Pasteur versus Béchamp.
Diez mil mentiras pueden ocultar una verdad
Cuando una mentira
puede crear billones de dólares y es enseñada a cada siguiente generación como
un hecho, es un asunto bastante serio; es más, es un acto revolucionario
confrontarla.
Incluso la peor
mentira puede vestirse con un manto de respetabilidad si no ha sido
públicamente expuesta por un tiempo considerable.
Hubo un tiempo en el
que Pasteur no gozó del respeto divino concedido a él hoy, y en vez de eso, se
le consideró un fracaso en casi todos sus experimentos, causando muerte e
inmensas pérdidas financieras a aquellos que siguieron sus creencias.
Actualmente, la
teoría de los gérmenes de la enfermedad, incluyendo la vacunación y la
intervención farmacéutica, ha sobrevivido para convertirse en la base de la
industria de las enfermedades.
Es interesante notar
que hubiéramos heredado un mundo muy diferente, si aquellos que estaban a favor
de Béchamp hubieran podido ofrecer algo rentable al entonces emergente negocio
con la enfermedad. En vez de eso ellos decían:
«Es la salud de la
célula lo que es importante, no los gérmenes».
Hoy, los gérmenes
son importantes y la salud de la célula es tan poco importante, que ninguna
universidad está dedicada a eso, mientras que se están invirtiendo billones
para aprender todo acerca de los gérmenes y en esto tenemos éxito; sin embargo,
ni siquiera sabemos cómo describir la salud, excepto como la ausencia de la
enfermedad. Un mundo verdaderamente confuso, que se mantiene deliberadamente de
esa forma.
Los gérmenes causan enfermedades
Podríamos haber
evitado epidemias modernas de enfermedades innecesarias, como cáncer, diabetes,
enfermedades cardíacas, si tan sólo la civilización hubiese seguido a Bechamp
en vez de a Pasteur.
El trabajo del
biólogo francés Antoine Béchamp (1816-1908) demostró que la enfermedad
causa gérmenes;
Louis Pasteur,
contemporáneo de Béchamp (y su ex-alumno), anunció que sus estudios probaron
que los gérmenes causan enfermedad.
Un hombre ha sido
olvidado por la historia; el otro se considera el padre de la medicina moderna.
El trabajo de
Pasteur, al contrario del realizado por su profesor, encantó a la emergente
industria de los fármacos.
“Si los gérmenes son
atacantes externos que invaden el cuerpo, entonces podemos desarrollar y
comercializar un arsenal sin fin de armas con las cuales matarlos. Pero, si el
daño o desequilibrio con el cuerpo origina gérmenes, entonces nosotros
simplemente debemos restablecer el equilibrio para quitar las condiciones de
las cuales se alimentan los gérmenes”.
En vez de introducir
veneno, necesitaríamos introducir solamente los elementos naturales faltantes.
La teoría de los
gérmenes de la enfermedad de Pasteur, dio a luz la era farmacológica.
Si la medicina
hubiera adoptado la teoría de la enfermedad de gérmenes de Béchamp,
y el trabajo subsiguiente de los doctores Brewer, Warburg,
Pauling y otros, sería de conocimiento común que los síntomas de la
enfermedad se previenen o invierten mediante la nutrición a nivel celular
Hoy en día, miles de
investigadores y médicos saben que fuimos engañados, pero el resultado final ha
sido tan catastrófico que hasta el concepto mismo de verdad, ha sido dañado
momentáneamente mientras recorremos los siglos XX y XXI.
Hombres de aparente
rectitud moral, tienen temor de admitir que ninguna cantidad de toxicidad puede
sanar, y en vez de eso, siguen un credo que saben es errado.
Parece ser que hace
un buen tiempo, cometimos el más increíble de los errores y y hombres conocedores
y sofisticados morirían antes de admitir que han sido tontos y no reconocieron
lo obvio.
