martes, 10 de marzo de 2020


POR QUÉ DEBE EVITARSE LA SOJA 
Sally Fallon y Mary G. Enig, Ph. D.
Traducción de Román Quirós M.

Sobre las Autoras

         Sally Fallon es la autora de Nourishing Traditions: The Cookbook That Challenges Politically Correct Nutrition and the Diet Dictocrats (1999, 2da. Edición, New Trends Publishing, y presidente de Weston A. Price Foundation, de Washington, D. C. (www.WestonPrice.org). 
         Mary G. Enig, Ph. D., una nutricionista ampliamente conocida por sus investigaciones sobre los aspectos nutricionales de las grasas y los aceites, es consultora, doctora, y directora de la División de Ciencias Nutricionales de Enig Associates, Inc., de Silver Spring, Maryland. 
         Recibió su grado de Doctora en Filosofía en Ciencias Nutricionales en la Universidad de Maryland, College Park, en 1984, dictó un curso de postgrado sobre la interacción entre nutrientes y drogas para el Programa de Postgrado en Ciencias Nutricionales, y fue Asociada de Investigación en la Facultad desde 1984 hasta 1991 con el Grupo de Investigación de Lípidos en el Departamento de Química y Bioquímica. 
         La Dra. Enig es Fellow del American College of Nutrition, y miembro del American Institute of Nutrition. Sus muchos años de experiencia como "nutricionista de laboratorio" en el análisis de grasas y aceites en alimentos, proporciona fundamento para los papeles activos en los puntos en disputa sobre la etiquetación y la composición de alimentos a niveles federal y estatal. 
         La Dra. Enig es Editora Consultiva para el "Journal of the American College of Nutrition, y anteriormente sirvió como Editora Colaboradora para "Nutrición Clínica". Ha publicado 14 trabajos científicos sobre el tema de las grasas y los aceites en los alimentos, varios capítulos sobre nutrición para varios libros, y presentado más de 35 trabajos científicos sobre temas de alimentos y nutrición. 
         Es presidenta de la Maryland Nutritionists Association, anterior presidenta de la Coalition of Nutritionists of Maryland, en 1986 fue nombrada por el gobernador para Maryland State Advisory Council of Nutrition, y fungió como Presidenta del Subcomité de Salud hasta que el Consejo fue disuelto en 1988. 
         Comentario del Dr. Mercola:
         Sally Fallon y la Dra. Enig deben ser muy felicitadas por esta muy necesaria actualización sobre la soja. Juntas, han compilado el documento más definitivo hasta la fecha sobre por qué debe evitarse la soja. Este es un trabajo de la MAYOR IMPORTANCIA,  y espero promocionarlo para la atención de los medios de comunicación nacionales que merece. 

I
El Lado Oscuro de la Cenicienta
         La propaganda que ha creado el milagro de las ventas de soja es tanto más notable cuanto que, hace sólo algunas décadas, el frijol soja era considerado no apto como alimento, ni siquiera en Asia. Durante la dinastía Chou (1134-246 AC), al frijol soja era designado uno de los cinco granos sagrados, junto con la cebada, el trigo, el mijo, y el arroz.
         Sin embargo, la pictografía del frijol soja, que data de épocas anteriores, indica que al principio no se usaba como alimento; porque, mientras las pictografías de los otros cuatro granos muestran la semilla y la estructura del tallo de la planta, la pictografía del frijol soja enfatiza la estructura de la raíz. La literatura sobre agricultura de la época habla frecuentemente del frijol soja y su uso en la rotación de las cosechas. Aparentemente, la planta de soja se usaba al principio como método para fijar el nitrógeno. 13
         El frijol soja no sirvió como alimento sino hasta el descubrimiento de las técnicas de fermentación, en algún momento durante la dinastía Chou. Los primeros alimentos de soja eran productos fermentados, como el tempeh [alimento asiático que se prepara fermentando frijoles soja con rizópodos], natto, miso, y salsa de soja.
         En fecha posterior, posiblemente en el siglo II a. C., los científicos chinos descubrieron que un puré de frijoles soja cocidos podía ser precipitado con sulfato de calcio o sulfato de magnesio (yeso o sales de Epsom) para hacer una cuajada suave y pálida - tofú o cuajada de frijol. El uso de productos de soja fermentados y precipitados pronto se extendió a otras partes del Oriente, notablemente Japón e Indonesia.
         Los chinos no comían poroto de soja fermentado como las otras legumbres, como lentejas, porque el poroto de soja contiene grandes cantidades de toxinas naturales, o "antinutrientes". Primera entre ellas están los potentes inhibidores de enzimas que bloquean la acción de la tripsina y otras enzimas que se necesitan para digerir las proteínas.
         Estos inhibidores son proteínas grandes, dobladas apretadamente, que no son desactivadas por completo durante el cocimiento normal. Pueden producir serias molestias gástricas, una reducida digestión de las proteínas, y deficiencias crónicas en la absorción de los aminoácidos. En animales de laboratorio, las dietas altas en inhibidores de la tripsina causan agrandamiento y condiciones patológicas del páncreas, incluyendo cáncer. 14
         El frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que promueve la formación de coágulos y hace que las células rojas de la sangre formen grumos. Los inhibidores de la tripsina y la hemaglutinina son inhibidores del crecimiento. Las ratas en destete alimentadas con soja que contiene estos antinutrientes dejan de crecer normalmente. Los compuestos que debilitan el crecimiento son desactivados durante el proceso de fermentación, así que, una vez que los chinos descubrieron cómo fermentar el frijol soja, comenzaron a incorporar en su dieta alimentos a base de soja.
         En productos precipitados, los inhibidores de enzimas se concentran en el líquido que remoja más bien que en la cuajada. Por eso, en el tofú y la cuajada de poroto de soja, los debilitadores del crecimiento se reducen en cantidad, pero no son eliminados por completo.
         La soja también contiene bociógenos - sustancias que debilitan la función de la tiroides.
         Además, el 99 por ciento de un gran porcentaje de soja es modificada genéticamente, y tiene uno de los más altos por cientos de contaminación por pesticidas en cualquiera de nuestros alimentos.
         El frijol soja tiene un alto contenido de ácido fítico, que está presente en el salvado o la cáscara de todas las semillas. Es una sustancia que puede bloquear la asimilación de minerales esenciales - calcio, magnesio, cobre, hierro, y especialmente zinc - en el tracto intestinal.

         Aunque no es un nombre común, el ácido fítico ha sido estudiado extensamente; en la literatura científica contemporánea hay literalmente cientos de artículos sobre los efectos del ácido fítico. En general, los científicos concuerdan en que las dietas basadas en granos y legumbres altas en contenido de fitatos contribuyen a deficiencias minerales muy difundidas en países del tercer mundo. 15
         Los análisis muestran que el calcio, el magnesio, el hierro, y el zinc están presentes en las plantas que se comen como alimento en estas áreas, pero el alto contenido de fitatos en las dietas a base de soja y granos evita que estos minerales sean absorbidos.
         El poroto de soja tiene uno de los niveles más altos de fitatos de cualquier grano o legumbre que se haya estudiado, 16, y los fitatos de la soja son muy resistentes a las técnicas normales para reducirlos, como el cocimiento lento y prolongado. 17 Sólo un largo período de fermentación reducirá significativamente el contenido de fitatos del frijol soja.
         Cuando productos precipitados de soja, como el tofú, son consumidos con carne, se reducen los efectos del bloqueamiento mineral de los fitatos. 18 Los japoneses comen tradicionalmente una pequeña cantidad de tofú o miso como parte de un caldo de pescado rico en minerales, seguido por un plato de carne o pescado.
         Los vegetarianos que consumen tofú y cuajada de poroto de soja como sustituto de la carne y productos lácteos corren el riesgo de sufrir severas deficiencias minerales. Los resultados de la deficiencia de calcio, magnesio, y hierro son bien conocidos; los de la deficiencia de zinc no tanto.
         Al zinc se le llama el mineral de la inteligencia porque se necesita para el óptimo desarrollo y funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso. Juega un papel importante en la síntesis de la proteína y la formación de colágeno; participa en el mecanismo de control del azúcar en la sangre, protegiendo así contra la diabetes; es necesario para un sistema reproductivo saludable.
         El zinc es un componente clave de numerosas enzimas vitales, y juega un papel en el sistema inmunológico. Los fitatos que se encuentran en los productos de soja interfieren con la absorción de zinc más completamente que con la de otros minerales. 19 La deficiencia de zinc puede causar una sensación de estar en el "espacio", que algunos vegetarianos confunden con una "alta" iluminación espiritual.
         El beber leche se menciona como la razón de por qué los japoneses de segunda generación en los Estados Unidos crecen más que sus antepasados nativos. Algunos investigadores proponen que el menor contenido de fitatos en la dieta estadounidense - cualesquiera que sean sus otras deficiencias - es la verdadera explicación, pues señalan que los niños tanto asiáticos como occidentales que no reciben suficientes productos de carne y pescado para contrarrestar los efectos de una dieta alta en fitatos, con frecuencia sufren de raquitismo, atrofias, y otros problemas de crecimiento. 20

         El Aislado de Proteína de Soja: No Tan Amigable.
         Los procesadores de soja han trabajado duro para sacar estos antinutrientes de los productos terminados, en particular el aislado de proteína de soja (SPI) [por sus siglas en inglés], que es el ingrediente clave en la mayoría de alimentos de soja que imitan productos de carne y lácteos, incluyendo fórmulas para bebés y algunas marcas de leche de soja.
         El SPI no es algo que usted puede fabricar en su propia cocina. La producción tiene lugar en fábricas industriales, donde una mezcla acuosa de frijol soja se mezcla primero con una solución alcalina para quitar la fibra, luego es precipitada y separada usando un lavado ácido, y finalmente, es neutralizada en una solución alcalina.

         El lavado ácido en tanques de aluminio lixivia gran cantidad de aluminio al producto final. Las cuajadas resultantes son secadas por aspersión a alta temperatura para producir un polvo de alto contenido proteínico. Una humillación final contra el frijol soja original es el procesamiento por extrusión del aislado de proteína a alta temperatura y alta presión para producir proteína vegetal texturizada (TVP) [por sus siglas en inglés].
         Gran parte del contenido de inhibidor de tripsina puede ser eliminado mediante el procesamiento a alta temperatura, pero no todo. El contenido de inhibidor de tripsina del aislado de proteína de soja puede variar hasta cinco veces. 21 (En ratas, aún la alimentación con inhibidor de tripsina de bajo nivel en el SPI resulta en un reducido aumento de peso en comparación con los controles. 22).
         Pero el procesamiento a alta temperatura tiene el desafortunado efecto secundario de desnaturalizar las otras proteínas en la soja hasta el punto de que las dejan virtualmente ineficaces. 23 Por esta razón, los animales alimentados con soja necesitan suplementos de lisina para el crecimiento normal.
         Los nitritos, que son potentes carcinógenos, se forman durante el secado por aspersión, y una toxina llamada lisinoalanina se forma durante el procesamiento alcalino. 24 Numerosos sabores artificiales, en particular el MSG (Monosódico Glutamato), se añaden al aislado de proteína de soja y a los productos de proteína vegetal texturizada, para disfrazar su fuerte sabor a frijol e impartir el sabor a carne. 25
         En experimentos alimentarios, el uso de SPI aumentó las demandas de vitaminas E, K, D, y B12, y creó síntomas de deficiencia de calcio, magnesio, manganeso, molibdeno, cobre, hierro, y zinc. 26 El ácido fítico que queda en estos productos de soja inhibe grandemente la absorción de zinc y hierro; los animales de laboratorio alimentados con SPI les aparecen órganos agrandados, en particular el páncreas y la glándula tiroides, y ocurre una mayor deposición de ácidos grasos en el hígado. 27
         Sin embargo, el aislado de proteína de soja y la proteína vegetal texturizada se usan extensamente en programas de almuerzos escolares, alimentos horneados comerciales, bebidas de dieta, y alimentos de comida rápida. Estos alimentos son promovidos fuertemente en países del tercer mundo y forman la base de muchos programas de alimentos donados.
         A pesar de los resultados deficientes en pruebas de alimentación animal, la industria de la soja ha patrocinado cierto número de estudios diseñados para mostrar que los productos de proteína de soja pueden usarse en dietas humanas como reemplazo para alimentos tradicionales.
         Un ejemplo es "La Calidad Nutricional de los Aislados de Proteína del Frijol Soja: Estudios en Niños de Edad Pre-Escolar" [Nutritional Quality of Soy Bean Protein Isolates: Studies in Children of  Preschool Age] patrocinado por Ralston Purina Company. 28 Un grupo de niños centroamericanos que sufrían de desnutrición fue estabilizado primero y su salud mejorada dándoles alimentos nativos, incluyendo carne y productos lácteos. Luego, durante dos semanas, estos alimentos tradicionales fueron reemplazados con una bebida hecha de aislado de proteína de soja y azúcar.
         Todo el nitrógeno ingerido y todo el nitrógeno excretado fue medido con estilo verdaderamente orwelliano: los niños eran pesados desnudos cada mañana, y todo el excremento y el vómito era recogido para ser analizado. Los investigadores descubrieron que los niños retenían el nitrógeno y que su crecimiento era "adecuado", así que el experimento fue declarado un éxito.

         Que los niños estuviesen o no realmente saludables con esa dieta o si podrían  permanecer así durante un largo período, es cosa aparte. Los investigadores observaron que los niños vomitaban "a veces", por lo general después de terminar de comer; que más de la mitad sufrían de períodos de diarrea moderada; que algunos tenían infecciones de las vías respiratorias superiores; y que otros sufrían de sarpullido y fiebre.
         Debe observarse que los investigadores no se atrevieron a usar productos de soja para ayudar a los niños a recuperarse de la desnutrición, y que fueron obligados a suplementar la mezcla de soja y azúcar con nutrientes en su mayoría ausentes de los productos de soja - notablemente, vitaminas A, D, y B12, hierro, yodo, y zinc.

         Comercializando el Producto Perfecto.
         "Imagínese que usted pudiese cultivar el alimento perfecto. Este alimento no sólo proporcionaría nutrición costeable, sino que debería ser delicioso y fácil de preparar de varias maneras. Sería un alimento saludable, sin grasas saturadas. En realidad, usted estaría cultivando casi una fuente de la juventud en su patio trasero."
         El autor es Dean Houghton, escribiendo para The Furrow 28, una revista que John Deere publica en 12 idiomas. "Este alimento ideal ayudaría a evitar, y quizás revertir, algunas de las enfermedades más temidas en el mundo. Usted podría cultivar este alimento milagroso en varios tipos de suelos y climas. Su cultivo reforzaría, no agotaría, la tierra... este alimento milagroso ya existe. Se llama soja".
         Imagínese. Los agricultores han estado imaginando - y plantando - más soja. Lo que una vez fue un producto agrícola de menor importancia, listado en el manual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para el año 1913, no como alimento, sino como producto industrial, cubre ahora 72 millones de acres de tierras labrantías estadounidenses. Gran parte de esta cosecha se usará para alimentar pollos, pavos, cerdos, vacas, y salmones. Otra gran porción será prensada para producir aceite para margarina, grasa para repostería, y aderezos para ensaladas.
         Los progresos en tecnología hacen posible producir proteína aislada de soja de lo que una vez se consideró producto de desecho - lascas de soja sin grasa, de alto contenido proteínico - y luego transformar algo que se ve y huele horrible en productos que pueden ser consumidos por seres humanos. Sabores, preservativos, edulcorantes, emulsificantes, y nutrientes sintéticos han convertido el aislado de proteína de soja, el patito feo de los procesadores de alimentos, en la Cenicienta de la Nueva Era.
         El nuevo alimento de cuento de hadas ha sido comercializado tanto por su belleza como por sus virtudes. Desde el principio, los productos basados en aislados de proteína de soja se vendieron como extensores y substitutos de la carne - una estrategia que no produjo la requerida demanda de los consumidores. La industria cambió su técnica.
         "La manera más rápida de obtener aceptabilidad de un producto en la sociedad menos acaudalada", dijo un vocero de la industria, "es hacer que el producto sea consumido por su propios méritos en una sociedad más acaudalada". 3 Así que la soja se vende ahora a consumidores más pudientes, no como alimento barato, de pobres, sino como substancia milagrosa que evita enfermedades del corazón, así como el cáncer, ahuyenta los acaloramientos, produce huesos fuertes, y nos mantiene jóvenes por siempre.
         La competencia - la carne, la leche, el queso, la mantequilla, y los huevos - ha sido debidamente demolida por las correspondientes instituciones gubernamentales. La soja sirve como la carne y la leche para una nueva generación de virtuosos vegetarianos.

