en el cuerpo del animal o del humano. La infección se produce cuando la bacteria pasa de un cuerpo enfermo a otro, a través del aire. 

La teoría se basaba en la demostración experimental de que el aire contenía “gérmenes”, y en el hecho de que el bacilo del ántrax había sido cultivado a partir de sangre de ovejas infectadas, y se había reproducido la enfermedad cuando otros animales habían sido inyectados con el bacilo cultivado de ántrax.  (30 de abril de 1878)

El Dr Robert Koch, descubridor del bacilo de la tuberculina, formuló una serie de normas de reconocimiento para los supuestos gérmenes de la enfermedad. Éstas eran que el germen:

1. Debía ser hallado en cada caso de la enfermedad. 

2. No podía ser hallado si no había enfermedad. 

3. Se debía poder cultivar fuera del cuerpo.  

4. Al ser inyectado debía ser capaz de producir la misma enfermedad que sufría el cuerpo del cual se había extraído.  

Vemos aquí como este último postulado contradice la teoría básica de la doctrina de los gérmenes de transmisión aérea, puesto que para conjurar a la enfermedad se precisa que los organismos sean extraídos directamente de los cuerpos, o indirectamente a través de cultivos.

¿Qué evidencia se aporta de que los invasores responsables procedan de la atmósfera?

1 http://www.activehealthcare.co.uk/index.php/literature/medical/177-origin-of-germs-2

Es sorprendente que ni Pasteur ni ninguno de sus sucesores haya provocado nunca enfermedad alguna contagiando las bacterias por “transmisión aérea”, sino sólo tras inyectarlas a partir de los cuerpos enfermos originarios. Además, la sentencia que el tiempo pronuncia acerca de estas normas microbianas no las refuerza, puesto que incluso la ortodoxia médica se muestra reticente al reconocer que “los postulados de Rock se cumplen pocas veces, si es que llegan a cumplirse”. 

Desde el comienzo se educa a los expertos para que consideren a la vida micro-orgánica desde el enfoque de Pasteur, y para que acepten estas teorías como si fueran axiomas. Es pues comprensible que las contradicciones sólo puedan contemplarse desde una perspectiva objetiva, que convierte en absurda la teoría del germen de la enfermedad. 

Sus normas, los postulados del Dr Robert Koch, establecen, entre otras cosas, que el germen causante de enfermedad debería estar presente en todos los casos de esa enfermedad, y no ser hallado si no hay enfermedad.

¿Cuáles son los hechos? 




Uno de los apoyos originales de la ortodoxia basada en Pasteur, el bacilo KlebsLoeffler 2, acusado de ser el agente mortal de la difteria, según el propio Loeffler, se había encontrado de forma insuficiente en el 25 % de los casos. Por otro lado, constantemente se hallaba presente en las gargantas de sujetos sanos.

Sin embargo, los seguidores de Pasteur poseen sus métodos para superar la dificultad teórica, a saber, la teoría del portador, a través de la cual se acusa a la gente sana de propagar ciertos “gérmenes”, que supuestamente ellos diseminan.

Esta acusación se levanta contra quienes en su vida han sufrido las enfermedades de cuya propagación se les culpabiliza. La teoría del portador se invoca constantemente en relación a la difteria. En Alperton, Middlesex, tras examinar a 200 niños se les incriminó de ser portadores de difteria, y fueron aislados.

Un punto débil a destacar de esta teoría es que nunca hemos escuchado que se aísle a los bacteriólogos famosos, quienes obviamente deberían dar ejemplo. Se les deberían realizar las pruebas microscópicas y químicas, y la consiguiente puesta en cuarentena, que hasta ahora, en apariencia, sólo se propone para los demás. Es como con los obstetras que, si no están vacunados contra la rubeola, debieran ser la mayor fuente posible de contacto infeccioso de cualquier mujer embarazada.

 Lo siguiente que hizo Pasteur fue anunciar que había encontrado un verdadero preventivo, una vacuna, a la vez que esquivaba las preguntas y observaciones relativas al endeble procedimiento de prueba utilizado para demostrar la validez del enfoque de la vacuna. En la Academia de Medicina se alzaron voces contra la teoría del germen de la enfermedad, y en concreto M. Peter ridiculizó al todo victorioso microbio. Le resultó fácil hacerlo puesto que en marzo de 1882 el cacareado triunfo de la vacuna contra el ántrax se había topado con una desastrosa crisis.

En Italia, una comisión compuesta por miembros de la Universidad de Turín pensó que convenía realizar experimentos como los descritos por Pasteur, poniendo a prueba el profiláctico. El resultado fue que todas las ovejas, vacunadas y no vacunadas, sucumbieron al contagio.

2 Friedrich August Johannes Loeffler (24 de junio de 1852 – 9 de abril de 1915) fue un bacteriólogo alemán de la Universidad de Greifswald. Sus más importantes contribuciones fueron el descubrimiento del organismo que provoca la difteria (Corynebacterium diphtheriae)


Sin embargo, en todo el mundo se empezaron a crear institutos de experimentación bacteriológica con animales vivos, para la producción y venta de vacunas y sueros, siguiendo el ejemplo del que se había abierto en París en 1888.

Kachowka (Sur de Rusia) – 4.564 ovejas vacunadas; 3.696 muertas. 

Muchas de las victorias atribuidas a la vacunación no fueron reales.  El 1º de enero de 1920, el Times criticaba las estadísticas de los seguidores de Pasteur, en la voz de una autoridad de la talla del eminente profesor de estadística Karl Pearson, conocido por ser profesor de eugenesia en Galton, y director del laboratorio de eugenesia nacional, en la Universidad de Londres. Cuestionando el alarde de Pasteur de haber “conquistado la hidrofobia -rabia-”, escribía:

“Los datos estadísticos completos del tratamiento de Pasteur, tanto en Europa como en Asia, no están disponibles. Los datos publicados no permiten emitir ningún dictamen estadístico sensato. Si el gobierno de la India posee información sobre ese punto, ¿por qué la retiene? Si no la posee, ¿por qué no la consigue y la publica? ¿Existe alguna causa insatisfactoria con los resultados obtenidos, y se han realizado cambios en el tratamiento, basándose en tal insatisfacción, o en cualquier otro motivo? 