Ahora en el siglo
XXI, un público iluminado y unos pocos investigadores valientes se atreven a
liderar la exposición de un imperio mafioso, tan corrupto que ni siquiera le
importa que todos hayamos descubierto la verdad.
Pero el imperio
fármaco-alópata ya está en un avanzado estado de daño irreparable, ocasionado
por varias generaciones de ignorancia, revestida de arrogancia.
No existen señales
de un deseo genuino de reforma, y aquellos pocos que tratan de practicar la
curación verdadera, son atacados viciosamente por sus propios pares. Hoy en
día, es realmente un infierno tratar de practicar la curación real, ya que si
usted no utiliza los venenos más tóxicos para aplicarlos donde es imposible que
puedan curar, y a cambio usa un método alternativo natural, los otros médicos y
la industria de los fármacos lo etiquetan de «charlatán».
Pasteur vs Béchamp
¿Será posible que
una sociedad aparentemente avanzada pueda estar viviendo en un estado de total
engaño, siempre tratando de lograr algo que está condenado al fracaso,
simplemente porque no sabemos suficiente acerca de nosotros mismos como para
tomar las decisiones correctas?
¿Será que aún
viviendo en el siglo XXI, la industria moderna de la enfermedad entera descanse
sobre una de las mayores mentiras del mundo? Los
gérmenes causan enfermedad.
Antoine Béchamp (1816-1908)
El biólogo francés
demostró precisamente lo contrario: la enfermedad causa gérmenes.
Probó que «todas las
materias orgánicas naturales (materias que vivieron alguna vez), protegidas
absolutamente contra los gérmenes atmosféricos, invariable y espontáneamente se
alteran y fermentan, porque ellas necesaria e intrínsecamente, contienen dentro
de sí mismas los agentes de su espontánea alteración, digestión, disolución».
Bechamp pudo probar
que todas las células del animal y de la planta, contienen estas
partículas minúsculas, las cuales continúan viviendo después de la muerte del
organismo y a partir de ellas, se desarrollan microorganismos. En su
investigación, Bechamp fundó las bases para la comprensión del pleomorfismo (la
habilidad de los organismos de cambiar).
Siempre que hay
alguna cosa en la naturaleza que se está muriendo, comenzando a decaer, algo
aparece y se lo come, puesto que sus partículas se convierten en microbios que
salen de las células del tejido fino para limpiar cualquier toxina o materia en
descomposición que se encuentra en el cuerpo. Para eso están los microbios
(gérmenes). Son el resultado, no la causa de la enfermedad.
Las partículas más pequeñas
Mientras que una
muestra de sangre, puesta en una placa de vidrio para observación microscópica
(platina) envejece en uno o dos días, los pequeños organismos literalmente
pueden verse moviéndose mientras salen de las células de la sangre, organismos
que cambian a formas más degeneradas y más patológicas mientras avanza el
proceso.
Cuando el proceso de
la descomposición o de la putrefacción termina, cuando no hay nada más que
los recién formados virus, bacterias y hongos puedan comer, se
destruyen, desaparecen, y vuelven a la forma que tenían. Se les puede observar
haciendo esto a través del microscopio a x100 o más.
“Mientras que los
microsomas de las bacterias destruidas también viven, lo que sigue es que estos
microsomas son el final vivo de toda la organización celular que a su vez, se
convierten en todas las cosas vivas, seres, órganos, todo. Son el fin y el
principio de toda la vida física. Todas las células, órganos, todas las
formas vivas se construyen a partir de estos pequeños cuerpos.”
Antoine Béchamp
Cuando usted rompe
un elemento en pedazos más y más pequeños, termina con un átomo de ese
elemento. Cuando usted rompe la materia orgánica, la vida física, en
pedazos más y más pequeños, termina con esta partícula, no importando la
forma de materia orgánica viva con la que comenzó.