         La Comercialización Cuesta Dinero.
         Esto es especialmente cierto cuando necesita ser reforzada con la "investigación", pero hay abundancia de fondos disponibles. Todos los productores de frijol soja pagan un gravamen obligatorio de entre un medio a uno por ciento del precio del frijol soja en el mercado. El total - algo así como $80 millones anuales 4 - sostiene el programa de United Soybean para "reforzar la posición del frijol soja en el mercado y mantener y expandir los mercados domésticos y extranjeros para el frijol soja y productos de soja".
Los consejos estatales del frijol soja de Maryland, Nebraska, Delaware, Arkansas, Virginia, North Dakota, y Michigan proporcionan otros $2.5 millones para "investigación". 5 Compañías privadas como Archer Daniels Midland también contribuyen con su parte. ADM gastó $4.7 millones en anuncios en Meet the Press, y $4.3 millones en Face the Nation en el curso de un año. 6
         Las firmas de relaciones públicas ayudan a convertir proyectos de investigación en artículos de periódico y anuncios, y firmas de abogados hacen campaña a favor de leyes gubernamentales favorables. Dinero del Fondo Monetario Internacional financia plantas de procesamiento de soja en países extranjeros, y políticas de libre comercio mantienen la abundancia de frijol soja fluyendo hacia destinos en ultramar.
         La campaña a favor de la soja ha sido implacable y mundial en su alcance. La proteína de soja se encuentra ahora en la mayoría de las marcas de pan que se venden en supermercados. Se está usando para transformar "la humilde tortilla, el alimento básico mexicano basado en el maíz, en una 'super tortilla' fortificada con proteína, que reforzaría la nutrición de los casi 20 millones de mexicanos que viven en extrema pobreza". 7 La publicidad a favor de un nuevo pan fabricado por Allied Bakeries, de Gran Bretaña, está dirigida a las mujeres menopáusicas que buscan alivio de los accesos de calor. Las ventas alcanzan al cuarto de millón de hogazas por semana. 8
         La industria de la soja contrató los servicios de Norman Roberts Associates, una firma de relaciones públicas, para "poner más productos de soja en los menús escolares". 9 La USDA respondió con una propuesta para desechar el límite de 30 por ciento de soja en los almuerzos escolares. El programa NuMenu permitiría el uso ilimitado de soja en estos almuerzos. Con la adición de soja a las hamburguesas, los tacos, y la lasagna, los dietistas pueden rebajar el contenido total de grasa por debajo del 30 por ciento de las calorías, cumpliendo así los dictados del gobierno. "Con los artículos alimenticios reforzados con soja, los estudiantes reciben más nutrientes y menos colesterol y grasa".
         La leche de soja ha declarado las mayores ganancias, que subieron de $2 millones en 1980 a $300 millones en los Estados Unidos el año pasado. 10 Los progresos recientes en el procesamiento de la leche de soja han transformado esta bebida asiática de color gris, delgada, amarga, que sabe a frijol, en un producto que los consumidores occidentales aceptan, una bebida que sabe a batido de leche, pero que no lleva ninguna culpa aparejada.
         Los milagros en el procesamiento, buen empaque, publicidad en masa, y una estrategia de mercadeo que subraya los posibles beneficios de estos productos para la salud son los responsables del aumento de las ventas a los grupos de todas las edades. Por ejemplo, los informes de que la soja ayuda a evitar el cáncer de próstata han hecho la soja aceptable a hombres de mediana edad. "No es necesario torcer el brazo de un hombre de entre 55 y 60 años de edad para que pruebe la leche de soja", dice Mark Messina. Michael Milken, antiguo financista de bonos descartados, ha ayudado a la industria a deshacerse de su imagen de "hippie" con esfuerzos bien publicitados para consumir 40 gramos diarios de proteína de soja.
         Norteamérica hoy, mañana el mundo. Las ventas de leche de soja están aumentando en Canadá, aunque la leche de soja cuesta allí el doble que la leche de vaca. Están brotando plantas procesadoras de leche de soja en lugares como Kenya. 11 Hasta China, donde la soja es realmente un alimento de pobres y cuya población quiere más carne, no tofú, ha optado por construir fábricas de soja al estilo occidental, antes que desarrollar pastizales occidentales para criar animales. 12

         La Afirmación de la FDA Puesta en Tela de Juicio.
         El 25 de octubre de 1999, la US Food and Drug Administration [Administración de Alimentos y Drogas, FDA por sus siglas en inglés] decidió admitir una declaración a favor de productos "bajos en grasa saturada y colesterol" que contienen 6.25 gramos de proteína de soja por porción. Cereales para el desayuno, alimentos horneados, comidas rápidas, smoothies [bebidas cremosas hechas de fruta y mezcladas con jugo, leche, o yogurt] y substitutos de carne pueden venderse ahora con etiquetas que pregonan sus beneficios para la salud del sistema cardiovascular, con tal de que estos productos contengan una cucharada colmada de proteína de soja por cada porción de 100 gramos.
         La mejor estrategia de mercadeo para un producto que es de por sí malo para la salud es, por supuesto, una afirmación de que es bueno para la salud.
         "El camino a la aprobación de la FDA", escribe un apólogo de la soja, "fue largo y exigente, y consistió de una detallada revisión de datos clínicos humanos recogidos de más de 40 estudios científicos llevados a cabo en los últimos 20 años. Se averiguó que la proteína de soja es uno de los raros alimentos con suficiente evidencia científica, no sólo para calificar para una propuesta de declaración de salud por parte de la FDA, sino también para en definitiva pasar el riguroso proceso de aprobación". 29
         El "largo y exigente" camino hacia la aprobación de la FDA en realidad tomó algunos giros inesperados. La inesperada solicitud, presentada por Protein Technology International [PTI], hacía una declaración de salud a favor de las isoflavonas, los compuestos semejantes a estrógeno que se encuentran en abundancia en el frijol soja, basándose en afirmaciones de que "sólo la proteína de soja que ha sido procesada de modo que las isoflavonas sean retenidas resultará en una reducción del colesterol".
         En 1998, la FDA tomó la decisión sin precedentes de reescribir la solicitud de PTI, eliminando cualquier referencia a los fitoestrógenos y poniendo en su lugar una declaración a favor de la proteína de soja, una decisión que contradecía directamente el reglamento de la agencia. La FDA está autorizada para establecer reglas sólo en relación con substancias presentadas por medio de una solicitud.
         El cambio abrupto de dirección se debía sin duda al hecho de que cierto número de investigadores, incluyendo científicos empleados por el gobierno de los Estados Unidos, habían presentado documentos que indicaban que las isoflavonas son tóxicas.
         Al principio de 1998, la FDA también recibió el informe final del gobierno británico sobre los fitoestrógenos. El informe no encontraba mucha evidencia de beneficio, y advertía de efectos adversos potenciales. 30
         Aún con el cambio a aislados de proteína de soja, los burócratas de la FDA embarcados en el "riguroso proceso de aprobación" se vieron obligados a ocuparse rápidamente de los efectos del bloqueo de minerales, inhibidores enzimáticos, bociogenicidad, alteraciones del sistema endocrino, problemas del sistema reproductor, y mayores reacciones alérgicas al consumo de productos de soja. 31
         Una de las más enérgicas cartas de protesta llegó de los Drs. Dan Sheehan y Daniel Doerge, investigadores del gobierno en el Centro Nacional Para la Investigación Toxicológica. 32 Sus ruegos a favor de etiquetas de advertencia en los envases fueron desestimadas por considerárselas injustificadas.
         "La suficiente evidencia científica" de las propiedades de la soja para reducir el colesterol fue tomada mayormente de un meta-análisis en 1995 llevado a cabo por el Dr. James Anderson, patrocinado por Protein Technologies International y publicado en el New England Journal of Medicine. 33
         Un meta-análisis es una revisión y un resumen de los resultados de muchos estudios clínicos sobre el mismo tema. El uso de los meta-análisis para sacar conclusiones generales ha sido criticado severamente por los miembros de la comunidad científica.
         "Los investigadores que reemplazan pruebas más rigurosas con meta-análisis corren el riesgo de hacer falsas suposiciones y embarcarse en una contabilidad creativa", dice Sir John Scott, presidente de la Royal Society of New Zealand. "Lo semejante no está siendo puesto junto con lo semejante. Varios grupos están poniendo juntos montones pequeños y grandes de datos". 34
         Hay la tentación adicional de que los investigadores, en particular los que son financiados por compañías como PTI, dejen fuera estudios que evitarían las conclusiones deseadas. El Dr. Anderson descartó ocho estudios por varias razones, dejando un resto de veintinueve.
         El informe publicado indicaba que los individuos con niveles de colesterol superiores a 250 mg/dl experimentarían una "significativa" reducción de entre 7 y 20 por ciento en los niveles de colesterol sérico si reemplazaban la proteína animal con proteína de soja. La reducción de colesterol fue insignificante en los individuos cuyo colesterol era inferior a 250 mg/dl.
         En otras palabras, para la mayoría de nosotros, si renunciamos a los bistés y en su lugar comemos hamburguesas vegetales no reduciremos los niveles de colesterol en la sangre. La declaración de salud que la FDA aprobó "después de una detallada revisión de datos clínicos de seres humanos" no informa al consumidor estos importantes detalles.
         La investigación que enlaza la soja con los efectos positivos sobre los niveles de colesterol es "increíblemente inmadura", dijo Ronald M. Krauss, MD, director del Molecular Medical Research Program [Programa de Investigación de Medicina Molecular], y del Lawrence Berkeley National Laboratory [Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley]. 35 Podría haber añadido que los estudios según los cuales los niveles de colesterol fueron reducidos por medio de dietas o drogas han resultado consistentemente en un número de muertes en los grupos en tratamiento mayor que en los grupos de control - muertes causadas por ataques, cáncer, desórdenes intestinales, accidentes, y suicidios. 36
         Las medidas para reducir el colesterol en los Estados Unidos han estimulado una industria para la reducción del colesterol por valor de $60 mil millones anuales, pero no nos han salvado de la destrucción causada por las enfermedades del corazón.

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         Leche de Soja
         Algunos de los componentes indeseables de la soja afectan la calidad y aceptación de la leche de soja. El sabor, la digestibilidad de las proteínas, y la flatulencia están asociados a constituyentes de la soja.
 

         Sabores:
         La soja es una fuente de enzimas de lipoxigenasa, las cuales son responsables de que se desarrolle el sabor anfijolado de la leche de soja. Se vuelven muy activas al moler la soja y en presencia de agua y oxigeno. Las lipoxigenasas catalizan la oxidación de ácidos grasos polinsaturados y sus ésteres que contienen los productos primarios.
         Los hidroperóxidos se descomponen para formas 40 compuestos diferentes que tienen que ver con el sabor a grasa y frijol de la leche de soja. Los malos sabores pueden controlarse mediante la inactivación de las enzimas con tratamientos térmicos, fermentación o ácidos. La deodorización al vacío y la formulación del sabor también son utilizados para eliminar y disfrazar el mal sabor. Las enzimas son sensibles al calor y fácilmente inactivadas con agua hirviendo a fin de que la temperatura de la lechada no caiga por debajo de los 80 grados centígrados. En consecuencia, el tratamiento térmico es uno de los métodos más efectivos y prácticos en la preparación de leche de soja, dado que las enzimas son sensibles al calor.

         Digestibilidad proteínica:
         Los inhibidores de tipsina están distribuidos en una gran variedad de semillas leguminosas, incluyendo la soja. Según un estudio con animales sometidos a prueba, los inhibidores de tripsina son los factores inhibidores del crecimiento que ocasionan un engrandecimiento del páncreas debido a una deficiencia de tripsina que son importantes para digerir las proteínas.  Algunos investigadores han reportado que los inhibidores tienen poco o ningún efecto sobre la proteinasa humana.
         En general, el calor se ha empleado para inactivar los inhibidores de la tripsina cuando se produce leche de soja. Los inhibidores en soja remojada durante toda la noche se inactivan al blanquear la soja descascarada y sin remojar durante 10 minutos en agua hirviendo con 0,5 % de bicarbonato de sodio, calentando después la leche de soja a 95 grados centígrados durante 10 minutos.
 
         Flatulencia:
         La soja, como muchas leguminosas, contiene casi 10% de hidratos de carbono solubles con aproximadamente 5% de rafinosa y 4% de estaquiosa. Los seres humanos no poseen alfagalosctasidasa en su aparato digestivo para digerir la rafinosa y estquiosa, la flora intestinal fermentan estos azúcares y la producción de gases ocasiona flatulencias. La leche de soja preparada con soja integran también contiene una gran cantidad de factores flatulentos, siendo éstos los problemas más graves para su consumo.
 Los azúcares indeseables pueden reducirse de la enzima alfagalactosidasa o con bacterías del ácido láctico fermentación. Cobra suma importancia la reproducción de nuevas variedades que soja que estén libres de hidratos de carbono o contengan un nivel bajo de éstos.

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Asunto: La mentira sobre la soja
Fecha: Sat, 25 Feb 2006 14:36:56 +0100 (Hora estándar romance)
De: "Anamaría aroha" <anamaria7aroha@hotmail.com>
A: "A a anamaria7aroha" <anamaria7aroha@hotmail.com>

         Hola, coincidentemente he descubierto una información que me ha asustado un poco, he mirado más páginas al respecto y confirma lo encontrado con respecto a la soja, considero que debo pasártela, no puedo esconderla solo para mí,

POR QUÉ DEBE EVITARSE LA SOJA (SOYA)
Sally Fallon y Mary G. Enig, Ph. D.
Tomado de Optimal Wellness Center
Traducción de Román Quirós M.

         Si te interesa el tema porque eres consumidor de soja y sus variedades, conviene que leas esto e investigues porqué nos la publicitan tanto, es escalofriante.
         www.geocities.com/alfil2_1999/evitar_soja1.html
          en esta dirección puedes comenzar a saber la verdad oculta, como sucedió con el aceite de colza o la quimioterapia, etc.
 
         Siento darte esta información, yo me llevé un gran disgusto porque la soja era un pilar de mi alimentación y ahora nuevamente estoy al aire.
 
         Por si tienes problemas en encontrarlo, te anticipo algo:
          La propaganda que ha creado el milagro de las ventas de soja es tanto más notable cuanto que, hace sólo algunas décadas, el frijol soja era considerado no apto como alimento, ni siquiera en Asia. Durante la dinastía Chou (1134-246 AC), al frijol soja era designado uno de los cinco granos sagrados, junto con la cebada, el trigo, el mijo, y el arroz.
         Sin embargo, la pictografía del frijol soja, que data de épocas anteriores, indica que al principio no se usaba como alimento; porque, mientras las pictografías de los otros cuatro granos muestran la semilla y la estructura del tallo de la planta, la pictografía del frijol soja enfatiza la estructura de la raíz. La literatura sobre agricultura de la época habla frecuentemente del frijol soja y su uso en la rotación de las cosechas. Aparentemente, la planta de soja se usaba al principio como método para fijar el nitrógeno. 13
         El frijol soja no sirvió como alimento sino hasta el descubrimiento de las técnicas de fermentación, en algún momento durante la dinastía Chou. Los primeros alimentos de soja eran productos fermentados, como el tempeh [alimento asiático que se prepara fermentando frijoles soja con rizópodos], natto, miso, y salsa de soja.
         En fecha posterior, posiblemente en el siglo II a. C., los científicos chinos descubrieron que un puré de de frijoles soja cocidos podía ser precipitado con sulfato de calcio o sulfato de magnesio (yeso o sales de Epsom) para hacer una cuajada suave y pálida - tofú o cuajada
de frijol. El uso de productos de soja fermentados y precipitados pronto se extendió a otras partes del Oriente, notablemente Japón e Indonesia.
         Los chinos no comían frijol soja fermentado como las otras legumbres, como lentejas, porque el frijol soja contiene grandes cantidades de toxinas naturales, o "antinutrientes". Primera entre ellas están los potentes inhibidores de enzimas que bloquean la acción de la tripsina y otras enzimas que se necesitan para digerir las proteínas.
         Estos inhibidores son proteínas grandes, dobladas apretadamente, que no son desactivadas por completo durante el cocimiento normal.
         Pueden producir serias molestias gástricas, una reducida digestión de las proteínas, y deficiencias crónicas en la absorción de los aminoácidos. En animales de laboratorio, las dietas altas en inhibidores de la tripsina causan agrandamiento y condiciones patológicas delpáncreas, incluyendo cáncer. 14
         El frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que promueve la fomación de coágulos y hace que las células rojas de la sangre formen grumos.
         Los inhibidores de la tripsina y la hemaglutinina son inhibidores del crecimiento. Las ratas en destete alimentadas con soja que contiene estos antinutrientes dejan de crecer normalmente. Los compuestos que debilitan el crecimiento son desactivados durante el proceso de fermentación, así que, una vez que los chinos descubrieron cómo fermentar el frijol soja, comenzaron a incorporar en su dieta alimentos a base de soja.
         En productos precipitados, los inhibidores de enzimas se concentran en el líquido que remoja más bien que en la cuajada. Por eso, en el
 tofú y la cuajada de frijol, los debilitadores del crecimiento se reducen en cantidad, pero no son eliminados por completo.
         La soja también contiene bociógenos - sustancias que debilitan la función de la tiroides.
         Además, el 99 por ciento de un gran porcentaje de soja es modificada genéticamente, y tiene uno de los más altos por cientos de contaminación por pesticidas en cualquiera de nuestros alimentos.
         El frijol soja tiene un alto contenido de ácido fítico, que está presente en el salvado o la cáscara de todas las semillas. Es una sustancia
 que puede bloquear la asimilación de minerales esenciales - calcio, magnesio, cobre, hierro, y especialmente zinc - en el tracto intestinal.
          Aunque no es un nombre común, el ácido fítico ha sido estudiado extensamente; en la literatura científica contemporánea hay literalmente cientos de artículos sobre los efectos del ácido fítico. En general, los científicos concuerdan en que las dietas basadas en granos y legumbres altas en contenido de fitatos contribuyen a deficiencias minerales muy difundidas en países del tercer mundo. 15
         Los análisis muestran que el calcio, el magnesio, el hierro, y el zinc están presentes en las plantas que se comen como alimento en estas áreas, pero el alto contenido de fitatos en las dietas a base de soja y granos evita que estos minerales sean absorbidos.
         El frijol soja tiene uno de los niveles más altos de fitatos de cualquier grano o legumbre que se haya estudiado, 16, y los fitatos de la soja son muy resistentes a las técnicas normales para reducirlos, como el cocimiento lento y prolongado. 17 Sólo un largo período de fermentación reducirá significativamente el contenido de fitatos del frijol soja.
         Cuando productos precipitados de soja, como el tofú, son consumidos con carne, se reducen los efectos del bloqueamiento mineral de
 los fitatos. 18 Los japoneses comen tradicionalmente una pequeña cantidad de tofú o miso como parte de un caldo de pescado rico en minerales, seguido por un plato de carne o pescado.
         Los vegetarianos que consumen tofú y cuajada de frijol como sustituto de la carne y productos lácteos corren el riesgo de sufrir severas deficiencias minerales. Los resultados de la deficiencia de calcio, magnesio, y hierro son bien conocidos; los de la deficiencia de zinc no tanto.
         Al zinc se le llama el mineral de la inteligencia porque se necesita para el óptimo desarrollo y funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso. Juega un papel importante en la síntesis de la proteína y la formación de colágeno; participa en el mecanismo de control del azúcar en la sangre, protegiendo así contra la diabetes; es necesario para un sistema reproductivo saludable.
         El zinc es un componente clave de numerosas enzimas vitales, y juega un papel en el sistema inmunológico. Los fitatos que se encuentran en los productos de soja interfieren con la absorción de zinc más completamente que con la de otros minerales. 19 La deficiencia de zinc puede causar una sensación de estar en el "espacio", que algunos vegetarianos confunden con una "alta" iluminación espiritual.