Las respuestas a esas preguntas deberían ser exigidas a la Cámara de los Comunes. No se debe culpabilizar a ningún gobierno por adoptar un procedimiento recomendado por sus consejeros científicos. Pero peca no sólo contra la ciencia y la humanidad, sino también contra el mundo animal, si no aporta el material que debe poseer para elaborar una opinión acerca del éxito o fracaso de sus esfuerzos. En nuestro actual estadio de conocimiento me atrevo a afirmar que no es sabio decir que hemos “vencido a la rabia”. 

Durante los quince años siguientes a la introducción de la antitoxina de la difteria el número de muertos en Inglaterra y Gales a causa de la difteria se incrementó un 20% en comparación a lo que había sido en los quince años anteriores al tratamiento con el suero.

La temprana inoculación, en ocasiones antes incluso de que se presentaran síntomas, ha sido algo que siempre se ha propugnado. Por supuesto, antes de que se manifiesten síntomas clínicos es imposible predecir si el problema va a ser leve, o si realmente va a ser una auténtica enfermedad.

Si por un lado se asegura que la pronta administración de la antitoxina impide una enfermedad peligrosa, por otro lado es fácil afirmar que mediante la antitoxina una simple garganta irritada se ha agravado en una enfermedad más severa, complicada en ocasiones con problemas cardíacos y parálisis. Un método o argumento no es más inexacto o menos científico que el otro.

En relación al descenso de casos de difteria en Gran Bretaña durante 1943 y 1944, debemos recordar que los 58 médicos británicos que en 1938 firmaron la nota contra la inmunización obligatoria en Guernsey (Islas del Canal), señalaron que en Suecia la difteria había desaparecido sin ningún tipo de inmunización.

Sin embargo, en abril de 1940 la directiva del Dr Frick convirtió la inmunización en obligatoria en Guernsey, y en 1945 el número de casos de difteria se había elevado de 40.000 a 250.000. En París el aumento fue de un treinta por ciento; en Lyon fue del 48%, en un año; en Hungría, del 35 % en dos años; y en el cantón de Ginebra, los casos se triplicaron en tres años.

El Dr Walter R. Hadwen, en su librito Microbes and War, comenta:

“Resumiendo, en estos modernos tiempos de sueros y vacunas, con toda su incidencia en la protección contra los microbios, el estrago de enfermedad y muerte fue - en proporción al período y al número respectivo de tropas utilizadas-, casi seis veces superior en los últimos seis meses del desastre de Gallipoli3 , que en los tres años que duró la Guerra de los Boers 4. Los enfermos (96.684) superaban con creces el número de muertos (25.270) e incluso el número de heridos (75.191). Debemos recordar que de esa gran hueste de inválidos, casi cada hombre ha sido rigurosamente inoculado". 

Desde luego, es posible que digáis... Eso pasaba antes. Las vacunas han mejorado mucho desde entonces, superándose un montón de contratiempos de aquellos primeros tiempos, que se debían a impurezas dentro de las vacunas. Ahora ya no tenemos esos problemas.

Pero eso es porque ignoráis la reciente evidencia obtenida sobre los efectos de la vacuna MMR5. Y las autoridades médicas se han dado buena prisa en ignorar esa evidencia, y en obligar a salir del país al médico que emitió los informes.

Sin duda sería bueno que te plantearas dos sencillas preguntas: ¿Es segura? Y ¿Es efectiva? Pues bien, aquí tienes una guía rápida a través de lo que se ha escrito.


¿Es segura la inmunización?

• Dr Archie Kalokerinos: “Sólo ha habido una prueba experimental de la vacuna de la viruela, y fue en Filipinas, en el cambio de siglo pasado, cuando se hallaban bajo control de Australia. Las cifras fueron claramente sobrecogedoras. Había el doble de muertes entre los vacunados que entre los no vacunados. Los únicos que pillaron dos veces la viruela fueron los que habían sido vacunados".

 • Entre 1973 y 1984 una cuarta parte de todos los casos informados de parálisis por polio ocurrieron poco después de la vacunación, con un 94% tras la primera dosis oral de la vacuna. Un 36% de casos eran de personas que estaban en contacto con niños vacunados, y un 82% de los casos de las personas que estaban en contacto ocurrieron después de que esa persona hubiera recibido la primera dosis oral de la vacuna.

• En 1982 y 1983 todos los casos de parálisis por poliomielitis ocurridos en Estados Unidos estaban asociados a las vacunas. Sólo se informó de un único caso causado por un virus salvaje. (Centros de Control de Enfermedad -CDC- Centres for Disease Control, Atlanta, Georgia)

 • En Alemania se dio un brote de parálisis por polio a principios de los años 1980, tras una campaña de vacunación. La investigación llevada a cabo concluyó que las inyecciones contra la difteria-tos ferina-tétanos no debieran haberse aplicado junto con la vacuna viva de la polio, a causa del riesgo de desencadenar “un estímulo a la polio” (Esa es una práctica que todavía hoy en día se utiliza).

• El Dr Robert Mendelsohn, tras una extensa investigación afirma que “el uso en vacunas de virus, ya sea vivos o inactivos, incrementa, no disminuye, la posibilidad de que vuestro hijo contraiga la enfermedad. Resumiendo, parece que la forma más efectiva de proteger a vuestro hijo de la polio es asegurarse de que no reciba la vacuna”. 

• Informes de Estados Unidos sugieren que uno de cada 100.000 niños vacunados contra las paperas desarrollará una meningitis como resultado directo. Un estudio de Yugoslavia rebaja la cifra a un sorprendente uno de cada 1.000. La experiencia británica ha resultado igualmente dramática, sugiriendo que un niño de cada 4.000 a 11.000 desarrollará probablemente una meningitis tras un protocolo de vacunación contra las paperas.

3 La batalla de Galípoli, o batalla de los Dardanelos, tuvo lugar en la península turca de Galípoli en 1915, durante la Primera Guerra Mundial. 
4 Conflictos armados que tuvieron lugar en Sudáfrica en los cuales se enfrentaron el Imperio británico a los colonos de origen neerlandés —llamados afrikáneres, bóeres o voortrekker—.La primera de estas guerras se desarrolló desde el 16 de diciembre de 1880 hasta el 23 de marzo de 1881; y la segunda, entre el 11 de octubre de 1899 y el 31 de mayo de 1902. 
5 Mumps, sarampión, Rubella = vacuna trivalente viral contra paperas, sarampión y rubeola.