Los resultados del
profesor Bechamp fueron enterrados, ignorados y alejados de las generaciones
siguientes de estudiantes, que hoy en día ni siquiera saben que Béchamp era el
científico superior que trabajaba con paciencia y orden en el laboratorio,
mientras que Pasteur recibía los elogios por un trabajo que fue plagiado, y a
menudo alterado, de la forma más anticientífica. Esto se descubrió cuando en
1901 sus notas finalmente fueron hechas públicas para que la gente las leyera.
Hoy hemos
descubierto todo esto, pero una industria construida en base a Pasteur, no va a
ceder terreno. En vez de eso, debemos trabajar en dos esferas diferentes.
Lo que descubrió
Béchamp fue que las células de nuestro cuerpo no son atacadas por gérmenes
externos portadores de enfermedades, como sugiere la teoría de Pasteur, sino
que nuestras células se deterioran, degeneran y dañan por el estrés de la vida
diaria o por toxinas introducidas (físicas o químicas) y se degeneran hasta un
punto en que se debilitan, envenenan o enferman.
Bajo esta condición,
aumenta su acidez, lo que destruye su propio tejido degenerativo, mediante el
uso de lo que él llamó microsomas, siempre presentes en la célula.
Básicamente, Béchamp
descubrió que la célula se autodestruye si se contamina o degenera. Pasteur
dijo que los gérmenes externos entran al cuerpo y destruyen las células.
La teoría de Béchamp
dice que si mantenemos la célula sana y fuerte, ésta se desempeñará bien, pero
si no, esto permitirá que los pequeños microsomas, que reaccionan a las
condiciones pobres de acidez de la célula, la fermenten o se la coman.
La teoría de Pasteur
dice que sin importar si la célula es saludable o no, los gérmenes externos
ingresan y causan la muerte o la contaminación de ésta. Esto fue aceptado
inmediatamente como explicación para todas las enfermedades, y así crecieron
las industrias gigantescas que conocemos hoy como drogas, medicamentos y
vacunas.
Junto con ellas, evolucionó
la teoría de deshacerse de los síntomas, cortándolos, quemándolos con radiación
o calor, y envenenándolos con sustancias tóxicas. Hoy esos métodos parecen
haber alcanzado el máximo de lo que pueden ser aplicados y todavía siguen
apareciendo las enfermedades que se supone nos traen los gérmenes, como si no
se les estuviera tratando en lo absoluto.
Esto ha originado
mucha investigación en nuestros tiempos debido a que se hace cada vez más obvio
que utilizamos teorías erradas en la medicina actual. El descubrimiento más
importante que la ciencia (hoy en día) ha hecho, es que las toxinas no
curan.
Parece ser que
mientras más envenenamos nuestras células con curas químicas y
contaminantes, más nos enfermamos. Muchos investigadores han vuelto a los
descubrimientos de Béchamp y después de leer sus informes, descubrimos que
conocíamos la solución, pero ésta había sido ocultada muy astutamente para que
la industria de la enfermedad pudiera florecer, basada en la destrucción de los
microbios sospechosos de causar enfermedad.
Sin embargo, las
células no pueden resistir la enfermedad si se permite que se debiliten o
envenenen. El método actual de tratar la enfermedad, es ignorar las necesidades
biológicas o nutritivas de las células y al mismo tiempo, atacarlas con
sustancias tóxicas, con la esperanza de que los gérmenes mueran y la célula
viva.
Una célula con
deficiencia de nutrientes es envenenada al mismo tiempo. Este es un procedimiento
estándar.
El profesor Pierre
Jacques Antoine Béchamp era médico, profesor de química y farmacia, y uno de
los investigadores líderes del siglo XIX, el mismo período de Pasteur.
Béchamp condujo
experimentos que encontraron que la bacteria crece dentro del cuerpo como
formas evolucionarías de granulación pequeñísimas que viven dentro de las
células de todas las formas vivientes.
Llamó a éstas
microsomas y creyó que podían encontrarse en todo tejido vivo sano. Estos
microsomas son fisiológica y químicamente activos, y son los constructores de
nuestras células, además de ser agentes de descomposición después de
la muerte de una célula en nuestros tejidos u órganos.