         El beber leche se menciona como la razón de por qué los japoneses de segunda generación en los Estados Unidos crecen más que sus antepasados nativos. Algunos investigadores proponen que el menor contenido de fitatos en la dieta estadounidense - cualesquiera que sean sus otras deficiencias - es la verdadera explicación, pues señalan que los niños tanto asiáticos como occidentales que no reciben suficientes productos de carne y pescado para contrarrestar los efectos de una dieta alta en fitatos, con frecuencia sufren de raquitismo, atrofias, y otros problemas de crecimiento. 20

         El Aislado de Proteína de Soja: No Tan Amigable
         Los procesadores de soja han trabajado duro para sacar estos antinutrientes de los productos terminados, en particular el aislado de proteína de soja (SPI) [por sus siglas en inglés], que es el ingrediente clave en la mayoría de alimentos de soja que imitan productos de carne y lácteos, incluyendo fórmulas para bebés y algunas marcas de leche de soja.
         El SPI no es algo que usted puede fabricar en su propia cocina. La producción tiene lugar en fábricas industriales, donde una mezcla  acuosa de frijol soja se mezcla primero con una solución alcalina para quitar la fibra, luego es precipitada y separada usando un lavado ácido, y finalmente, es neutralizada en una solución alcalina.
         El lavado ácido en tanques de aluminio lixivia gran cantidad de aluminio al producto final. Las cuajadas resultantes son secadas por aspersión a alta temperatura para producir un polvo de alto contenido proteínico. Una humillación final contra el frijol soja original es el procesamiento por extrusión del aislado de proteína a alta temperatura y alta presión para producir proteína vegetal texturizada (TVP) [por sus siglas en inglés].
         Gran parte del contenido de inhibidor de tripsina puede ser eliminado mediante el procesamiento a alta temperatura, pero no todo. El contenido de inhibidor de tripsina del aislado de proteína de soja puede variar hasta cinco veces. 21 (En ratas, aún la alimentación con inhibidor de tripsina de bajo nivel en el SPI resulta en un reducido aumento de peso en comparación con los controles. 22).
         Pero el procesamiento a alta temperatura tiene el desafortunado efecto secundario de desnaturalizar las otras proteínas en la soja hasta el punto de que las dejan virtualmente ineficaces. 23
         Por esta razón, los animales alimentados con soja necesitan suplementos de lisina para el crecimiento normal.
         Los nitritos, que son potentes carcinógenos, se forman durante el secado por aspersión, y una toxina llamada lisinoalanina se forma durante el procesamiento alcalino. 24 Numerosos sabores artificiales, en particular el MSG, se añaden al aislado de proteína de soja y a los productos de proteína vegetal texturizada, para disfrazar su fuerte sabor a frijol e impartir el sabor a carne. 25
         En experimentos alimentarios, el uso de SPI aumentó las demandas de vitaminas E, K, D, y B12, y creó síntomas de deficiencia de calcio, magnesio, manganeso, molibdeno, cobre, hierro, y zinc. 26 El ácido fítico que queda en estos productos de soja inhibe grandemente la absorción de zinc y hierro; los animales de laboratorio alimentados con SPI les aparecen órganos agrandados, en particular el páncreas y la glándula tiroides, y ocurre una mayor deposición de ácidos grasos en el hígado. 27
         Sin embargo, el aislado de proteína de soja y la proteína vegetal texturizada se usan extensamente en programas de almuerzos escolares, alimentos horneados comerciales, bebidas de dieta, y alimentos de comida rápida. Estos alimentos son promovidos fuertemente en países del tercer mundo y forman la base de muchos programas de alimentos donados.
         A pesar de los resultados deficientes en pruebas de alimentación animal, la industria de la soja ha patrocinado cierto número de estudios diseñados para mostrar que los productos de proteína de soja pueden usarse en dietas humanas como reemplazo para alimentos tradicionales.
         Un ejemplo es "La Calidad Nutricional de los Aislados de Proteína del Frijol Soja: Estudios en Niños de Edad Pre-Escolar" [Nutritional Quality of Soy Bean Protein Isolates: Studies in Children of  Preschool Age] patrocinado por Ralston Purina Company. 28 Un grupo de niños centroamericanos que sufrían de desnutrición fue estabilizado primero y su salud mejorada dándoles alimentos nativos, incluyendo carne y productos lácteos. Luego, durante dos semanas, estos alimentos tradicionales fueron reemplazados con una bebida hecha de aislado de proteína de soja y azúcar.
         Todo el nitrógeno ingerido y todo el nitrógeno excretado fue medido con estilo verdaderamente orwelliano: los niños eran pesados desnudos cada mañana, y todo el excremento y el vómito era recogido para ser analizado. Los investigadores descubrieron que los niños retenían el nitrógeno y que su crecimiento era "adecuado", así que el experimento fue declarado un éxito.
         Que los niños estuviesen o no realmente saludables con esa dieta o si podrían  permanecer así durante un largo período, es cosa aparte.
         Los investigadores observaron que los niños vomitaban "a veces", por lo general después de terminar de comer; que más de la mitad sufrían de períodos de diarrea moderada; que algunos tenían infecciones de las vías respiratorias superiores; y que otros sufrían de sarpullido y fiebre.
         Debe observarse que los investigadores no se atrevieron a usar productos de soja para ayudar a los niños a recuperarse de la desnutrición, y que fueron obligados a suplementar la mezcla de soja y azúcar con nutrientes en su mayoría ausentes de los productos de soja - notablemente, vitaminas A, D, y B12, hierro, yodo, y zinc.

         Comercializando el Producto Perfecto
         "Imagínese que usted pudiese cultivar el alimento perfecto. Este alimento no sólo proporcionaría nutrición costeable, sino que debería ser delicioso y fácil de preparar de varias maneras. Sería un alimento saludable, sin grasas saturadas. En realidad, usted estaría cultivando casi una fuente de la juventud en su patio trasero."
         El autor es Dean Houghton, escribiendo para The Furrow 28, una revista que John Deere publica en 12 idiomas. "Este alimento ideal ayudaría a evitar, y quizás revertir, algunas de las enfermedades más temidas en el mundo. Usted podría cultivar este alimento milagroso en varios tipos de suelos y climas. Su cultivo reforzaría, no agotaría, la tierra... este alimento milagroso ya existe. Se llama soja".
         Imagínese. Los agricultores han estado imaginando - y plantando - más soja. Lo que una vez fue un producto agrícola de menor importancia, listado en el manual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para el año 1913, no como alimento, sino como producto industrial, cubre ahora 72 millones de acres de tierras labrantías estadounidenses. Gran parte de esta cosecha se usará para alimentar pollos, pavos, cerdos, vacas, y salmones. Otra gran porción será prensada para producir aceite para margarina, grasa para repostería, y aderezos para ensaladas.
         Los progresos en tecnología hacen posible producir proteína aislada de soja de lo que una vez se consideró producto de desecho - lascas de soja sin grasa, de alto contenido proteínico - y luego transformar algo que se ve y huele horrible en productos que pueden ser consumidos por seres humanos. Sabores, preservativos, edulcorantes, emulsificantes, y nutrientes sintéticos han convertido el aislado de proteína de soja, el patito feo de los procesadores de alimentos, en la Cenicienta de la Nueva Era.
         El nuevo alimento de cuento de hadas ha sido comercializado tanto por su belleza como por sus virtudes. Desde el principio, los productos basados en aislados de proteína de soja se vendieron como extensores y substitutos de la carne - una estrategia que no produjo la requerida demanda de los consumidores. La industria cambió su técnica.
         "La manera más rápida de obtener aceptabilidad de un producto en la sociedad menos acaudalada", dijo un vocero de la industria, "es hacer que el producto sea consumido por su propios méritos en una sociedad más acaudalada". 3 Así que la soja se vende ahora a consumidores más pudientes, no como alimento barato, de pobres, sino como substancia milagrosa que evita enfermedades del corazón, así como el cáncer, ahuyenta los acaloramientos, produce huesos fuertes, y nos mantiene jóvenes por siempre.
         La competencia - la carne, la leche, el queso, la mantequilla, y los huevos - ha sido debidamente demolida por las correspondientes instituciones gubernamentales. La soja sirve como la carne y la leche para una nueva generación de virtuosos vegetarianos.

         La Comercialización Cuesta Dinero
         Esto es especialmente cierto cuando necesita ser reforzada con la "investigación", pero hay abundancia de fondos disponibles. Todos los productores de frijol soja pagan un gravamen obligatorio de entre un medio a uno por ciento del precio del frijol soja en el mercado. El total - algo así como $80 millones anuales 4 - sostiene el programa de United Soybean para "reforzar la posición del frijol soja en el mercado y mantener y expandir los mercados domésticos y extranjeros para el frijol soja y productos de soja".
         Los consejos estatales del frijol soja de Maryland, Nebraska, Delaware, Arkansas, Virginia, North Dakota, y Michigan proporcionan otros $2.5 millones para "investigación". 5 Compañías privadas como Archer Daniels Midland también contribuyen con su parte. ADM gastó $4.7 millones en anuncios en Meet the Press, y $4.3 millones en Face the Nation en el curso de un año. 6
         Las firmas de relaciones públicas ayudan a convertir proyectos de investigación en artículos de periódico y anuncios, y firmas de abogados hacen campaña a favor de leyes gubernamentales favorables. Dinero del Fondo Monetario Internacional financia plantas de procesamiento de soja en países extranjeros, y políticas de libre comercio mantienen la abundancia de frijol soja fluyendo hacia destinos en ultramar.
         La campaña a favor de la soja ha sido implacable y mundial en su alcance. La proteína de soja se encuentra ahora en la mayoría de las marcas de pan que se venden en supermercados. Se está usando para transformar "la humilde tortilla, el alimento básico mexicano basado en el maíz, en una 'super tortilla' fortificada con proteína, que reforzaría la nutrición de los casi 20 millones de mexicanos que viven en extrema pobreza". 7 La publicidad a favor de un nuevo pan fabricado por Allied Bakeries, de Gran Bretaña, está dirigida a las mujeres menopáusicas que buscan alivio de los accesos de calor. Las ventas alcanzan al cuarto de millón de hogazas por semana. 8
         La industria de la soja contrató los servicios de Norman Roberts Associates, una firma de relaciones públicas, para "poner más productos de soja en los menús escolares". 9 La USDA respondió con una propuesta para desechar el límite de 30 por ciento de soja en los almuerzos escolares. El programa NuMenu permitiría el uso ilimitado de soja en estos almuerzos. Con la adición de soja a las hamburguesas, los tacos, y la lasagna, los dietistas pueden rebajar el contenido total de grasa por debajo del 30 por ciento de las calorías, cumpliendo así los dictados del gobierno. "Con los artículos alimenticios reforzados con soja, los estudiantes reciben más nutrientes y menos colesterol y grasa".
         La leche de soja ha declarado las mayores ganancias, que subieron de $2 millones en 1980 a $300 millones en los Estados Unidos el año pasado. 10 Los progresos recientes en el procesamiento de la leche de soja han transformado esta bebida asiática de color gris, delgada, amarga, que sabe a frijol, en un producto que los consumidores occidentales aceptan, una bebida que sabe a batido de leche, pero que no lleva ninguna culpa aparejada.
         Los milagros en el procesamiento, buen empaque, publicidad en masa, y una estrategia de mercadeo que subraya los posibles beneficios de estos productos para la salud son los responsables del aumento de las ventas a los grupos de todas las edades. Por ejemplo, los informes de que la soja ayuda a evitar el cáncer de próstata han hecho la soja aceptable a hombres de mediana edad. "No es necesario torcer el brazo de un hombre de entre 55 y 60 años de edad para que pruebe la leche de soja", dice Mark Messina. Michael Milken, antiguo financista de bonos descartados, ha ayudado a la industria a deshacerse de su imagen de "hippie" con esfuerzos bien publicitados para consumir 40 gramos diarios de proteína de soja.
         Norteamérica hoy, mañana el mundo. Las ventas de leche de soja están aumentando en Canadá, aunque la leche de soja cuesta allí el doble que la leche de vaca. Están brotando plantas procesadoras de leche de soja en lugares como Kenya. 11 Hasta China, donde la soja es realmente un alimento de pobres y cuya población quiere más carne, no tofú, ha optado por construir fábricas de soja al estilo occidental, antes que desarrollar pastizales occidentales para criar animales. 12


         La Afirmación de la FDA Puesta en Tela de Duda
         El 25 de octubre de 1999, la US Food and Drug Administration [Administración de Alimentos y Drogas, FDA por sus siglas en inglés] decidió admitir una declaración a favor de productos "bajos en grasa saturada y colesterol" que contienen 6.25 gramos de proteína de soja por porción. Cereales para el desayuno, alimentos horneados, comidas rápidas, smoothies [bebidas cremosas hechas de fruta y mezcladas con jugo, leche, o yogurt] y substitutos de carne pueden venderse ahora con etiquetas que pregonan sus beneficios para la salud del sistema cardiovascular, con tal de que estos productos contengan una cucharada colmada de proteína de soja por cada porción de 100 gramos.
         La mejor estrategia de mercadeo para un producto que es de por sí malo para la salud es, por supuesto, una afirmación de que es bueno para la salud.
         "El camino a la aprobación de la FDA", escribe un apólogo de la soja, "fue largo y exigente, y consistió de una detallada revisión de datos clínicos humanos recogidos de más de 40 estudios científicos llevados a cabo en los últimos 20 años. Se averiguó que la proteína de soja es uno de los raros alimentos con suficiente evidencia científica, no sólo para calificar para una propuesta de declaración de salud por parte de la FDA, sino también para en definitiva pasar el riguroso proceso de aprobación". 29
         El "largo y exigente" camino hacia la aprobación de la FDA en realidad tomó algunos giros inesperados. La inesperada solicitud, presentada por Protein Technology International [PTI], hacía una declaración de salud a favor de las isoflavonas, los compuestos semejantes a estrógeno que se encuentran en abundancia en el frijol soja, basándose en afirmaciones de que "sólo la proteína de soja que ha sido procesada de modo que las isoflavonas sean retenidas resultará en una reducción del colesterol".
         En 1998, la FDA tomó la decisión sin precedentes de reescribir la solicitud de PTI, eliminando cualquier referencia a los fitoestrógenos y poniendo en su lugar una declaración a favor de la proteína de soja, una decisión que contradecía directamente el reglamento de la agencia. La FDA está autorizada para establecer reglas sólo en relación con substancias presentadas por medio de una solicitud.
         El cambio abrupto de dirección se debía sin duda al hecho de que cierto número de investigadores, incluyendo científicos empleados por el gobierno de los Estados Unidos, habían presentado documentos que indicaban que las isoflavonas son tóxicas.
         Al principio de 1998, la FDA también recibió el informe final del gobierno británico sobre los fitoestrógenos. El informe no encontraba mucha evidencia de beneficio, y advertía de efectos adversos potenciales. 30
         Aún con el cambio a aislados de proteína de soja, los burócratas de la FDA embarcados en el "riguroso proceso de aprobación" se vieron obligados a ocuparse rápidamente de los efectos del bloqueo de minerales, inhibidores enzimáticos, bociogenicidad, alteraciones del sistema endocrino, problemas del sistema reproductor, y mayores reacciones alérgicas al consumo de productos de soja. 31
         Una de las más enérgicas cartas de protesta llegó de los Drs. Dan Sheehan y Daniel Doerge, investigadores del gobierno en el Centro Nacional Para la Investigación Toxicológica. 32 Sus ruegos a favor de etiquetas de advertencia en los envases fueron desestimadas por considerárselas injustificadas.
         "La suficiente evidencia científica" de las propiedades de la soja para reducir el colesterol fue tomada mayormente de un meta-análisis en 1995 llevado a cabo por el Dr. James Anderson, patrocinado por Protein Technologies International y publicado en el New England Journal of Medicine. 33
         Un meta-análisis es una revisión y un resumen de los resultados de muchos estudios clínicos sobre el mismo tema. El uso de los meta-análisis para sacar conclusiones generales ha sido criticado severamente por los miembros de la comunidad científica.
         "Los investigadores que reemplazan pruebas más rigurosas con meta-análisis corren el riesgo de hacer falsas suposiciones y embarcarse en una contabilidad creativa", dice Sir John Scott, presidente de la Royal Society of New Zealand. "Lo semejante no está siendo puesto junto con lo semejante. Varios grupos están poniendo juntos montones pequeños y grandes de datos". 34
         Hay la tentación adicional de que los investigadores, en particular los que son financiados por compañías como PTI, dejen fuera estudios que evitarían las conclusiones deseadas. El Dr. Anderson descartó ocho estudios por varias razones, dejando un resto de veintinueve.
         El informe publicado indicaba que los individuos con niveles de colesterol superiores a 250 mg/dl experimentarían una "significativa" reducción de entre 7 y 20 por ciento en los niveles de colesterol sérico si reemplazaban la proteína animal con proteína de soja. La reducción de colesterol fue insignificante en los individuos cuyo colesterol era inferior a 250 mg/dl.
         En otras palabras, para la mayoría de nosotros, si renunciamos a los bistés y en su lugar comemos hamburguesas vegetales no reduciremos los niveles de colesterol en la sangre. La declaración de salud que la FDA aprobó "después de una detallada revisión de datos clínicos de seres humanos" no informa al consumidor estos importantes detalles.
         La investigación que enlaza la soja con los efectos positivos sobre los niveles de colesterol es "increíblemente inmadura", dijo Ronald M. Krauss, MD, director del Molecular Medical Research Program [Programa de Investigación de Medicina Molecular], y del Lawrence Berkeley National Laboratory [Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley]. 35 Podría haber añadido que los estudios según los cuales los niveles de colesterol fueron reducidos por medio de dietas o drogas han resultado consistentemente en un número de muertes en los grupos en tratamiento mayor que en los grupos de control - muertes causadas por ataques, cáncer, desórdenes intestinales, accidentes, y suicidios. 36
         Las medidas para reducir el colesterol en los Estados Unidos han estimulado una industria para la reducción del colesterol por valor de $60 mil millones anuales, pero no nos han salvado de la destrucción causada por las enfermedades del corazón.