 • Los Dres Kalokerinos y Mendelsohn dicen que la propia vacuna del sarampión conlleva un alto riesgo de ocasionar encefalitis, así como otras graves enfermedades tales como panencefalitis esclerosante subaguda, que casi siempre es fatal, ya que implica un endurecimiento de la sustancia cerebral. También existen evidencias de que la vacunación contra el sarampión puede ocasionar reacciones severas, como la ataxia (falta de coordinación en el movimiento), retardo mental, meningitis, convulsiones, parálisis unilateral y ceguera.
 
• De la revista americana “Science” (26-3-1977): “En 1970 el HEW6 informó que hasta un 26% de los niños vacunados contra la rubeola en los programas nacionales de estudio, desarrollaron artralgias o artritis. Muchos tuvieron que precisar atención médica, y algunos resultaron hospitalizados para hacerles las pruebas de la fiebre reumática y la artritis reumatoide.

En New Jersey ese mismo programa mostró que un 17% de todos los niños vacunados desarrollaron artralgias y artritis. El informe señala que durante el año anterior, en todo Estados Unidos se habían dado 87 casos de nacimientos con defectos congénitos, debidos a una infección por rubeola de la madre gestante, pero que las cifras mencionadas anteriormente indicaban que solo en el estado de New Jersey existían 340.000 niños puestos en peligro de graves enfermedades por causa de la inmunización contra una enfermedad que el año anterior había arrojado 12 casos de nacimientos con defectos congénitos”.

 • En el libro “Dangers of Immunisation” (Peligros de la inmunización) se cita a Glen Dettman PhD, presentando la cifra de un 30% de adultos en Canadá, a los que se les había dado la vacuna contra la rubeola, que en el transcurso de cuatro semanas empezaron a sufrir ataques artríticos. Algunos de los cuales eran de una intensidad incapacitante. El Dr Dettman afirma que se han encontrado virus vivos de rubeola en un tercio de niños y adultos que sufren de artritis reumatoide.

 • Frecuentemente se puede aislar el virus de las articulaciones afectadas de los niños vacunados contra la rubeola, muchos meses después de la vacunación.  De forma similar a menudo también es posible aislar virus de rubeola en la sangre periférica de mujeres con artritis prolongada, tras la vacunación. Esos virus llegaron a ser encontrados incluso ocho años después del procedimiento de vacunación, aunque la respuesta inmunitaria había sido normal. Se sugiere que esto podría explicar los problemas crónicos de articulaciones de muchas personas.

 • La mayor amenaza de la rubeola es para el niño todavía no nacido, y uno esperaría que los obstetras se asegurasen de estar inmunizados, a fin de evitar infectar a  sus pacientes femeninas. La Asociación Médica Americana ha informado que más del 90% de los obstetras y ginecólogos han rechazado ser vacunados.

 • En 1983 el profesor Stewart escribía en el British Medical Journal: “Desde 1933 la vacuna de la tos ferina tiene una crónica constante, tanto en los trabajos publicados, como en los informes no publicados, de neurotóxica y de otras secuelas sin comparación con otras vacunas mucho antes de que existiera cualquier publicidad desfavorable en los medios públicos”. El profesor Stewart concluye diciendo que los peligros de vacunar a bebés primogénitos en los hogares promedio son tan grandes como los peligros de contraer la propia tos ferina.  • El Dr William Torch, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nevada, observó que la DPT (vacuna de difteria - tos ferina - tétanos) podría ser la responsable de muchas muertes súbitas de lactantes.

6 Health, Education, and Welfare = Salud, Educación y Bienestar.

Indicaba en un sondeo que dos tercios de los 103 niños que murieron de muerte súbita habían sido inmunizados con la vacuna DPT en las tres semanas anteriores.

• La opinión del profesor Stewart sobre los peligros de la vacunación contra la tos ferina de 1980 fue la siguiente:   “Si nos referimos a los sucesos ocurridos en Estados Unidos y Reino Unido en la época de las pruebas con la vacuna de la tos feria cuando se suministraba sola, queda claro que la inclusión de la vacuna de la tos-ferina en la vacuna triple (DPT) hace más probable que se den reacciones adversas, que involucran al corazón y al sistema nervioso. Tales reacciones incluyen conmoción, colapso, convulsiones y episodios de chillidos, todo lo cual había sido ya registrado en algunos niños que recibieron la vacuna de la tos-ferina sola en los primeros ensayos”.

• Un estudio llevado a cabo en 1979 en la Universidad de California, Los Ángeles, bajo el patrocinio de la FDA (Food and Drug Administration), y posteriormente confirmado por otros estudios, sugiere que en Estados Unidos mueren cada año unos 1.000 niños como resultado directo de la vacunación de DPT, clasificados como muertes súbitas del lactante. Esto representa de un 10 a un 15 % del total de muertes súbitas que se dan anualmente en EE.UU. (entre 8.000 y 10.000, según la estadística consultada).

• En 1964 se evaluaron los historiales sanitarios de más de 3.500 personas vacunadas contra el sarampión, comparándolos con los historiales de más de 11.000 personas que no habían sido vacunados contra el sarampión, y con los historiales de casi 2.500 de las parejas de los individuos vacunados (en total, más de 17.000 personas). Los resultados mostraron que la vacunación del sarampión incrementa en un 300% el riesgo de desarrollar la enfermedad de Crohn 7,  y en un 250% la posibilidad de desarrollar una colitis ulcerosa.

• A mediados del siglo veinte ya se tenían evidencias de que la viruela estaba en lento y progresivo decline, y que la vacunación contra la viruela estaba ocasionando más muertes que la propia enfermedad. Su incidencia decayó en toda Europa, se hubiera o no empleado la vacunación.

• La tuberculosis alcanzó su pico en dos generaciones. En Nueva York el índice de mortandad en 1812 fue realmente muy elevado, pero en 1892 -cuando Koch cultivó y tiñó al primer bacilo- había descendido ya a un 37 por 1.000. Cuando en 1912 se abrió el primer sanatorio el índice había descendido a 18 por 1.000. Tras la 2ª Guerra Mundial, y antes de que se generalizase el uso de los antibióticos, había caído hasta un 5 por 1.000.