Béchamp descubrió
que los microsomas se desarrollaban a bacterias, cuando los tejidos del
cuerpo estaban envenenados, dañados o imposibilitados de funcionar. De su
investigación se desprende su declaración de que la bacteria es un producto de
la enfermedad, no su causa.
La gente se enferma
porque sus células están comprometidas, lo que las desequilibra y las hace
susceptibles al crecimiento de la bacteria desde dentro, en lugar de ser
invadidas desde el exterior, de acuerdo a lo que expresó Pasteur. Su filosofía
se basó en la prevención de una invasión de bacterias desde el exterior del
organismo, mientras que Bechamp se basaba en la prevención del
crecimiento de las bacterias desde dentro del organismo.
Con el tiempo, hemos
descubierto quién tenía la razón, pero una industria construida únicamente
sobre sustancias tóxicas, que requiere una fortuna para permanecer viable, no
va a cambiar o sacar sus garras de la billetera más grande del mundo.
El método de Béchamp
nos habría permitido desarrollar la salud de la célula.
Pasteur nos ha
permitido desarrollar todo tipo de toxinas para atacar los
gérmenes invasores.
Las células sanas no
necesitan ser protegidas por las toxinas.
Las toxinas
ocasionan que las células sanas se enfermen, y como descubrió Bechamp, ellas se
autodestruyen cuando ya no pueden funcionar.
“Si
volviese a vivir, dedicaría mi vida a probar que los gérmenes buscan su hábitat natural, tejido enfermo, en vez de
ser la causa de la enfermedad del tejido; al igual que los zancudos buscan el
agua estancada, pero no son los causantes de los charcos estancados.”
Rudolph Virchaw,
padre de la patología
Incluso los grandes
científicos de nuestro tiempo pudieron, en algún minuto de sus carreras,
admitir que la medicina moderna ha sido llevada de paseo.
Pasteur, admitió al
morir que:
“Los gérmenes no
son nada y el tejido en el que crecen , lo es todo”.
Las mentiras son un
equipaje pesado cuando nos enfrentamos a la muerte, y el dinero ya no es más
una motivación. Tampoco es un consuelo cuando se hace una sumatoria del sentido
de nuestras vidas.
¿Cuáles son las diferencias básicas entre Pasteur y
Béchamp?
---- Teoría de los Gérmenes – Pasteur
(tal cual se le
enseña a los estudiantes modernos)
La enfermedad surge
de microorganismos fuera del cuerpo
Por lo general,
debemos resguardarnos de los microorganismos
La función de los
microorganismos es constante.
Las formas y colores
de los microorganismos son constantes
Cada enfermedad se
asocia a un microorganismo en particular
Los microorganismos
son los agentes causantes primarios
La enfermedad puede
atacar a cualquiera
Para prevenir la
enfermedad debemos matar a los microorganismos
------Teoría celular – Béchamp
(como se le enseñó a
Pasteur y a otros durante esta era)
Las enfermedades
surgen a partir de microorganismos dentro de las células del cuerpo
Estos
microorganismos intracelulares normalmente funcionan para construir y ayudar en
los procesos metabólicos del cuerpo
La función de estos
organismos cambia para ayudar en los procesos catabólicos (desintegración) del
organismo anfitrión cuando éste muere o es dañado, que puede ser tanto químico
como mecánico
Los microorganismos
cambian sus colores y formas para reflejar al medio
Cada enfermedad se
asocia con una condición particular
Los microorganismos
llegan a ser ‘patógenos’ mientras que la salud del organismo del anfitrión se
deteriora. Por lo tanto, la condición del organismo anfitrión es el agente
primario
La enfermedad se
construye a partir de condiciones no saludables dentro de la célula
Para prevenir la
enfermedad debemos crear salud
www.ronaldmodra.orgfree.com
Fuente:
http://materialdenmg.com/pasteur-vs-bechamp/
No hay comentarios:
Publicar un comentario