         Anamaría Aroha
         http://angelesguardianes.iespana.es

EFECTOS NEGATIVOS DEL CONSUMO DE SOJA.

         El consumo de soja se está promocionando vigorosamente. A pesar de los muchos supuestos beneficios, hay un lado negativo, que está siendo ignorado.
         El poroto de soja crudo contiene numerosos anti-nutrientes. Si bien el procesamiento los puede reducir, no los elimina.(1) El poroto de soja crudo es un anticoagulante (un agente que previene la coagulación de la sangre). Esta propiedad anticoagulante no se revierte con la vitamina K, que es un agente coagulante muy efectivo. Muchos norteamericanos tienen bajos niveles de vitamina K. La propiedad anticoagulante de la soja se atribuye a su actividad anti-tripsina. La tripsina es una enzima especial necesaria para digerir las proteínas. Además, la tripsina permite la asimilación de la vitamina B-12. Por lo tanto, al bloquear la actividad de la tripsina, la soja, como agente anti-tripsina, aumenta los requerimientos de vitamina B-12 y de hecho crea una deficiencia de dicha vitamina. (2)
         El poroto de soja crudo contiene otros anti-nutrientes, incluyendo ácido fítico (de los fitatos), que se une a los minerales impidiendo su absorción (especialmente zinc, calcio, y magnesio).(3) El ácido fítico también se encuentra presente en los cereales. Por lo tanto, los vegetarianos que dependen de la soja y de muchos productos con soja, y que también consumen cereales, tienen un riesgo aún mayor de sufrir deficiencias de estos minerales. (4) Los fitatos se encuentran unicamente en alimentos de origen vegetal.
         Otros anti-nutrientes presentes en el poroto de soja crudo son las hemaglutininas. Dichas sustancias tienen la capacidad de aglutinar las células rojas en los seres humanos y en otras especies, y suprimen el crecimiento de manera significativa. Estos anti-nutrientes son también conocidos como "fitoaglutininas", o "lectinas". (5)
         Estos varios anti-nutrientes del poroto de soja crudo se pueden reducir en parte mediante un adecuado tratamiento térmico, y mediante el germinado. Sin embargo, estas sustancias siguen presentes, aunque a un nivel menor. El único método efectivo conocido para desactivar estos anti-nutrientes es la fermentación tradicional. Dicho proceso implica un cambio químico lento, iniciado por bacterias, moho y levaduras. La fermentación desactiva los inhibidores enzimáticos, el ácido fítico, las hemaglutininas, y los antagonistas vitamínicos de los porotos de soja crudos. El proceso de fermentación da por resultado que los nutrientes de la soja sean más digeribles y disponibles para el organismo.
         Lamentablemente, el proceso de fermentación se usa tan sólo con unos pocos productos de soja, productos no muy conocidos en la cocina norteamericana, y difíciles de conseguir. Los principales productos de soja fermentados son el tempeh (una entrada de soja), el miso (una pasta de soja usada en sopas y salsas), y el natto (porotos de soja fermentados enteros). El tempeh y el miso se consiguen en tiendas de alimentos naturales en los EE.UU. El natto, común en Japón, no es conocido ni se consigue casi en los EE.UU. Por lo que tengo entendido, el natto tiene un olor fuerte y una textura pegajosa, y no es generalmente aceptado por los principiantes. Ya que el miso se usa nada más como condimento, el único producto de soja fermentado aceptable es el tempeh.
         En contra de lo que se cree, el tofu, más conocido y más fácil de conseguir en los EE.UU., no es un producto fermentado. Se lo procesa por precipitación. Con este método se desactivan algunos agentes anti-enzimáticos, no todos, y se desactiva una pequeña parte de los fitatos.
         Los porotos de soja, incluso luego de ser procesados, tienen propiedades anti-tiroides.(6) Las isoflavonas estrogénicas (en particular los pigmentos de la planta) presentes en la soja - la genistina y la daidzeína - tienen mucha fama de ser beneficiosos para la salud. Lo que no se da a conocer es que son agentes anti-tiroides. Las personas que consumen productos de soja regularmente (tal como se recomienda actualmente) pueden sufrir diversos desequilibrios de la tiroides. Los estudios con animales vinculan a las isoflavonas de la soja con los problemas de tiroides, incluído bocio. Otros estudios vinculan el consumo de soja no solamente con el hipotiroidismo, sino también con bajos niveles de energía, deficiente aborción de minerales, e infertilidad.(7)

Incluso a niveles bajísimos, las hormonas pueden tener profundos efectos biológicos, tanto positivos como negativos. Las isoflavonas estrogénicas de la soja se promocionan con entusiasmo como buenas para la salud. Aunque aparentemente previenen el cáncer si se las consume tempranamente, pueden causar cáncer si se las consume en una etapa posterior de la vida. Existen estudios tanto con anmales como con personas que sugieren que la soja puede aumentar el riesgo de contraer cáncer de mama. (8,9,10,11)
         A menudo se citan estudios de las bajas tasas de cáncer de las mujeres asiáticas que consumen soja. Sin embargo, deben considerarse otros factores. Las mujeres asiáticas que abandonan sus dietas tradicionales y adoptan una dieta occidental aumentan su riesgo de contraer cáncer de mama. No es lógico decir que la soja es el único factor en juego.
         ¿Cuán saludables son los productos de soja que se ofrecen a los norteamericanos? Los anti-nutrientes presentes en los productos de soja modernos, incluida la harina de soja, pueden inhibir el crecimiento en animales. En los seres humanos, pueden causar problemas intestinales, reducir la digestión de las proteínas, y llevar a deficiencias crónicas en la asimilación de aminoácidos.(12, 13)
         La soja contiene un alto porcentaje de ácidos grasos, que se vuelven rancios rápidamente cuando el poroto de soja es convertido en harina de soja. La harina de soja entera es especialmente susceptible a deteriorarse de esta forma, y tiene un gusto desagradable difícil de enmascarar. Los alimentos rancios son tóxicos y deberían evitarse.
         La proteína de soja texturizada, un económico producto de relleno, se volvió popular en un momento como extendedor para las hamburguesas. Actualmente, se lo usa mucho en los alimentos procesados, a pesar de que contiene anti-nutrientes.
         Los aislados de proteína de la soja se usan en mezclas proteicas destinadas a alimentos bebibles que reemplazan las comidas. (14) Estos aislados de proteína se obtienen a través de un proceso que utiliza altas temperaturas, el cual desnaturaliza mucho la proteína. Así, dañada, la proteína tiene bajo valor nutricional. Tanto el de soja como otros aislados de proteína pueden causar un balance de calcio negativo en los seres humanos y en otros animales, y puede contribuir a causar osteoporosis. Los aislados de proteína de soja tienen niveles altos de fitatos que bloquean la absorción de minerales, fitoestrógenos que deprimen la tiroides, y potentes inhibidores enzimáticos.(15) Además, según ciertos informes, los altos niveles de calor utilizados en su procesamiento aumentan las probabilidades de que se formen compuestos cancerígenos.(16,17)
         La "leche" de soja se usa como reemplazo de la leche de vaca, y se la promociona para la población en general. (18) También se la utiliza como sustituto de la leche de vaca en las fórmulas para bebés alérgicos a la leche de vaca. La leche de soja no es equivalente a la leche humana (ni a la de vacas, cabras, u ovejas). La leche de soja tiene varias características negativas como alimento para bebés o niños.(19) Puede tener efectos negativos en el desarrollo hormonal de los niños.(20, 21, 22) Carece de colesterol, una sustancia escencial para el adecuado desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central de los niños. Un estudio sobre niños alimentados con fórmula a base de soja mostró concentraciones de compuestos estrogénicos 22.000 mayores que los de la leche materna o de la fórmula a base de leche de vaca. Este increíble hallazgo llevó a que se especule en el New Zealand Medical Journal que tal exceso de estrógeno en los niños podría causar un desarrollo prematuro de los pechos y de características sexuales secundarias en niñas muy jóvenes. Adicionalmente, causó preocupación de que tal exceso pueda impedir que los órganos masculinos se desarrollen normalmente en la pubertad. (23,24)

         Es posible que el aceite de soja sea parcialmente hidrogenado. Este proceso resulta en la creación de ácidos grasos trans, malsanos, y presentes en los productos hechos con aceite de soja. Al día de hoy, la esencial información sobre los ácidos grasos trans no se incluye en la "Información Nutricional" de los envases de los productos alimenticios.
         El aceite de soja, al igual que otros productos de soja, puede también estar hecho con soja transgénica.
         A menudo, se dice que la soja es una proteína "completa" de origen vegetal. Aunque la soja puede tener un perfil nutricional mejor que el de otras plantas, sigue siendo baja en ciertos amino ácidos esenciales. Por lo tanto, es una fuente de proteínas incompleta y desequilibrada. Solamente cuando se la complementa con alguna fuente de proteína animal, se puede decir que es una proteína completa, con todos los amino ácidos esenciales presentes, y equilibrados.
         Actualmente, la soja es uno de las principales causas de alergia en la dieta norteamericana. Personas de todas las edades han desarrollado alergias a la soja, atribuibles a la proliferación de soja y de productos que la contienen. Dado que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, EE.UU.) aprobó la inclusión de un texto en los envases, que dice que la soja tiene beneficios para la salud (25), se espera que más de mil nuevos productos con soja inunden el mercado, además de los muchos ya existentes. Los bebés alimentados con leche de soja para evitar la alergia a la leche de vaca, desarrollan a menudo alergia a la soja. Debido a la agresiva promoción de la soja, y a su creciente inclusión en alimentos y bebidas, es probable que el número de personas alérgicas a la soja aumente, por el crónico consumo excesivo.
         Es difícil evitar la soja y sus derivados a menos que uno elija alimentos simples y naturales y evite los procesados. Incluso así, se consume soja indirectamente a través del alimento de los animales de granja y de los peces de criadero, a quienes se alimenta frecuentemente con derivados de soja.
         El texto de salud que se permite ahora en los envases se basa en el consumo de 25g de soja por día, y se supone que reduce el riesgo de sufrir enfermedad coronaria.(25) Tal exceso diario aumenta inevitablemente el riesgo de alergias a la soja. La FDA estableció que las dietas con cuatros porciones diarias de proteína de soja pueden reducir los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL). Cuatro porciones diarias de proteína de soja aumentan el riesgo de más alergias a la soja. Además, reemplazan proteínas de alta calidad sin anti-nutrientes con proteínas de baja calidad con anti-nutrientes. Por si esto fuera poco, esta recomendación reduce la base de alimentos entre los que elegir, negando el principio sensato que sugiere elegir la mayor variedad de alimentos posible.
         La aprobación por parte de la FDA del texto que dice que la proteína de soja reduce el riesgo de problemas cardíacos se hizo en respuesta al pedido de uno de los principales productores de soja. El lobby de la soja tiene un gran poder. Además, los fabricantes de alimentos y de bebidas favorecen el uso de soja porque es económica como relleno, extendedor y reemplazante en alimentos para las personas y como alimento para el ganado. Es una forma de reducir los costos que aumenta las ganancias.
         Teniendo en cuenta toda la evidencia en contra de la soja, ¿se justifica que se recomiende su consumo como beneficioso para la salud? Se han aprobado en el pasado textos de beneficios de salud de diversos productos (para ser incluídos en los envases) en base a evidencia muy selectiva. Un crítico, Tom Valentine, observó en True Health que "ningún otro producto alimenticio básico tiene tantos anti-nutrientes como la soja. Y por otro lado, ningún otro producto alimenticio tiene tantas firmas de relaciones púbilcas y lobistas trabajando a su favor".
         A pesar de la actual popularidad de la soja, está amenazada por un rival - la micoproteína. Proteínas de célula única, derivadas de bacterias ú hongos, constituyen un reemplazo económico de la carne. Las micoproteínas, aprobadas en muchos otros países, han sido analizadas por la FDA durante años. Ahora, la agencia parece lista para aprobar su uso como alimento humano y animal. Igual que la soja, se promueve la micoproteína por sus beneficios funcionales, nutritivos y químicos. Su inminente aprobación puede iniciar una nueva revolución alimentaria. Es realmente un nuevo producto alimentario y va a transferir la producción de alimentos de la tierra al laboratorio. Puede que la soja sea derribada.

         Referencias
         1 Rackis, J. J., " Biological and physiological factors in soybeans," Journal of the American Oil Chemists' Society, 51: 161A-170A, January 1974.
         2 Lepkovsky, S., "Antivitamins in Foods," Chapter 11 in Toxicants Occurring Naturally in Foods, Publication 1354: 98-104, National Academy of Sciences/National Research Council, Washington, DC, 1966.
         3 Tait, S., et al, "The availability of minerals in food, with particular reference to iron," Journal of Research in Society & Health, 103(2):74-7, April 1983.
         4 Sandstrom, B., et al, "Effects of protein level and protein source in zinc absorption in humans," Journal of Nutrition, 119: 48-53, January 1989.
         5 Liener, I. E., "Hemagglutinins in Foods," Chapter 6 in Toxicants Occurring Naturally in Foods, Publication 1354: 51-7, National Academy of Sciences/National Research Council, Washington, DC, 1966.
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         7 Divi, R. L., et al, "Anti-thyroid isoflavones from soybean," Biochemical Pharmacology, 54: 1087-96, November 15, 1997.
         8 Hilakivi-Clarke, L., et al, "Maternal genistein exposure mimics the effects of estrogen in mammary gland development in female mouse offspring," Oncology Report, 5(3): 609-16, May-June 1998.
         9 Hilakivi-Clarke, L., et al, "Maternal exposure to genistein during pregnancy increases carcinogenic-induced mammary tumorigenisis in female rat offspring," Oncology Report, 6:1089-95, September-October 1999.
         10 Matone, G., et al, "Effects of genistein on growth and development of the male mouse," Journal of Nutrition, 86: 235-40, 1956.
         11 Petrakis, N. L., et al, "Stimulatory influence of soy protein isolate on breast secretion in pre- and post-menopausal women," Cancer Epidemiology and Biological Previews, 5: 785-94, 1996.
         12 McGuinness, J., et al, "The effects of long-term feeding of soya flour on the rat pancreas," Scandinavian Journal of Gastroenterology, 15: 497-502, 1980.
         13 Murphy, P. A., "Phytoestrogen content of processed soybean foods," Food Technology, 36: 50-4, 1982.
         14 Torum, B., "Nutritional quality of soybean protein isolates studies in children of preschool age," Chapter in Soy Protein and Human Nutrition, Harold L. Wicke, et al, (eds.), Academic Press, New York, 1979.
         15 Stob, M., "Estrogens in Foods," Chapter 2 in Toxicants Occurring Naturally in Foods, Publication 1354: 18-23, National Academy of Sciences/National Research Council, Washington, DC, 1966.
         16 Constantinou, A., "Interaction between genistein and estrogen receptors may enhance mammary tumor growth," American Association for Cancer Research, April 2000, reported in "The Power of Soy," Guterman, L., Today's Chemist at Work (publication of the American Chemical Society), June 2000, page 47.
         17 Dees, C., et al, "Dietary estrogens stimulate human breast cells to enter the cell cycle," Environmental Health Perspectives, 105 (Supplement 3): 633-6, 1997.
         18 Wallace, G. M. "Studies on the processing and properties of soy milk," Journal of Science & Food Agriculture, 22: 526-35, October 1971.
         19 Fort, P., et al, "Breast and soy-formula feeding in early infants and the prevalence of autoimmune thyroid disease in children," Journal of the American College of Nutrition, 9:164-7, September 1990.
         20 Setchell, K. D. R., et al, "Exposure of infants to phyto-oestrogens from soy-based infant formula," Lancet, 350: 23-7, 1997.
         21 Setchell, K. D. R., et al, "Isoflavone content of infant formulas and the metabolic fate of these phytoestrogens in early life," American Journal of Clinical Nutrition, 68 (Supplement): 1453S-61S, 1998.
         22 Setchell, K. D. R., "Phytoestrogens: the biochemistry, physiology, and implications for human health of soy isoflavones," American Journal of Clinical Nutrition, 68 (Supplement): 1333S-46S, 1998.
         23 Irvine, C., et al, "The potential adverse effect of soybean phytoestrogens in infant feeding," New Zealand Medical Journal, 108: 318, May 24, 1995.
         24 James, V., "Comments on isoflavones in soy-based infant formulas," Journal of Agricultural Food Chemistry, 46: 3395, 1998; also, Fitzpatrick, M. G., "Comments," 3396-7.
         25 Food & Drug Administration, "Food labeling; health claims: soy protein and coronary heart disease," FDA 21CFR, Part 101; Docket No. 98P-0683, October 26, 1999
Artículo aparecido en NOHA NEWS, Vol. XXVI, No. 4, otoño 2001, página 3.