• Los casos de cólera,  disentería y  tifus aumentaron y disminuyeron de forma similar, fuera de la intervención médica. Para cuando se llegó a comprender la causa de estas enfermedades, o su terapia se hubiera hecho específica, habían perdido ya mucha de su relevancia.

• El índice combinado de muerte por escarlatina, difteria, tos ferina y sarampión de 1860 hasta 1965, para niños hasta los 15 años de edad, muestra que aproximadamente el 90% del descenso en el índice de mortandad durante este período había ocurrido antes de la introducción de los antibióticos y de la extensa inmunización llevada a cabo contra la difteria. La explicación de este descenso podría relacionarse con una alteración en la virulencia de los propios micro-organismos, así como con la mejora en las condiciones higiénico-sanitarias, mejores viviendas y, desde luego, una mayor resistencia a la enfermedad debido a la mejora de la nutrición.

• El Dr Bernard Greenberg, jefe del Departamento de Bioestadística en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte, declaró públicamente que los casos de polio se incrementaron en un 50% entre 1957 y 1958, y en un 80% entre 1958 y 1959, tras la introducción de la inmunización masiva. En cinco estados de Nueva Inglaterra los casos de polio se duplicaron bruscamente tras introducir la vacuna de la polio.

7 La enfermedad de Crohn es una enfermedad crónica de origen desconocido, que quizás tiene un componente autoinmune, en la cual el sistema inmunitario del individuo ataca su propio intestino produciendo inflamación.


Sin embargo, las autoridades sanitarias sumergidas en el pánico por la polio de los años 1950, y con la presión por encontrar la cura mágica, manipularon las estadísticas para dar la impresión contraria. Los casos de polio fueron rebautizados como “meningitis aséptica”, o infección por virus coxsackie. A menudo los médicos simplemente no pueden llegar a creer que lo que están viendo sea una enfermedad contra la que se ha protegido, por tanto “debe ser cualquier otra cosa”. En 1954, se cambiaron los requisitos para el diagnóstico oficial de polio, lo que significa que simplemente no se pueden comparar las cifras de casos ocurridos en los años de la epidemia con los casos ocurridos tras el cambio de nomenclatura y criterios.

• En 1958 hubo en Estados Unidos 800.000 casos de sarampión, pero en 1962, el año anterior a la aparición de la vacuna, el número de casos se había reducido en 300.000. Durante los siguientes cuatro años, mientras los niños estaban siendo vacunados con un virus ”inactivo”, inefectivo, y ya abandonado, el número de casos descendió en otros 300.000. En el Reino Unido, y a pesar de la casi total inmunización de los niños, el índice está subiendo de nuevo.

• El índice de muerte por sarampión también había descendido igual de radicalmente, con independencia de la vacunación. En 1900 se produjeron 13.3 muertes por sarampión por cada 100.000 habitantes. Hacia 1955, antes de la primera vacunación contra el sarampión, el índice de muertes había descendido en un 97,7 %, con sólo 0,03 muertes por cada 100.000 habitantes. En 1978 un sondeo en 30 estados mostró que más de la mitad de los niños que contraían sarampión habían sido adecuadamente vacunados.

• Una epidemia de sarampión durante la cual fueron hospitalizados 130 niños,  muriendo seis de ellos,  ocurrió durante los años 1970 y 1971, y hasta 1974, en  la ciudad de St. Louis y región.  Se dieron 430 casos en un período de cuarenta semanas. En una escuela, de los 90 niños que se sabía habían sido vacunados, 19 contrajeron sarampión, un índice de fallo del 20%. En otra escuela se devolvieron los informes clínicos de otros 125 niños, mostrando que un 28% de los mismos habían sido vacunados.

• Durante el invierno de 1967-68 se produjo una epidemia de sarampión en Chicago,  de la que se aprendieron dos lecciones. Una, que había un alto porcentaje de casos entre niños preescolares vacunados. Dos, que el programa para acabar con la epidemia de sarampión, mediante inmunización escolar intensiva, era un fracaso.

• El Dr Beverley Allan, del departamento universitario del Hospital Austin, en Melbourne, Australia, llevó a cabo estudios con reclutas del ejército, a los que inmunizó con un virus atenuado, enviándolos luego a un campo de entrenamiento conocido por padecer regularmente de epidemias de rubeola. Cuatro meses después se declaró una epidemia que afectó al 80% de los hombres que habían sido “protegidos”.

• Las muertes anuales de millones de niños por tos ferina durante el período de 1900 hasta mediados de los años 1970 cayeron regularmente desde un alto nivel hasta casi por debajo de las 900 muertes por millón de niños en 1905. Cuando se introdujo la inmunización a gran escala, a mediados de los años 1950, la mortalidad ya había descendido en un 80% o más, y este descenso ha proseguido, aunque a menor escala, desde entonces.

• Un informe en The Lancet (5-10-85) describía a un grupo de niños infectados con tos ferina (confirmado por la identificación del micro-organismo), la mayoría de los cuales habían sido inmunizados.

• Según el profesor Gordon Stewart, antiguo jefe de departamento de medicina comunitaria en la Universidad de Glasgow, ”como mucho, la vacunación ha sido solo parcialmente efectiva en el control de la tos ferina, y nunca se ha demostrado que resultara adecuada para proteger a los niños menores de un año que, en el Reino Unido, es el único grupo de niños cuya salud está gravemente amenazada por la tos ferina”.
El profesor Stewart afirma que en los brotes de 1974-1975, y en los de 1978-1979 del Reino Unido y Canadá, la proporción de niños que desarrollaron tos ferina y que habían sido totalmente vacunados era de entre un 30 a un 50%.

• La vacuna antigripal para proteger contra una epidemia de gripe ni siquiera contiene el virus actual responsable del brote, y por tanto no puede proporcionar ninguna protección contra una nueva cepa de gripe.


¿Es efectiva la vacunación? 

Tissot concluye que la inmunidad artificial es a la vez inútil y perjudicial debido a los siguientes puntos:

● Primero, hay una gran diferencia entre los fenómenos que ocurren en un tubo de ensayo y las reacciones que se producen en un cuerpo vivo.

● Segundo, una reacción estándar en un caballo, un conejillo de indias o un conejo difiere totalmente de la correspondiente reacción en un hombre.

● Tercero, puesto que no existen dos seres humanos idénticos, no se producirán las mismas reacciones en dos personas enfrentadas a cambios ambientales similares (incluyendo las inoculaciones).

● Cuarto, La introducción de cualquier producto de un organismo vivo a otro organismo, aunque sea de la misma especie, es la introducción de material extraño, y siempre produce algún tipo de reacción, que con frecuencia ocasionará resultados nefastos.


Estadísticas 




Otro problema es el uso de las estadísticas: resultan muy impresionantes a los ojos del profano, y una herramienta muy poderosa para el científico o político presionado.

Vamos a examinar cómo podemos intentar que cobren sentido la gran variedad de resultados estadísticos en el área médica a que nos enfrentamos, y si todo ello ayuda a reforzar el caso de la teoría del germen.

● El problema:  - En el pasado los médicos han utilizado los decrecientes índices de incidencia de la viruela, el tifus, y la difteria, como prueba de la eficacia de la terapia de sueros. A fin de que tales estadísticas aportaran pruebas que validaran sus teorías, sería preciso que demostrasen:

(1)    que el descenso del índice de mortandad no es debido a otras causas;

(2) que las estadísticas utilizadas en los períodos comparados son idénticas;

(3) que las inoculaciones previenen realmente la enfermedad tal como se ha proclamado.

Una vez demostrados los puntos anteriores, todavía le corresponde a la profesión médica demostrar que la terapia de sueros no ocasiona otros cambios o secuelas graves.

● Interés político en las estadísticas: - En lo que concierne a los políticos, puede que se diga que éste no es el lugar adecuado para discutir sobre libertad humana, pero uno no puede por menos que constatar a los poderosos grupos médicos de presión que “guían” a legisladores profanos para que promulguen legislaciones pro-médicas. El “magistrado” del pueblo es utilizado para proteger y mejorar el estatus económico del médico. El origen de la actitud de los legisladores elegidos es su confianza en un


engaño generalizado. Pero esa confianza resulta difícil de explicar cuando se comprueba que, por fuerza, han de ser totalmente conscientes de que las noticias médicas pasan censura, y de que las estadísticas se amañan.

● El letargo del no experto en materia de estadística: - Incluso allí donde la estadística desacredita a la vacunación, la duda mental sigue existiendo, mantenida por una confiada mayoría pasiva. El departamento médico “manipulador de mentes” tiene influencia porque se apropia con una facilidad sospechosa de términos como “ciencia”, “científico”, “nuevo descubrimiento”, “últimas técnicas” “gran progreso”. Nos encontramos por tanto con la paradoja de mentes cerradas ante aquellos hechos que les requieren razonar un poco, y a la vez abiertas a las escandalosas trolas de los explotadores interesados de la sanidad pública.

● Informes estadísticos deshonestos: - Existe abundante evidencia de que las cifras preparadas por partes interesadas muestran una desviación. Las cuestionables prácticas con que se preparan las estadísticas sanitarias y vitales extraen conclusiones de esas cifras, que resultan no ser válidas.

 Repetidas amenazas a la salud se mezclan con declaraciones “tranquilizadoras” por parte de los funcionarios sanitarios y gubernamentales, basadas en “la última investigación”, mostrando claramente que no hay nada que temer. Muy a menudo, esa “última investigación” a la que se alude parece que estará disponible en pocos días, siguiendo a la publicación de un estudio científico cuya realización ha tardado varios años. 

Recientemente hemos sido testigos de esto en el Reino Unido, durante un brote de fiebre aftosa, la enfermedad de las vacas locas, la controversia sobre la MMR (triple vírica), el miedo de las emisiones de las antenas de telefonía móvil, y el Síndrome del Golfo.

● Estadísticas falsificadas: - Las estadísticas que muestran el índice de muertes por número de habitantes en una zona concreta están sujetas a que se conozca la cifra exacta de habitantes en el momento en que se recopilaron los datos para la estadística. Por lo común, esta información no está disponible, y el número de habitantes vivos se toma o bien del censo anterior, o se extrapola a partir de un crecimiento o decaimiento previo de las cifras. Nunca es exacta, pero puede ser utilizada para o bien rebajar o bien inflar el porcentaje estadístico de muertes. También podemos añadir que un índice menor de nacimiento tendería a un menor índice de mortandad, así como una fluctuación de habitantes, como la ocurrida con la emigración. Todo ello indica hasta qué punto debemos ser escépticos con las cifras que nos presentan personas interesadas. Se basan en lo que sea que convenga a su objetivo, y rebajan lo que realmente importa.

● Interpretación conflictiva de las estadísticas: - En la cita siguiente -relacionada con la difteria- vemos cómo las mismas tablas de casos estadísticos conducen a diferentes estudiosos a conclusiones diferentes. En 1921, el Dr Walter R. Hadwen, de Inglaterra, al comentar un artículo profano, dijo:

“El índice de mortandad por difteria en la población actual es, hoy en día, más elevado de lo que había sido antes de que se introdujera la antitoxina. Las estadísticas del Registro General en mi país muestran que la antitoxina ha incrementado el índice de mortandad en lugar de reducirlo. La única manera de conseguir que las estadísticas muestren cifras inferiores es haciendo malabarismos con la casilla de las cifras de mortalidad, denominando “difteria” a las vulgares irritaciones de garganta,  y por tanto “curando” con la antitoxina casos inofensivos, que igualmente hubieran tenido un buen desenlace si necesidad de tratamiento alguno.  

Por ejemplo, si con la verdadera difteria se tuviera un índice de mortandad del 24 %, y a los casos de difteria se le sumasen las inofensivas irritaciones de garganta, se reduciría


el índice de mortandad al 8%. Ese truco se hace, y así se engaña al público. Triplican los casos, y los índices de mortandad descienden de forma ficticia. Luego gritan: “Mirad lo que ha hecho la antitoxina”,  a lo que respondo, “Mirad lo que ha hecho vuestro tejemaneje de la estadística”. 

El primer día de síntomas los casos no son más que irritaciones de garganta comunes; pero ellos no esperan a saber si el niño desarrollará una difteria, les basta con encontrar un germen ficticio. Todas las demás cifras son arbitrarias. En los casos denominados del cuarto día, se dice que el índice de muerte es de 16,5 % Eso son verdaderas difterias, de las que se muere (a menos que les mate la antitoxina), y cuando mueren de la verdadera enfermedad, mueren principalmente de sofocación, que este temerario escritor afirma que ya no existe”.