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         Beatrice Trum Hunter, es una de las mayores expertas en alimentos de los EE.UU., y miembro honorario de NOHA. Es la editora de alimentación del Consumers´ Research Magazine y autora de muchos libros sobre alimentación, incluídos Food Additivies and Federal Policy; The Mirage of Safety; The Great Nutrition Robbery; y el clásico Natural Foods Cookbook.
         Fuente: The downside of soybean consumption

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¿HORMONAS ALTERADAS?
SOJA: EL EXCESO TAMBIÉN DAÑA
Laura Bravo, Univision Online**

          Millones de estadounidenses han incorporado la soja a su dieta diaria para reemplazar las proteínas de la carne y como fórmula para prevenir males como la osteoporosis o el cáncer. Pero algunos estudios sugieren que su consumo diario puede producir alteraciones hormonales que afectan sobre todo a los más pequeños.

         Disminuye el desempeño sexual
         ¿Eres vegetariano y crees que el consumo diario de soja te salva de la falta de carne en tu dieta? ¿Crees que bebiendo leche de soja a diario completarás tus necesidades de calcio y proteína? ¿Estás entre el 25 por ciento de mamás estadounidenses que dan leche de soja a sus bebés creyendo que los están alimentando con ingredientes naturales y fortificantes? ¿Compras en el supermercado productos que contengan isoflavonas para mejorar tu rendimiento y prevenir "achaques" de la edad como la osteoporosis? Pues si estás en alguno de estos grupos, es hora de que prestes atención a los últimos estudios científicos sobre la soja.
         Este vegetal, que hizo furor en los ‘90 y que hoy está instalado como el paradigma de la dieta sana, puede traer aparejados efectos secundarios difíciles de imaginar.
         Para empezar, el consumo diario de soja tiene un efecto directo sobre la producción de testosterona, la hormona responsable de la libido en hombres y en mujeres. A mayor consumo de soja, menor producción de testosterona. Esto, que puede ser secundario en un adulto al que no le interese su desempeño sexual, es determinante en el desarrollo de los órganos reproductores de los más pequeños.
         "La soja no es una comida milagrosa, ni es la respuesta al hambre del mundo, no es una panacea y no es un alimento seguro", afirma la médico Kaayla T. Daniel, doctora en nutrición y autora del libro "The whole soy story " ("La historia completa de la soja"), en el que se desmitifican uno a uno los beneficios de un alimento que la ciencia aún no termina de conocer. Daniel, que en su trabajo cita casos de animales cuya salud reproductiva se ha visto seriamente afectada por la soja, asegura que esta proteína tiene los mismos efectos nefastos sobre el ser humano.
         "La soja es estrogénica, por lo tanto los hombres, especialmente los niños, no deberían consumir grandes dosis", asegura el doctor en medicina Fred Pescatore. ¿Qué hay de los estudios y los comerciales que nos dicen que la soja todo lo cura? Estos estudios, explica Pescatore, han sido realizados en dietas en las que se consume soja fermentada. Los consumidores, sobre todo los vegetarianos, comemos la proteína aislada –no fermentada-, lo que la convierte en una especie de veneno si se toma demasiado seguido.
         Aunque no existan conclusiones determinantes que culpen a la soja del aumento en la infertilidad, es conveniente no exponer a los más pequeños a los posibles efectos nocivos que traen aparejadas las dosis diarias de esta proteína.
         Según un estudio publicado por las doctoras Sally Fallon y Mary Enig, un bebé alimentado exclusivamente con leche de soja recibe una dosis de estrógeno equivalente a cinco píldoras anticonceptivas diarias.
         "Un cuarto de los padres de los Estados Unidos usan leche de soja para reemplazar a la de vaca y a la leche materna en la dieta de los más pequeños", señala el doctor Richard Sharpe, especialista en reproducción humana. Sharpe asegura que los bebés alimentados con esta leche vegetal engordan normalmente, pero pueden estar expuestos a niveles de progesterona demasiado altos. Esto es así porque los granos de soja contienen altos niveles de isoflavona, un producto vegetal que imita las propiedades de la hormona femenina.
         "Los bebés varones experimentan una "oleada de testosterona" durante los primeros meses de vida, cuando los niveles de testosterona pueden llegar a ser tan altos como los de un varón adulto. Durante este período, el bebé es programado para expresar características masculinas después de la pubertad, no sólo en el desarrollo de sus órganos sexuales y otros rasgos físicos masculinos, sino también en el establecimiento de patrones cerebrales característicos de la conducta masculina", explican Fallon y Enig.
         Las autoras del estudio "Por qué debe evitarse la soja" recuerdan que fue en la década de 1970 cuando los occidentales comenzamos a consumir productos fabricados con soja, y aseguran que esto puede relacionarse con las discapacidades que muestran los niños para el aprendizaje.
         En las niñas, los posibles efectos son igual de alarmantes: según un reporte de la revista Pediatric, las mujeres están desarrollando senos y bello púbico antes de lo normal. Para las doctoras, esto está íntimamente ligado al aumento en el consumo de los estrógenos contenidos en el tubérculo oriental. "En el estudio sobre el desarrollo prematuro de los senos, llevado a cabo en 1986 en Puerto Rico, la más significativa asociación dietaria con el desarrollo prematuro sexual no fueron los pollos - como informó la prensa - sino las preparaciones de biberones a base de soja", aseguran las especialistas.
         "Cientos de estudios epidemiológicos, clínicos y de laboratorio relacionan la soja con malnutrición, desórdenes digestivos, disfunción de tiroides, infertilidad y debilitamiento del sistema inmunológico", asegura la doctora Kaayla Daniel. En su libro, Daniel recuerda que en los setenta, la Organización Mundial de la Salud destinó 5 millones de dólares a estudiar los efectos anticonceptivos de la soja, el lino y la alfalfa.
         "Los investigadores se dieron cuenta de que algunas tribus usaban la soja como ingrediente para control de natalidad. No aplicaron este método natural para reemplazar a los métodos que conocemos simplemente porque tiene los mismo efectos secundarios que la píldora", afirma.
         Según Daniel, el fitoestrógeno de la soja afecta a la fertilidad y el desempeño sexual de los hombres. "En 1992, investigadores daneses reportaron que la calidad del esperma había bajado en un 50 por ciento entre 1939 y 1990. Las causas más probables son los desechos químicos en el ambiente y la presencia de fitoestrógenos de la soja en alimentos que no necesariamente son de soja, que ni siquiera sabemos que están hechos en base a esta legumbre", recuerda la autora.
         Para ilustrar su tesis, Daniel explora en el mundo animal. Uno de los ejemplos citados por la doctora en nutrición es el de los pandas del Zoo Nacional, en Washington. Los osos no muestran demasiado interés por reproducirse, al punto que especialistas de China recomiendan proyectarles videos XX que les muestren cómo hacerlo.
         "Es tiempo de mirar cuál es la dieta del panda. En un artículo del Washington Post, los cuidadores del panda dicen que estos osos tienen una dieta rica en bizcochos de soja. Sin dudas, las isoflavonas son las que han causado infertilidad, falta de libido, ansiedad, aislamiento social y otros desórdenes de conducta en estos animales", opina Daniel.
         En su estudio, las doctoras Sally Fallon y Mary Enig narran el caso de las aves de Whangerai, de Nueva Zelanda, cuyo plumaje se colorea cuando alcanzan la madurez, entre los 9 y los 24 meses. Un criadero empezó a alimentarlas con alpiste a base de soja y el plumaje de las aves se coloreó a los pocos meses. Aunque en fabricante dijo que esta maduración temprana era una ventaja de su alpiste, en los años subsiguientes se vio que junto con el crecimiento precoz las aves experimentaban una disminución en la fertilidad.
         Sallon y Ening recuerdan que los monos que tienen deficiencia en la hormona masculina no desarrollan de forma apropiada su percepción espacial, su capacidad de aprender y de agudizar su vista.
         Aunque especialistas en alimentación como Nan Andrews Amish aseguren que una baja en la testosterona no necesariamente es mala –sobre todo en los varones agresivos- y aún existan férreos defensores de la dieta de la soja, es bueno tomar algunas precauciones y consumirla en bajas dosis, ya que aún la medicina no termina de conocer los alcances de esta proteina, que además suele estar modificada genéticamente en un 70 por ciento. Hasta con los brotes de soja los excesos son malos.

           NUEVAS INVESTIGACIONES CONFIRMAN LAS RAZONES PARA EVITAR EL CONSUMO DE SOJA. Por Sally Fallon y MarG. Enig, Ph.D.
                  Traducción de Mónica Gómez Santos

         Sally Fallon es investigadora de nutrición, periodista, autora de 'Nourishing Traditions', coautora de 'Eat Fat, Lose Fat' ('Come grasa para perder grasa') y Presidente de la Fundación Weston A. Price (www.WestonAPrice.org)

         Cada año, la investigación sobre la soja y sus beneficios para la salud parece incrementarse exponencialmente. Y lo que es más, la investigación se está expandiendo más allá de áreas primordiales como el cáncer, enfermedades coronarias y osteoporosis; nuevos descubrimientos sugieren que la soja tiene efectos beneficiosos que pueden extenderse mucho más de lo que se pensó inicialmente.
         Las anteriores declaraciones fueron hechas por Mark Messina, PhD, Presidente del Tercer Simposio Internacional sobre la Soja, que tuvo lugar en Washington, DC, en noviembre de 1999. Durante cuatro días, científicos de renombre se reunieron en Washington junto a una prensa expectante y a sus patrocinadores ? el Comité de la Soja Unida, la Asociación Americana de la Soja, Monsanto, Protein Technologies International, Soja Central, Cargill Foods, la compañía Personal Product, SoyLife, Whitehall-Robins Healthcare y los concejos de la soja de los estados de Illinois, Indiana, Kentucky, Michigan, Minnesota, Nebraska, Ohio y Sur Dakota.
         El simposio marcó el apogeo de una década de larga campaña publicitaria para ganar la aceptación del tofu, la leche de soja, el helado de soja, el queso de soja, la salchicha de soja y los derivados de soja por parte del consumidor, particularmente las isoflavonas de soja genisteína y diadzen, los compuestos similares a los estrógenos que se encuentra en la soja. Coincidió con una decisión de la Administración para los Alimentos y los Medicamentos (FDA) anunciada el 25 de octubre de 1999 para permitir un reclamo de salud en los productos "bajos en grasas saturadas y colesterol" con un contenido de 6,25 gramos de proteína de soja por ración. Cereales de desayuno, alimentos horneados, comidas precocinadas, batidos y substitutos de carne podían ser comercializados con etiquetas que alababan sus efectos benéficos para la salud arterial, siempre que esos productos contuvieran una cucharadita colmada de proteína de soja por cada 100 gramos.

         Marketing para la comida perfecta
         “Imagina que se pudiera cultivar la comida perfecta. Esta comida no sólo nutriría a un precio asequible, sino que también sería deliciosa y fácil de preparar de diferentes maneras. Sería una comida saludable sin grasa saturada. De hecho, constituiría una fuente de juventud virtual a los 40”. El texto pertenece a un artículo de Dean Houghton para “The Furrow”, una revista que publica en 12 idiomas John Deere. “Esta comida ideal evitaría, e incluso quizás curaría, algunas de las enfermedades más temidas. Se podía cultivar está cosecha milagrosa en una gran variedad de suelos y climas. Su cultivo enriquecería, no mermaría, la tierra. Esta comida milagrosa ya existe. Se llama soja”.
         Simplemente imagina. Los granjeros han estado imaginando y plantando más soja. Lo que fuera una vez un cultivo minoritario, que aparecía en 1913 en las listas del Departamento de Agricultura no como un alimento, sino como un producto industrial, ahora cubre 72 millones de acres de suelo americano cultivable. La mayoría de esta cosecha se usará para alimentar a pollos, pavos, cerdos, vacas y salmón. Otra cantidad importante se empleará para producir aceite para margarina y aliños de ensalada.
         Los avances en la tecnología hacen posible producir concentrado de proteína de soja a partir de lo que una vez se consideraban productos de desecho - los pedacitos desgrasados de soja de alto contenido en proteínas.-, y transformar una sustancia de un aspecto y olor terribles en productos que puedan ser consumidos por los seres humanos. Aromas, conservantes, edulcorantes, emulsificantes e ingredientes sintéticos, han convertido al concentrado de proteína de soja, el patito feo de las comidas procesadas en la Cenicienta de la nueva era.
         La nueva comida de cuento de hadas ha recibido publicidad no tanto por su belleza como por sus virtudes. Al principio, los productos basados en concentrados de proteína de soja se vendieron como substitutos de comida -una estrategia que no logró producir una gran demanda en los consumidores. Entonces la industria cambió su enfoque. “La forma más rápida para que las personas de menor nivel económico acepten un producto”, dijo un portavoz de la industria, “es hacer que el producto sea consumido por la sociedad de más nivel económico”. Por tanto, ahora se vende la soja al consumidor de alto poder adquisitivo, no como una comida barata de pobres sino como una sustancia milagrosa que previene las enfermedades coronarias y el cáncer, elimina los sofocos en la menopausia, fortalece los huesos, y nos mantiene siempre jóvenes. La competencia –carne, leche, queso, mantequilla y huevos- ha sido debidamente demonizada por los cuerpos gubernamentales. La soja sirve de carne y leche a una nueva generación de puristas vegetarianos.
         El marketing cuesta dinero, especialmente cuando se necesita un apoyo de la investigación, pero no resulta un problema si hay muchos fondos disponibles. Se estima que todos los productores de soja pagan una cantidad obligatoria, que se corresponde con una cantidad variable que va de la mitad al uno por ciento del precio neto de la soja en el mercado, para el programa de la “Soja Unida” (unos 80 millones de dólares anuales), cuyo objetivo es fortalecer la posición de la soja en el mercado, así como mantener y expandir mercados nacionales e internacionales para el uso de la soja y sus productos derivados. Los consejos de soja de los estados de Maryland, Nebraska, Delaware, Arkansas, Virginia, North Dakota y Michigan contribuyen con otros 2,5 millones de dólares para ”investigación”. Compañías privadas como Archer Daniels Midland también contribuyen con su aportación. ADM invirtió 4,7 millones de dólares en publicidad en “Meet the Press” y 4,3 millones en “Face the nation“ durante un año.
         Las compañías de relaciones públicas se encargan de transformar los proyectos de investigación en artículos de periódico y en copias de publicidad, así como en firmas de los lobbies para conseguir regulaciones gubernamentales favorables. Los fondos monetarios internacionales ayudan al establecimiento de plantas procesadoras de soja en países extranjeros, a la vez que políticas de libre mercado permiten que la soja fluya en abundancia a los destinos de ultramar.
         El empuje para introducir más soja ha sido implacable y su alcance ha sido global. La proteína de soja se encuentra ahora en la mayoría de los panes de los supermercados. Se usa para transformar la humilde tortilla (la comida mexicana a base de maíz) en una súper tortilla enriquecida con proteínas que proporcionaría un suplemento alimenticio a los casi 20 millones de mexicanos que viven en extrema pobreza. Un anunció de pan de molde enriquecido con soja de Allied Bakeries en Gran Bretaña tiene como objetivo a las mujeres menopáusicas que buscan un alivio a los sofocos. Las ventas rondan el cuarto de millón de unidades por semana.
         La industria de la soja ha contratado a Norman Robert Associates, una firma de relaciones públicas para introducir más productos de soja en los menús escolares. La USDA accedió invalidar el 30% de límite existente para los productos de soja de los menús escolares. El programa NuMenu permitirá un uso ilimitado de soja en las comidas de los estudiantes. Con la soja que se añade a hamburguesas, tacos y lasaña, los dietistas pueden rebajar el contenido de grasa al 30% de las calorías, sin contravenir los dictados gubernamentales. “Con los alimentos enriquecidos con soja los estudiantes están recibiendo mejores raciones de nutrientes y menos colesterol y grasa”.
         La leche de soja ha proporcionado las ganancias más importantes, aumentando en USA de 2 millones de dólares en 1980 a 300 millones el año pasado. Recientes avances en el procesado han transformado la bebida asiática gris, amarga y con sabor a haba en un producto que los consumidores occidentales aceptan; uno que sabe como un batido, pero sin el sentimiento de culpa.
         Milagros en el procesado, buen empaquetamiento, publicidad masiva y una estrategia de marketing que enfatiza los posibles beneficios para la salud contribuyen al incremento de ventas en grupos de todas las edades. Por ejemplo, informes que sostienen que la soja previene el cáncer de próstata han hecho que los hombres de mediana edad acepten la soja. “No tienes que forzar a un hombre de 55 a 60 años para conseguir que pruebe la leche de soja”, dice Mark Messina. Michael Milken, antiguo financiero de bonos basura, ha ayudado a la industria a despojarse de su imagen de hippy con bien publicitados esfuerzos para conseguir un consumo diario de 40 gramos de proteína de soja.
         Hoy América, mañana el mundo. Las ventas de leche de soja están incrementándose en Canadá, aunque cuesta el doble que la leche de vaca. Plantas para el procesado de la soja están surgiendo en lugares como Kenia. Incluso en China, donde la soja realmente es una comida para pobres, y cuyas gentes quieren más carne, no tofu, ha optado por construir fábricas de soja al estilo occidental en lugar de desarrollar pastos para animales.