● El tifus de guerra no se reduce con el suero: - En la 1ª Guerra Mundial hubo tanta enfermedad y muerte como en cualquier otra guerra, solo que se admitió que se había reducido gracias a las medidas de higiene y condiciones sanitarias. Si deducimos el porcentaje que los estadísticos atribuyen a esas medidas de saneamiento, nos queda un total de enfermedad y muerte no superior al de anteriores conflictos. El tifus de guerra se redujo en los campos gracias a las medidas higiénicas y sanitarias, pero según la British Royal Society of Medicine, hasta octubre de 1916, tan solo en el ejército francés, se declararon 113.465 casos de fiebre tifoidea, con 12.380 muertes, a pesar de que todos esos soldados habían sido inoculados contra el tifus. Lo que interesa aquí son las cifras absolutas de muertes, no las relativas. Que en cualquier grupo que ha cumplido con los requisitos de inoculación obligatoria, llamada preventiva, se puedan producir tantos casos de fallo es razón suficiente para cuestionar el valor, o incluso desacreditar, al agente.

● Los estadísticos sostienen la infalibilidad: - Y por qué no, me pregunto. Al profano se le ha hecho creer que se le podía inmunizar definitiva y específicamente contra ciertas enfermedades. No hablamos de una simple disminución proporcional, sino de la total eliminación o aniquilación de la enfermedad. Se ha sostenido su infalibilidad. Si alguien espera que la vacunación le otorgue la inmunidad definitiva y total es porque quienes proponen esa teoría han alentado y siguen alentando tales expectativas. Pero, a menos que los beneficios definitivos puedan ser demostrados ya, cuanto antes se revise la teoría para que se ajuste con los hechos, mejor para todos los implicados. A partir de las declaraciones de muchos de sus propios partidarios se puede negar la eficacia que le publicitan. Si no enfermas, el mérito se atribuye a la vacunación. Si enfermas, mala suerte. ¡Menuda ciencia! La inoculación resulta inútil contra el tipo severo -epidémico- de tifus; pero es efectiva contra el tipo suave  de tifus -endémico- 8, el mismo tipo que, con medidas higiénicas y sanitarias, se reduce igualmente a mínimos.

● Las estadísticas de un ingeniero de higiene: - En la página 654 de Chemistry in Medicine, Ashford, en un artículo sobre el anquilostoma (un parásito intestinal), se declara que “la simple construcción de retretes en el Sur fue el responsable de un 65% de reducción del tifus”.

Este simple hecho cambia cualquier estadística que pudiera presentarse para demostrar la eficacia de las vacunas y sueros. ¿Por qué vacunarse y pasar por los perniciosos efectos secundarios de la vacunación, cuando se puede demostrar que las vacunas y sueros no garantizan la protección, mientras que unas elementales medidas higiénicas sí lo hacen?

● Incremento de la enfermedad: - Verdaderamente, el cáncer, y las enfermedades renales y cardiovasculares están en auge. Pero lo que importa es el número total de enfermedades, no el irlas pormenorizando.  El Dr. Oliver T. Osborne, profesor emérito de 8 (Revue de la Presse Médicale Polonaise, Vol. I, No. 2, p. 154)


la Facultad de Medicina de Yale, escribió un sensacional artículo en The Medical Mentor, titulado: “El paciente es quien lo paga”. A partir del Literary Digest del 25 de febrero de 1933, cito lo que sigue:

“A un paciente le importa poco cómo llamas tú a la enfermedad. Lo único que le interesa es lo que harás como médico para curarle o, por lo menos, para que lo lleve bien. 

“Este elevado objetivo de la medicina, el objetivo por el que se crearon los médicos, se ha olvidado ahora en las facultades de medicina de primera clase. Y el paciente es quien paga el precio de tal abandono. Si no fuera por los grandes avances de la ciencia en salud pública, que enseña de qué manera prevenir la enfermedad y, en concreto, las epidemias, la crítica a la educación médica actual sería mucho más severa de lo que es. 

“Se incrementa el número de personas que padecen. Eso es debido a la velocidad de nuestra época. Hombres y mujeres no descansan. Incluso los niños sufren de esta era de rapidez e inquietud; poco sueño, demasiadas cuestiones secundarias en la escuela, demasiada competición, ejercicios y juegos regulados, ruidos, luces brillantes, polvo, radios, etc. Todo ello no sólo hace a los niños inquietos sino que perjudica su salud. 

“A pesar de las medidas preventivas, los niños tienen numerosas infecciones. Enferman a pesar de los baños de sol, del aceite de hígado de bacalao, de las espinacas, las zanahorias crudas, el zumo de tomate, etc. Los adultos leen revistas de salud, hacen sus “ejercicios diarios”, cuentan sus calorías, toman vitaminas, y siguen dietas, pero todo ello en vano. 

“Las facultades de medicina actuales fabrican “doctores”, pero ¿producen médicos? El actual Doctor en Medicina no sabe cómo evaluar los síntomas de las enfermedades incipientes, ni cómo curar los síntomas de los problemas funcionales. 

“En los hospitales los estudiantes tan solo ven el estadio terminal de los desórdenes crónicos, unas pocas enfermedades agudas, alguna enfermedad rara, y  los desajustes que pueden darse en los post-operatorios. En los consultorios ven una imagen de achaques de todo tipo, en continuo movimiento. Pero muy pocas veces verifican el término de los casos realmente enfermos”. 

Se escribió en 1933, pero ¡es la verdad nuestra de cada día!

● Estratagemas en la selección de estadísticas: - Si se controla la recopilación de números, se puede controlar su interpretación.

El público está expuesto a esta posibilidad cuando permite que una profesión con intereses creados prepare sus propias estadísticas, las interprete a su antojo y capricho, y se asegure de que la legislación haga obligatorio su mandato, apoyándose en la fuerza de su privilegiada posición.

Resumiendo, los miembros de esta profesión deciden lo que causó la muerte; del total de estadísticas sobre mortandad o sobre vida, seleccionan aquello que encaja con sus propósitos; interpretan a su manera las cifras; piden y aseguran poder desde la legislatura para obligar a cumplir su programa. En ningún punto hay revisión o control alguno. Quienes cuestionan o plantean objeciones son anatemizados; son condenados y denigrados como obstruccionistas ignorantes del progreso científico.

He aquí algunas de las graves influencias que se ejercen sobre las estadísticas médicas:

● La predisposición a creer al preparar la estadística: - Al igual que la predisposición a creer se evidencia en la mayoría de datos estadísticos, la misma está también presente en el proceso mental del sufrido público. El “científico” astuto prepara en conjunto a los pacientes para que se esperen una enfermedad generalizada.

“La preocupación acerca de la presión sanguínea alta es uno de los principales factores para que ésta se mantenga, y se mantiene vigente ya sea por parte del paciente o por parte del médico” (Sir Thomas Horder).

“Otro ejemplo es la propaganda para la detección precoz del cáncer”, comenta el editor de American Journal of Public Health. Esta actitud influencia la recopilación de estadísticas vitales, y puesto que esta recopilación puede ser afectada por las tácticas de quien reúne los datos, las conclusiones que se extraigan a partir de ahí pueden ser muy cuestionables.

El Dr. Logan Clendening, escribe en The New York Post (21 octubre 1933): “Pensamos que nos libramos de la viruela con la vacunación, y las evidencias para tal creencia son buenas. Pero si estudiamos seriamente la historia vemos que tuvo una gran prevalencia en los siglos ocho y dieciséis. Decayó a principios del siglo diecinueve. Lo atribuimos a la introducción de la vacunación, pero quizá la causa sea que llegó al final de uno de sus ciclos. Quizás sólo esté de nuevo latente”. 

Este fenómeno cíclico parece ser la causa del resurgimiento que en estos momentos experimentan muchas enfermedades, tales como la tuberculosis, la polio, la malaria y la rabia.

● Reclasificación estadística deshonesta de enfermedades específicas:   - Las cifras relativas a las campañas militares muestran una desaparición casi total de los números de casos de tifus, que habían sufrido inoculación obligatoria. Al mismo tiempo, los números de aquellos diagnosticados de paratifoides o disentería se ven dramáticamente aumentados.

Las autoridades médicas tuvieron el descaro y la grosera arbitrariedad de marcar fuertes líneas de división entre ciertas “fases” de la enfermedad, como si patológicamente fueran totalmente diferentes, cuando honradamente esa distinción no puede afirmarse que exista de ningún modo o manera.

● Las estadísticas las deberían elaborar personas imparciales:   - La preparación de datos estadísticos, junto con el desarrollo de las conclusiones que puedan derivarse de ellos, deberían ser llevados a cabo con el propósito de establecer ciertos hechos determinados.

Para que tal información merezca la consideración de quienes la reciben, en primer lugar se necesita que las fuentes de las que se extraen los datos sean representativas, rigurosas y fiables; y en segundo, que la lógica de las conclusiones que se han extraído pueda ser demostrada con claridad.

Las personas que divulgan información de esta naturaleza asumen una responsabilidad considerable. Pueden inducir, directamente por deducción, a que el público acepte como hechos concluyentes aquello que es cuestionable o incluso decididamente erróneo.

La utilización de estadísticas con conclusiones dudosas y cuestionables, provenientes de la propaganda, es una práctica de lo más censurable.

Por tanto, las estadísticas deben ser preparadas y presentadas por personas que no tengan intereses creados, y las conclusiones que se deriven deben hallarse sujetas, antes de ser aceptadas, al mismo examen riguroso y exhaustivo, habitual en otras áreas científicas. La alabanza y el reproche son inseparables, cuando una profesión presume de hacerse cargo totalmente de un problema, las atribuciones de méritos deben ser examinadas muy de cerca.

● Supresión de las estadísticas perjudiciales:   - La cita de los 47.369 casos de viruela en las Filipinas, con 16.447 muertes, y de los 1.326 casos con 869 muertes en Manila, en 1918, tras casi diez años de la mayor y mas enérgica campaña de vacunación que se haya llevado a cabo en cualquier parte del mundo, presentada por el Philippine Health Service en 1918, generalmente se escucha con un gesto de desdén, como algo que muestra dos vertientes, la de la ciencia en el papel dirigente, y la de los escépticos que bloquean el progreso.


De hecho, existen fuertes evidencias que muestran que este informe, con sus atroces cifras de viruela, fue suprimido por funcionarios. Sorprende poco entonces que cifras específicas y sus implicaciones, sean a menudo minimizadas mediante el prejuicio.


¡Qué pasa con la leche! 

¡No nos olvidemos de la leche!

Los admiradores de Pasteur puede que señalen con orgullo los métodos de preservación, que han recibido su nombre y que inmortalizan su memoria. Pero incluso aquí lo que hay para elogiar es tan débil que resulta comprometedor.

Si nos remitimos al Journal of the Royal Society of Arts, del 19 de setiembre de 1919, nos encontramos con un artículo acerca de los “Problemas de la alimentación, y nuestra política económica”, del profesor Henry E. Armstrong, Ph.D., LL.D., D.Sc., F.R.S.

En él se nos dice que “el mayor reformador de los últimos tiempos ha sido el químico Pasteur, el alcance de todas las actividades que ha llegado a afectar es asombroso”.

El Profesor Armstrong nos muestra luego cómo, gracias a él,

“los vinos han sido esterilizados, y el Gran Vin (vino de categoría), resultado del concurso fortuito de algunos organismos, se ha convertido en una verdadera rareza; la calidad de los vinos ha quedado por tanto reducida a un promedio general bajo, aunque desde luego se ha podido evitar que gran cantidad fuera a parar a la alcantarilla. La cerveza ha sufrido un destino similar, aunque el total de cambios han resultado mayoritariamente ventajosos para el público. 

Pero el verdadero perjuicio ha sido falsificar la leche... La dilución se convirtió en práctica general; el público se hallaba menos expuesto a los ocasionales comerciantes deshonestos, pero fue privado de las ventajas derivadas de tratar con la gran organización compuesta por los honrados proveedores del artículo natural. 

El golpe se hizo más duro con la introducción de los ingeniosos aparatos de ingeniería que separaban la nata. De nuevo entraron en acción las enseñanzas de Pasteur, esta vez de la mano de Koch. La leche ya no sólo se diluía sino que además se esterilizaba. Puede que ello haya salvado algunas vidas, pero el paso dado sin duda ha producido una incalculable desgracia. 