         La cara obscura de Cenicienta
         La propaganda que ha generado las increíbles ventas de soja es tanto más notable cuanto que sólo hace unas décadas la soja no se consideraba adecuada para comer -incluso en Asia. Durante la dinastía Chou (1134-246 A.C.) se consideraba a la soja uno de los cinco cereales sagrados, junto con la avena, el trigo, el mijo y el arroz. Sin embargo, el pictograma de la soja, que data de tiempos más recientes, indica que no fue usada en un primer momento como alimento, ya que, mientras que los pictogramas encontrados de los otros cuatro cereales muestran la semilla y la estructura del tallo de la planta, los de la soja se centran en la estructura de la raíz. La literatura agrícola de dicho periodo habla frecuentemente de la soja y de su uso en la rotación de cultivos. Aparentemente la soja fue usada inicialmente como un método para fijar el nitrógeno en la tierra.
         La soja no se empleó como alimento hasta que se descubrieron las técnicas de fermentación en algún momento de la dinastía Chou. Las primeras comidas de soja fueron productos fermentados como el tempeh, el natto, el miso y la salsa de soja. En una fecha posterior, posiblemente en el siglo II AC, los científicos chinos descubrieron que un puré de soja cocinada se podía precipitar con sulfato cálcico o sulfato de magnesio (sales de Epsom) para hacer una especie de pálida cuajada (tofu). El uso de productos de soja fermentados y precipitados se extendió rápidamente a otras partes de Oriente, principalmente a Japón e Indonesia.
         Los chinos no comían productos no fermentados de soja, como hacían con otras legumbres como las lentejas porque la soja contiene grandes cantidades de toxinas naturales o anti nutrientes. Los principales lo constituyen potentes inhibidores de la acción de las enzimas que bloquean la tripsina y otras enzimas necesarias para la digestión de las proteínas.
         Esos inhibidores son proteínas grandes y compactas que no se desactivan al cocinarlas. Pueden producir graves desórdenes gástricos, digestión incompleta de las proteínas e insuficiencia crónica en la absorción de aminoácidos. En animales de laboratorio, dietas altas en inhibidores de tripsina causan agrandamiento del páncreas y otras condiciones patológicas, incluyendo cáncer.
         La soja también contiene haemaglutina, una sustancia coaguladora que hace que los glóbulos rojos se junten. Tanto los inhibidores de tripsina como los de haemaglutina son inhibidores del crecimiento. Ratas destetadas alimentadas con soja que contenía dichos nutrientes no conseguían crecer normalmente. Los componentes que inhiben el crecimiento se desactivan durante el proceso de fermentación, por lo tanto una vez que los chinos descubrieron cómo fermentar la soja, comenzaron a incorporar comidas elaboradas a partir de la misma en sus dietas.
         En productos precipitados, los inhibidores de enzimas se concentran más en la parte líquida que en la sólida (cuajada). Por tanto, en el tofu los inhibidores del crecimiento se reducen en cantidad, pero no se eliminan completamente.
         La soja también contiene substancias que provocan bocio al afectar a la función de las tiroides.
         Adicionalmente, un gran porcentaje de soja está genéticamente modificado (99%), y también presenta uno de los niveles más altos de contaminación por pesticidas de entre todos los alimentos.
         La soja tiene un alto contenido de ácido fítico, contenido en el salvado y las cáscaras de las semillas. Esta sustancia puede bloquear la absorción de minerales esenciales como el calcio, magnesio, cobre, hierro y especialmente cinc en el tracto intestinal.
         Aunque no es una palabra corriente, el ácido fítico ha sido extensamente estudiado; existen literalmente cientos de artículos sobre los efectos del ácido fítico en la literatura científica. En general, los científicos están de acuerdo que las dietas basadas en cereales y legumbres de alto contenido en fitatos contribuyen a las deficiencias de minerales tan extendidas en los países del tercer mundo.
         Los análisis muestran que calcio, magnesio, hierro y cinc están presentes en los vegetales que se ingieren en dichas áreas, pero el alto contenido en fitatos de la soja y otros cereales previene su absorción. La soja tiene uno de los niveles más altos de fitatos de todos los cereales y legumbres que se han estudiado, además, los fitatos de la soja son altamente resistentes a las técnicas normales de reducción de fitatos, como métodos de cocción lentos a baja temperatura. Sólo un largo periodo de fermentación reduce significativamente el contenido de fitatos de la soja. Cuando productos como el tofu se consumen con carne, los efectos del bloqueo de minerales de los fitatos se reducen. Los japoneses tradicionalmente añaden una pequeña cantidad de tofu o miso a un caldo de pescado rico en minerales, al que acompañan con una porción de carne o pescado.
         Los vegetarianos que consumen tofu como substituto de la carne y de los productos lácteos se arriesgan a sufrir graves deficiencias en minerales. Los resultados de la deficiencia de calcio, magnesio y hierro son bien conocidos, sin embargo, los del cinc no lo son tanto. Al cinc se le conoce como el mineral inteligente porque se necesita para un óptimo desarrollo y funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso. Juega un papel en la síntesis de proteínas y en la formación del colágeno. Está implicado en el control de los niveles de azúcar en sangre, y por tanto, protege contra la diabetes. También es imprescindible para un buen funcionamiento del sistema reproductor.
         El cinc es un componente clave de numerosas encimas e interviene en el sistema inmunológico. Los fitatos presentes en la soja interfieren con la absorción de cinc más que con otros minerales. Las deficiencias de cinc pueden provocar una sensación de elevación o de "flotar" que algunos vegetarianos pueden confundir con un estado de iluminación espiritual.
         Se cree que la segunda generación de japoneses nacidos en América son más altos que sus ancestros nativos debido a la ingesta de leche. Algunos investigadores postulan que el reducido contenido en fitatos de la dieta americana -cualquiera que sean sus otras deficiencias- es la verdadera explicación, señalando que tanto niños asiáticos como americanos que no comen la cantidad necesaria de carne y pescado para contrarrestar los efectos de una dieta alta en fitatos, frecuentemente sufren de raquitismo, miembros atrofiados y, en general, problemas de crecimiento.

         El concentrado de proteína de soja: no tan saludable como lo pintan.
         Los fabricantes de soja han intentado por todos los medios eliminar estos anti nutrientes del producto final, particularmente en el concentrado de proteína de soja, ingrediente primordial de la mayoría de los alimentos que imitan a la carne y a los productos lácteos, incluyendo alimento para bebés y algunas marcas de leche de soja. El concentrado de proteína de soja no es algo que uno pueda elaborar en la cocina. La producción se desarrolla en fábricas donde las habas de soja prensadas se mezclan en un primer momento con una solución alcalina para remover la fibra, luego se precipitan y se separan mediante un lavado ácido, para finalmente neutralizarse en una solución alcalina. El lavado ácido en tanques de aluminio emite grandes cantidades de aluminio que se acumulan en el producto final. La especie de cuajada resultante se seca a altas temperaturas para producir un concentrado en polvo con un alto concentrado en proteínas. Finalmente, se somete a las originales habas de soja a una última indignidad a base de altas temperaturas y a altas presiones para producir, a partir del concentrado de proteínas de soja, proteína vegetal texturizada.
         La mayoría del contenido inhibidor de tripsina se puede eliminar con la aplicación de altas temperaturas, pero no todo. El contenido inhibidor de tripsina del concentrado de proteína de soja puede variar mucho. Incluso alimentar ratas con niveles bajos de inhibidores de tripsina resulta en una pérdida de peso comparada con los niveles de control.
         Las altas temperaturas tienen desgraciadamente el efecto secundario de desnaturalizar tanto las proteínas de la soja que las vuelve completamente inservibles. Por eso, los animales alimentados con soja necesitan suplementos de lisina (aminoácido) para su crecimiento normal.
         Durante el secado se forman nitritos, potentes substancias cancerígenas, así como una toxina llamada lisinoalanina que se forma durante el procesado alcalino. Numerosos aromas artificiales, particularmente MSG, se añaden al concentrado de proteína de soja y a la soja texturizada para enmascarar el fuerte sabor a haba y para emular el sabor a carne.
         En experimentos dietéticos se ha comprobado que el uso de concentrado de proteína de soja incrementa en el organismo las necesidades de vitaminas E, K, D y B12, creando también deficiencias de calcio, magnesio, manganeso, molibdeno, cobre, hierro y cinc. El ácido fítico que permanece en los derivados de la soja inhibe de forma importante la absorción de cinc y de hierro. Los animales de laboratorio alimentados con concentrado de proteína de soja desarrollan órganos más grandes, especialmente el páncreas y la glándula tiroides, e incrementan los depósitos de ácidos grasos en el hígado.
         Sin embargo, los concentrados de proteína de soja y soja texturizada son ampliamente usados en los colegios, en la bollería industrial, en las bebidas dietéticas (light) y en los establecimientos de fast food. Se han promovido ampliamente en países del tercer mundo, constituyendo la base de la comida entregada en los programas de ayuda.
         A pesar de los resultados adversos obtenidos en experimentos con animales, la industria de la soja ha promocionado numerosos estudios designados para demostrar que los productos de proteína de soja son aceptables en las dietas humanas como substituto de las comidas tradicionales.
         Un ejemplo lo tenemos en el estudio "Calidad nutricional de los concentrados de proteína de soja: estudios en niños en edad preescolar", patrocinado por la compañía Ralston Purina. En dicho estudio se aisló un grupo de niños centroamericanos que sufrían de desnutrición y se mejoró su salud alimentándolos con productos nativos, incluyendo carne y productos lácteos. Luego, durante un periodo de dos semanas, se sustituyeron dichas comidas tradicionales por una bebida a base de concentrado de proteína de soja y azúcar.
         Todo el nitrógeno ingerido y excretado se medía de forma muy estricta: los niños eran pesados cada mañana, y todos los excrementos y vómitos se analizaban. Los investigadores encontraron que los niños retenían nitrógeno y que su crecimiento era adecuado, por lo que el experimento fue declarado un éxito.
         Si realmente los niños estaban sanos siguiendo dicha dieta, o permanecerían sanos durante un largo período, es otra cuestión. Los investigadores observaron que los niños vomitaban ocasionalmente, normalmente después de acabar una comida; que aproximadamente la mitad pasaban por periodos de moderada diarrea; que algunos tenían infecciones de las vías respiratorias, mientras que otros sufrían de erupciones y fiebre. Debemos reseñar que los investigadores se atrevieron a utilizar productos de soja para ayudar a que los niños se recuperarán de la malnutrición, viéndose obligados a suplementar la mezcla de soja y azúcar con nutrientes casi ausentes en los productos de soja, especialmente, vitamina A, D y B12, hierro, yodo y cinc.

         Se pone en duda un reclamo publicitario aprobado por la FDA
         Sin duda, la mejor estrategia de marketing para un producto que es intrínsicamente malo para la salud es un reclamo publicitario sobre los beneficios que aporta a la salud.
         "El camino para conseguir la aprobación de la FDA", escribe un defensor de la soja, "fue largo y exigente, consistiendo en una revisión detallada de de datos clínicos humanos recogidos en más de 40 estudios científicos realizados durante los últimos 20 años. Se concluyó que la proteína de soja era una de esas comidas excepcionales sobre las que había suficiente evidencia no sólo para proponerlas como candidatas para un reclamo publicitario a la FDA, sino para pasar con éxito su riguroso proceso de aprobación".
         El camino "largo y exigente" para la eventual aprobación de la FDA tomó de hecho algunos giros inesperados. La petición original, remitida por la empresa Protein Technology Internacional, requirió un reclamo publicitario concerniente a las isoflavonas, compuestos con un comportamiento similar a los estrógenos y que son muy abundantes en la soja, basándose en la siguiente aseveración: "sólo la proteína de soja que ha sido procesada de una manera en la que las isoflavonas de soja se conservan resultan eficaces para rebajar el colesterol".
         En 1988, la FDA hizo una jugada sin precedentes al reescribir la petición de Technology Internacional, eliminando todas las referencias a los fitoestrógenos y substituyéndolos por proteína de soja. Una jugada que incumple las regulaciones de la FDA, la cual sólo está autorizada a regular substancias presentadas bajo petición.
         Este abrupto cambio de dirección se debía sin duda al hecho que muchos investigadores, incluyendo científicos empleados por el gobierno de USA, remitieron documentos que indicaban que las isoflavonas eran tóxicas.
         La FDA recibió también, a principios de 1988, el informe final del gobierno británico sobre los fitoestrógenos, que no lograron encontrar evidencia de sus beneficios y avisaban de sus potenciales efectos adversos.
         Incluso con el cambio a la proteína de soja, los burócratas de la FDA empleados en el "riguroso proceso de aprobación" se vieron forzados a afrontar con destreza las preocupaciones concernientes al bloqueo en la absorción de minerales, los efectos inhibidores de enzimas y de la glándula tiroides, los problemas endocrinos y reproductores, así como el aumento de reacciones alérgicas derivadas del consumo de soja. Dr. Dan Sheehan y Dr. Daniel Doerge, investigadores gubernamentales del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica, escribieron una de las cartas de protesta más enérgicas. Sus peticiones para que se incluyeran advertencias en las etiquetas de los productos de soja se consideraron injustificadas.
         "La suficiente evidencia científica" de la capacidad de la soja para reducir el colesterol deriva en su mayoría de un meta análisis realizado en 1995 meta-analysis por el Dr James Anderson, patrocinado por la empresa Protein Technologies International y publicado en la revista médica " the New England Journal of Medicine".
         Un meta análisis es una revisión y un resumen de los resultados de muchos estudios clínicos versados en la misma materia. El uso de meta análisis para llegar a conclusiones generales ha sido muy criticado por los miembros de la comunidad científica.

         "Los investigadores que substituyen estudios más rigurosos por análisis se arriesgan a asumir hechos falsos y suelen caen en trucos de contabilidad", dice Sir John Scott, presidente de la Real Sociedad de Nueva Zelanda.
         No olvidemos tampoco la tentación añadida en investigaciones fundadas por compañías como Protein Technologies International de omitir estudios que evitarían llegar a las conclusiones deseadas. El Dr Anderson descartó ocho estudios por razones variadas, dejando únicamente veintinueve.
         El informe publicado sugiere que los individuos con niveles de colesterol mayores de 250 mg/dl experimentarían una reducción "significativa" del 7 al 20 por ciento de los niveles de colesterol en el plasma sanguíneo si substituían la proteína animal por la de soja. En individuos con niveles inferiores a 250 mg/dl la reducción del colesterol era insignificante.
         En otras palabras. Para la mayoría de nosotros, comer una hamburguesa vegetal en lugar de un filete no reduciría los niveles de colesterol. El reclamo publicitario que la FDA aprobó "después de una revisión detallada de los datos clínicos sobre humanos" no informa al consumir de estos importantes detalles.
         La investigación que atribuye a la soja efectos positivos en los niveles de colesterol es "increíblemente inmadura", dice Ronald M. Krauss, MD, director del Programa de Investigación Médica Molecular y del laboratorio Nacional Lawrence.
         También podría haber añadido que los estudios en los que los niveles de colesterol se redujeron mediante la dieta o los medicamentos concluyeron en un mayor número de muertes en los grupos en los que se realizaron los estudios comparado con los grupos de control: muertes por infarto, cáncer, desórdenes intestinales, accidentes y suicidios.
         Las medidas que se han tomado en US para reducir los niveles de colesterol han creado una industria en torno a la reducción del colesterol de 60 billones de dólares, pero no nos han librado de los estragos de las enfermedades cardiacas.

         Soja y Cáncer
         Las nuevas normas de la FDA no permiten hacer reclamos publicitarios sobre la prevención del cáncer en los envases de comida, lo que no ha impedido que la industria difunda su literatura promocional.
         "Además de proteger el corazón", dice el folleto de una compañía de vitaminas, "la soja ha demostrado tener poderosas propiedades anti cancerígenas. Los japoneses, que comen 30 veces más soja que los norteamericanos, tienen una incidencia menor de cánceres de pecho, útero y próstata".
         Es cierto, pero los japoneses, y los asiáticos en general, tienen unos niveles más altos de otros tipos de cáncer, en concreto, cáncer de esófago, estómago, páncreas e hígado. Los asiáticos de todo el mundo presentan también altos niveles de cáncer de tiroides. La lógica que deduce un nexo de unión entre los bajos niveles de cánceres y el consumo de soja requiere también que se atribuya a la misma comida los altos niveles de cánceres de tiroides y del sistema digestivo, especialmente cuando la soja provoca estos tipos de cánceres en ratas de laboratorio.
         ¿Cuánta soja comen los asiáticos? Una encuesta de 1988 encontró que la cantidad diaria de proteína de soja consumida en Japón era de 8 gramos en los hombres y 7 para las mujeres -menos de dos cucharaditas. El famoso estudio Cornell China, encontró que el consumo de legumbres en China variaba de 0 a 58 gramos al día, con una media aproximada de 12. Si se asume que las dos terceras partes del consumo de legumbres corresponden a la soja, entonces el consumo máximo es cerca de 40 gramos, o menos de dos cucharaditas. Una encuesta de 1930 encontró que las comidas derivadas de la soja sólo suponían un 1,5 por ciento de las calorías de la dieta china, comparado con un 65 por ciento de calorías procedentes del cerdo (los asiáticos tradicionalmente cocinaban con la grasa del cerdo, no con aceites vegetales).
         Los tradicionales productos fermentados de soja constituyen un aliño delicioso y natural que aporta importantes factores nutritivos a la dieta asiática. Pero excepto en tiempos de hambre, los asiáticos sólo consumen productos de soja en pequeñas cantidades, como condimentos, y no como substitutos de comidas animales, con una única excepción: los monjes que viven en monasterios y llevan un estilo de vida vegetariano, debido a los efectos de la soja para aquietar la libido.
         Fue un meta-análisis de 1994 de Mark Messina, publicado la revista "Cáncer y Nutrición" el que avivó la polémica de las propiedades anti cancerígenas de la soja. Messina apuntó que de 26 estudios con animales, el 65 por ciento encontraron efectos protectores en la soja. Convenientemente pasó por alto incluir al menos un estudio en el que la soja provocaba cáncer de páncreas - el estudio de 1985 de Rackis. En los estudios humanos que citaba, los resultados estaban mezclados. Unos pocos mostraban algunos efectos protectores, pero la mayoría no mostraban ninguna correlación entre el consumo de soja y las tasas de cáncer. Concluyó que "los datos de este estudio no pueden ser usados como base para afirmar que un incremento del consumo de soja reduce los riesgos de padecer cáncer". Sin embargo, en el libro que escribió posteriormente, "La soja y tu salud", Messina afirma justamente eso, recomendando una taza o 230 gramos de productos de soja al día como la cántidad óptima para prevenir el cáncer.
         Miles de mujer están consumiendo ahora soja creyendo que las proteje del cáncer de pecho. Sin embargo, en 1996 los investigadores encontraron que las mujeres que consumían concentrado de proteína de soja tenían una elevada incidencia de hiperplasia epitelial, una enfermedad que muchas veces desencadena en cáncer. Un año después, se observó que la ingesta diaria de genisteina estimulaba las células del pecho a entrar en el ciclo de las células - un descubrimiento que condujo a los autores del estudio a concluir que las mujeres no deberían consumir productos de soja para prevenir el cáncer de pecho.

         Fitoestrógenos: ¿Panacea o Veneno?
         Las especies macho de pájaros tropicales tienen al nacer el mismo plumaje deslustrado de las hembras, pero al alcanzar la madurez entre los 9 y los 24 meses su plumaje adquiere un brillante colorido.
         En 1991, Richard y Valerie James, criadores de pájaros en Whangerai, Nueva Zelanda, compraron una nueva clase de alimento de pájaros, derivado de la proteína de soja, con el resultado de que sus pájaros adquirieron color en sus plumas en unos pocos meses. De hecho, un fabricante de comida para pájaros aseguró que ese rápido desarrollo era una ventaja añadida de la comida. Un anuncio de 1992 para el alimento de la marca Roudybush muestra la foto de un loro macho australiano, que normalmente adquiere un bello plumaje rojo entre los 18 y los 24 meses, ya brillantemente coloreado a las 11 semanas de vida.
         Desafortunadamente, en años venideros, hubo una reducción en la fertilidad de los pájaros, con maduración precoz, crías atrofiadas, deformes o neonatas y muertes prematuras, especialmente entre las hembras, con el resultado de que la población total en los aviarios se vio gradualmente reducida. Los pájaros presentaban deformidades en el pico y en los huesos, bocio, desórdenes del sistema inmunológico y comportamiento agresivo y patológico. La autopsia reveló que los órganos digestivos estaban en estado de desintegración. La lista de estos problemas se corresponde con muchos de los problemas que tuvieron sus dos hijos, que fueron alimentados con substitutos de leche materna derivados de la soja.
         Sorprendidos, horrorizados y enfadados, los Jameses contrataron al toxicólogo Mike Fitzpatrick. PhD, para que investigara más. Al revisar los trabajos del doctor Fitzpatrick descubrieron evidencia de que el consumo de soja se relacionaba con numerosos desórdenes, incluyendo infertilidad, aumento del riesgo de cáncer y leucemia infantil, y, en estudios que databan de los años cincuenta, que la genisteína de la soja causa alteraciones en las funciones endocrinas en animales. El doctor Fitzpatrick también analizó la comida de los pájaros y encontró que contenía altos niveles de fitoestrógenos, especialmente genisteína. Cuando los Jamases dejaron de usar alimento con soja, los pájaros volvieron poco a poco a su comportamiento y hábitos reproductivos normales.
         Los Jamases se embarcaron en una cruzada privada para advertir al público y a los oficiales del gobierno sobre las toxinas en la comida de soja, particularmente sobre las isoflavonas, genisteína y diazen. Protein Technology International recibió su material en 1994.
         En 1991, investigadores japoneses proclamaron que el consumo de una cantidad tan pequeña como 30 gramos, o 2 cucharadas de soja, por día durante un único mes conduce a un incremento significativo en la hormona TSH. Bocio difuso e hipotiroidismo aparecieron en algunos de los sujetos del estudio, y muchos se quejaron de estreñimiento, fatiga y letargia, incluso cuando su ingesta de yodo era la adecuada. En 1997, investigadores del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica de la FDA hicieron el embarazoso descubrimiento de que las substancias que provocaban el bocio eran las propias isoflavonas.
         25 gramos de concentrado de proteína de soja, la cantidad mínima que Protein Technology International declara con efectos para bajar el colesterol, contienen de 50 a 70 gramos de isoflavonas. Sólo 45 mg de isoflavonas en mujeres premenopáusicas conlleva efectos biológicos significativos, incluyendo una reducción en la producción de las hormonas que se necesitan para un adecuado funcionamiento de la tiroides. Estos efectos no desaparecían hasta 3 meses después de interrumpido el consumo de soja.
         Cien gramos de proteína de soja -el máximo nivel sugerido para reducir el nivel de colesterol, y la cantidad recomendada Protein Technologies International - puede contener casi 600 mg de isoflavonas, una cantidad innegablemente tóxica. En 1992, el servicio suizo de salud estimó que 100 gramos de proteína de soja era el equivalente en estrógenos a la píldora.
         Estudios in vitro sugieren que las isoflavonas inhiben la síntesis del estradiol y de otras hormonas esteroides. Se han observado problemas reproductivos, infertilidad, problemas de tiroides y de hígado debido a la ingesta de isoflavonas en varias especies de animales, incluyendo ratones, guepardos, codornices, cerdos, ratas, esturión y ovejas.
         De las isoflavonas de la soja se dice que tienen un efecto beneficioso en los síntomas de la menopausia, incluyendo sofocos, y protegen además de la osteoporosis. Cuantificar las molestias producidas por los sofocos es extremadamente subjetivo, y la mayoría de los estudios demuestran que los sujetos de control experimentan una disminución de las molestias en una proporción igual a los sujetos que ingieren soja. La aseveración de que la soja previene la osteoporosis es extraordinaria, dado que la soja bloquea la absorción de calcio y causa deficiencias de vitamina D. Si los asiáticos tienen de hecho niveles más bajos de osteoporosis que los occidentales es porque su dieta es rica en vitamina D procedente de las gambas, el tocino y los mariscos, así como del abundante calcio contenido en los caldos hechos con huesos. La razón de que los occidentales tengan una tasa tan alta de osteoporosis se debe a que han substituido la mantequilla por el aceite de soja, que constituía una fuente tradicional de vitamina D, y de otros activadores de las grasas solubles, necesarias para la absorción del calcio.

         Píldoras de control de la natalidad para los bebés
         Eran las isoflavonas del sustituto de leche materna lo que preocupaba más a los Jamases. En 1988 los investigadores reportaron que la cantidad de exposición diaria de los bebés a la isoflavona de soja es de 6 a 11 veces mayor en relación a su peso que la dosis que tiene efectos hormonales en los adultos que consumen productos derivados de la soja. Las concentraciones en plasma de isoflavonas en los bebés alimentados con sustitutos de leche materna de soja era de 13.000 a 22.000 veces mayor que las concentraciones de estradiol en bebés alimentados con leche de vaca.
         Aproximadamente el 25 por ciento de los niños que no son amamantados en USA toman sustitutos a base de soja, un porcentaje mucho mayor que en otras partes del mundo. Fitzpatrick estima que un bebé alimentado exclusivamente con este tipo de sustituto de la leche recibe el equivalente en estrógenos (respecto a su peso corporal) de al menos 5 píldoras de control de natalidad al día. Al contrario, casi no se han detectado fitoestrógenos en los sustitutos de leche materna de leche o en la propia leche humana, incluso cuando la madre consume productos de soja.
         Los científicos han sabido durante años que los sustitutos de leche maternal basados en la soja pueden causar problemas de tiroides en los niños. Pero, ¿cuáles son los efectos de los productos de soja en el desarrollo hormonal de los niños en ambos sexos?
         Los niños experimentan una subida de la testosterona durante los primeros meses de vida, cuando sus niveles de testosterona son comparables a los de los adultos. Durante este periodo, el bebé programa los caracteres masculinos que desarrollará después de la pubertad, no sólo sus órganos sexuales y otros rasgos físicos masculinos, sino sentando también patrones en el cerebro característicos del comportamiento masculino. En los monos, la deficiencia de hormonas masculinas dificulta la percepción espacial (que en los humanos es normalmente más aguda en hombres que en mujeres), la capacidad de aprendizaje y la discriminación visual de las tareas (como se requeriría en la lectura).
         No hace falta decir que los futuros patrones de orientación sexual pueden verse también influenciados por una exposición temprana a hormonas. Los bebés del sexo masculino expuestos durante la gestación a diethylstilbestrol (DES), un estrógeno sintético que tiene efectos similares en los animales a los fitoestrógenos de la soja, tienen testículos más pequeños de lo normal al madurar.
         Dificultades en el aprendizaje, especialmente en los niños varones, han alcanzado proporciones de epidemia. No se puede ignorar el sustituto de leche materna a base de soja -que comenzó a comercializarse a principios de 1970- como una probable causa de estos lamentables desarrollos.
         En cuanto a las niñas, un número alarmante está alcanzando la pubertad mucho más temprano de lo normal, de acuerdo a un recente estudio citado en la revista Pediatría. Los investigadores encontraron que el uno por ciento de todas las niñas muestran ahora signos de pubertad, como desarrollo de los senos o vello púbico antes de los tres años de edad; a los ocho años el 14,7 por ciento de las niñas blancas y casi el cincuenta por ciento de las afroamericanas tienen uno o ambos rasgos sexuales.

         Nuevos datos indican que los estrógenos ambientales como PCBs y DDE (un producto derivado del DDT) pueden provocar un desarrollo precoz en las niñas. El 1986 el estudio Puerto Rico Premature Thelarche puso de manifiesto que la asociación más significativa entre la dieta y el desarrollo sexual temprano no era el pollo, como afirmaba la prensa, sino los substitutos de leche materna a base de soja.
         Las consecuencias de esta infancia reducida son, sin duda, trágicas. Las niñas con cuerpos maduros deben enfrentarse con sentimientos e impulsos que la mayoría de los niños no están preparados para afrontar. Y una temprana maduración en las niñas normalmente provoca problemas en el sistema reproductivo más tarde en la vida, incluyendo problemas en la menstruación, infertilidad y cáncer de pecho.
         Los padres que se han puesto en contacto con los Jamases cuentan otros problemas asociados con niños de ambos sexos a los que se alimentó con sustitutos de leche materna a base de soja, incluyendo un comportamiento emocional muy acusado, asma, problemas del sistema inmune, insuficiencia en la glándula pituitaria, problemas en las tiroides y síndrome del colon irritable -los mismos problemas endocrinos y digestivos que afligieron a los loros de los Jamases.

         Disensión entre las filas.
         Habría que presionar mucho a los organizadores del Tercer Simposio de Soja para que reconocieran que la conferencia fue un completo éxito. El Segundo día del simposio la Comisión Alimentaria asentada en Londres y la Fundación Weston A. Price de Washington, DC, sostuvieron una conferencia de prensa conjunta, en el mismo hotel que el simposio, para expresar su preocupación por los substitutos de leche materna de soja. Los representantes de la industria permanecieron impasibles durante la enumeración de los posibles peligros, y de una petición de algunos investigadores y padres para retirar del mercado los substitutos de leche de soja.
         Bajo la presión de los Jameses, el gobierno de Nueva Zelanda lanzó en 1998 una advertencia concerniente los peligros de los substitutos de leche materna de soja; ya era hora que el gobierno americano hiciese lo mismo.
         El último día del simposium, nuevos descubrimientos que se presentaron relacionados con la toxicidad hicieron temblar la vertiginosa popularidad de la soja. El Dr Lon White publicó un estudio sobre los americanos que vivían en América, que mostraba una relación significativa entre dos o más raciones de tofu y una aceleración del envejecimiento cerebral. Los participantes que consumieron soja en su edad madura presentaban unas capacidades cognitivas disminuidas en años venideros, así como una mayor incidencia de Alzheimer y demencia. Y lo que es más, decía el doctor White, "aquellos que comen mucho tofu, cuando tienen 75 o 80 años parecen 5 años más viejos". White y sus colegas atribuían los efectos negativos de la soja a las isoflavonas - un descubrimiento que confirma un estudio previo en el que mujeres post menopáusicas con altos niveles de estrógenos en sangre experimentaban un mayor declive cognitivo.
         Los científicos Daniel Sheehan y Daniel Doerge del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica, le arruinaron el día a Protein Technologies Internacional al presentar descubrimientos de estudios alimentarios en ratas que indicaban que la genisteína contenida en los alimentos derivados de la soja causan un daño irreversible a las enzimas que sintetizan las hormonas en las tiroides. "La relación entre el consumo de soja y el bocio en animales y humanos tiene una larga historia", escribió el doctor Doerge. "La evidencia actual de los efectos benéficos de la soja requiere un completo entendimiento de los potenciales efectos adversos".
         El doctor Claude Hughes reportó que las ratas nacidas de madres a las que se alimentó con genisteína tenían un peso inferior comparado con los grupos de control, y el inicio de la pubertad ocurría más pronto en las crías de sexo masculino. Su investigación sugirió que los efectos observados en ratas "…predecirán en cierto modo lo que ocurre en humanos. No hay razón para asumir que habrá grandes malformaciones de fetos pero habrá cambios sutiles en los patrones de comportamiento, funciones inmunes y niveles de hormonas sexuales". Los resultados, dijo," podrían no significar nada o ser una causa de gran preocupación. Si la madre ingiere substancias que pueden actuar como hormonas sexuales, es lógico preguntarse si ello podría cambiar el desarrollo del niño".
         Un estudio de niños nacidos de madres vegetarianas, publicado en enero del 2000, indican justamente cuales podrían ser dichos cambios. Madres que siguieron una dieta vegetariana durante el embarazo presentaban un riesgo 5 veces mayor de dar a luz a un niño con hipospadias, un defecto de nacimiento del pene. Los autores del estudio sugirieron que la causa era una mayor exposición a los fitoestrógenos en la comida de soja popular entre los vegetarianos. Problemas con la descendencia de sexo femenino de madres vegetarianas es más probable que aparezca más tarde. Aunque los efectos estrogénicos de la soja son menores que los del diethylstilbestrol (DES), la dosis es probablemente mayor porque se consume como alimento, no como medicamento. Las hijas de las mujeres que tomaron DES durante el embarazo sufrieron de infertilidad y cáncer cuando alcanzaron los veinte años.

         Interrogantes sobre el status GRAS de la soja.
         Acechando en un segundo plano en la masiva campaña publicitaria de lanzamiento de la soja al mercado está la molesta cuestión de si es legal añadir concentrado de proteína de soja a los alimentos. Todos los aditivos alimenticios que no eran de uso común antes de 1958, incluyendo la caseína -proteina de la leche, deben tener el status GRAS (Generalmente Reconocidos como Seguros).
         En 1972, el gobierno de Nixon ordenó una reevaluación de las sustancias que se aprobaron en su día como GRAS según la información científica disponible en su momento. Esta reevaluación incluyó la proteína de soja que fue clasificada como GRAS en 1978. En 1974, la FDA solicitó una revisión de la literatura sobre la proteína de soja porque, como la proteína de soja no había sido usada en la alimentación hasta 1959, e incluso no era de uso corriente en los albores de 1970, no se consideró candidata para tener optar a la certificación GRAS incluida en las leyes que regulaban la comida, los medicamentos y los cosméticos.
         La literatura científica hasta 1974 reconocía muchos anti-nutrientes en la proteína de soja de fabricación industrial, incluyendo inhibidores de tripsina, ácido fítico y genisteína. Pero la FDA acabó con la discusión sobre dichos efectos adversos diciendo que era importante para "un procesamiento adecuado" eliminarlos. La genisteína se podía eliminar con un lavado en alcohol, pero era un proceso caro que los fabricantes evitaban. Estudios posteriores determinaron que los inhibidores del contenido de tripsina sólo se podían eliminar tras largos periodos de calor y presión, pero la FDA no ha impuesto ningún requerimiento para que la industria lo haga.
         La FDA estaba más preocupada con las toxinas que se formaban durante el procesado, especialmente nitritos y lisinoalanina. Incluso una ingesta de niveles bajos de dichas sustancias cancerígenas - una media de un tercio de gramo al día- se consideraban una amenaza demasiado grande para la salud pública para permitir la concesión del status GRAS.
         La proteína de soja.
         La proteína de soja tenía aprobado su uso para encolar cajas de cartón, y se siguió manteniendo dicho permiso al considerar los investigadores que la migración de los nitritos de la caja a los alimentos contenidos en la misma era demasiado pequeña para constituir un riesgo de cáncer. Los oficiales de la FDA requirieron especificaciones de seguridad y procedimientos de monitorización antes de conceder a la soja el estatus de GRAS como alimento. Nunca se realizaron. Hasta la fecha, la proteína de soja está codificada como GRAS sólo para su uso industrial para encolar cartón. Esto significa que la proteína de soja debe estar sujeta a unos procedimientos de aprobación previos a su puesta en el mercado cada vez que los fabricantes intenten usarla como comida o la añadan a la comida.
         La proteína de soja se introdujo en el sustituto de leche materna a principios de 1960. Era un nuevo producto que nunca se había usado antes. Como la proteína de soja no tenía concedido el estatus de GRAS, se requería una aprobación previa a su puesta en el mercado. Ni se concedió en su momento ni se ha concedido hasta ahora. En consecuencia, el ingrediente principal del substituto de leche materna no está reconocido como seguro.