No pocos de nosotros hemos mantenido desde hace tiempo, que en general, un producto como la leche no puede ser calentado por encima de la temperatura de la sangre sin que disminuya su valor dietético. Las últimas observaciones muestran que, aunque en apariencia los factores liposolubles antirraquíticos y los factores hidrosolubles antineuríticos no se destruyan, el agente antiescorbútico, que no es un constituyente que abunde, queda realmente afectado. Sin embargo,  en lugares en los que la provisión de leche ha sido sistemáticamente esterilizada han surgido dificultades, y muy bien podría ser que la calidad quedase perjudicada en formas todavía no descubiertas. Hasta ahora las investigaciones efectuadas sobre el efecto de la esterilización no son nada satisfactorias, y se hallan abiertas a las críticas, dada su imperfección y su carácter no científico. 

El riesgo actual de contraer tifus y demás infecciones es muy reducido, y el principal objetivo de esterilizar la leche es el de garantizar la destrucción del organismo que provoca la enfermedad tuberculosa. Pero muy bien podría ser que al destruir uno u otro de los misteriosos constituyentes de tipo adyuvante, el valor nutritivo se redujese tanto que los efectos que se produjeran convirtieran al sistema en mucho más sensible a la infección tuberculosa. Esa infección que siempre va con nosotros, aparte de con la leche. Además, cuando se esteriliza la leche se destruye el organismo láctico, y se convierte en un foco favorable para el crecimiento de organismos putrefactos: es por tanto una causa importante de la diarrea infantil”.  

Más de ochenta años después seguimos enfrentando los mismos problemas, sólo que peores.


Cada vez han ido surgiendo más alergias a la leche de vaca, con más enfermedades infantiles, que van desde los problemas respiratorios crónicos, a las enfermedades de alergias de piel y problemas digestivos. Con un aumento de niños que no son amamantados, y a los que se inicia con fórmulas de leche artificial, el problema no disminuido, se ha agravado. No sólo pasteurizamos toda la leche, sino que ahora también defendemos beber la leche baja en grasa, producida artificialmente. Cuanto más artificiales nos convertimos, en un intento vano de reducir los problemas que enfrentamos, peor es la situación.

Pero la industria no está dispuesta a rendirse. ¿Y tú?


Cuatro falsos dogmas de Pasteur 


  1. Pasteur sostenía que los gérmenes se hallan por todo el aire, y que estos organismos atmosféricos son la causa de la fermentación, putrefacción, y de muchas de las enfermedades de la humanidad. 
  2. Pasteur sostenía que cada tipo de bacteria es una especie distinta; que estas especies, y solo ellas, son las que ocasionan la correspondiente enfermedad específica; que las bacterias no transmutan – los cocos (forma esférica) no pueden llegar a ser bacilos (forma alargada) 
  3. Pasteur sostenía que los tejidos de un animal normalmente sano son bacteriológicamente estériles; que en ellos no existen las bacterias que habitualmente se encuentran en el cuerpo enfermo, y que la putrefacción es causada exclusivamente por contaminación, por invasión de gérmenes externos.   
  4. Pasteur creía pues que los tejidos animales son asépticos (sin putrefacción), por lo que cualquier enfermedad debía ser causada por la invasión de gérmenes externos por contacto, directo o indirecto, con un caso de enfermedad pre-existente. El concepto de enfermedad endógena no existía para él.


Tissot ha presentado una ingente cantidad de material, con evidencias irrefutables de que Pasteur no sólo estaba totalmente equivocado en esos cuatro puntos, sino que su promoción de estas falsedades fue también corrompida en beneficio propio de Pasteur, para su propia fama y fortuna.

Lo anterior contrasta con las enseñanzas de Béchamp. 

● La enfermedad nace de nosotros y está en nosotros.

● Los microzimas pueden experimentar una evolución bacterial en el cuerpo sin que necesariamente exista enfermedad.

● Los microzimas patológicos pueden encontrarse en el aire, la tierra o las aguas, así como en las heces o los restos mortales de los seres en los que estaban inherentes.

● Los gérmenes de la enfermedad no pueden existir fundamentalmente en el aire que respiramos, en la comida que comemos y en el agua que bebemos, porque los microorganismos patológicos, -descritos sin ningún rigor científico como “gérmenes”, puesto que no son ni esporas ni huevos-, proceden necesariamente de un cuerpo enfermo.

● Los microorganismos conocidos como “gérmenes patológicos” son por tanto o bien microzimas, o bien sus formas bacterianas evolucionadas que están dentro de, o han procedido de, cuerpos enfermos.

● Los microzimas patológicos deberían ser diferenciados según el grupo concreto de células y tejidos a que pertenecen, en vez de por la condición patológica concreta con la que están asociados.


Con lo que llegamos a esta sencilla conclusión 

El mundo avanza todavía a trompicones, en medio de la confusión creada por Pasteur, buscavidas ganador del siglo diecinueve.

Cuando por fin nos hayamos librado de los dogmas con los que nos encadenó, y consigamos una perspectiva amplia, bien integrada y filosófica de todo el asunto, podremos progresar. Entretanto, extraigamos algunas sencillas conclusiones de la evidencia frente a nosotros.

Los gérmenes son fabricados por nuestro cuerpo, en un esfuerzo por limpiar un medio ambiente interno caótico. Una vez lo han conseguido, desaparecerán de nuevo automáticamente. Esto ha sido demostrado en diversas ocasiones durante estos últimos 150 años, y todavía no ha sido aceptado en nuestro mundo.

No seamos cínicos: no tiene nada que ver en absoluto ni con las vacunas ni con las sustancias que matan gérmenes, ni con el lucrativo negocio financiero de elaborarlas y venderlas, por no mencionar la alta consideración en la que son mantenidas todas estas mentes preclaras, y los trabajos a los que se aferran.

¿Te sientes enfermo?

¿Quieres saber que tienes que hacer?

La respuesta es: ¡depúrate!

TIEMPOS MODERNOS

¡Saludos desde la “Nueva Alemania Normal”!   por CJ Hopkins para Off-Guardian   E l 1 de abril de 1933, poco después de que Hitler fuera nom...