         ¿Pasará con la soja lo mismo que con el escándalo del amianto?
         A pesar de lo difundido de las alabanzas, se sospecha cada vez más que la soja -a pesar de sus beneficios indiscutibles- puede presentar algunos problemas de salud", afirmaba Marian Burros, un escritor especializado en alimentación del New York Times. Más que cualquier otro escritor, el respaldo de la Sra. Burros a una dieta principalmente vegetariana y baja en grasas ha contribuido a que los americanos se abalanzaran a las estanterías de los supermercados en busca de productos de soja. Incluso su artículo del 26 de enero de 2000, "una nube de dudas se cierne sobre los prometedores beneficios de la soja", contenía la alarmante afirmación: "Ninguno de los 18 científicos entrevistados para este artículo estuvo dispuesto a reconocer que tomar isoflavonas estaba exento de riesgos". La Sra. Burros tampoco enumeró los riesgos, ni mencionó que la cantidad diaria recomendada de 25 gramos de proteína de soja contiene suficientes isoflavonas para causar problemas en individuos sensibles, pero era evidente que la industria ha reconocido la necesidad de protegerse, ya que se encuentra extremadamente expuesta. Los abogados de contingencia pronto descubrirán que los demandantes potenciales se pueden contra por millones y los bolsillos son muy, muy profundos. Los jurados oirán algo similar a lo siguiente: "La industria ha sabido durante años que la soja contiene muchas toxinas. Al inicio dijeron al público que las toxinas se eliminaban durante el procesamiento industrial. Cuando fue evidente que el procesamiento no conseguía eliminarlas, afirmaron que esas substancias eran beneficiosas. Tu gobierno ha concedido el derecho a reclamos publicitarios de una sustancia que es venenosa y la industria mintió al público para vender más soja".
         La industria incluye fabricantes, distribuidores, científicos, publicistas, burócratas, agentes de bolsa, escritores sobre temas alimentarios, fabricantes de vitaminas y tiendas al por menor. Los agricultores probablemente escapen a esta enumeración porque fueron engañados como el resto de nosotros. Pero necesitan encontrar otra cosa para cultivar antes de que la burbuja de la soja explote y el mercado se colapse: ganado alimentado en prados, verduras de diseño o cáñamo para hacer papel para miles y miles de demandas legales...

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ASOCIACION DE MEDICINAS COMPLEMENTARIAS.
ARTÍCULOS A DISPOSICIÓN DEL PÚBLICO:

Revista 72
Fórmulas infantiles a base de soja: hay motivos para preocuparse. 7p
SUE DIBB Y DR MIKE FITZPATRICK.

Revista 73
Científicos del organismo oficial de control de alimentos protestan contra la aprobación de la soja para las enfermedades coronarias.
DANIEL SHEEHAN Director, Programa Básico de Estrógenos
División de Toxicología Genética y Reproductiva de la FDA
DANIEL DOERGE
División de Toxicología Bioquímica de la FDA.

Revista 74
Descubriendo la verdad sobre la soja.- SOY ONLINE SERVICE.- 89p

Revista 74
Lo que no le han contado sobre la soja. A. EMBID.- 26p

Revista 74
Fitoestrógenos, soja y cáncer.- 24p.
Asociación Soy OnLine www.soyonlineservice.co.nz

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La Crisis de la Soja


mercola.com
sab, 13 ago 2011 09:46 CDT
Traducido al castellano por Román Quirós M. para soyonlineservice.co.nz


© Desconocido
Los Científicos vs. la Industria de la Soja

Jane Phillimore discute algunos de los puntos suscitados por las nuevas investigaciones

Hace doce años, visité a un médico de salud alternativa para consultarle algunos síntomas no específicos relativos a la salud. No bien me había sentado cuando me dijo que mi dieta requería atención radical. Tenía que abandonar todos los productos de origen animal, el trigo, el alcohol, y la cafeína, y en su lugar ingerir proteínas en forma de leche de soja y tofú. En la actualidad, esta clase de consejo es rutinario, pero en aquel momento parecía encantadoramente radical: Yo tenía que caminar hasta la tienda de productos de salud de Clapham para aprovisionarme de leche de soja porque la de Sainsbury no tenía su propia marca (como la tiene ahora), y las salchichas de vegetales y soya sólo eran un destello en los ojos de Linda McCartney.

En la experiencia, perdí mucho peso y me sentía inmensamente rejuvenecida. Tan fue así que, cuatro meses más tarde, comencé a comer normalmente otra vez. Más me valió, porque ahora se ha descubierto que la soja, lejos de tener las propiedades mágicas y saludables sobre las cuales insiste tanto la brigada de la medicina alternativa, en realidad puede ser perjudicial para usted. La reputación de la soja como producto que en general es anticanceroso, que reduce el colesterol, que combate la osteoporosis, y que tiene poca grasa se basa en una mala ciencia y en un superlativo mercadeo llevado a cabo por la poderosa industria de la soja.

En el mundo entero, la evidencia contra la soja está comenzando a acumularse. En este país (el Reino Unido), MAFF está tan preocupado por los posibles problemas de salud causados por los fitoestrógenos en la soja que está financiando un programa rotativo de 19 proyectos de investigación separados, que deben terminar en el año 2002. Los descubrimientos preliminares del Profesor John Ashby del Laboratorio Central AstraZeneca de Toxicología en Macclesfield, por ejemplo, confirman que la fórmula infantil de soja (actualmente el único alimento de 6,500 bebés británicos) tiene un efecto estrogénico en ratas. Según la ministra de salud pública, Ivette Cooper, no se dará ningún consejo nuevo sobre la soja sino hasta que el COT (Comité Sobre la Toxicidad de las Substancias Químicas en Alimentos, Productos de Consumo, y el Ambiente), que es un comité independiente, haya examinado los hallazgos del programa.

Esto podría requerir varios años. Mientras tanto, si usted ha sido seducido por el mensaje de que la soja es el superalimento saludable del siglo 21 siga leyendo este artíuculo.

¿Es la Soja Perjudicial para Usted?

La soja contiene grandes cantidades de varias substancias químicas tóxicas, que no pueden ser destruídas por completo ni siquiera con el largo proceso de cocimiento. Éstas substancias son: los fitatos, que bloquean la absorción de minerales por el cuerpo; los inhibidores enzimáticos, que estorban la digestión de las proteínas; y la hemaglutinina, que hace que las células rojas de la sangre se agrupen e inhiban la asbsorción del oxígeno y el crecimiento. Y lo que es más controversial de todos, la soja contiene altos niveles de fitoestrógenos (también conocidos como las isoflavonas genisteína y daidzeína), que simulan y algunas veces bloquean la hormona estrógeno.

¿Ciertamente, los japoneses comen soja en grandes cantidades, y como resultado tienen bajas tasas de cáncer del seno, del útero, del colon, y de próstata?

Ése es el gran mito sobre el cual se ha construído la idea de la soja "saludable". En realidad, los japoneses no comen mucha soja: un estudio llevado a cabo en 1998 mostró que, típicamente, un japonés come como 8g (2 cucharaditas) por día, ni parecido a los 220g (8oz) que un occidental podría ingerir si comiera un gran trozo de tofú y dos vasos de leche de soja.

En segundo lugar, aunque los japoneses posiblemente tienen tasas más bajas de cáncer en los órganos reproductores, se cree que esto se debe a otros factores dietéticos y de estilo de vida: ellos comen menos carne con grasa, más pescado y vegetales, y menos alimentos enlatados o procesados que en una típica dieta occidental. En tercer lugar, los asiáticos tienen una incidencia mucho mayor de cáncer de la tiroides y del aparato digestivo, incluyendo cáncer del estómago, del páncreas, del hígado, y del esófago.

Soy vegetariano; como grandes cantidades de tofú y bebo grandes cantidades de leche de soja. ¿Debo suspenderlos?

La soja se ha convertido en la carne y la leche de los vegetarianos, siendo la fuente principal de proteína en su dieta. Pero, en realidad, el comer soja pone a los vegetarianos en grave riesgo de sufrir deficiencias minerales, incluyendo de calcio, cobre, hierro, magnesio, y especialmente zinc. Según el Dr. Mike Fitzpatrick, un bioquímico neozelandés que tiene un sitio web sobre la soja (véase más abajo), esto se debe a que la soja contiene altos niveles de ácido fítico, que bloquea la absorción de minerales esenciales en el tracto digestivo. Para reducir los efectos de una dieta de alto contenido de fitatos, es necesario comer, como hacen los japoneses, mucha carne o pescado con pedacitos de soja.

No tolero la leche de vaca. ¿Debería tomar leche de soja?

La soja ha llegado a ser la opción de moda para las personas que no "toleran" productos lácteos de origen animal. Es poco conocido que la soja es el segundo alergeno más común. Sólo 1 por ciento de la población es verdaderamente alérgica a la leche de vaca* y, de ellos, dos tercios tampoco toleran la leche de soja. Además, la leche de soja tiene un alto contenido de aluminio. Esto se debe a que el aislado de proteína de soja del cual se fabrica la leche se lava en ácido en tanques de aluminio. No hay que asombrarse de que tenga mal sabor.

¿Puede la soja afectar la tiroides?

Por años, se ha sabido que los fitoestrógenos en la soja debilitan la función tiroidea. En Japón, una investigación llevada a cabo en 1991 demostró que 30g diarios de soja resultan en un enorme aumento de la hormona que estimula la tiroides. Esto puede causar bocio, hipotiroidismo, y la enfermedad de la tiroides autoinmune.

Estoy embarazada. ¿Debería evitar la soja?

Probablemente, y especialmente si es vegetariana. Un nuevo estudio de los bebés nacidos de madres vegetarianas ha mostrado que los bebés varones tenían el triple de riesgo de padecer de hipospadias, un defecto del pene, que está presente al nacimiento. Los investigadores indican que esto se debe a una mayor exposición a alimentos ricos en fitoestrógeno, especialmente soja. Los niveles inapropiados de hormonas, como los causados por una alta ingestión de soja durante las primeras 12 semanas de embarazo, pueden también perjudicar el cerebro en desarrollo del feto.

¿Pero, seguramente yo puedo alimentar a mi bebé con fórmula de soja? Debe ser inofensiva: está disponible en todos los supermercados y todas las farmacias?

Los bebés alimentados con soja están participando en un 'gran experimento con bebés humanos, un experimento que no está siendo ni controlado ni monitoreado', dijo en 1998 Daniel Sheehan, director del Centro Nacional para la Investigación Toxicológica de la FDA. El único alimento de un bebé recién nacido es la leche que toma: un bebé alimentado con soja recibe el equivalente en estrógeno a cinco píldoras contraceptivas todos los días, según Mike Fitzpatrick. Se descubrió que los niveles de isoflavonas de estos bebés eran de entre 13,000 y 22,000 veces más altos que los de bebés alimentados con otros productos.

Como resultado de esta sobrecarga de fitoestrógeno, los bebés alimentados con soja tienen el doble de riesgo de que se les desarrollen anormalidades tiroideas, incluyendo bocio y tiroiditis autoinmune. Los varones corren el riesgo de que se les atrase la maduración física, mientras que las niñas corren el riesgo de una pubertad precoz (1 por ciento de las niñas muestran ahora señales de pubertad, tales como desarrollo de los senos o vello púbico, antes de los tres años de edad) e infertilidad. Los investigadores también han indicado que diabetes, cambios en el sistema nervioso central, extrema conducta emocional, asma, problemas con el sistema inmunológico, insuficiencia pituitaria, e IBS pueden ser causados por una alta ingestión de fitoestrógenos al comienzo de la vida.

El año pasado, los compuestos de soja también estuvieron envueltos en el desarrollo de leucemia infantil. Actualmente, el gobierno (del Reino Unido) aconseja que la leche materna es la mejor, y que la fórmula de soja no debería dársele a los infantes a menos que sea por consejo de un profesional de la salud.

¿Puede la soja ayudar en el caso del cáncer de próstata?

El ex-comerciante en bonos de alto risego, Michael Milken, ciertamente cree que sí. Él consume 40g de proteína de soja todos los días con ese propósito. La ciencia es menos concluyente. Un reciente estudio sobre los japoneses-norteamericanos que viven en Hawaii demostró que los hombres que habían comido dos o más porciones de tofú por semana durante su mediana edad no sólo habían 'acelerado el envejecimiento del cerebro', y aumentado a más del doble la incidencia de la enfermedad de Alzheimer y la demencia, sino que también se veían cinco años más viejos que los hombres que no lo habían comido

Mi madre murió de cáncer del seno, y a mí me han aconsejado fuentes médicas, tanto principales como complementarias, que el aumentar mi ingesta de soja puede ofrecerme protección contra la enfermedad. ¿Es verdad esto?

La evidencia es muy inconclusa. En la Dieta de Protección Contra el Cáncer del Seno, publicado el año pasado, el Dr. Bob Arnot afirma que el comer entre 35g y 60g de proteína de soja diariamente protege contra el cáncer del seno aumentando la ingesta de genisteína, que es un bloqueador de estrógeno. Pero esto pasa por alto la evidencia en contrario. En 1996, una investigación demostró que las mujeres que comen soja tenían una mayor incidencia de hiperplasia epitelial, una condición que presagia malignidad. En 1997, se encontró también que la genisteína en la dieta estimulaba las células del seno humano para que entraran en el ciclo celular. Como resultado, los investigadores aconsejaron a las mujeres que no comieran productos de soja para evitar el cáncer de seno.

¿Pero seguramente la soja evita la osteoporosis, el adelgazamiento de los huesos que afecta particularmente a las mujeres post-menopáusicas?

No. En realidad, la soja bloquea el calcio y causa deficiencia de vitamina D, que se necesitan para tener huesos fuertes, dicen las nutricionistas y desenmascaradoras de la soja Sally Fallon y Mary G. Enig.

¿Hay alguna clase de producto de soja que yo pueda comer sin peligro?

Sí. Los productos fermentados de soja, como la salsa de soja, el tempeh, y el miso. El largo proceso de fermentación contrarresta los efectos de las toxinas naturales de la soja.

¿Puedo evitar la soja?

Es difícil. Usted puede dejar de comer los candidatos obvios, como la leche de soja y el tofú, pero la soja se encuentra también en cereales para el desayuno, helados, comidas rápidas como las hamburguesas, dedos de pescado, y la lasagna, y todas las clases de alimentos horneados, desde pasteles y bizcochos hasta las tortillas mexicanas y el pan. Si esa es su misión en la vida, lea las etiquetas cuidadosamente, y evite los alimentos orgánicos procesados siempre que pueda.

Finalmente, los que hacen campaña en favor de la soja siempre dicen que, en los Estados Unidos, un cuarto de la población ha sido alimentada con fórmula infantil entre 30 y 40 años, sin ningún problema de salud adverso. Así que, ¿por qué debo preocuparme?

Los científicos están sólo comenzando a investigar y a entender los perjudiciales efectos a largo plazo que el comer grandes cantidades de soja puede tener en el cuerpo humano. Como escriben Fallon y Enig: "Por años, la industria ha sabido que la soja contiene muchas toxinas. Al principio, le dijeron al público que las toxinas eran eliminadas mediante el procesamiento. Luego afirmaron que estas substancias eran saludables. Todo parece indicar que habrá una gran batalla en el futuro cercano.

         Para mayor información [en inglés] visite Soy Online Service
(www.soyonlineservice.co.nz), una detallada fuente de información sobre la soja, administrada por el Dr. Mike Fitzpatrick.
         Comentario del Dr. Mercola: Un excelente informe que ilustra los peligros y los erróneos conceptos sobre la soja.
         Sin embargo, un punto en el artículo con el cual yo discreparía es la afirmación del autor de que sólo el 1 por ciento de la población es alérgica a la leche de vaca. Aunque esto puede que sea cierto con relación a los métodos convencionales de diagnosticar alergias, la gran mayoría de la población sufre en algún grado de alergia o sensibilidad a la leche de vaca, y haría mejor en evitarla por completo.
         Sería mejor evitar tanto la leche de vaca como la "leche" de soja, y beber sólo agua.

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